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"To esa habladera en inglé": variedad cubana, registro coloquial y alternancia de códigos en Tres tristes tigres

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Academic year: 2021

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(1)

DIPARTIMENTO DI

FILOLOGIA, LETTERATURA E LINGUISTICA

CORSO DI LAUREA IN LINGUE E LETTERATURE

EUROAMERICANE

TESI DI LAUREA MAGISTRALE

“To esa habladera en inglé”: variedad cubana, registro coloquial y

alternancia de códigos en Tres tristes tigres

CANDIDATO:

RELATORE:

Maria Elena Bianchi Maria Elena Bianchi Prof.ssa Rosa María García Jiménez

CONTRORELATORE:

Prof.ssa Alessandra Ghezzani

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2

Índice

Introducción ... 5

1.Cabrera Infante y Tres tristes tigres: contexto histórico-cultural del siglo XX ... 8

1.1Contexto histórico ... 8

1.1.1 Conflictos políticos y gobiernos dictatoriales ... 8

1.1.2 Fidel Castro y el Movimiento 26 de Julio... 10

1.1.3 El nuevo gobierno ... 13

1.1.4 Relaciones con Estados Unidos ... 17

1.2 Contexto cultural ... 20

1.2.1 Factores que favorecieron el desarrollo cultural ... 22

1.2.2 Características de la nueva literatura ... 25

1.2.3 Nuevas tendencias literarias ... 27

1.2.4 Crítica e historiografía ... 29

1.2.6 Literatura de régimen cubana ... 30

1.3Guillermo Cabrera Infante ... 31

1.3.1 Vida y obras ... 32

1.3.2 Técnicas y estilo literario ... 37

1.4 Tres Tristes Tigres ... 41

1.4.1 Título y problemas con la censura ... 42

1.4.2 El lenguaje ... 45

1.4.3 Estructura y contenido ... 48

2.Análisis lingüístico de Tres tristes tigres: variedad del español antillano ... 56

2.1Formación de las variedades del español de América ... 56

2.1.1 Colonización de América ... 56

2.1.2 Lenguas precolombinas ... 58

2.1.3 El origen de las variedades del español de América: una cuestión controvertida ... 60

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2.1.4 Rasgos conservadores vs rasgos innovadores ... 64

2.2 Variedad del español caribeño ... 67

2.2.1 Rasgos del español caribeño ... 68

2.2.2 El español antillano de Cuba en Tres tristes tigres ... 84

3.Code-switching y espanglish ... 93

3.1 Code-switching ... 93

3.1.1 Cuestiones previas ... 93

3.1.2 Estudios sobre el code-switching ... 97

3.1.3 Tipos de alternancia de código ... 98

3.1.4 Restricciones universales ... 98

3.1.5 Restricciones gramaticales ... 100

3.1.6 Conversación como negociación ... 103

3.1.7 Motivaciones sociolingüísticas ... 106

3.2 Espanglish ... 112

3.2.1 Estudios sobre el espanglish ... 113

3.3 El code-switching en Tres tristes tigres... 114

4.La oralidad y el español coloquial ... 128

4.1 Oralidad ... 129

4.1.1 La oralidad en Tres tristes tigres... 132

4.2 Español coloquial ... 133

4.2.1 Características del registro coloquial... 135

4.2.2 La conversación coloquial y los principios que la regulan ... 138

4.2.3 Fenómenos típicos del español coloquial en los distintos niveles lingüísticos ... 143

4.2.4 Marcadores del discurso ... 161

4.3 El español coloquial en Tres tristes tigres ... 168

4.3.1Principios conversacionales violados ... 168

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4

Conclusión ... 187

Apéndices ... 197

Bibliografía ... 221

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5

Introducción

Guillermo Cabrera Infante, en la sección “Advertencia” que precede al prólogo de Tres tristes tigres, escribe:

“El libro está en cubano. Es decir, escrito en los diferentes dialectos del español que se hablan en Cuba y la escritura no es más que un intento de atrapar la voz humana al vuelo, como aquel que dice. Las distintas formas del cubano se funden o creo que se funden en un solo lenguaje literario. [...] La reconstrucción no fue fácil y algunas páginas se deben oír mejor que se leen, y no sería mala idea leerlas en voz alta.”1

Al leer el libro de Cabrera Infante, todos los lectores se dan cuenta del papel fundamental que desempeña el lenguaje, hasta considerarlo el verdadero protagonista de Tres tristes tigres, así que, en este trabajo, intentaremos efectuar un análisis de la obra, reflexionando sobre los distintos aspectos lingüísticos que la caracterizan.

En el primer capítulo se llevará a cabo la contextualización de la obra, tanto desde el punto de vista histórico-político, puesto que el texto se relaciona inevitablemente con la situación política cubana del siglo XX; como desde el punto de vista cultural, puesto que se trata de una novela que protagoniza los años ’60-’70, o sea, los años del conocido boom literario hispanoamericano. En los párrafos siguientes, añadiremos algunas informaciones a propósito del autor y de la obra en general, presentando su estructura y su contenido.

En el segundo capítulo pasaremos a un análisis lingüístico de la obra, analizando el primer aspecto que hace de la novela un texto muy original: el empleo de la variedad del español antillano de Cuba por parte de algunos de los personajes de la historia, concretamente por los que pertenecen a las clases más humildes de la sociedad cubana. Después de una rápida descripción de los procesos que determinan la formación de las distintas variedades hispanoamericanas,

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6

analizaremos los diferentes rasgos que caracterizan la variedad del español cubano en los distintos niveles lingüísticos, basándonos principalmente en los trabajos de María Vaquero y Manuel Alvar (1996) junto a los estudios más recientes de López Morales (2004) e Izquierdo y Utrilla (2010). Después de una explicación teórica de los distintos fenómenos, concretizaremos dichos rasgos con ejemplos individuados en algunos fragmentos textuales de Tres tristes tigres.

En el tercer capítulo examinaremos el fenómeno del code-switching distinguiéndolo de otros procesos de interferencia lingüística. En los párrafos que siguen se presentará la evolución diacrónica de los estudios realizados sobre dicho fenómeno; además, distinguiremos entre tres diferentes tipologías de cambio de código: la etiqueta, el cambio interoracional y el cambio intraoracional. En el cuarto párrafo, analizaremos dicho fenómeno desde el punto de vista lingüístico, examinando las restricciones universales a las que dos lenguas en contacto se someten, y las restricciones gramaticales que regulan el cambio de código entre español e inglés. En el quinto apartado pasaremos a analizar los mecanismos de la conversación, entendida como una negociación entre distintos interlocutores, analizando de manera detallada el modelo de Auer (1995). A continuación analizaremos las funciones sociolingüísticas y pragmáticas del

code-switching basándonos principalmente en los trabajos de Appel y

Muysken (1987) y Vinagre Laranjeira (2005). Después de una breve mención del fenómeno del espanglish y de los rasgos por los que este se diferencia del code-switching, individuaremos los distintos casos de este último en algunos fragmentos de la obra de Cabrera Infante, analizando las respectivas funciones pragmáticas.

En el cuarto capítulo, basándonos en el trabajo de Ong (1982), determinaremos las técnicas propias de los dos canales comunicativos, la oralidad y la escritura; así que verificaremos cómo Cabrera Infante aplica la primera a la segunda, mezclándolas según convenga. En el segundo párrafo analizaremos el tercer aspecto lingüístico que caracteriza Tres tristes tigres, o sea, el empleo del español coloquial en contextos informales, por parte de cualquier tipo de individuo de la

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sociedad cubana, cuyo objetivo comunicativo es estrechar las relaciones de amistad con sus interlocutores. Después de enumerar los rasgos del registro coloquial, pasaremos a examinar las características de una conversación informal y los principios que la regulan, fijando nuestra atención en dos fragmentos del texto donde los hablates violan dichas reglas. Asimismo examinaremos los fenómenos típicos del español coloquial en los distintos niveles lingüísticos: fónico, léxico, morfológico, sintáctico y discursivo. Después de una explicación teórica, basada principalmente en los trabajos de Narbona (1989), Briz (1998), y Navarro (2002), sin olvidar los estudios de Quilis (1975; 1987), Schneider (2013) y del Grupo Val. Es. Co (2015) o de López Serena y Loureda, (2013), concretizaremos dichos fenómenos con los ejemplos individuados en algunos fragmentos textuales de Tres tristes

tigres.

En la parte conclusiva del presente trabajo, intentaremos, finalmente, determinar cuál fue el intento del autor al escribir la obra, cuáles fueron las motivaciones por las que el autor optó por determinadas elecciones estilísticas y, por último, a qué tipo de público este se dirige.

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1. Cabrera Infante y Tres tristes tigres: contexto

histórico-cultural del siglo XX

Un recurso fundamental para una correcta interpretación de una obra de arte es el análisis del contexto en el que surge dicha obra, sea desde el punto de vista histórico, sea cultural: especialmente en el caso del autor cubano Guillermo Cabrera Infante, la literatura es el reflejo del contexto de la época en la que surgen los textos e, interpretarlos y analizarlos sin recurrir al contexto, comporta inevitablemente su mala o parcial interpretación, lo que impide al lector captar su verdadero significado.

1.1 Contexto histórico

Durante los primeros treinta años de su independencia de Estados Unidos, obtenida en 1898, cuando fue nombrado el primer presidente Tomás Estrada Palma (1832-1908), la vida política de Cuba tuvo una evolución turbulenta: el 20 de mayo de 1902 se creó la Constitución; empezó un largo período de revoluciones, luchas entre cuadrillas y gobiernos dictatoriales con restricciones y violentas represiones hasta la época contemporánea.

1.1.1 Conflictos políticos y gobiernos dictatoriales

La historia de Cuba se encuentra en numerosos manuales escritos por historiógrafos que dedicaron sus estudios a la evolución de la isla desde su descubrimiento hasta la época contemporánea. En este trabajo nos basaremos principalmente en el libro de Thomas Hugh.2

Como escribió el autor, en 1925 ganó las elecciones el nuevo presidente Gerardo Machado Morales (1871-1939), sucesor de José Miguel Gómez, guía del Partido Liberal, que con su programa político encantó al pueblo cubano: prometió la abolición de la enmienda Platt,

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9

un nuevo tratado comercial con Estados Unidos, la lucha contra la corrupción, reformas judiciales y escolares. Si publicamente Machado se presentaba como un hombre generoso y virtuoso, la táctica política que maquinaba era muy diferente; no tardó en mostrar la verdadera naturaleza de sus promesas ideales: no se realizó nada de lo programado, la corrupción siguió existiendo y la economía empeoró notablemente.

Se formaron el Partido Comunista y el Partido Revolucionario Cubano Auténtico que, siguiendo el ejemplo de la sociedad secreta ABC, aunque menos violentamente, tenían el objetivo de destruir el gobierno dictatorial y vengar las injusticias sufridas; sin embargo, los generales del gobierno de Machado reprimieron los ataques y la inclinación anárquica de la sociedad cubana de la época.

Hugh cuenta como, después del gobierno del general Céspedes, presidente provisorial en 1933, un nueva figura irrumpió en la escena política de Cuba: después de diferentes cargos de poca importancia, el joven Fulgencio Batista (1901-1973) llegó a ser jefe de una rebelión por parte de oficiales contra el nuevo gobierno.

Bajo al doctor Grau, nuevo presidente de Cuba en septiembre de 1933, la fama de Batista mejoró con el ataque al Hotel Nacional del 2 de octubre de 1933, cuando estudiantes guiados por Batista irrumpieron contra los oficiales y soldados reunidos en el edificio. Superado el golpe, Batista obtuvo una posición de comando general que mantuvo hasta 1940, cuando fue elegido regularmente presidente de Cuba. El nuevo presidente tenía partidarios en todas las clases sociales, socialistas y capitalistas; fijando la Costitución de 1940 basada en principios democráticos, llevó a cabo un plan de reformas económicas y militares consolidando las relaciones con Norteamérica. En las elecciones de 1944, para mantener la fama de democrático, Batista no se candidó, así que fue nombrado nuevo presidente el precedente líder universitario afiliado al Partido Auténtico, Grau, quien traicionó las esperanzas de sus electores negando sus promesas, tal y como Carlos Prío, su sucesor: la atmósfera siguió siendo la

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misma: guerras políticas entre las distintas cuadrillas, cotidianos asesinatos y rebeliones violentas por parte de las distintas facciones.

El 9 de marzo de 1952 un golpe de estado volcó de nuevo el gobierno cubano: Batista y sus colaboradores llegaron a La Chatacon tres Buick, con la intención de capturar a los generales Prío y al mismo presidente, quien huyó.

“El hombre”, como llamaban a Batista, tomó el poder en sus manos instaurando un gobierno que duró hasta 1959. El “segundo Batistato” se diferenció del primero en distintos ámbitos: si durante su primer gobierno se podía definir democrático, en el segundo mostró signos de una dura y represiva dictadura. Batista suspendió las libertades costitucionales; la libertad de palabra, de asamblea y de publicación podían suspenderse en cualquier momento en caso de que el gobierno lo considerara necesario; prohibió, además, la actividad de los partidos políticos. Muchos fueron los intentos revolucionarios por parte de la oposición del tirano pero todos reprimidos.

1.1.2 Fidel Castro y el Movimiento 26 de Julio

Hugh3 muestra como Fidel Castro (1926-2016) protagonizó la

historia política y cultural de la sociedad cubana de la segunda mitad del siglo XX: fuerte, ambicioso, culto, en continuo contraste con su familia natal, nació en la provincia de Oriente. Desde su adolescencia dedicó su tiempo a la actividad política: durante la universidad formaba parte de una minoría política activa cuyos miembros exhibían eslóganes en las calles y en los edificios con manifestaciones cada vez más violentasdesde 1946. Célebre fue el simbólico funeral de la Constitución que muchos estudiantes de la Universidad de La Habana organizaron en las calles de la ciudad. Después de abandonar el grupo de acción UIR (Unión Insurreccional Revolucionaria), formó parte del partido ortodoxo de Chibás.

En 1953 Castro fundó el Movimiento 26 de Julio, un grupo de hombres cuyo objetivo era luchar contra al dictador Batista. El nombre deriva de su primer ataque: el 26 de julio planificaron una

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doble incursión en los dos cuarteles, uno en Moncada, en Santiago, y el otro en Bayamo. Los ataques en ambos establecimientos fracasaron: se trataba de un conflicto entre facciones desequilibradas y la revolución fue suprimida por los generales de Batista. Las consecuencias fueron fatales para los rebeldes: muchos se exiliaron, otros murieron asesinados. En cuanto a Castro y a su hermano Raúl, se condenaron a quince años de prisión en la Isla de Pinos. El líder aceptó su destino afirmando la célebre frase: “¡Condenadme! No

importa: la historia me absolverá”4.

El historiógrafo Emilio Gentile, de acuerdo con Hugh, afirma que “El Movimiento 26 de Julio era una coalición más que un partido, un grupo de hombres armados movidos por una fe común, sin una ideología determinada: todo era heroico pero indeterminado sin ningún programa explícito; mezclando principios de comunismo, socialismo, marxismo y nacionalismo, no se inscribe en ninguna corriente precisa. Lo que sí caracteriza el Movimiento es la profunda convicción en los principios revolucionarios y una ambición demasiado inquieta paraque se sometiera a la disciplina, a los dogmas y a la autoridad que el comunismo, u otro movimiento, considera necesarios.” 5 Con una actitud de desafío, empezó como acto de acusa

contra la codicia americana y la burguesía de la sociedad, contra la corrupción y las injusticias impuestas al pueblo cubano.

El éxito de dicho movimiento fue rápido gracias a los medios de comunicación, como el suplemento literario Lunes de Revolución (1959-1961) del periódico Revolución. Este último, editado por Carlos Franqui, era el periódico oficial del Movimiento 26 de julio: en cuanto a lo político, rechazaba el pasado imperialismo; en lo referente a la literatura, se oponía al hermetismo de Lezama Lima y del grupo Orígenes, pero también a las ideas anticuadas del realismo socialista del Partido Socialista Popular Cubano.

4 E. Gentile, entrevista por Massimo Bernardini en Il Tempo e la storia di Cuba

1898-1961, Rai 3, YouTube, 2015 [16/09/2016]

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En 1954 Batista, confirmado su cargo en las elecciones de noviembre, restauró el gobierno costitucional sin interrumpir totalmente las represiones para los rebeldes y liberó a los prisioneros políticos. Manteniendo contactos con sus amigos y colaboradores cubanos, como Frank País, Castro decidió separarse de los ortodoxos e irse a México, donde gobernaba el presidente Adolfo Ruiz Cortínez afiliado al Partito Revolucionario Istitucional (PRI), hostil a gobiernos dictatoriales. Aquí preparará un plan sólido para derrotar a Batista junto con sus colaboradores, incluso a su compañero revolucionario Ernesto Guevara (1928-1967), conocido como Che Guevara, un argentino licenciado en Medecina con un gran interés político revolucionario y marxista.

En noviembre de 1956 Castro y sus colaboradores se embarcaron en el Granma para volver a Cuba y llevar a cabo el pograma que estudiaban desde hace mucho tiempo. Entre ellos, Cresencio Pérez, Raúl Castro, Guevara, Ramiro Valdés, Camilo Cienfuegos, Universo Sánchez, Calixto García, Calixto Morales y muchos otros. Después de ataques sin éxito, los grupos de los compañeros de Castro se refugiaron en los bosques de la Sierra Maestra.

Contemporáneamente, en 1957 se organizó un importante golpe contra el gobierno de Batista por parte de otros movimientos revolucionarios cubanos. Hugh6 cuenta que el líder del Directorio Revolucionario, Echevarría, junto a Carlos Gutiérrez Menoyo, planificaron el asesinato del presidente: el primero, junto a sus colaboradores, tenía que ocupar la Radio Reloj de La Habana para anunciar la fin de la tiranía; el segundo, junto a Faure Chomón y Menelao Mora, tenía que llegar al palacio presidencial para matar a Batista. Aunque Echevarría consiguió realizar su plan, la otra expedición no tuvo éxito: esperándose el ataque, Batista huyó del palacio y los rebeldes no lograron su objetivo. Batista agravó las represiones y el 24 de mayo de 1958 realizó la Operación Verano: un gran número de soldados avanzó en La Sierra Maestra con el intento

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de aniquilar definitivamente las fuerzas castristas. Contrariamente a lo esperado por el gobierno, el ejército no logró su objetivo.

1.1.3 El nuevo gobierno

Rebeliones, ataques, bombas y muertes se sucedieron cotidianamente hasta 1958, cuando Castro con sus colaboradores se prepararon a lanzar el ataque decisivo: gracias a la óptima organización del plan y de las divisiones de las fuerzas en distintas zonas de Cuba, Batista se vio en peligro y huyó en avión, dejando el poder al jefe de estado Cantillo. El 2 de enero el Movimiento 26 de Junio convocó una huelga para celebrar la caída del régimen de Batista. El mismo día salió oficialmente el periódico del Movimieno,

Revolución, antes oculto. El 8 de enero, después de llegar a La Habana

aclamado por el pueblo, Castro pronunció su discurso y, después de ser nombrado comandante en jefe, dividió entre sus colaboradores la aministración de las distintas zonas de Cuba: Guevara en Las Villas; Raúl Castro en la costa septentrional de Oriente con base en la Sierra Cristal y Camilo Cienfuegos y Almeida en el norte de Las Villas.

Se puede afirmar que Castro era la nueva guía para el pueblo, su libertador, no solamente de Batista, sino de todos los males e injusticias. El líder Máximo, como lo llamaban, creía en los principios de libertad, democracia y justicia social, de ahí que, después de un largo período de sufrimientos, sacrificios y desaliento, se desarrolló un extraordinario sentido de esperanza y confianza en el futuro: un pequeño grupo de hombres (respecto al ejército del gobierno) con valentía y sacrificios lograron su objetivo y el del pueblo cubano; se volvió a creer en ideales; el pueblos y los intelectuales tomaron conciencia del poder, de la fuerza y de la grandeza del mundo cubano, lo que se reflejó en el ámbito artístico con el denominado boom

literario.7

Hugh muestra como Castro se convertió en el líder más aclamado por su imprevedibilidad, su falta de confianza en las leyes, en las

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convenciones y con su eloquencia infalible: durante apariciones personales en público pronunció diferentes discursos, luego publicados en las revistas; negó, en un primer momento, la naturaleza comunista y marxista de la revolución cubana, considerándola una especie de socialismo humanista o una socialdemocracia, y mostró su inclinación de cierre hacia la potencia de Estados Unidos para mantener intacta la integridad de la fuerza lograda por la isla. Se difundieron eslóganes con sus frases célebres como: ¡Hasta la victoria

siempre; patria o muerte! ¡Venceremos!; Estoy con Fidel8.

Logrado su objetivo, Castro, junto con Guevara y Raúl, era consciente de que Cuba tenía una alternativa: “permitir a la burguesía americanizada bloquear la revolución social o instituir una dictadura del proletariado.”9 Se dio cuenta de que el único modo para mantener el estatus y la integridad de la rebelión y de la fuerza que Cuba había obtenido, era perseverar en la revolución defendiendo sus principios, no contra Batista, sino contra la enorme autoridad del gobierno norteamericano.

Como cuenta Servando González, “Aunque el precedente mentís, Castro declaró la naturaleza socialista y totalitaria del gobierno cubano”10; junto a sus colaboradores, los barbudos, el líder reformó

los sistemas de la instrucción y de la salud, extendiéndolas a todos los ciudadanos, como a los campesinos y a las prostitutas. Debido a una profunda crisis económica, el 17 de mayo del mismo año se efectuó una importante reforma agraria con una nueva distrubución de las tierras; se intentó también diversificar la agricultura; se abrieron, además, minas de níquel, hierro y cobre.

Alessandra Mancuso11 muestra como, en estos años, con el objetivo de sufragar al bloqueo americano, Cuba estableció relaciones económicas con la Unión Soviética de Krushev (1894-1971), que

8 T. Hugh, Storia di Cuba (1762-1970), 1973 9 S. González, The secret Fidel Castro, 2001 10 Ibidem

11 A. Mancuso, Un ritratto di Fidel Castro tra mito e rivoluzione, Speciale tg1, YouYube, [28/11/2016]

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consideraba la isla cubana como un trampolín hacia la potencia americana por su posición geográfica estratégica: el 80% del comercio cubano implicaba China y URSS; Cuba exportaba grandes cantidades de azúcar en Rusia y esta le proporcionaba a la isla recursos petrolíferos de bajo coste. Las universidades sufrieron cambios: muchos profesores salieron en exilio y las tendencias marxistas y lenistas caracterizaron el ambiente universitario de la época. El régimen se ocupó de la dirección de teatros, cines y centros televisivos; los medios de comunicación como la radio, la televisión y los periódicos se convirtieron en un medio de control y propaganda para el gobierno.

De acuerdo con cuanto afirmado por Alessandra Mancuso,12 Castro dividió los cargos políticos entre sus colaboradores, precisamente, nombró al hermano Raúl, jefe de las fuerzas armadas, y a su compañero Che Guevara, director del banco nacional y ministro de la industria. Este último, cinco años después dejó su cargo para volver al campo de batalla, donde murió en 1967, asesinado en una emboscada en Bolivia. Su cuerpo fue encontrado treinta años después y enterrado en Santa Clara, centro de sus victorias revolucionarias.

En junio de 1961 en un largo discurso dividido en tres partes y dirigido al pueblo y a los intelectuales, Castro incitó a sus ciudadanos a seguir luchando y defendiendo la revolución, pronunciando la célebre frase:

“Dentro la revolución todo, fuera de la revolución nada”13

Empezó, así, el “Quinqueño gris”: el gobierno castrista dictó líneas artísticas y comportamentales, que se tenían que respetar para evitar la censura o el exilio. Fue este el destino de muchos intelectuales, que se vieron obligados a dejar el país para mantener su dignidad o quedar en su tierra natal manteniendo escondidos sus

12 A. Mancuso, Un ritratto di Fidel Castro tra mito e rivoluzione, Speciale tg1, YouTube, [28/11/2016]

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pensamientos. Algunos escritores, como Guillermo Cabrera Infante, se exiliaron del país; otros, como Gabriel García Márquez, quedaron junto al jefe revolucionario. Además, debido a su homofobia, Castro procesó a los homosexuales; en suma: Castro creó un verdadero gobierno rígido donde se proclamaba la revolución para mantener la libertad del país pero se prohibía cualquier tipo de libertad que no fuera dentro de la revolución, o sea, que saliera de las líneas establecidas por el régimen; así que no se puede hablar de verdadera libertad.

Como cuenta Alessandra Mancuso, no faltaron episodios de terrorismo contra la figura del jefe y contra su nuevo gobierno; gran parte de la población abandonó la isla navegando hacia Flórida con pequeños barcos o balsas (en los años ’80, los marielitos, puesto que zarparon del puerto de Mariel y en 1994 los balseros). A pesar de que Castro aumentara las represiones, el pueblo no se rindió fácilmente; de hecho, no faltaron intentos de frenar sus poderes, un ejemplo es el

Proyecto Varela de 1996, cuyo líder era Oswaldo Paya Sardinas

(1952-2012): “se trataba de una petición con la que se expresaba la necesidad de un referendum para establecer una nueva Constitución que fijara los derechos individuales del pueblo cubano, como la libertad de palabra, de religión, el reconocimiento de la propiedad privada y la amnistía para los prisioneros políticos.”14 Castro reaccionó creando una contrapetición con la que se declaraba la irrevocabilidad del socialismo. En 2003 hubo una rígida represión, por parte de Castro, contra los disidentes al gobierno, como los defensores del Proyecto Varela.

Después de diferentes problemas de salud, en 2008 Fidel Castro dejó su cargo en favor del hermano Raúl, su fiel compañero hasta nuestros días. Este efectuó reformas económicas, permitió el uso de internet y les reconoció a los cubanos la posibilidad de viajar hacia el extranjero, aunque siempre mantuvo las líneas políticas del hermano.

14 A. Mancuso, Un ritratto di Fidel Castro tra mito e rivoluzione, Speciale tg1, YouTube, [28/11/2016]

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Mancuso afirma que “Castro les negó la libertad a los cubanos, pero, al mismo tiempo, estos se sienten orgullosos de ser hijos y nietos de la Revolución.”15 Esto, es lo que coincide, de hecho, con las

actitudes del pueblo a la muerte del jefe. El 25 de noviembre de 2016, el Líder Máximo falleció dejando al pueblo cubano partido en dos facciones: por un lado, los ciudadanos de la isla, afligidos por la pérdida del revolucionario que, gracias a sus luchas, liberó Cuba de la potencia norteamericana y mejoró los sistemas de la instrucción y de la sanidad en el país caraíbico; por otro lado, el sentimiento de liberación por parte de los hombres emigrados hacia Flórida, o sea, los que abandonaron la isla, voluntariamente o bajo obligación, puesto que no aceptaron someterse a las imposiciones y a los vínculos del gobierno dictatorial. Según la voluntad del mismo Fidel Castro, sus cenizas cumplieron un último peregrinaje, volviendo a percurrir las etapas de la revolución de 1959: dejando La Habana, se transportaron en un jeep en Santa Clara para el último saludo simbólico a su compañero Che Guevara. En fin, sus restos se enterraron en Santiago de Cuba, en el cementerio de Santa Ifigenia, cerca de José Martí, figura central de la revolución.

1.1.4 Relaciones con Estados Unidos

Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos se han desarrollado a lo largo de la historia: de acuerdo con cuanto expresado por Hugh,16

con la independencia obtenida en 1898, la isla, según la enmienda Platt (1899), seguía siendo un protectorado inglés: Estados Unidos controlaban su economía y sus bases militares; tenían, además, el derecho y el deber de intervenir en el gobierno cubano y en los problemas internos de la isla.

15 A. Mancuso, Un ritratto di Fidel Castro tra mito e rivoluzione, Speciale tg1, YouTube, [28/11/2016]

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Como afirma Emilio Gentile, “Durante muchos años Cuba dependió de la potencia norteamericana”17: empresarios americanos

invertieron fondos en las empresas de la isla, así que controlaban gran parte de su riquezas económicas. Bajo el gobierno de Batista por ejemplo, los años ’40 constituyeron un período muy próspero para la economía cubana: Cuba era el mayor productor de azúcar, que se exportaba en todo el mundo, sobre todo en Europa. Sin embargo, el gran poder económico no comportó un enriquecimiento de la población de la isla sino que quedó en las manos de los explotadores ingleses que controlaban el comercio del país, como estaba establecido por la enmienda Platt.

Hugh propone datos que reflejan las relaciones económicas entre los países: “Antes de 1959, Estados Unidos eran el mayor importador de los productos cubanos (importaban el 74% de las exportaciones cubanas) y procuraban el 65% de las importaciones de la isla.”18

Con la llegada de Castro, sin embargo, empezó un proceso de empeoramiento de las relaciones entre Cuba y el norteamérica: el intento de Castro era independizar lo más posible Cuba de la grande potencia norteamericana bajo el presidente Dwight Eisenhower, lo que causó inevitablemente turbulencias entre los ingleses, que organizaron planes de invasión en la isla para bloquear el poder de Castro.

En abril de 1961, contra la voluntad del presidente americano Kennedy, dos aviones ingleses de la CIA bombardearon el palacio del gobierno y tres aereopuertos cubanos con el objetivo de contrarrestar y eliminar el gobierno cubano. Castro armó su ejército y, después de conocer la noticia de un siguiente ataque en la Bahía de Cochinos, alarmó la aviación y la milicia cubanas. Las fuerzas de Castro capturaron a todos los invasores y la derrota de los americanos fue un triunfo para el joven revolucionario.

17 E. Gentile, Il tempo e la storia di Cuba 1898-1961, con Massimo Bernardini, Rai3, YouTube, [16/09/2016]

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Como muestra Mancuso,19 en los años ’60 la potencia rusa jugó

un papel muy importante para la economía cubana hasta 1991, cuando se disolvió la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas. Sin la ayuda rusa, Cuba sufrió una profunda crisis económica, suavizada gracias al acuerdo político-económico entre Castro y el presidente de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías (1954-2013).

Hugh muestra que, como conclusión de un largo proceso de conflictos que constituían una especie de guerra diplomática, como el bloque de los submarinos cargados de misiles rusos enviados a Cuba, el presidente Kennedy amplió las restricciones precedentemente impuestas por Eisenhower en 1962, quien instauró el llamado

bloqueo: el embargo comercial, económico y financiero contra Cuba.

El “Cuban Democracy Act” (CDA) es un documento que presenta algunas condiciones cuya realización comportaría la abolición de dicho bloqueo: libres elecciones; posibilidad de efectuar una campaña electoral; respeto de los derechos y de las libertades individuales.

La ley Helms-Burton de 1966 agravó el embargo estableciendo que Estados Unidos anularían los fondos y a las organizaciones internacionales y bloquearían las importaciones hacia los países que no respetaran el embargo cubano.

En los años ’90 empezó una serie de acontecimientos culturales, símbolos de una posible nueva apertura social y cultural entre los dos países; se rodaron, de hecho, diferentes películas donde se reflejaba la necesidad de acabar con las luchas seculares y se invitaba al público a la tolerancia como símbolo de reconciliación, es el caso de Fresas y

chocolate, una historia de amor entre dos hombres: por un lado, un

joven áteo y revolucionario, por otro lado, un muchacho católico y conservador.

En 2002 y en 2005 el Parlamento Europeo asignó dos premios por la libertad de pensamiento, respectivamente a Oswaldo Paya Sardinas, el líder del Proyecto Varela y a las damas de blanco, mujeres que

19 A. Mancuso, Un ritratto di Fidel Castro tra mito e rivoluzione, Speciale tg1, YouTube, [28/11/2016]

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desfilan en las calles de La Habana para sensibilizar al gobierno y expresar las necesidades del pueblo cubano.

Bajo consejo de la ONU junto a la invitación a la paz por parte de diferentes pontífices, como Wojtyla, Benedetto XVI y Bergoglio, el 17 de diciembre de 2014, el presidente americano Barack Obama (1961) anunció su intención de abolir el bloqueo, aunque para que se anule completamente, es necesario el acuerdo del congreso americano controlado por el Partido Republicano. Mancuso cuenta que “Al anuncio, siguió un intercambio de liberaciones de prisioneros entre los dos países: Cuba liberó a Alan Gross, el periodista americano acusado de espionaje y encarcelado en 2009; Estados Unidos reintegraron en la isla tres de los cinco, las espías cubanas que, bajo el orden de Castro, fueron a Miami para controlar la eventual organización de ataques terroristas contra el gobierno cubano.”20 En 2015 se volvió a abrir las embajadas en los distintos países y el 17 de diciembre del mismo año, Obama fue a Cuba para visitar a Raúl Castro con el objetivo de incentivar la abolición de tal embargo. Para que la operación se realice completamente, es necesario un plan de reformas por parte del gobierno cubano, basado en el respeto y en el reconocimiento de los derechos humanos de los ciudadanos del pueblo cubano, como la libertad de palabra y de religión o el derecho a las huelgas.

El 8 de noviembre de 2016 ganó las elecciones el nuevo presidente americano, Donald Trump; este ha afirmado reconocer la abolición del embargo a condición de que el gobierno cubano abandone su carácter totalitario y reconozca las libertades individuales ya mencionadas en el Cuban Democracy Act.

1.2 Contexto cultural

La mitad del siglo XX fue un momento crucial de la historia cultural cubana: la creación de nuevas vanguardias y una serie de acontecimientos políticos antecedentes al boom cultural de los años ‘60, como la revolución mexicana (1910-1920) y, sobre todo, la

20 A. Mancuso, Un ritratto di Fidel Castro tra mito e rivoluzione, Speciale tg1, YouTube, [28/11/2016]

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revolución cubana (1959), determinaron un cambio radical de la perspectiva desde la que se consideraba Cuba y toda América: después de una fase donde la isla vivía en la sombra del resto del mundo, sobre todo de Europa, se pasó a una fase donde Cuba adquirió importancia, el pueblo tomó conciencia de sí mismo y América Latina empezó a ser visible al mundo entero. En términos de Bellini, “Antes atracción exótica, Hispanoamérica se convirtió en un mundo nuevo donde todo se caracteriza por una atmósfera casi mágica con sus maravillosos paisajes y olores, un mundo completamente diferente del tradicional europeo.”21 La literatura refleja inevitablemente este cambio de perspectiva: América Latina mostró ser capaz de crear grandes obras y tener una identidad propia, diferente de la que Europa le asignaba.

Como confirma De Medrano, “El movimiento del Modernismo constituye un claro ejemplo de la nueva relación entre Europa y América Latina: desarrollado en un primer momento en el nuevo mundo, solo en un segundo momento llegó a España.”22; se trata del primer caso donde América Latina precede la madre patria.

De acuerdo con cuanto afirmado por Oviedo23, en la segunda

mitad del siglo XX nos encontramos frente a una madurez narrativa: casi todos los autores hispanoamericanos han salido de su país originario experimentando el exilio. Viajando a Europa, entraron en contacto con otras culturas y con las vanguardias europeas, lo que les permitió ver América Latina con ojos nuevos: abandonaron los prejuicios europeos para considerar su nación desde una nueva perspectiva, exaltando sus valores, cultura y paisaje. De ahí que empezara una revolución estética basada sobre una continua experimentación artística y literaria con la adquisición de nuevas técnicas y una profunda meditación sobre lo americano, dando vida a

21 Birkenmaier A.; González Echevarría R., Cuba: un siglo de literatura

(1902-2002), 2004

22 S. De Medrano, Historia de la literatura hispanoamericana (desde el

Moderismo), 1989

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lo que convencionalmente se indica con el término “boom literario”, aparecido por primera vez en un semanal argentino, Primera plana.

Junto a la esperanza de un equilibrio económico, político y social, bajo el nuevo gobierno que prometía mejoras, empezó una producción literaria donde muchos escritores y artistas crearon corrientes y estilos originales, fruto de la experimentación de los años ’60 que continuó hasta los años ’80 con la novela y la historiografía. En las nuevas tendencias literarias, cada autor adoptó su propio estilo experimentando a su modo nuevas técnicas, pero respetando siempre una constante común: “la construcción del ser del individuo hispanoamericano como redención del ser precedentemente aniquilado por los gobiernos europeos.”24

1.2.1 Factores que favorecieron el desarrollo cultural

De acuerdo con cuanto afirmado por Echevarría25, las prerrogativas que permitieron y favorecieron el carácter explosivo del boom literario fueron diferentes.

En primer lugar, un nuevo tipo de público fue el motor de la evolución: en los años ‘30, entre la primera y la segunda Guerra Mundial muchos españoles emigraron a América Latina; lo que comportó un aumento de la población en las ciudades. Se construyeron escuelas y universidades, así que se formó un nuevo tipo de lector, más sensible a las obras literarias.

En segundo lugar, el desarrollo del mercado de las traducciones, medios para que los textos se difundan y se conozcan en otros países. En este ámbito Cuba sufrió censuras y represiones por parte del gobierno castrista que prohibió las traducciones de las obras cubanas: como la traducción y la difusión de las obras implican actos políticos, bajo un gobierno dictatorial pueden constituir un peligro para el poder. Por el contrario, se publicaron traducciones de obras de Borges en Francia y en Estados Unidos.

24 J. M. Oviedo, Historia de la literatura hispanoamericana, 2001

25 Birkenmaier A.; González Echevarría R., Cuba: un siglo de literatura

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La difusión de la industria cinematográfica facilitó seguramente la difusión de la narrativa hispanoamericana: se rodaron numerosas películas basadas en textos literarios.

Además, la industria y el comercio jugaron un papel muy importante para la difusión de los libros: nacieron nuevas editoriales y nuevas revistas, por ejemplo Marcha de Onetti en Uruguay. En Cuba nació la Casa de las Américas: una institución cultural que creó una revista bimestral desde 1960, bajo el control de A. Carpentier desde 1961, luego bajo el escritor Fernández Retamar.

Otra revista importante fue Primera plana, un semanal argentino donde se publicaron los primeros reportajes sobre Cabrera Infante, tema muy peligroso para la época, ya que se trataba de un autor muy criticado por sus ideologías contra del régimen. Muchos escritores, a través de cartas publicadas en el semanal, acusaron al autor de crímenes, el primero fue Heberto Padilla con Caimán barbudo. Lo que le occurrió a ese autor, el denominado “Caso Padilla”, fue muy significativo: “Al principio entusiasta de la revolución cubana, en un segundo momento, a su regreso a la isla en 1966, después de haber trabajado en el bloque soviético, desarrolló una visión crítica que pronto se tornó en desencanto, que expresaba en privado, hacia el régimen de Fidel Castro.”26 Con el intento de granjearse la confianza

del gobierno y defenderse de las acusaciones de actividades subversivas contra el gobierno, en 1968 con un artículo publicado en la revista Primera Plana, acusó a Cabrera Infante definiéndole antirrevolucionario por no estar de acuerdo con las nueva líneas del régimen castrista. El incidente con Padilla representó un antes y un después en la relación entre la intelectualidad mundial y la Revolución Cubana, que marcó el fin del idilio entre ambos.

Fue muy importante, además, la contribución de la revista Mundo

Nuevo, dirigida por Rodríguez Monegal desde París desde 1966 hasta

1971. Acusando a la revista de inducir a los intelectuales a escribir para la revolución y, por lo tanto contra del régimen castrista, los

26 A. Mancuso, Un ritratto di Fidel Castro tra mito e rivoluzione, Speciale tg1, YouTube, [28/11/2016]

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escritores empezaron a rechazar la colaboración con dicho semanal: los artistas se habituaron a la idea de que el enemigo externo pudiera constituir una amenaza al equilibrio del país y desconfiaron hacia cualquier línea que se alejara de la de Castro. La revista publicó obras de Borges, Paz, Neruda, Vargas Llosa y tres capítulos de Tres tristes

tigres.

En cuanto a Cuba, por un lado se nota un endurecimiento de la política castrista y un aumento de represiones materiales y psicológicas por parte del régimen; por otro lado en los años ‘60 se nota una búsqueda de ayuda externa por parte de la isla donde se organizaron congresos, festivales literarios y concursos: se trataba de una manera con la que el país intentaba evitar la reclusión y el aislamiento cultural debidos al bloqueo impuesto por Estados Unidos. Aunque los primeros signos de un edurecimiento de la política de Castro y un aumento de la represión, en 1965 se organizó el Congreso Colombianum, ocasión de intercambios de ideas para los escritores. La dirección del congreso fue asignada a F. Retamar: él quería fundar una asociación de escritores e intelectuales de diferentes países para que se difundiera la literatura hispanoamericana fuera del continente.

Por último, lo que favoreció el desarrollo literario y estimuló la producción artística fue, sin duda, el sistema de premios literarios: hasta los años ’40 España tuvo el dominio editorial para la difusión de la cultura; como la difusión de la literatura hispanoamericana en los años ’60 constitía en un peligro para mantenerlo, las editoriales españolas se vieron obligadas a organizar concursos y establecer premios literarios para los autores con el objetivo de obtener la difusión de las obras latinoamericanas y seguir dominando el mercado editorial. La primera editorial fue la de Barcelona, Seix-Barral que en 1962 asignó el premio Biblioteca Breve al escritor peruano Mario Vargas Llosa con La ciudad y los perros; en 1964 el premio fue asignado a Cabrera Infante con Vista del amanecer en el trópico mientras que en 1967 a Padura Fuentes con Cambio de piel.

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25

1.2.2 Características de la nueva literatura

En la nueva atmósfera hispanoamericana, gracias a una continua experimentación artística y literaria, se desarrollaron diferentes corrientes y tendencias, cada una con sus peculiaridades pero con una base común: “la necesidad y la voluntad de construir el nuevo ser del individuo hispanoamericano.”27

Basándose en los trabajos de Echevarría28 y Oviedo29, sin olvidar los estudios de Sáinz de Medrano30, se notan elementos constantes en las nuevas tendencias literarias del siglo XX.

En primer lugar, la lucha por la liberación y la evasión de la opresión por parte del gobierno dictatorial que impone sus líneas y sus reglas en cuarquier ámbito. Los escritores expresan su voluntad, y la del pueblo americano, de independencia, de rebelión contra las represiones continuas a las que todo el mundo tiene que rendirse. Se nota un deseo, por supuesto indirecto e implícito de superar la censura, de denunciar las atrocidades y la condición negativa de los individuos rescatando sus derechos.

En segundo lugar, la confusión entre realidad y ficción es lo que acomuna todas las tendencias de la nueva narrativa hispanoamericana. La realidad histórica o la verosimilitud y la fantasía, la ficción, lo sobrenatural, planos completamente opuestos, se mezclan y forman parte de un único horizonte. Se confunde lo real con lo ficticio de manera que es difícil comprender los límites de estos dos mundos diferentes. Se utiliza la ficción para llenar los huecos informativos y para distorsionar la realidad considerando esta operación la única que nos permite llegar a la verdad.

Otro elemento presente en la nueva narrativa es la naturaleza: por un lado fuerza indomable, que aniquila al hombre que

27 J. M. Oviedo, Historia de la literatura hispanoamericana, 2001

28 Birkenmaier A.; González Echevarría R., Cuba: un siglo de literatura

(1902-2002), 2004

29 J. M. Oviedo, Historia de la literatura hispanoamericana, 2001

30 S. De Medrano, Historia de la literatura hispanoamericana (desde el

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presuntuosamente pretendía dominarla; por otro lado, medio para exaltar la belleza y la unicidad del paisaje hispanoamericano, sobre todo en las obras cubanas, contrapuestos sea a los sistemas políticos que rigen en estos países, sea a su visión exótica tradicional europea.

La proyección mítica, otro elemento de las obras, es el resultado de la condición en la que se encontraban los países hispanoamericanos antes de la independencia: oprimidos durante años, la creación de utopías fue el resultado más lógico, signo de esperanzas y deseos de una mejor condición.

La linearidad cronológica de los hechos y de la narración se fractura: el tiempo es un elemeto con el que se juega, la narración es rica de flashbacks, saltos temporales, anticipaciones y recuerdos de tiempos pasados.

La plurivocidad de la narración es otro elemento que caracteriza la nueva literatura: se presentan los hechos según diferentes perspectivas y distintos puntos de vista de varios personajes.

Por último, lo que acomuna a todos los escritores hispanoamericanos es una distorsión de la realidad, una reflexión sobre la historia, sobre cuál es la realidad y cómo es posible representarla, aunque cada uno cumpla estas operaciónes según su propio método: A. Carpentier, por ejemplo, “presenta los mismos hechos analizándolos desde dos distintas culturas, con sus relativas perspectivas contrapuestas”;31 García Márquez “utiliza técnicas

lingüísticas como hipérboles, caricaturas; desafía, además, la lógica presentando como natural lo irreal.”32 Cabrera Infante “selecciona fragmentos de la historia describiendo determinados detalles y juega con el lenguaje como manera para escapar y rescatar las imposiciones por parte del gobierno”33; Eloy Martínez “llena los huecos

31 E. Camayd-Freixas, “Lo Real Maravilloso: problemas de la poética de Carpentier” en E. Camayd-Freixas, Realismo mágico y pimitivismo, 1998

32 E. Camayd-Freixas, “Cien años de soledad o la etnografía imaginaria” en E. Camayd-Freixas, Realismo mágico y pimitivismo, 1998

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27

informativos de la historia tradicional con episodios ficticios, dando voz al pueblo, el verdadero conocidor de la realidad de la historia.”34

Todos nos permiten ver la realidad desde otra perspectiva: el resultado es un inicial aturdimiento y consternación del lector por perder los conocimientos que hasta aquel momento consideraba sólidos, para luego pasar a un asombro que lo afascina y le permite ampliar su mente reflexionando sobre las perspectivas posibles desde las que se pueden interpretar los mismos hechos, si existe una verdad y cómo se puede representar.

1.2.3 Nuevas tendencias literarias

Nuevas corrientes se formaron en cada país: el Ultraísmo argentino, cuyo padre fue el autor, traductor, ensayista y poeta Jorge Luis Borges (1899-1986), protagonizó los años ’30 en Argentina. En 1932 en “El arte narrativo y la magia”, artículo publicado en la revista

Sur, Borges fijó las líneas de su poética: “la literatura es creación de

una realidad ficticia, la realidad se crea a través del artificio verbal; el lector es un agente activo llamado a interpretar lo que tiene delante; es necesario poner atención en las oscuridades y lo oculto para llegar a la realidad del mundo, subraya su interés por lo que no es visible; a través de un lenguaje sintético y conciso, habla de un mundo donde los acontecimientos se regulan con leyes mágicas y no lógicas.”35

Otra tendencia de la narrativa hispanoamericana es lo Real Maravilloso, cuyo padre es el autor cubano Alejo Carpentier (1904-1980). El autor presentó su poética en el artículo “De lo Real Maravilloso americano”, publicado en 1948 en el periódico Nacional

de Caracas, luego insertado en el prólogo de El reino de este mundo,

publicado en 1949. Esta nueva concepción de la realidad se basa en la confusión entre magia y realidad: no importa buscarlo en otros mundos, lo maravilloso, que surge de una inesperada alteración de la realidad, está ínsito en la naturaleza y en las tradiciones americanas, lo importante es conseguir captar esta maravilla y encontrar expresiones

34 J. M. Oviedo, Historia de la literatura hispanoamericana, 2001 35 Borges, “El arte narrativo y la magia” en Sur, 1932

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lungüísticas aptas a describirla. En el prólogo de El reino de este

mundo se lee:

“Lo maravilloso comienza a serlo de manera inequívoca cuando surge de una inesperada alteración de la realidad (el milagro), de una revelación previlegiada de la realidad, de una iluminación inhabitual o singularmente favorecedora de las inadvertidas riquezas de la realidad [...]. Para empezar, la ensación de lo maravilloso presupone una fe. Los que no creen en santos no pueden curarse con milagros de santos [...]”36

Se considera un privilegio conseguir ver lo maravilloso ocultado bajo la realidad; para que esto suceda, es necesaria una actitud subjetiva por parte del lector que tiene que abandonar la lógica y con un auto de fe, tiene que aceptar como verdaderas, o por lo menos posibles, las creencias espirituales y las costumbres propias del nuevo mundo y de los indígenas. Es una cuestión de perspectiva: creer o no creer y fiarse de una cultura diferente, cambia totalmente la percepción del mundo: lo maravilloso es lo irracional ocultado bajo la razón de la civilización. Como afirma Camayd-Freixas, “aunque el lenguaje utilizado es rico de tecnicismos y un léxico autóctono de los indígenas, lo real maravilloso no se define una estética, por lo tanto no implica un trabajo estético, considerado artificial.”37

Gabriel García Márquez (1927-2014), autor colombiano y padre del Realismo Mágico, es otro grande protagonista de la literatura hispanoamericana de los años del boom artístico. Como afirma Camayd-Freixas, “El realismo mágico utiliza como punto de partida las teorías y las líneas de lo Real Maravilloso pero implica también un

36 A. Carpentier, El reino de este mundo, 1949, cit. p. 12

37 E. Camayd-Freixas, “Lo Real Maravill.oso: problemas de la poética de Carpentier” en E. Camayd-Freixas, Realismo mágico y pimitivismo, 1998, cit. p 110

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trabajo estético: se trata de una corriente con técnicas y atención expresivas.”38

Como se puede comprobar en Cien años de soledad39, Márquez

presenta los hechos y los acontecimientos más extraños y fantásticos como si fueran las cosas más naturales del mundo superando las barreras de la lógica. En términos de Camayd-Freixas, “Lo que diferencia el realismo mágico de la literatura fantástica es la reacción del narrador, y por supuesto del lector, a la irrupción de lo irracional: considerado normalidad en el primero, causa miedo y sentimientos descorcentantes en la segunda.”40

1.2.4 Crítica e historiografía

Por lo que concierne a la crítica, Oviedo41 muestra como, después de un largo período de ausencia, en la segunda mitad del siglo XX, se desarrolló una nueva corriente americana, fruto de la fusión de dos corrientes: la crítica estructuralista europea y la crítica americana de Estados Unidos, es decir, culture study, que basa sus estudios en la cultura de la sociedad del autor de la obra. En América Latina se desarrolla una crítica autóctona híbrida: estudiando en primer lugar el texto, los críticos recurren al contexto de las obras, basándose en el sincretismo cultural.

Un cambio radical en el mismo período se nota también en la historiografía: desaparece la distancia entre esta y la novela, los dos géneros se funden para formar una narración de la historia. Oviedo afirma que “La historiografía se convierte en narración: se basa en la selección de datos y acontecimientos históricos y su montaje para que se cree una historia con un determinado mensaje.”42

38 E. Camayd-Freixas, “Lo Real Maravill.oso: problemas de la poética de Carpentier” en E. Camayd-Freixas, Realismo mágico y pimitivismo, 1998, pp. 110-111

39 G. García Márquez, Cien años de soledad, 1967

40 E. Camayd-Freixas, “Cien años de soledad o la etnografía imaginaria” en E. Camayd-Freixas, Realismo mágico y pimitivismo, 1998

41 J. M. Oviedo, Historia de la literatura hispanoamericana, (4) 2001 42 Ibidem

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30

Cambia el concepto de verdad histórica: ¿Dónde está la verdad de la historia? La verdad tiene que implicar los documentos pero no necesariamente depende de ellos: “la realidad depende de cómo se seleccionan estos documentos y cómo se interpretan, lo que implica una determinada subjetividad por parte del autor que, distorsionando la realidad y la historia convencional estudiada en los manuales, llega donde la historiografía no consigue llegar. La verdad, muchas veces, se encuentra precisamente en lo ocultado por la historia tradicional.”43 En este ámbito, se puede afirmar una cierta afinidad entre Guillermo Cabrera Infante, que con Tres Tristes Tigres (1967) y Vista

del amanecer en el trópico (1974) selecciona detalles y determinados

acontecimientos históricos para comunicar mensajes particulares, y Tomás Eloy Martínez (1934-2010), autor argentino que en su obra más conocida, Santa Evita (1995) modifica la historia de su país llenando los huecos informativos con determinados acontecimientos y anécdotas, fruto de su imaginación, para explicar lo que no queda claro o lo que se oculta al pueblo. Como se lee en la obra de Eloy Martínez, Santa Evita: “A una historia real hay que cubrirla con historias falsas”44; el autor vuelve a escribir la historia como si fuera

un periodista, anula las lagunas insertando testigos populares y creando episodios ficticios: la ficción llega donde la historia no puede, es posible descubrir la realidad solo modificando la historia que no nos lo permite. Es el pueblo el verdadero conocidor de la realidad, es necesario, por lo tanto, darle voz y escuchar a los que antes no podía ni hablar ni pensar. La realidad histórico-cultural de un país reside en el pueblo, es necesario recurrir a estos seres para llegar a la verdad sin mentiras ni intereses que modifican la historia.

1.2.6 Literatura de régimen cubana

La experimentación que caracterizaba el boom literario de los años ’60, aumentó en los años ’70, cuando en la isla aumentaron también las represiones y las censuras por parte del gobierno castrista.

43 J. M. Oviedo, Historia de la literatura hispanoamericana, (4) 2001, p. 407 44 T. Eloy Martínez, Santa Evita, 1995

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31

Durante el Quinqueño gris, como hemos afirmado, Castro empezó su política de represión y control en todos los ámbitos, incluso el cultural, ya que los libros constituyen un importante medio de comunicación y divulgación ideológica. Dirigiéndose a sus colaboradores intelectuales y a los ciudadanos, pronunció un discurso con el que quiso mostrar al pueblo cubano la importancia de mantener viva la revolución y la acción para que la situación actual de Cuba no se deteriorara con la consiguiente pérdida de la independencia respecto al dominio norteamericano. Justificó, por lo tanto, la necesidad de escritores e intelectuales que concentraran su atención para defender la revolución. Los escritores, para poder ejercitar su profesión, tenían que ajustarse a las líneas del gobierno y escribir para la revolución.

Dada la homofobia de Castro, estaban prohibidos también los textos que contenían historias o alusiones a la homosexualidad.

Castro promovió una literatura de régimen cuyas líneas se fijaron por dos autores, Luis Rogelio Nogueras (1944-1985) y Guillermo Rodriguez Rivera (1943) en un artículo publicado en los años ’80 en

La Gaceta de Cuba: “la literatura era estereotipada, viciada por el

conformismo y estrictamente relacionada con la política socialista; los temas eran policiales donde de consideraba el criminal como el enemigo del estado y de la sociedad; donde la policía tenía que investigar sobre los crímines y sus motivaciones.”45 Los que se

alejaban de estas guías eran destinados a la censura y a la represión. Ejemplo de este tipo de narrativa es la antología Cuentos policiales

cubanos, publicada en 1980.

1.3 Guillermo Cabrera Infante

Uno de los mayores autores cubanos, ensayista, guionista y crítico cinematográfico, Guillermo Cabrera Infante protagonizó la

45 R. Nogueras; R. Rivera en La Gaceta de Cuba, 1976 en S. Menton, La novela de

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32

producción literaria y cinematográfica cubana de la segunda mitad del siglo XX.

1.3.1 Vida y obras

Guillermo Cabrera Infante nació el 22 de Abril de 1929 en Gibara, provincia de Oriente (actual Holguín), en Cuba. Era el hijo mayor de Guillermo Cabrera y Zoila Infante, dos militantes comunistas. Transcurrió su infancia viviendo en primera persona las problemáticas políticas de Cuba de los años ’30 bajo el general Gerardo Machado Morales. Como afirma el mismo autor en su autobiografía46, toda la vida de Cabrera estuvo influenciada por la

situación político-cultural de su país: creció en una familia activista, sus padres participaron en la creación del Partito Comunista de Gibara, practicaron la acción directa en la lucha por los derechos humanos contra las violencias y las represiones del gobierno. Acusados de participar en actividades subversivas, fueron encarcelados por seis meses después de una irrupción violenta por parte de la milicia del general; esto causó una profunda impresión psicológica con implicaciones negativas en la personalidad del joven autor que solo tenía siete años. A los doce años se trasladó a La Habana con sus padres bajo el gobierno del nuevo dictador, Fulgencio Batista.

Empezó a escribir en 1947, cuando participió en diferentes concursos literarios; ganó el primer premio en el concurso organizado por la revista Bohemia con Aguas del recuerdo con la que empezó su carrera literaria. Inició estudios de Medicina, que dejó para pasar a Periodismo en 1950, pues ya empezaba a descubrir que sus aficiones, la literatura y el cine, serían las pasiones a las que dedicaría su vida.

Entre los años 1949 y 1951 fundó el semanario Nueva

generación, una sociedad cultural llamada Nuestro tiempo y un

instituto cinematográfico, la Cinemateca de Cuba. En la revista

Bohemia publicó diferentes artículos que incluían palabras y

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33

expresiones inglesas, lo que anticipa su voluntad de experimentar con el lenguaje que se encontrará en sus obras siguientes. Claro signo de traspasar las líneas y las reglas impuestas por el régimen, esta actitud fue la causa de las censuras que se vio obligado a soportar en 1952, cuando los censores del régimen de Fulgencio Batista lo definieron culpable de incorporar obscenidades en sus escritos publicados en la revista Bohemia. Como castigo, se le prohibió publicar con su nombre, asunto que fue resuelto mediante el uso del seudónimo G. Caín, una contracción de sus apellidos.

En 1954, empezó una carrera como crítico cinematográfico en la revista Carteles, de la que incluso llegó a ser jefe de redacciónen en 1957 y con la que colaboraría hasta 1960, cuando dejó de publicarse.

Un oficio del siglo (1967) es la recopilación de sus artículos de crítica

cinematográfica.

En los años ‘50, Cabrera Infante escribió la mayor parte de las historias que serían compiladas más tarde en Así en la paz, como en la

guerra (1963), un volumen de relatos.

Tras la llegada al poder de Fidel Castro en 1959, Cabrera Infante, que había apoyado la Revolución cubana, fue nombrado director del Consejo Nacional de Cultura, ejecutivo del Instituto del Cine y subdirector del diario Revolución (actual Granma), encargándose de su suplemento literario, Lunes de Revolución, en el que pretendía llevar a cabo los sueños de libertad y desarrollo cultural de la revolución.

Sin embargo, sus relaciones con el régimen pronto se deterioraron, hasta que el suplemento fue suprimido en 1961, considerado un peligro para el poder.

En 1962 fue a Bruselas como agregado cultural de la embajada cubana. Durante su estancia en Bélgica empezó a concebir su primera novela Tres tristes tigres que publicó más tarde, en 1967.

Permaneció allí hasta 1965, cuando, debido a la repentina muerte de su madre, volvió a la isla. La experiencia de la breve vuelta a su isla natal sería plasmada en su libro Mapa dibujado por un espía, publicado póstumamente en 2013. La vuelta a Cuba significó, para él,

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34

tomar conciencia de la real condición del país: una isla degradada, pobre, sin ningún avance de ningún tipo, de ahí que su esperanza en un mejoramiento se convirtiera en desilusión. Quiso dejar el país pero fue retenido por el Servicio de Contrainteligencia durante cuatro meses, hasta que finalmente pudo salir hacia el exilio sin jamás volver a la isla. El exilio en Cabrera Infante es un efecto de estilo: se produce la pérdida del centro y de la estabilidad lingüística desde la que escribe el no exiliado, pero a cambio se obtiene la marca y el signo de una radical experiencia de libertad.

Fue a Madrid, donde compuso diferentes obras, como Vista del

amanecer en el trópico, obra que nació de la costilla de la precedente

novela Tres tristes tigres y que se publicó solo en 1974 a causa de la rígida censura del gobierno dictatorial de Francisco Franco, que negó su publicación considerándola responsable de difundir una mala fama y disidencia hacia el concepto de régimen dictatorial.

De acuerdo con cuanto afirmado por Dinorah Hernández Lima, “Se trata de un texto nacido de otro pensado precedentemente (Tres

tristes tigres), una serie de fragmentos que Cabrera Infante se vio

obligado a quitar para superar la censura” 47: es un conjunto de viñetas y catorce ekphrasis, pinceladas que describen la vida de La Habana y la historia de Cuba desde la creación geológica hasta el pos-revolución del gobierno castrista, descripciones cuyo referente iconográfico es oculto. Cabrera exalta Cuba como una isla única por su belleza debida a los colores, los paisajes y los olores que la caracterizan, pero al mismo tiempo la considera una nación muerta, imposibilitada al progreso por la situación política que tiene que afrontar: la violencia y la represión que protagonizan cada régimen aniquilan al pueblo y todas sus esperanzas. Muestra los crímenes del gobierno independentemente de las orientaciones políticas de quien los cometa: sus blancos son las atrocidades inflingidas a los seres humanos. La técnica utilizada por el autor nos hace pensar a la técnica

47 D. Hernández Lima, Versiones y re-versiones históricas en la obra de Cabrera

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