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III La Revolución de 1943 y la suspensión de las relaciones diplomáticas con el Eje

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III

La Revolución de 1943

y la suspensión de las relaciones diplomáticas con el Eje

1- La neutralidad argentina, el G.O.U. y las relaciones con la Alemania nazi

En Argentina, el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial favoreció la división ideológica entre neutralistas e interventistas, diferencia que, aparte de las connotaciones políticas del momento, se fundó en la realidad económica y social de la época. Mientras un grupo favorecía a los Aliados, en algunos sectores militares, aunque a veces sólo en modo parcial, la simpatía por Alemania era evidente, y tal simpatía se conjugaba y completaba con el repudio por la ideología liberal che había caracterizado a diversos gobiernos, a los que se imputaba la responsabilidad de la crisis que vivía la Argentina.

En la sociedad, el grupo que animó una política de neutralidad y se preparó para intervenir activamente en el proceso político fue la burguesía industrial. Es necesario señalar que en la formación de esta corriente neutralista convergían una serie de fenómenos. En primer lugar, una compleja y fuerte línea de nacionalismo, que había visto la luz y se había desarrollado entre 1930 y 1943; en segundo lugar, la experiencia neutralista durante la presidencia de Ramón Castillo, que había permitido a la Argentina aprovisionar con materias primas a Inglaterra y Estados Unidos, sin romper las relaciones con las potencias del Eje; en

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tercer lugar, el hecho que si bien las organizaciones fascistas nunca habían tenido éxito en Argentina, ciertos grupos admiraban sus iniciativas, tanto militares como aquéllas relativas a la organización de la economía1.

Por otra parte, como se ha dicho ya en el capítulo anterior, los motivos de esta neutralidad se habían ya establecido y afirmado fuertemente en la tradición argentina como para admitir un cambio brusco en la orientación del país, puesto que había diversos factores determinantes que fortalecían esta posición tanto en la sociedad como en el Gobierno.

En primer lugar, la posición norteamericana de presuponer que todas las Repúblicas Americanas debían adoptar una posición idéntica resultaba simplemente repugnante para la Argentina, particularmente luego que a los Estados Unidos les había llevado dos años darse cuenta de que la Guerra en Europa constituía una amenaza para su seguridad2. En segundo lugar, la opinión pública argentina estaba concretamente a favor de la neutralidad, e incluso los grupos pro-Aliados favorecían la posición neutral. Finalmente, el rol de la República Argentina como proveedora de alimentos de las potencias aliadas, se podría conservar ciertamente mejor si conservaba su posición neutral, lo que la exponía al sabotaje en una medida mucho menor.

En Argentina, la neutralidad enardecía verdaderamente a la gente joven y a los sectores apolíticos, a quienes enorgullecía esa muestra de independencia. Lo curioso es que – como puede comprobarse compulsando las memorias escritas por estadistas y diplomáticos ingleses y norteamericanos- Gran Bretaña veía con buenos ojos la neutralidad argentina, que garantizaba la pacifica afluencia de abastecimientos a la isla: las carnes argentinas representaban el 60% de lo que consumía el pueblo británico. Con razón afirmaría Félix Luna que Washington, en cambio, no podía admitir el mal ejemplo de la Argentina, niño díscolo en medio de la docilidad latinoamericana3.

1

Joel Horowitz, Argentine Unions, the state & the rise of Perón (1930-1045), University of California, Berkeley, IAS, International and Area Studies, 1990, p. 22-23

2 Con esta afirmación el Gobierno Argentino hacía referencia a una propuesta confidencial de fecha abril de 1940, de parte de la Cancillería Argentina los Estados Unidos, de pasar de la neutralidad a la beligerancia, pensando que esta posición habría ayudado a Gran Bretaña. Los Estados Unidos, observando las Leyes de Neutralidad aprobadas por el Congreso de la Nación, habían rechazado la propuesta argentina en ese momento. Para más detalles sobre el tema, ver Joseph Tulchin,

Argentina and the United States (…) cit, p. 47 y subsiguientes.

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Pero como lo afirmara Martín Granovsky, “ser neutral en modo solitario representaba una exquisitez difícil de mantener”4. Porque el Departamento de Estado estadounidense combatiría la excepcionalidad argentina ante los conservadores y ante los militares nacionalistas del ’43. En 1942 el país del Norte había profundizado el hostigamiento económico hacia la Argentina, amenazando con suspender la provisión de equipos de perforación de petróleo, hierro y acero, con eliminar a la Argentina de la lista de posibles beneficiarios de la venta de sobrantes de guerra, bloquear los depósitos de oro argentinos en los Estados Unidos y congelar las órdenes de compra de carne.

Antes aún, la entrada en guerra de los Estados Unidos después del ataque a Pearl Harbour en diciembre de 1941, había agregado ya otros motivos de debate en el sistema político, a causa del apoyo incondicional que esperaba de todas las Repúblicas Americanas. Los nacionalistas argentinos, y entre ellos el entonces presidente Castillo, se oponían al requerimiento, y fueron apoyados, como se dijo antes, por un amplio sector del Ejército.

Algunos autores resaltarían incluso que el Estado de Sitio había sido declarado por Castillo a fin de salvaguardarse de cualquier opinión en contrario sobre su política, situación que le permitía incluso censurar la opinión de la prensa. Autores como Harold Peterson5 se sirven de esta situación de Estado de Sitio para explicar la inapelable “vocación” por la neutralidad de la opinión pública argentina.

De la misma manera, el enorme valor estratégico que América Latina mantenía para la política de seguridad nacional norteamericana había sido repetidas veces subrayado en el Departamento de Estado, sin que las repetidas controversias entre los delegados sudamericanos y estadounidenses, ocurridas en ocasión de las Conferencias Interamericanas, fueran tenidas en consideración. El creciente nacionalismo sudamericano contribuiría entonces a aumentar la desconfianza en cuanto al logro de los objetivos estadounidenses.

4 Martín Granovsky, op. cit.. Véase con particular atención el capítulo “Mate sí, Whiski no”, p. 42.

5 Harold Peterson, op. cit., v. II, 1914-1960. La opinión del autor sobre el tema se percibe a lo largo de toda la obra, en particular en las p. 158 a 178.

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Fue en esa época que surgió en el Ejército Argentino un grupo de jóvenes oficiales quienes, alrededor del 1942, constituirían una logia militar, el G.O.U. (Grupo de Oficiales Unidos), de gran importancia en el Gobierno. Formado por un grupo de coroneles, el G.O.U. fue constituido con la idea de proteger la posición del Ejército, preservando al país del comunismo, y manteniendo la neutralidad argentina durante la Guerra. Uno de sus miembros, Juan Domingo Perón, rápidamente comenzó a destacarse de sus colegas.

Aunque el origen de la Logia Militar que había constituido el GOU resulta oscuro aún en la actualidad, sobre ella se sabe lo suficiente como para confirmar su simpatía con el Eje y sus ideas nacionalistas. Sus integrantes no eran nazistas, pero opinaban que el posible triunfo del Eje daría a la Argentina el rol que ellos soñaban en el Hemisferio. Suponían también que la ruina de los Estados Unidos y de Inglaterra pondría fin a los sufrimientos económicos del país.

Varios autores se inclinan por esta opinión. Harold Petersen destaca que, como contraposición a la voluntad de Rawson de una colaboración más estrecha con los Estados Unidos, y “arremetiendo” en la dirección opuesta, un grupo de coroneles y mayores nacionalistas –el GOU- estaba en connivencia para llevar a la Argentina por el camino del totalitarismo criollo6. Y continúa diciendo: “Uno de los caudillos entre bambalinas de esta banda conspiratorial era el coronel Juan D. Perón, aprendiz de métodos fascistas en Italia, Alemania y España, nacido conductor de hombres. A través del periodo de la guerra, estos elementos divergentes (pro-aliados y pro-nazis) se disputaron los sitiales del poder.

También se inclina por esta opinión sin duda Félix Luna, quien afirma que para señalar la posición de las Fuerzas Armadas hacia 1943 no puede omitirse como elemento de juicio la simpatía pro nazi que existía en sus cuadros, especialmente los del Ejército7.

Los militares que formaban el GOU -la logia castrense que sería base operativa de Perón-, eran pro-nazis, pero no nazis. La distinción puede parecer sutil pero tiene su

6 Harold Petersen, op. cit., v. II, 1914-1960, p. 161.

7 Félix Luna, El 45 (…) cit., p. 21-22. El autor cita como referencias entre otras obras el conocido “Libro Azul”, editado por el Departamento de Estado Norteamericano en febrero 1946, y “La República Argentina ante el Libro Azul”, Editado por el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina en marzo de 1946.

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importancia. Ellos alimentaban por el Eje una simpatía que estaba nutrida por muchas motivaciones. En primer lugar, la admiración de los militares sudamericanos por la Wehrmacht. El orden, ese valor que siempre embelesa a los hombres de armas, había sustituido el caos en Italia y Alemania, y esto los impresionaba profundamente. Por otro lado, en 1943 ni los militares ni ciudadano alguno podía sentirse conmovido por la democracia que se practicaba en la Argentina, puesto que la democracia de la Concordancia era una farsa8.

Sin embargo, Félix Luna ofrece también otras explicaciones para el pro nazismo militar del año 1943. La labor ideológico-doctrinaria de FORJA (Fuerza Orientadora Radical de la Joven Argentina), algunos núcleos nacionalistas y escritores independientes, había demostrado con crudeza la situación de dependencia en que se encontraba el país; historiadores revisionistas empezaban a realizar una tarea desordenada pero eficaz, tendiente a evidenciar hasta qué punto había sido falsificado el pasado de la Repuública Argentina y en qué modo había pesado la influencia política y económica de Gran Bretaña en los avatares históricos; algunos diarios como “El Pampero” y “Cabildo” golpeaban incesantemente los flancos débiles de las relaciones anglo-argentinas y acuñaban palabras como “vendepatria” y otras por el estilo9.

Otros autores, como Uki Goñi10, afirman que bien en medio de la Segunda Guerra Mundial, y poco antes del golpe militar del 4 de junio, que llevó al gobierno a una dictadura de jóvenes coroneles paralela al Eje, un agente nacionalista argentino (se refiere claramente a Perón), estableció un contacto con los altos mandos del Tercer Reich, ofreciendo a Hitler el apoyo del propio país y solicitando como contrapartida ayuda financiera para la resistencia contra los Estados Unidos. Como se sabe, el Eje estaba por caer, y con él naufragaría también el suenio de los coroneles argentinos de generar una alianza secreta con el Reich alemán. Pero la relación ya cimentada en el curso de la Guerra permitiría realizar la más grande e importante fuga de masa de la historia moderna.

Es de destacar por otro lado que antes del golpe del 4 de Junio de 1943, todos los escritos de Perón contenían un alto grado de antisemitismo. Justo en mayo de ese año, en dos

8 Félix Luna, El 45. (…) cit., p. 21-22.

9 Félix Luna, El 45 (…) cit., p. 22.

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reportes reservados sobre el funcionamiento del GOU, el futuro presidente se expresaba abiertamente sobre la existencia de “un gran complot judaico-comunista-capitalista contra la Argentina”, y denunciaba además la presencia de “fuerzas ocultas y agentes extranjeros de todos los tipos, responsables de sabotaje contra el Estado”11.

Por otro lado, y esto se ha dicho ya, la Argentina estaba convencida de querer llevar adelante su neutralidad con absoluta decisión. Pero hay hechos que evidencian además la voluntad de favorecer –o al menos encubrir- a los países del Eje.

El 24 de agosto de 1943, por ejemplo, se produjo uno de estos incidentes a que nos referimos. Según consta en documentos oficiales, los señores José Sarrieta y Guillermo Reyes, agentes de Investigación de la Policía de la Capital en la Sección Orden Social, registraron el departamento que ocupaba el señor John C. Neely, en ese momento vicecónsul de los Estados Unidos, ubicado en la calle Callao 2037. Dichos agentes no exhibían orden alguna para ese registro, que sin embargo fue llevado a cabo a pesar de la más categórica protesta del señor Neely12. Al día siguiente de efectuada la investigación, el señor Neely fue a ver al Sub-Comisario señor Miguel Bietti, quien le informó que “bajo el actual estado de sitio la policía está autorizada para registrar sin orden alguna la casa de cualquier persona en la Argentina, sea o no de un funcionario consular extranjero”. Acto seguido, el encargado de Negocios solicitaba una explicación sobre lo ocurrido, requiriendo además que se le hiciera conocer la ley que habilitaba a los funcionarios policiales a actuar de esta manera13.

En la respuesta a la mencionada nota se percibe claramente la voluntad de la Argentina de no sentir tocada su neutralidad, sino todo lo contrario, más bien de resaltar sus buenas relaciones con los países del Eje.

11 Uki Goñi, Operazione Odessa (…) cit.,p. 74.

12

AMREC, Buenos Aires, División Política, Caja 7, exp. 21, 1943, Telegrama n. 884 del 30 de Agosto de 1943, el Encargado

de Negocios en Argentina Eduard Reed al Vice Almirante Segundo Storni, Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina, p. 32 a 34.

13

AMREC, Buenos Aires, División Política, Caja 7, exp. 21, 1943, Ibidem, p. 33. El texto reza:

“La Embajada desea especialmente informarse sobre si dentro de la ley argentina en vigor se permite a la policía registrar las residencias y detener a la persona de funcionarios consulares extranjeros sin órdenes emanadas de un tribunal debidamente constituido. En caso de ser afirmativa la respuesta, se solicita que se proporcione a la Embajada referencias textuales de la legislación pertinente. Quedaría yo muy agradecido si quisiera el Ministerio hacerme llegar un pasaje textual de la ley argentina que indujo a la policía a creer necesaria una investigación en la residencia del señor Neely”.

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Las razones del Ministerio de Relaciones Exteriores se encuentran en un proyecto de nota del cual no se sabe si efectivamente llegó al encargado de negocios porque no se encuentran documentos escritos que lo prueben, pero que de todas maneras sirve como testimonio de la decidida neutralidad argentina en la época.

En la misma se explicaba que a raíz de información suministrada, se practicaron investigaciones tendientes a comprobar las actividades que desarrollaba el ciudadano alemán y periodista Ricardo Bunzl, al momento detenido a disposición del P.E., llegándose a establecer fehacientemente que Bunzl, además de sus actividades como periodista, se ocupaba de obtener informes confidenciales para el señor John Neely. Según la nota, el mencionado Bunzl había obtenido un amplio informe de la Agencia de Noticias “Transocean”, el cual puso en manos del señor Neely a cambio de la suma de $ 400, y había conseguido también una clave a través de la cual para transmitir en código utilizaba la mencionada empresa. El señor Neely había además confirmado lo ocurrido, sin negar siquiera una palabra, lo cual se encuentra también en el mencionado texto de Proyecto de nota14.

“(…) estos hechos están establecidos en el expediente respectivo, y ellos han sido confirmados por el señor Neely en forma verbal, agregando al ser requerido para que lo hiciera por escrito, que no tenía autorización de la Embajada de su país para ello, quedando así comprobado que el señor Neely se dedicaba a actividades ajenas a las del cargo de Vicecónsul que desempeña, y contrarias a la neutralidad de la República en el actual conflicto bélico”

“(…) En esta circunstancia, resultando comprobado que el señor Neely ha venido practicando actividades que implican una violación al estado de neutralidad decretado por el Gobierno de la Nación en el actual conflicto bélico, lo que este Gobierno debe impedir a fin de evitar reclamaciones enojosas de las partes afectadas, me veo en el deber de expresar a S.S. que el señor Neely, en su carácter de vicecónsul de su país, ha dejado de ser persona grata”

La situación hasta aquí descripta prueba no sólo que la Argentina no quería renunciar ni en los más mínimos detalles a su posición de neutralidad y a mantener sus relaciones

14

AMREC, Buenos Aires, División Política, Caja 7, exp. 21, 1943, Proyecto de nota en respuesta al Tel. n. 884, de fecha 30

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comerciales con los países del Eje, sino también que los Estados Unidos –o algunos de sus funcionarios, en este caso el vicecónsul- tendían también redes de espionaje similares a las que denunciaban.

Otro hecho interesante para analizar es lo ocurrido el día 19 de agosto del mismo año, cuando la Dirección General de Aduanas de la República Argentina comunicó que en el vapor Ciudad de Buenos Aires habían llegado siete cajones conteniendo carteles de propaganda especialmente contra las naciones del Eje y contra la política que al momento sustentaba el Poder Ejecutivo, destinados a ser consignados a la Asociación de Radiodifusión Interamericana15.

Interrogado sobre el asunto el señor Robert Carlton Wells, miembro de la comisión directiva de dicha entidad, se negó a hacer manifestación alguna al respecto, expresando sólo que si bien conocía al remitente, ignoraba en absoluto el motivo por el cual se los enviaba16.

Por toda respuesta ante el hecho, requerido previamente por el Embajador Armour, solicitó al Jefe de la Sección Orden Social del Departamento de Policía, Subcomisario Bietti, que se dejara sin efecto el llamado a declarar a Wells y que se diera por terminada la incidencia17.

2- La presión estadounidense durante 1943

En 1943, aunque se la había instruido en este sentido en la reunión de consulta de los Cancilleres Americanos llevada a cabo en Río di Janeiro en 1942, y a pesar de la presión

15

AMREC, Buenos Aires, División Política, Caja 7, exp. 23, 1943, Intervención de la Policía de la Capital con motivo de un envío efectuado a la Asociación de Difusión Interamericana, Memorandum del 19 de Agosto de 1943, el Jefe de Policía de la Capital Coronel Emilio Ramírez, al Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, General de Brigada Alberto Gilbert, p. 43-44. 16

AMREC, Buenos Aires, División Política, Caja 7, exp. 23, 1943, Ibidem., p. 43. Entre las frases estampadas en los afiches

se encuentran por ejemplo:

“Libertad de cultos. Libertad de palabra. Libres de miseria. Libres de temor”

“Libertad de cultos, una de las cuatro libertades por las que luchan los Aliados” (afectando una cruz esvástica quebrada, y uno de los extremos en llamas)

Todos los carteles mostraban un pié de imprenta que rezaba “Publicado por el Coordinador de Asuntos Interamericanos, Washington, USA.)

17

AMREC, Buenos Aires, División Política, Caja 7, exp. 23, 1943, Ibidem, Aide Memoire de fecha 10 de Noviembre de

1943, Pedidos formulados al señor Ministro de Relaciones Exteriores Gilbert, por el Embajador Armour en su audiencia, p. 40-41.

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internacional en aumento determinada no sólo por los intereses norteamericanos sino también ingleses, Argentina no había roto aún las relaciones diplomáticas con los países del Eje.

Durante el año 1942, el Embajador norteamericano en Buenos Aires, Norman Armour, había informado al gobierno estadounidense sobre las supuestas actividades pro-nazistas en Argentina18

, entre las cualesse mencionaba la existencia de telecomunicaciones radiales con los países del Eje19, la entrada de diversos agentes al país con Visas obtenidas a través de cónsules argentinos20, y la existencia de numerosas transacciones comerciales del Banco de la Provincia de Buenos Aires con los países del Eje, entre las cuales se hacía referencia a la transferencia de fondos a través del Italian Foreign Exchange Institute y la DeutscheVerrechungskasse, y a los pagos efectuados a oficiales italianos y alemanes en Argentina21. Aparte de éstas, se describen actividades de espionaje, consistentes esencialmente en la distribución de información tanto del ámbito local como proveniente de las otras repúblicas americanas, y la transmisión de las mismas a Alemania. Entre los temas tratados se enumeran22:

- horario de llegada y partida de las naves

-

información sobre el armamento en posesión de los Estados Unidos y del Brasil

-

movimiento de aviones, tanto militares como comerciales

-

Información sobre las bases militares en el Caribe

- Conversaciones y mensajes sobre las posibilidades de sabotaje de las naves de las Naciones Unidas en el Puerto de Buenos Aires.

Con respecto a los países que no habían roto aún con el Eje –Argentina y Chile-, en diciembre de 1942 el Secretario de Estado estadounidense Cordel Hull había manifestado al

18

Juan Archibaldo Lanús, op. cit., p. 55. 19

FRUS, 1942, v. V, Argentina, Radio comunicaciones de Argentina y Chile con los países del Eje, Memorandum del 21 de

abril de 1942, el Secretario de Estado Asistente (Long) al subsecretario de Estado Welles, p. 110. 20

FRUS, 1942, v. V, Argentina, Memorandum informal del 6 de julio de 1942, el Embajador Estadounidense en Argentina (Armour), al Ministro Argentino de Asuntos Exteriores Ruiz Guiñazú, p. 201.

21

FRUS, 1942, v. V, Argentina, Telegramas del 11 de diciembre y del 14 de diciembre de 1942, el Secretario de Estado al

Embajador en Argentina, p. 510-511. En los mencionados documentos puede profundizarse sobre las actividades bancarias mantenidas entre la Argentina y los países del Eje.

22

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Encargado de Negocios argentino en el Reino Unido Mattheus, que no consideraba “deseable” hacer una distinción entre repúblicas americanas como lo habían propuesto los británicos, y que en cambio las repúblicas americanas que habían roto relaciones con el Eje “deberían ser tratadas de la misma manera y deberían ser invitadas a unirse23 a la declaración de Guerra al Eje24. Se manifestaba por otro lado que también la Argentina y Chile deberían ser invitados, y que el Hemisferio en su totalidad debería ser tratado como unidad.

A esto Mattheus respondió que el Foreign Office prefería no favorecer con los Gobiernos de Argentina y Chile el mismo trato que con aquéllos que habían interrumpido las relaciones con el enemigo25.

En estas circunstancias, el Gobierno de Chile decidió abandonar su posición neutral, hecho que ocurrió el 20 de enero de 1943, pero la Argentina continuaba obstinada en su idea de mantener la neutralidad, y si bien el gobierno de Buenos Aires había sido instruido, en enero de 1943, de publicar algún tipo de statement indicando su simpatía con la declaración, el Foreign Office en Argentina respondió que “cuando llegue el momento de una decisión, entonces será el tiempo de aplicar los roles que inspiran la tradición política y jurídica de la República Argentina, con las garantías y los procedimientos previstos por el régimen institucional del país para la protección de los derechos y la libertad en su territorio”26.

Y para reafirmar su posición, el 22 de enero el presidente Castillo declararía al diario La Prensa que la posición de su gobierno con respecto a la neutralidad “es bien conocida, y no cambiará, sean cuales fueren las medidas que tomen las demás republicas americanas”27.

Pruebas descubiertas más tarde por el Departamento de Estado indicarían que la administración de Castillo reaccionó a la presión ejercida desde Washington iniciando

23 En el texto en inglés se lee “associate” (asociarse). 24

FRUS, 1943, v. I, Inter-Allied declaration against acts of dispossession committed in territories under enemy occupation or control; establishment of inter-allied sub-committee on acts of dispossession, Telegrama del 31 de diciembre de 1942 del

Secretario de Estado Hull al Encargado de Negocios en el Reino Unido Mattheus, p. 439. 25

FRUS, 1943, v. I, Acts of dispossession, Telegrama del 2 de enero de 1943 del Encargado en el Reino Unido (Mattheus) al

Secretario de Estado (Hull), p. 439. 26

FRUS, 1943, Ibidem., Tel. del 7 de enero de 1943, el Secretario de Estado al Encargado de Negocios en el Reino Unido, p.

444. En el telegrama, el Secretario de Estado Hull comunicaba al Encargado de Negocios en el Reino Unido que había instruido a las misiones estadounidenses en Santiago y Buenos Aires en este sentido.

27

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negociaciones con agentes del Eje para obtener armamentos nazis, y trabajando para inducir a los gobiernos de varios Estados americanos vecinos a la formación de un “bloque argentino de neutralidad”28.

Consecuencia de esto fue el hecho que al inicio de 1943 Argentina era el único país del Hemisferio Occidental que mantenía aún sus relaciones con Alemania y Japón, y esta actitud, si bien enorgullecía el sentimiento popular, obviamente continuaba constituyendo una fuente de conflicto con los Estados Unidos.

Por otro lado, y aunque la neutralidad argentina parecía tan bien establecida, las presión económica y política que los Estados Unidos habían ejercido sobre el gobierno de Chile, y que había inducido finalmente al país a romper relaciones diplomáticas con el Eje, tras lo cual se había puesto en práctica un vigoroso programa para eliminar empresas y actividades del Eje en el país, dejó a la Argentina aislada por completo del resto del continente, firme en su testaruda posición de neutral.

El aislamiento diplomático de la Argentina dentro de la comunidad Americana quedó más en evidencia cuando se la excluyó de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre alimentación celebrada en Hot Springs, Arkansas, en abril de 1943. Al momento, Argentina había sido ya en los hechos excluida del acuerdo para la formación de la United Nations Relief and Rehabilitation Administration (UNRRA), y se la excluiría también de la United Nations Conference on food and agriculture, desarrollada en Hot Springs, Virginia, desde el 18 de mayo al 3 de junio de 1943.

En lo que se refiere a la UNRRA, la Confidencial Informativa de la Embajada Argentina correspondiente al mes de noviembre de 1943 deja constancia de lo dispuesto por el Gobierno de los Estados Unidos29.

28 Edmund Smith, op. cit., p. 51. El autor cita el conocido “Blue Book on Argentina”, editado por el Department of State, Washington.

29

AMREC, Buenos Aires, División General de Asuntos Políticos, Caja 7, Expte. 13, año 1943, “Boletines informativos, principales hechos ocurridos”, Confidencial informativa n. 20, R.E. 675 del 15 de noviembre de 1943, Washington, el

Embajador en Estados Unidos Felipe Espil al Ministro de Relaciones Exteriores y Culto interino General Alberto Gilbert, p. 111.

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“(…) El 9 del corriente firmose en la Casa Blanca el Acuerdo por el que se crea la Administración de Socorro y Rehabilitación de las Naciones Unidas, el texto del cual – entonces proyecto- se remitió, analizado, a esa Cancillería. (…) El instrumento, que fue suscripto por representantes de 44 “naciones unidas o asociadas”, está destinado –según reza el Preámbulo- a poner en ejecución el propósito de los países signatarios en el sentido de que “inmediatamente después de la liberación de cualquier zona por las fuerzas armadas de las Naciones Unidas o a consecuencia de la retirada del enemigo, la población de dicha zona reciba ayuda y socorro para sus sufrimientos, alimentación, ropas y abrigo en forma de vivienda, ayuda para la prevención de epidemias y el restablecimiento de la salud pública”.

El Embajador Argentino se había dirigido ya dos veces al encargado del Comité inter Aliado para los requerimientos de la posguerra, Leith-Ross, solicitando información sobre la posibilidad de la Argentina de asociarse a los trabajos y a las conversaciones30.

A través del Encargado en el Reino Unido (Mattheus), Leith-Ross inquirió sobre la cuestión al Secretario de Estado estadounidense Cordell Hull – quien respondería lo siguiente: “(…) no se encuentran objeciones para la continuación de las líneas seguidas con el Brasil, pero el Departamento considera en cambio deseable continuar el proceso de alejamiento y bloqueo31 respecto del interés argentino en la cuestión”.

Sin embargo, a inicios de 1946, los Estados Unidos terminarían haciendo cualquier cosa por lograr que la Argentina formara parte de la UNRRA32.

30

FRUS, 1943, v. I, Agreements for the establishment of a United Nations relief and rehabilitation administration, signed

november 9, 1943, Tel. del 21 de enero de 1943, el Encargado de Negocios en el Reino Unido (Matthews) al Secretario de Estado estadounidense, p. 862. Ver también Tel. del 1 de febrero de 1943, el Secretario de Estado al Encargado de Negocios en el Reino Unido, p. 866.

31 En el texto en inglés se lee “stalling off”. 32

AMREC, Buenos Aires, División General de Asuntos Políticos, Caja 9, Expte. 8, año 1946, “Negociaciones de la UNRRA con el gobierno argentino”, Telegrama n. 1602 del 28 de marzo de 1946, fs. 5-6, el Director General de la Administración de Socorro y rehabilitación de las Naciones Unidas al Ministro de Relaciones Exteriores en Buenos Aires. Mediante este telegrama se requería al Ministro de Relaciones Exteriores en Buenos Aires que informara si estaba dispuesto a recibir la visita del Honorable Francis Sayre, Asesor diplomático de la UNRRA.

Puede consultarse también en AMREC, Buenos Aires, Ibidem, Telegrama cifrado n. 637 del 29 de marzo de 1946, el Encargado de Negocios Luti al Ministro de Relaciones Exteriores argentino, fs. 7-8, y Telegrama n. 1681, recibido el 3 de abril y firmado por Francis Sayre como representante personal del Director General de la UNRRA, Montevideo, fs. 22. En el mismo se informaba que la misión arribaría a Buenos Aires ese mismo día, el miércoles 3 de abril. Consúltese también de la misma fuente el telegrama 1845 del representante del Director de la UNRRA Francis Sayre al Ministro de Relaciones Exteriores Juan Cooke, en el que se califica de “desesperante” la situación en Europa, y se apela al Gobierno Argentino ante esta grave emergencia.

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Una misión visitaría el país a tal efecto, explicando que para prestar ayuda no era necesario que la Argentina se incorporara a la U.N.R.R.A., sino que cada país podía hacer donativos o usar su mecanismo de distribución como mejor le resultara conveniente33.

El gobierno argentino, en un principio receloso por no haber sido invitado antes, se negaría a participar34, pero finalmente accedería35.

Hacia fines de abril de 1946, a poco de asumir Perón como presidente, el encargado de Negocios Luti expresaría contento que “desde el punto de vista internacional, nuestro país, no obstante cosechas infortunadas, ha mantenido y aumentado el prestigio de su posición; despachos desde todos los rincones del globo, particularmente en estos últimos días, mencionan y repiten el nombre de Argentina, al lado de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá y en algunos casos Australia, como el de una de las grandes naciones productoras en quienes la humanidad deposita, en esta hora difícil, grandes esperanzas”36. El Encargado de Negocios se expresa también convencido de que “en la consecuencia de sus objetivos (de los Estados Unidos) la colaboración argentina tiene un valor inapreciable”.

En cuanto al orden moneario y financiero internacional, en el marco de las discusiones preliminares Washington consignó a los representantes de “todas las Naciones Unidas y Asociadas” una copia de la propuesta de formación de la Fundación para la Estabilización de las Naciones Unidas. Como era de esperarse, la copia no fue enviada a la Argentina37. Contrariamente, el Secretario de Estado Asistente Berle escribió en Memorandum al Secretario del Tesoro Morgenthau, el 2 de marzo de 1943:

33 Diario La Prensa, Buenos Aires, 5 de abril de 1946. 34

Diario La Prensa, 29 de marzo y 5 de abril de 1946; Diario La Nación, 4 y 15 de abril de 1946. 35

AMREC, Buenos Aires, Ibidem, Telegrama ordinario n. 1954 del 15 de abril de 1946, Washington, el Encargado de

Negocios Luti al Ministro de Relaciones Exteriores Juan Cooke, fs. 58. 36

AMREC, Buenos Aires, División General de Asuntos Políticos, Caja 8, Expte. 3, año 1946, “Estados Unidos. Asuntos varios”, fs. 126-128, Confidencial Reservada R.E. 457 del 25 de Abril de 1946, Washington, el Encargado de Negocios a.i.

Luti al Ministerio de Relaciones Exteriores en Argentina. 37

FRUS, 1943, v. I, Preliminary and exploratory discussions regarding postwar monetary and financial arrangements,

Memorandum del 1 de marzo de 1943, el Secretario del Tesoro (Morgenthau) al Secretario de Estado (Cordell Hull), p. 1057/1058. En este memorandum, Morgenthau agregaba el elenco de países que se consideraban apropiados para recibir copia de la propuesta, entre los cuales no se encontraba la Argentina.

(14)

“(…) parecería oportuno enviar este plan a todas las Naciones Unidas, y a todas las Repúblicas Americanas, menos a la Argentina” 38.

En tanto tampoco se invitaría a la Argentina a participar de la United Nations Conference on food and agriculture, que establecería la “Interim Commission on Food and Agricultura”, el gobierno de los Estados Unidos había invitado a los gobiernos de todas las Naciones unidas y a los de las Repúblicas Americanas que habían suspendido las relaciones diplomáticas con las fuerzas del Eje y que estaban cooperando con las Naciones Unidas en la conducción de la Guerra39.

El texto de la invitación fue dado a publicidad el 30 de Marzo de 1943 y se encuentra contenido en el Boletín numero 197 del Departamento de Estado Norteamericano. La invitación se extendía a las Naciones Unidas y a aquéllas “que se habían asociado con los Estados Unidos en la guerra”40.

En la misma se expresaba la voluntad de los Estados Unidos de comenzar a considerar ciertas cuestiones económicas fundamentales que se presentarían en el mundo inmediatamente después de la victoria militar de los Aliados. Se invitaba entonces a los Gobiernos a enviar un grupo de técnicos y expertos representativos, a una conferencia que se convocaría para el 27 de abril, con el propósito de intercambiar información referida a los temas que se enumeraban41:

1- La prospectiva de los diferentes países participantes en la producción, importación y exportación de productos esenciales en el inmediato periodo de posguerra.

38

FRUS, 1943, Ibíd., Tel. del 2 de marzo de 1943, el Secretario de Estado Asistente Berle al Secretario del Tesoro

Morgenthau, p. 1058.

39 FRUS, 1943, v. I, United Nations Conference on Food and Agriculture, Hot Springs, Virginia, May 18 – June 3, 1943,

establishment of the interim Commission on Food and Agriculture, Tel. del 8 de marzo de 1943, el Secretario de Estado

actuante (Welles) al Encargado en el Reino Unido (Mattheus), p. 820. 40

AMREC, Buenos Aires, División Política, año 1943, Estados Unidos de América, Caja 6, exp. 5, “Leyes, Decretos y

Resoluciones de carácter interno y publicaciones oficiales”, fs. 196. Ver específicamente el artículo del Department of State

Bulletin, 3 de abril de 1943, v. VIII, Nro. 197, publicación 1913, p. 271, que reza textualmente:

“The Department of State released for publication on March 30 the text of the invitation to a United Nations conference on food and other essential agricultural products. The invitation is being extended by the Government of the United States to the United Nations and those nations which are associated with them in the war”.

41

FRUS, 1943, v. I, United Nations Conference on Food and Agriculture, Hot Springs, Virginia, May 18th. – June 3rd., 1943, establishment of the interin Commission on Food and Agriculture, Tel. del 8 de marzo de 1943, el Secretario de Estado actuante (Welles) al Encargado en el Reino Unido (Mattheus), p. 820.

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2- Posibilidad de acuerdos internacionales destinados a promover la producción eficiente de bienes esenciales, en especial aquéllos provenientes de la agricultura.

3- Acuerdos financieros y otros que sirvieran para facilitar a los países del mundo la provisión de estos productos.

Inmediatamente luego de ser informado sobre esta convocatoria en la cual la Argentina no estaría incluida, el Embajador en Argentina Armour comunicaba al Secretario de Estado Cordell Hull que la exclusión de la Argentina a la Conferencia Monetaria y a la de la Alimentación de la posguerra había causado una profunda impresión en el Gobierno.

“(…) el Ministro de Finanzas 42 ha manifestado una dolorosa sorpresa al saber que Argentina, uno de los más importantes países productores de grano y carne, no había sido invitada a la Conferencia”43.

En otro orden de cosas, el vice-presidente estadounidense Henry Wallace había previsto visitar algunas de las Repúblicas Americanas entre el 7 de marzo y el 24 de abril, entre ellas Chile y Bolivia, pero no tenía previsto estar en Argentina.

Al conocer esto, Buenos Aires comunicó a Wallace a través del Embajador en Chile, que el Gobierno (argentino) se sentiría alagado si el vice-presidente decidiera visitar también la Argentina, y que en caso aceptara el ofrecimiento, le sería enviada una invitación oficial.

Wallace pensó en cambio que el hecho de visitar también Buenos Aires bajo las circunstancias del momento, sería utilizado de parte del gobierno argentino como prueba de que el no haber roto con el Eje no había cambiado las cordiales relaciones entre los dos países. Y de acuerdo con esta consideración manifestó un “cálido sentimiento” hacia los argentinos, pero informó que su plan de viaje “no podía ser cambiado puesto que debía retornar a Washington en la fecha prevista”44.

42 En ese momento el Ministro de Finanzas era Carlos Alberto Acevedo.

43FRUS , 1943, Ibidem, Tel. del 8 de abril de 1943, el Embajador en Argentina Armour al Secretario de Estado Hull, p. 829. 44

FRUS, 1943, v. V, Visit of vice president Henry A. Wallace to some of the American Republics, Tel. del 2 de abril de 1943,

el Embajador en Chile (Bowers) al Secretario de Estado (Hull), p. 65/66. En este telegrama Bowers informaba a Hull que Buenos Aires había enviado un portavoz (Carlos Lucantis) del entonces presidente argentino Castillo, para comunicar al vice presidente americano Wallace la voluntad del Gobierno Argentino de recibirlo como invitado. Según el telegrama, Lucantis había interceptado con este objetivo al embajador en Chile Bowers, en el ingreso del Club Militar de Santiago, en momento en que esperaba a Wallace.

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Este hecho constituía una nueva prueba de que los Estados Unidos no tenían intenciones de acercarse a la Argentina si ella no se unía a los propósitos de todo el Hemisferio.

Los hechos descriptos hasta aquí son proporcionados a modo de ejemplo sobre la tensión generada entre Argentina y los Estados Unidos, y las puniciones que el país del Norte practicaba para con el Sur, las cuales continuarían por largo tiempo, incluso cuando el gobierno argentino había suspendido, a través del Decreto 75 del 10 de junio de 1943 y de acuerdo con la resolución XL de Río de Janeiro, la utilización del lenguaje codificado en las comunicaciones radiotelefónicas y radiotelegráficas internacionales, una decisión que había causado una excelente impresión en Washington45.

3- El 4 de Junio 1943 y la opinión internacional

El presidente Castillo había hecho retornar el sistema electoral argentino a como había sido durante el periodo de Justo, y más conservador aún. Convencido de que la posesión del Gobierno significaba de por sí una gran fuerza, y suponiendo que contaba con el apoyo del Ejército, tomó decisiones tales como el hecho de imponer como su sucesor al doctor Robustiano Patrón Costas, una candidatura recibida con gran hostilidad de parte de la opinión pública46.

Fue justo en ese momento que reapareció el Ejército, que al decir del historiador Jorge Halperin Donghi47, en realidad no había jamás desaparecido, puesto que “ha sido siempre fuerza tutelar de los Gobiernos Argentinos, los cuales en un cierto sentido siempre le han debido su supervivencia”.

45 Edmund Smith, op. cit., p. 63.

46 Tulio Halperín Donghi, op. cit., p. 132. 47 Tulio Halperín Donghi, op. cit., p. 135.

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La sublevación de Junio de 1943 no tuvo propósito claro aparte de desterrar a Castillo de la presidencia, y aunque el verdadero detonante fue la noticia sobre el nuevo sucesor que había sido propuesto por el presidente -Robustiano Patrón Costas-, favorable a los Aliados, se encontraba ya subyacente el ansia de poder de un militar perteneciente al G.O.U.: Juan Domingo Perón48.

Los sucesos fueron bastante veloces. En una apurada reunión de Gabinete convocada por el presidente Castillo, su propio Ministro de Guerra General Ramírez, afirmó ser él mismo uno de los organizadores de la revuelta, y dos días después se convertiría en presidente provisional de la República, en reemplazo del General Rawson – que hasta ese momento se había mostrado como la cabeza visible del movimiento.

Durante un tiempo, el Departamento de Estado norteamericano encontró razones para creer que la revolución era prueba de que el pueblo argentino se había alzado en contra del neutralismo y a favor de la unidad continental. Sin embargo, el derrocamiento del régimen no representaba una reacción contra la política neutral de los conservadores. Las cuestiones internas estaban íntimamente relacionadas con la situación externa en el levantamiento nacionalista contra la oligarquía argentina. La camarilla militar que dirigió la revolución del 4 de junio tenía opiniones divididas con respecto a la posición que la Argentina debería asumir frente al Eje, situación que complicó aún más la tarea del Departamento de Estado para determinar qué representaba en realidad el nuevo gobierno argentino49.

Sin embargo, cuando Rawson comunicó los nombres de los miembros del Gabinete, provocó desconcierto al invitar a los Generales Domingo Martínez y Juan Pistarini para que se desempeñaran como ministros de Relaciones Exteriores y Obras Públicas respectivamente. Los dos hombres eran bien conocidos por sus simpatías pro-alemanas, por lo que en vista de la inequívoca intención del General Rawson de romper relaciones con el Eje, estas designaciones carecían de sentido, y confundieron tanto a los observadores extranjeros como a los argentinos50.

48 Para una síntesis más detallada sobre la Revolución del 4 de Junio de 1943 consultar el Capítulo IV de la presente obra,

Perón al poder, en particular el título 3, La aparición de Perón. 49 Edmund Smith, Jr., op. cit., p. 97.

(18)

Por otro lado, poco después los coroneles del GOU decidieron nombrar jefe de la Oficina de Migraciones a Santiago Peralta, “un nazista”, según la descripción aportada por uno de sus sucesores en Migraciones, Héctor Ciapuscio51. Bastaría señalar el libro fuertemente antisemita que publicó justamente en 1943, titulado “La acción del pueblo hebraico en la Argentina”. Pero a pesar de su profundo antisemitismo, la carrera de Peralta habría de continuar, hasta resultar luego reconfirmado en la Oficina de Migraciones por Perón, este último ya en calidad de presidente democráticamente electo. Lo que resta aún sorprendente es que en 1946, Peralta volvería a la carga con su segundo libro antisemita: En “La influencia del pueblo árabe en Argentina” confrontaría los beneficios aportados por la inmigración árabe con respecto a las desventajas de favorecer la entrada de hebreos en el país52.

Lo cierto es que, ocurrido el Golpe de Estado, el Embajador Estadounidense en Argentina Armour, informó inmediatamente al Secretario de Estado sobre la formación del Gabinete de ministros de Rawson, a cuyos integrantes consideraba de ideología Nacionalista, incluso pensaba algunos fueran favorables al Eje53.

Pero como hemos dicho antes, el nuevo presidente Rawson fue reemplazado tres días después por el ex Ministro de Guerra de Castillo, general Pedro Ramírez.

El 9 de Junio Bolivia, Brasil, Chile y Paraguay reconocieron oficialmente el Gobierno; al día siguiente lo hicieron Alemania, Italia y España, y luego el día 11 formalizarían su reconocimiento los Estados Unidos54 y Gran Bretaña. En el interior del país, 51

Uki Goñi, Operazione Odessa (…) cit., p. 76. 52 Uki Goñi, Operazione Odessa (…) cit., p. 77. 53 FRUS, 1943, v. V,

Argentina, Discussions leading the recognition of the Government of General Pedro P. Ramírez, Tel.

del 5 y 6 de Junio, el Embajador en Argentina Armour al Secretario de Estado Hull, Buenos Aires, p. 365-370. En el texto enviado el 6 de Junio se lee:

"Cabinet as reported in telegram N. 1213 (se informaba en el mismo la constitución del Gabinete) is extremely

dissapointing to say the least as it includes several persons who have hitherto been known as holding Nationalist or even pro-Axis sentiments. Our information indicates that the following fall into foregoing category: Rawson (presidente), Ramírez (Ministro de Guerra), Martínez (Canciller), Saba Sueyro (vice presidente), Benito Sueyro (vice Naval), Pistarini (Ministro de Obras Públicas), Rosa (Ministro de Finanzas). General Mason (Ministro di Agricultura) considered politically neutral. Vice Admiral Storni (Ministro del Interior) retired in 1935 after 38 years service in navy. No information yet available on his political views. Dr. Calderon (Ministro de Justicia e Instrucción), (…) is not believed to have any pronounced political opinions. Rosa is a well known Nationalist, identified with formations of several anti-Democratic organizations (…)".

54 La información sobre la disposición de reconocimiento del nuevo Gobierno Argentino por parte de los Estados Unidos se encuentra en el Department of State Bulletin del 12 de Junio de 1943, Vol. VIII, Nro. 207, Publicación 1947, p. 520,

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todos los grupos políticos a excepción del Partido Comunista acogieron al nuevo régimen por cuanto estaban convencidos de que los militares podrían eliminar la corrupción y restablecer la verdadera democracia. No obstante esto, en Octubre de 1943 Ramírez adquirió una tendencia decididamente de ultra-derecha nacionalista. Los partidos políticos fueron abolidos y se produjeron severas restricciones a la libertad de prensa55.

El general Ramírez carecía en realidad de ideas firmes, y la extensión del poder de Perón implicó en muchos casos una lucha de ideas. El historiador Robert Potash56 no sin razón afirmaría que a menudo, el presidente "reflejaba las opiniones de la última persona con la que había hablado".

El resultado inevitable de ese estado de cosas era la vacilación que caracterizaba su enfoque de los problemas generales del Gobierno. Le desagradaba la controversia, y prefería postergar todo lo posible las decisiones difíciles.

En lo que se refiere a su política exterior, los primeros pasos de su Gobierno fueron lentos e imprecisos, y en el Gobierno Norteamericano, aunque en un primer momento había visto con buenos ojos a la autoridad de la Revolución y reconoció al nuevo Gobierno Argentino57, los funcionarios del Departamento de Estado continuarían mostrándose hostiles

Washington. Recibido oficialmente el 27 de Agosto de 1943 en la Embajada de la República Argentina en Washington, R.E. 414. En AMREC, División Política, Buenos Aires, Caja 6, Expte. 5, 1943, “Leyes, Decretos y Resoluciones de carácter interno y publicaciones oficiales”.

55 Joel Horowitz, op. cit., p. 13.

56 Robert A. Potash, El ejército y la política en la Argentina. Editorial Sudamericana – Buenos Aires, 1984, Vol. I: De Yrigoyen a Perón (1928/1945), p. 310.

57 El 9 de Junio el Secretario de Estado estadounidense Cordell Hull autorizaba al Embajador en Argentina Armour a consignar una nota al nuevo Gobierno Argentino expresando las intenciones amigables del Gobierno Estadounidense, y pedía que se expresara oralmente en los siguientes términos: “El Gobierno de los Estados Unidos está orgulloso de unirse a las otras Naciones Americanas en el establecimiento de relaciones oficiales con el nuevo Gobierno Argentino”. Luego agregaba que "el Gobierno Estadounidense tiene la esperanza y la confianza de que la Argentina colaborará con el mismo espíritu y en la misma medida que las otras Repúblicas Americanas en el cumplimiento con la solidaridad inter-Americana (…)”. Es claro que la “solidaridad” a la que se refiere el texto se encuentra totalmente ligada al hecho de la ruptura de relaciones con el Eje. El texto completo se encuentra en FRUS, 1943, v. V, Argentina, Discussions leading the recognition of the Government of

General Pedro P. Ramírez, Tel. del 9 de Junio de 1943, el Secretario de Estado Hull al Embajador en Argentina Armour, p. 375.

Dos días después, el Embajador Armour comunicaba al Secretario de Estado Hull que la nota de reconocimiento había sido presentada al Gobierno Argentino, en una entrevista en la cual el nuevo presidente argentino se había mostrado "con una cortesía suya, y con un decidido espíritu de independencia y democracia”. Consultar FRUS, 1943, v. V, Argentina,

Discussions leading the recognition of the Government of General Pedro P. Ramírez, Tel. del 11 de Junio de 1943, el Embajador Armour al Secretario de Estado, p. 377-78.

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para con Buenos Aires, y al poco tiempo se haría evidente que Washington no pensaba modificar su política.

Con respecto al interrogante sobre la conveniencia de mantener o abandonar la neutralidad, en esta cuestión vital Ramírez era también ambivalente. En su condición de Ministro de Guerra durante el Gobierno de Castillo aparentemente había apoyado la recomendación del Estado mayor General, en febrero de 1943, que proponía que Argentina se acercara a Estados Unidos para obtener armas. Pero luego, en una conversación privada mantenida con el doctor Ernesto Sammartino diez días antes del golpe del 4 de junio, ambos habían expresado claramente su opinión de que el honor argentino estaba comprometido si se continuaba con la política de neutralidad58.

En su gestión presidencial Ramírez continuó la línea incierta, y si a veces reveló la intención de orientarse hacia la ruptura de relaciones con el Eje, siempre abandonó el proyecto antes de realizarlo. El ministro de Relaciones Exteriores Storni, que no ocultaba su propia convicción de que Argentina debía cumplir los compromisos asumidos en la Conferencia de Río, a mediados de julio aparentemente aun creía que Ramírez participaba de la misma idea, pero tenía que actuar cautelosamente a causa de la oposición de los oficiales nacionalistas mas jóvenes59.

Por otro lado, los materiales provenientes de fuentes del servicio de inteligencia alemán demuestran que González, jefe de la secretaría de la Presidencia, intentó no sólo mantener sino aún fortalecer las relaciones de Argentina con la Alemania Nazi, en un período en que las perspectivas de triunfo de ese país estaban disminuyendo60.

También Uki Goñi61 afirmaría no sin razón que “una vez que se desembarazaron de Castillo, los coroneles de Perón sellaron inmediatamente una alianza secreta con Hitler, pero ya con anterioridad los alemanes habían sentado un acuerdo con los militares argentinos.

58 Robert Potash, op. cit., v. I, De Irigoyen a Perón, p. 313. El autor hace referencia al Telegrama de la Embajada de EEUU de fecha 18 de febrero de 1943, 835.00/1363, entrevista con el doctor Sammartino, 16 de agosto 1967.

59 Robert Potash, op. cit., p. 313. 60 Robert Potash, op. cit., p. 317.

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Según lo confesara él mismo después de la guerra a los americanos, en mayo de 1943 el jefe de las SD62, Walter Schellenberg, había aprobado un acuerdo de “recíproca colaboración” que preveía la inmunidad para los agentes nazis en Argentina, su cobertura como miembros de los servicios secretos argentinos, la utilización del portafolio diplomático argentino para el transporte de “material secreto” entre Buenos Aires y Berlín. En cambio, los militares argentinos obtenían acceso a las potentes redes de radiocomunicaciones de los servicios secretos nazis, a la información de fuentes nazis activas en los países limítrofes de la Argentina y la promesa de ayuda en la creación de un bloque de naciones sudamericanas conducido por la Argentina”. “Un mes después de la entrada en vigor de tal acuerdo secreto – afirma Uki Goñi-, una logia secreta de coroneles del ejército actuaría un golpe e instauraría una dictadura militar dirigida por militares a las ordenes de Perón63.

En los hechos, varias medidas tomadas por el nuevo régimen fueron del agrado del Departamento de Estado: el 8 de junio se levantó la ley marcial y un decreto del 10 de junio prohibió el uso de códigos secretos en las comunicaciones inalámbricas internacionales, lo cual llevaba a la práctica uno de los “compromisos de Río” adquiridos por la Argentina. El gobierno anunció también que pronto se fijaría una fecha para convocar a elecciones honestas y libres, que “reintegrarían a la Nación al gobierno constitucional”64. Fue entonces que las otras Republicas Americanas otorgaron el reconocimiento inmediato al nuevo Gobierno.

Una semana después del alzamiento, vista la pública declaración del Ministro Storni de que la Argentina anhelaba “seguir una política de completa colaboración con todas las repúblicas del Continente, particularmente con los Estados Unidos”, Washington se unía a los restantes Estados en el reconocimiento. Muy pronto, Ramírez y el Ministro de Relaciones Exteriores Storni, indicarían al embajador Armour que la Argentina rompería relaciones con el Eje, probablemente hacia el 15 de agosto.

Pero antes de transcurrido un mes del reconocimiento por parte de los Estados Unidos al Gobierno Argentino, Washington dejó de confiar en el gobierno de Ramírez, que

62 La Sicherheitsdienst, oficina para el Exterior de los Servicios Secretos (SS). Esta Oficina estaba dividida en: Inland SD, para servicios secretos internos, y Ausland SD, servicios secretos del exterior.

63 Uki Goni, Operazione Odessa (…) cit., p. 51. El historiador se basa en el interrogatorio de Schellenberg, de fecha 6 de febrero, contenido en The National Archives and Recors Administration degli Stati Uniti – NARA.

64 Diario

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parecía cambiar radicalmente de actitud retirando muchas de las promesas formuladas durante sus primeras semanas. El 18 de junio Ramírez postergaba las elecciones por un tiempo indefinido, y decidía no levantar el estado de sitio que había sido decretado por el anterior gobierno de Castillo. Por otra parte, fueron clausurados también varios diarios de abierta profesión filo aliada, y una gran cantidad de argentinos bien conocidos por su simpatía hacia el Eje recibieron altos puestos en el gobierno65. El 23 de junio se levantó la prohibición que pesaba sobre el uso de códigos secretos en las telecomunicaciones66, y el 4 de julio treinta y un alemanes que habían sido arrestados por el Gobierno de Castillo acusados de espionaje, fueron absueltos por el régimen nacionalista67.

Sin embargo, el flamante presidente Ramírez no perdió oportunidad para aclarar que la Argentina tenía toda la voluntad de cumplir con los compromisos asumidos. En una reunión de camaradería, trazaba el futuro del curso de la política exterior argentina, al afirmar que la Argentina

“(...) no olvidará los compromisos contraídos, los que cumplirá con la lealtad, firmeza y oportunidad que aconsejen las circunstancias”

(...) “Aspiramos a mantener y acrecentar los sólidos vínculos de amistad que nos unen a todos los países de la tierra, y particularmente a los de América, con los cuales estamos hermanados (…)”68.

También el ministro Storni había hecho varios tentativos para convencer a Washington del deseo que tenia el gobierno de Ramírez de colaborar con el programa del Hemisferio. El 5 de julio, con motivo de la Independencia de los Estados Unidos, Storni declaró que América se convertiría en "una gran unión internacional”, estaría con las naciones de América "en todos los terrenos donde la llamen sus compromisos de honor y sus deberes de cooperación panamericana" y que “toda nación o toda entidad que intente estorbar u

65 Edmund Smith, Jr., op. cit., p. 199.

66 Diario

La Nación, 27 de junio 1943.

67 Diario

La Nación, 5 de julio 1943.

68

AMREC, Buenos Aires, División Política, año 1943, Estados Unidos de América, Caja 6, exp. 5, “Leyes, Decretos y Resoluciones de carácter interno y publicaciones oficiales”, p. 18, anexo nota 205. En un artículo del periódico El Comercio

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obstaculizar nuestra acción solidaria continental, no sólo no está con la Argentina, sino que está en contra de ella" 69.

Storni dirigió además otra nota al vicepresidente uruguayo Alberto Guani, presidente del Comité para la Defensa Política70, el 8 de Julio, en la que prometía que el gobierno argentino volvería a estudiar su política exterior a la luz de los acuerdos concertados en la reunión de Río. Aseguró también al gobierno de Montevideo que el gobierno argentino tomaría medidas “con el objeto de prestar una más rápida y eficiente atención a las recomendaciones del comité consultivo”71.

Pero la política que habrían de seguir los Estados Unidos con respecto a la Argentina había ya quedado establecida, y puesta de manifiesto la hostilidad del país del Norte en forma explícita. El 28 de Junio el Subsecretario de Estado estadounidense Welles escribía al Embajador en Argentina Armour, anunciándole que:

“los cambios del Gobierno en Argentina hacen deseable rever los objetivos de nuestra política con respecto a ese país”72

.

A continuación se enumeraban diversos ítems en los que se analizaba la actitud adoptada por Argentina en lo referente a la Segunda Guerra, y la futura política estadounidense que debería aplicarse en consecuencia con respecto al país del Sur.

“Hace más de una década el presidente anunciaba la política del Buen Vecino. Nuestro acuerdo con esta política convenció a los pueblos de las otras Repúblicas Americanas sobre la sinceridad de nuestras intenciones. La espontaneidad y sinceridad del recibimiento del

69 La afirmación fue publicada en todos los diarios locales, entre ellos La Prensa, 6 de julio de 1943 (Archivo del Congreso), y La Tribuna Popular Puede consultarse AMREC, Buenos Aires, División Política, Caja 7, Celebración del Aniversario de la

Independencia Norteamericana, Expte. 14, fs. 13.

70

AMREC, Buenos Aires, División Política, año 1943, Caje 6, parte II, Expte. 5, en el que se encuentra el Department of

State Bulletin del 24 de Julio de 1943, vol. IX, nro. 213. El mencionado Comité para la Defensa Política había sido creado mediante la Resolución XVII de la Tercera Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de Río de Janeiro, en Enero/Febrero de 1942.

71

Diario La Prensa, 19 de julio de 1943.

72

FRUS, 1943, v. V Argentina, Concern of the United States at the failure of Argentina to sever political relations with the Axis powers, U.S. Policy toward Argentina, Tel. del 28 de Junio de 1943, el Subsecretario de Estado (Welles) al Embajador en Argentina (Armour), p. 419/424.

(24)

pueblo cuando el Presidente visitó Buenos Aires en el otoño de 1936 fue testimonio de la respuesta favorable de la Argentina”73.

“(…) Al desencadenarse la Guerra en 1939 con Ortiz como presidente el Gobierno Argentino analizaba la guerra tan claramente como todas las otras Naciones del Hemisferio. Con el alejamiento de Ortiz de la Presidente la política Argentina bajo la administración de Castillo tomó una orientación totalmente diferente (…) y se hizo evidente que la política del Gobierno se encontraba muy distante74 de la sostenida en general por los otros gobiernos americanos”.

“(…) La reunión de Río de Janeiro dejó absolutamente claro que el Gobierno de la República Argentina no veía en la agresión del Eje la misma amenaza a su independencia y su libertad que veían las otras Repúblicas Americanas. Mientras los otros países están de acuerdo con las medidas de cooperación y de hecho las asumen, Argentina se muestra “en retromarcha”.

“(…) En la Conferencia de Río, como usted lo sabe, todos los esfuerzos posibles fueron realizados para encontrar una formula que alentara a la Argentina a ubicarse en la misma posición que las otras Repúblicas Americanas75.

(…) De todas maneras Argentina no tuvo en cuenta las recomendaciones de Río de Janeiro firmadas por su propio Ministro de Relaciones Exteriores concernientes a la rotura de las relaciones con el Eje. Aparentemente el país considera que sus intereses pueden ser cubiertos actuando por sí solo. Esta actitud no es compartida por gran parte del pueblo argentino (…) el cual sin embargo no tiene la posibilidad de expresar sus puntos de vista”.

“Realmente se ha producido un “coup d’état” militar 76 (…) pero el nuevo Gobierno no parece más decidido que el anterior a observar las formas constitucionales y retornar a las formas democráticas, por el contrario podría decirse aún menos que el anterior. En lo que se refiere a la política internacional, el nuevo Gobierno ha formulado declaraciones que

73 Se hace referencia al discurso de Roosvelt en ocasión de la sesión de apertura de la Conferencia Inter-Americana para el Mantenimiento de la Paz, llevada a cabo en Buenos Aires en diciembre de 1936.

74 En el texto en inglés se encuentra la expresión “lying behind”. 75 En el texto en inglés se lee “to keep in step”.

76 Se hace referencia al Golpe del 4 de Junio de 1943, que removería a Castillo de la presidencia de la República, en el lugar de quien asumiría el General Rawson, en pocos días reemplazado sin embargo por el ex Ministro de Guerra de Castillo, General Pedro Ramírez.

(25)

parecen tendientes a una mayor colaboración con los países de este Hemisferio. De todos modos, la simple observación de los desarrollos recientes de la Argentina sirve para poner ciertamente en duda el curso posible de la evolución futura”.77

(…) El Gobierno Argentino ha afirmado que su política externa estará definida por actos y no por palabras. Veamos entonces cuáles serán estos "actos" y observemos su naturaleza, para luego determinar qué cambios deberemos realizar en nuestra actual “policy vis-àvis” para con la Argentina”.

Aunque en los Estados Unidos no se conocían aún las intenciones del nuevo gobierno argentino frente al conflicto bélico, el Secretario de Estado Welles no se mostraba disponible a hacer un gran cambio en la política hacia la Argentina:

“Desde mi punto de vista, aunque la Argentina rompiera en este momento completamente con el Eje, no sería de todas maneras recibida con “cheers” de parte de las otras Repúblicas Americanas. Ellas se arriesgaron verdaderamente durante los más oscuros días de la guerra. El hecho de actuar de la misma manera en este momento de parte de la Argentina implicaría un riesgo decididamente menor, si se puede decir que haya corrido riesgo alguno 78.

Poco después expresaba su parecer según el cual aunque la Argentina hubiese declarado la Guerra, no debería recibir una bienvenida como si fuera "el hijo pródigo”.

“Aunque no es una decisión que implique ser vengativos hacia la Argentina, sería de todos modos fatal para el posterior desarrollo del Hemisferio, en caso que el país rompiera con el Eje, reaccionar en manera que pudiere dar a entender a los otros países del Continente que la Argentina hizo mucho mejor en no romper las relaciones en 1942”.

77 FRUS, 1943, v. V, Argentina, Discussions leading the recognition of the Government of General Pedro P. Ramírez, Telegramas del 5 y 6 de Junio del Embajador en Argentina Armour al Secretario de Estado Hull, p. 365-370. Debe observarse que la nueva situación había sido ya informada por el Embajador Estadounidense en Argentina Armour.

78

FRUS, 1943, v. V, Argentina, Concern of the United States at the failure of Argentina to sever political relations with the

Axis powers, U.S. Policy toward Argentina, Tel. del 28 de Junio de 1943, el Subsecretario de Estado (Welles) al Embajador

(26)

De todas maneras los castigos para con la Argentina serían menores, o por lo menos los Estados Unidos considerarían la posibilidad de ejercer hacia el país una política menos hostil.

“Aunque la rotura de la Argentina con el Eje para esta altura no constituye una contribución significativa a los esfuerzos de la Guerra, sería de todas maneras importante pera completar la solidaridad de las Repúblicas Americanas. Mientras la Argentina no puede ahora pretender cambiar el pasado, esta acción (se refiere al hecho de romper con el

Eje) podría abrir para el país un pacto de cooperación útil y constructivo en el futuro con

las otras Repúblicas Americanas. Por otro lado, esto haría posible para ella (la Argentina) la participación como parte igual en las deliberaciones de las Naciones Unidas sobre la reconstrucción de la posguerra”.

“(…) Si el Gobierno Argentino modifica su política actual al punto de cumplir con las obligaciones y recomendaciones establecidos en la Conferencia de Río y en otros acuerdos interamericanos existentes, es decir si se involucra completamente, prácticamente y efectivamente en la defensa del Hemisferio Occidental, este Gobierno estará dispuesto a discutir las medidas de cooperación que a juicio de los Estados Unidos puedan ofrecerse”.

Es claro que los Estados Unidos esperaban la declaración de guerra de parte de Argentina, pero no estaban dispuestos a ofrecer al país todas las concesiones, ayuda económica y militar que al resto de las Naciones Americanas.

4- Continúan las hostilidades desde el Departamento de Estado

Todo el año 1943 se había invertido en una lucha interna de tendencias. Por un lado las diferencias entre Hull y Welles, por otro las acusaciones de espionaje, por otro la Argentina que se negaba a renunciar a su neutralidad.

Las detenciones de espías alemanes refugiados en Argentina habrían de continuar durante 1943. A mediados de julio de ese año, la Embajada Británica informaba sobre la situación de los agentes alemanes Hans Zweigert y Javier Azarola Urguiti. El primero de ellos, luego de cursar estudios en la escuela de espionaje de Alemania, había sido introducido clandestinamente a la República Argentina en el buque español “Monte Amboto” con la

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