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XXII 1596? C

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(1)

XXII

1596?

CARRO CARBAJAL, II, LXII

DIEGO GASQUE, Milagro de la Virgen de los Remedios

& Romance del Monte Santo de Granada

[h. 1r] CASO ESPANTOSO SUSCEDIDO EN EL REINO DE NAVARRA, EN LA

CIUDAD DE PANPLONA, A UNA MUJER, LA QUAL DECÍA QUE LA MUJER QUE PARÍA DOS CRIATURAS, QUE ERA LA UNA DEL MARIDO Y LA OTRA DE SU AMIGO, Y CÓMO POR VOLUNTAD DE DIOS VINO A PARIR SIETE CRIATURAS JUNTAMENTE, CON LAS GRANDES TRAICIONES QUE HIZO Y UN MILAGRO QUE LA VIRGEN DE LOS REMEDIOS OBRÓ. COMPUESTO EN ESTE AÑO DE MILL Y QUINIENTOS Y NOVENTA Y SEIS POR DIEGO GASQUE, VEZINO DE LA CIUDAD DE VILLENA, CON UN ROMANCE DEL MONTE SANTO.

[1]

Alumbra mi entendimiento, eterno Dios poderoso,

y pon en mi lengua asiento para que con buen talento diga este caso espantoso y Vos, Fuente de dulçor, sacra Virgen, qual colijo, porque hable sin temor, dadme la gracia y favor de Iesús, qu’es vuestro Hijo.

Suene con valor profundo tal caso de admiración, vuele con gozo jocundo, cada qual tenga atención, escúchelo todo el mundo; en Panplona, esa ciudad, residía una donzella riquísima y de beldad, de gente muy prencipal, sobretodo hermosa y bella.

Esta dama se casó con un cavallero umano, con el qual mucho se holgó y es que la misma escojió

el marido por su mano; diez años y más vibieron con contento y regozijos, siempre a la Virgen sirvieron y en oración le pidieron que les diese algunos ijos.

Con entrañable alegría, víspera de Resurreción,

fueron a una su alcaría a alegrar su coraçón, que gran tristura tenía y en aquella coyuntura salió el cavallero a caça por tomar alguna holgura, mas como el demonio enlaça, ordenó una desventura. [h. 1v]

Y es que la dama quedó sola con una su esclava

y una pobre allí llegó con dos niños que criava y limosna le pidió; luego la mandó llamar y meter en su aposento, aquesta con mal intento le començó á preguntar con dañado pensamiento:

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«¿Paristes los niños vos?», le preguntó la señora; «Assí me remedie Dios, como an nacido los dos un día dentro en un ora»; «Yo no lo puedo creer que son de vuestro marido ni me lo deis a entender, sí que devéis de tener algún galán por amigo.

»Y cada qual engendró, sin duda, su criatura»; como tal palabra oyó, la pobre le respondió,

mostrando muy gran tristura: «Plega a Iesús simpiterno, ¿cómo me lo levantáis?, que en gran pobreza os veáis y paguéis en el infierno esa intención que lleváis».

Como la señora oyó lo que la pobre dezía, en cólera se encendió, luego la esclava llamó, a la qual ansí dezía: «Corre presto sin tardar, mátame aquesta traidora, no quieras más dilatar, pues que yo soy tu señora y te puedo libertar».

Y la esclava arremetió con un ímpetu muy fuerte, con un cuchillo le dio por la ixada de tal suerte, con que la pobre acavó y como muerta la vio, con unas entrañas crudas la dama se levantó, con sus manos degolló las chicas dos criaturas.

Hecha ya la desventura, encendida en viba brassa, en una gran cueva escura

que avía dentro de casa les dieron la sepultura; allí fueron sepultados, sin que nadie lo entendiesse, la madre y hijos amados, murieron martirizados sin que ninguno los vesse.

Y ansí nadie varruntó lo que aquestas dos hizieron, mucho tiempo se passó, pero Iesús permitió que adelante lo supieron y pasó desta manera, que, como tiempo llegasse que su pecado pagase, quisso la Virgen entera

que la dama se empreñasse. [h. 2r] Muy mucho la regalava el marido con vuen celo, alavando a Dios del cielo y en ella ser emitava, reciviendo gran consuelo; con contento y regozijo un domingo concertó treze hombres que llevó a segar a su cortijo y él con ellos se partió.

Con gran tristura quedó viendo el marido partir,

él della se despidió y la señora quedó en días para parir y, acercándose la ora de su parto con dolores, permitió Nuestra Señora que pariese esta traidora siete niños como flores.

En su parto se hallaron solamente tres mugeres

y entre ellas concertaron una gran traición que usaron, mostrando estar muy crueles; la esclava y la comadre y la dama que parió,

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que era de los niños madre, pues para que mexor quadre, notad lo que concertó.

Dixo con poco saber: «Si me tenéis encuvierto un poco que quiero hacer, vibiréis con gran plazer si se está siempre secreto; daros he seiscientos ducados con que en descanso vibáis si lo que pido otorgáis y os serán luego pagados, esto quiero que sepáis.

»Y es que con gran diligencia a los seis niños toméis

y al momento los llevéis sin ninguna resistencia y en el río los echéis; llevaldos sin más desvío», le dixo con vituperio, «echadlos en aquel río, no diga agora mi marido que yo le é hecho adulterio».

La comadre lo acetó quanto la dama pedía, el dinero recibió, luego la esclava llamó, a la qual assí dezía: «Corre, ve muy deligente, camina con fuerça y brío, pues siempre as sido sirviente, echa los seis en el río,

sin que lo entienda la gente». Y aquesto se concertava, Iesu Crispto permitió que la Virgen allegó a do el cavallero estava y ansí le dixo y habló: «Corre presto sin tardar», dixo la Virgen María, «no quieras más dilatar, sí a tu casa caminar,

que mucho te convenía». [h. 2v]

El cavallero, espantado con el resplandor que vio, aflexido y lastimado, una pregunta le á dado, de aquesta suerte habló: «Decidme vuestro renonbre, alcance yo aqueste medio». «Porque todo el mal se asombre, sabrás que mi propio nombre es la Virgen del Remedio».

El cavallero partió, corriendo con fuerça y brío, en un momento llegó do con la esclava se halló, que iva ya juntico al río; preguntole: «¿Adónde bas?, dime la verdad, traidora»; respondió por tal compás, sin volber un punto atrás: «Señor, parió mi señora.

»Llevo la vascosidad que de su vientre á salido, qu’es la sangre que á vertido y por más curiosidad, en este escriño metido»; estando con ella hablando, un niñito lloró

y allegó calla callando y el escriño descubrió, mucho se desimulando.

Y vido a sus seis hijos muy más lindos que las rosas y de faiciones hermosas y a la esclava sin letijos le preguntava mil cosas; el cavallero prudente le dixo con gran veldad: «Dime toda la verdad, Isabel, pues que la sabes, y darete libertad».

La esclava le respondió, dando a su pena desvío:

«Señor, a siete parió y ella propia me mandó

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que echase seis en el río»; el cavallero, espantado con las palabras que oyó, aflexido y afrentado, luego seis amas buscó, siendo del mal informado.

El cavallero sapiente a qualquiera dellas dixo: «Crialdos secretamente, sabed que aqueste es mi hijo, no se dé parte a la gente»; y como hecho lo ubiesse, con la esclava se volbió, junto al río la llevó,

porque no lo descubriesse, seis puñaladas le dio.

Una gran piedra le ató por quedar más satisfecho, dentro en el río la echó para hazer mejor su hecho, a su cortijo volvió;

como la señora vio que la esclava no venía, muy gran tristura mostró y a grandes bozes llamó, viendo que no parecía. [h. 3r]

Ved las lástimas que hazía la señora por la esclava que su maldad la cubría, grandes alaridos dava, que en el cielo los ponía; de sus cavellos assía con mucha pena y enojos, por el suelo lo esparzía y por la esclava gemía con lágrimas de sus ojos.

Passado el tercero día, el cavallero bolvió a la cassa do vivía y la muger le contó, la esclava no parecía; dixo: «No os acongogéis, porque la esclava es perdida, suplico os reportéis

y vuestro niño criéis,

no os mostréis tan aflexida». Y como a tiempo llegó tener los niños siete años, el padre traer mandó tres pieças de finos paños y a todos siete vistió; como vestidos los vió, el padre dellos goçoso, a su casa caminó y a su muger parte dio, con parlamento gracioso.

Dixo con mucho saber, dando parte a sus cuidados, començando a proceder: «Sabed, señora muger, que tengo unos combidados; son seis nobles cavalleros aquestos que he combidado, de lexos tierras estrangeros, de mucha hazienda y dineros, de buen linaxe y onrado.

»Y ansí conviene tener mañana rica comida

para darles a comer, muchas viandas traer, porque es cierta su venida»; y como lo que él mandase prestamente se hiziesse, mandó los niños tragesen y en la mesa los sentasen, donde la madre los viese. La señora se aflixía quando los niños mirava, muy gran tristura mostrava, viendo que se parecían al propio que ella criava; el cavallero, que vio a la dama puesta en calma, aunque lo desimuló, un grande suspiro dio, que le llegó mucho al alma.

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siete niños sin tardar y los seis aborreciesse y los mandase ahogar, ésta, ¿qué pena merece?»; respondió con discreción: «Yo me daré la sentencia con umilde coraçón y pues hize la traición,

examinen mi conciencia». [h. 3v] Luego la dama corrió cas de el juez prestamente, cómo a la pobre mató y a los niños degolló, le declaró allí al presente; el corregidor, que oyó lo que la dama dezía, a la cárcel la llevó y ella en todo consintió, diziendo «más merecía».

Mandó que luego llamasse el juez al escrivano,

la sentencia confirmasse y que no la rebocase,

pues que su hecho fue en vano; luego al momento vinieron sin un punto se tardar y de confissión la oyeron, la sentencia le leyeron, que era cosa de notar.

La qual sentencia dezía: «Pues fue tan malo mi hecho, con tan perversa osadía, córtenme el braço derecho con que el mal yo hecho avía; también mando que después, que me lleven arrastrando, con trompetas pregonando me assierren entrambos pies, mis maldades publicando.

»También suplico umilmente que después sea degollada y mi caveça llevada delante toda la gente y en la picota colgada»;

estando los pies cortando, la buena muger dezía, a Iesús siempre inbocando: «Venditísima María,

idme Vos siempre ayudando». Estava considerando cómo ofendió al Redentor, de sí misma se quexando y con el dolor clamando «Miserere mei, Señor»; dezía con alegría:

«Redentor de los umanos, mi Bien, mi Descanso y Guía, Iesús, en tus santas manos encomiendo el alma mía».

Llamando a Iesús murió esta vienaventurada

y así muy claro se vio cómo la Virgen sagrada su alma le recivió; el corregidor mandó a la comadre prender, que tantos males causó, y ella luego confesó, pensando libre se ver.

Mas el juez, muy prudente, sin causar más alborotes,

visto su mal al presente, la sentenció prestamente a quatrocientos açotes; las quales va declarando el pregonero y después

que la encuben, pues fue dando mal exemplo y esto obrando de lo que atrás dicho es. [h. 4r]

Assí murió la comadre con mucha reguridad,

pues que fue tan mal cofrade para encubrir de la madre de los niños la maldad; plega a Iesús soberano tenernos siempre en memoria y del esquadrón tirano

(6)

y a todos nos dé su gloria.

Fin.

[2]

ROMANCE DEL MONTE SANTO

DE GRANADA Alégrese todo el mundo y tanbién se alegre el cielo, pues doze santos á dado Dios a los hombres del suelo y estos doze santos son, que yo contando refiero, que en la ciudad de Granada agora se aparecieron

y permite el alto Dios que sobre mil y quinientos se publique tal tesoro a los umanos del suelo; año de noventa y cinco, de março el día treceno, quando por gracia de Dios con este tesoro dieron, tres cuebas santificadas son estas que descubrieron, a do los mártires santos por Dios quemados murieron, tres láminas se hallaron

que ser de plomo dixeron, que en lo escripto declararon estos mártires quién fueron, que, predicando la fee de Christo crucificado, en aquel tiempo resedía Nerón en su imperado, el qual, viendo que dezían el Evangelio sagrado, provocando a los gentiles a nueva ley de christianos, dieron martirio cruel a san Cecilio y los santos por quien cruces más de mil están puestas en un campo y aqueste campo que digo le llaman el Monte Santo y de antes Valparaíso y el Monte Lipulitano y aguardan la licencia que venga del Padre Santo para que las fiestas sean hechas con divino lauro, que santos que recivieron martirio en el suelo tanto es vien que por su Iesús con fiestas sean regalados y devemos de creer los católicos christianos que aquel que vien [...] de Dios alcançe [...] pago.

Fin.

INFORMAZIONE BIBLIOGRAFICA: Carro Carbajal, I, p. 516

GASQUE, Diego [Dos adornitos tipográficos] Caſo eſpantoſo ſuſcedido en el | Reyno de Nauarra en la ciudad de Panplona à vna mujer la | qual decia que la mujer que paria dos criaturas que era la vna | del marido y la otra de ſu amigo, y como por volũtad de Dios | vino a parir ſiete criaturas juntamente con las grandes tray~ | ciones que hizo, y vn milagro que la, Virgen de los Re | medios obro, compueſto en eſte año de mill y quinien | tos, y nouenta y ſeys por Diego Gaſque, vezino | de la ciudad de villeca [sic], con vn Romance | del monte Santo. | (§§)

(7)

(1) [h. 1r-4r] [Quintillas]

ALumbra mi entêdimiêto eterno Dios poderoſo [Remate:] Fin.

(2) [h. 4r] ¶Romañce [sic] del Mõte Santo | de Granada. ALegreſe todo el mundo

y tã biê ſe alegre el cielo

[Remate:] Fin. | [En el centro de la h. 4v, dentro de una orla irregular de cuatro bandas, dos

grabados: caballero y madre con niño]

S.1., s.i., 1596?

4°., 4 h., sin signaturas, sin reclamos, letra redonda, a dos columnas. GOTINGA, Universitäts-Bibliothek: Poet. Hisp. 1003.8. (21) La posible fecha de edición está tomada del título.

RM 216

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