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90 Amadeo Piva, Degrado Urbano, Spazi Pubblici, Sicurezza Urbana, Urbanismo e sicurezza . Riqualificazione e vita dello spazio di uso pubblico, Atti del Seminario di Roma, julio 2000, pág. 5 http://www.comune.roma.it/romasicura/download/Urbanismo%20e%20Sicurezza

La noción de brecha o fractura social conlleva la afirmación de que existe un escaso o nulo contacto interclase, lo que, desde el punto de vista social, se expresa tanto a través de modelos de socialización homogéneos (intraclase), así como en un estilo de vida residencial más marcado por la segregación socioespacial.91

El caso argentino, tiene cierta especificidad respecto de lo que sucede en otros países latinoamericanos en los que la brecha social es de larga data. El proceso de segregación espacial en Argentina es novedoso, pone de manifiesto tanto el ensanchamiento de las distancias sociales como el incremento de las desigualdades. En Argentina se observa el colapso de un modelo de socialización relativamente mixto, así como el fin de un estilo de vida residencial también relativamente heterogéneo. Esta experiencia implica la ruptura del modelo anterior de relaciones sociales, el cual se correspondía, aún con todas sus imperfecciones, con una lógica social a todas luces más igualitaria que la actual. En otra época, en otra Argentina, la movilidad social ascendente y la igualdad de oportunidades aparecían como la marca singular de las clases medias, ubicadas en el centro del antiguo modelo de integración social.92

Los niños en las urbanizaciones cerradas residenciales pueden crecer en un ámbito de libertad, lo cual permite que desarrollen un sentimiento de autonomía, dentro de un acotado cuadro de seguridad. Además del contacto con el verde, el rescate de la sociabilidad barrial, la rápida instauración de vínculos de confianza, permite una rápida visión de los efectos positivos del modelo de autonomía protegida.93

Sin embargo una de las cuestiones que plantea este modelo de socialización se refiere a las explosiones de autonomía de niños y adolescentes. La autonomía sobreprotegida, deriva en el exceso de libertad, y se manifiesta en conductas delictivas. La existencia de historias de vandalismo juvenil aparece muy asociada a la historia de las urbanizaciones cerradas residenciales. Tanto es así que no existe una de ellas que no pueda aportar alguna historia de vidrios rotos, viviendas dañadas y muebles arrojados a la piscina. Incluso están aquellos que han tenido que enfrentar problemas de drogadicción.94

El núcleo del problema no reside exclusivamente en variables tales como la supuesta indiferencia de los padres, la debacle sicológica que puede provocar la desestructuración de la familia o el resultado puro de la cultura de la opulencia, sino más bien

91 Maristella Svampa, Obra citada, pág. 268. 92 Maristella Svampa, Obra citada, págs. 268 y 269. 93 Maristella Svampa, Obra citada, pág. 96.

en la estructura sobre la cual se asienta este conjunto de variables. El modelo de autonomía protegida presenta una doble faz: por un lado, permite el desarrollo de una autonomía precoz, que es valorada por sus consecuencias inmediatas, pues los padres se ven liberados de ciertas obligaciones tradicionales que acompañan la tarea de la crianza y educación de los niños; éstos, a su vez, disfrutan de grandes márgenes de libertad en un contexto de sociabilidad barrial. Pero, por otro lado, este modelo se desliza con relativa facilidad a situaciones marcadas por el déficit del control familiar. Lo que es intrínseco a este modelo es que favorece y potencia todos aquellos riesgos ligados al aflojamiento del control familiar y social: accidentes, trastornos de conducta, agresiones; en el límite, actos de vandalismo ejercidos en contra de la propia comunidad.95

El segundo riesgo inherente a este estilo de vida es que promueve una socialización dentro de un ambiente protegido y homogéneo que los mismos residentes denominan “el modelo de la burbuja”. Son muchos los testimonios que aluden a la irrealidad de este modelo y a sus consecuencias más inmediatas: niños ya crecidos que no saben desenvolverse de manera autónoma una vez que transponen las fronteras del barrio cerrado o del barrio privado; niños que, en una visita en la ciudad abierta, se abalanzan en las calles con una ingenuidad y una confianza increíble, niños que rehuyen el contacto con el mundo exterior, un mundo que vislumbran superpoblado, estridente y agresivo, y buscan pasar la mayor parte del tiempo en espacios protegidos; en suma, niños que crecen en un recinto homogéneo y restringido, del “entre nos”, con escaso contacto con seres diferentes y lejos de los males de la sociedad contemporánea.96

Las nuevas formas de socialización ponen de manifiesto la desaparición de uno de los modelos sociales existentes, el basado en la sociabilidad barrial y la frecuentación de espacios públicos, típicos lugares de encuentro entre diferentes categorías sociales. Este modelo que encontró en las clases medias su protagonista central y su soporte en el Estado, como agente productor de integración social, ha colapsado. 97

En términos de calidad de vida implica también una transformación fundamental en el modelo de socialización, a realizarse dentro de un marco de seguridad. Desde esta perspectiva, la autonomía deviene una de las claves para definir, “puertas adentro”, el nuevo estilo de vida. Autonomía de los más chicos, un valor agregado que buscan y disfrutan especialmente aquellas mujeres que desarrollan una actividad laboral, como

95 Maristella Svampa, Obra citada, pág. 111. 96 Maristella Svampa, Obra citada, págs. 111 y 112. 97 Maristella Svampa, Obra citada, pág. 120.

profesionales, empresarias o empleadas. Además, los testimonios muestran que la mayoría de las familias son conscientes de la contracara inevitable de la autonomía “puestas adentro” es la dependencia “puertas afuera”, aun si todavía no puedan sopesarse completamente sus efectos futuros.98

Los habitantes de los barrios periféricos forman parte del cada vez más numeroso proletariado de servicios que día a día atraviesa el puesto de seguridad, previa presentación de credenciales, para encarar la jornada laboral: jardineros, plomeros, pileteros, empleados de la construcción, personal domestico etc. Las nuevas urbanizaciones privadas son, efectivamente, generadoras de empleo y, en algunos casos, motores importantes del desarrollo comercial del entorno. Movilizan la economía de servicios, pero la mayoría de los empleos que generan son precarios y de escasa calificación.99

Uno de los rasgos peculiares de estos nuevos paraísos es que los seres diferentes no aparecen captados como personas sino, sobre todo, como categorías sociales. La categorización del otro aparece como un resultado general del control de la diferencia. El registro que separa a los iguales de los diferentes se despliega en dos o tres imágenes recurrentes. Por un lado, las figuras de alteridad (la mucama o el pobre) forman parte de un universo progresivamente más lineal y dicotómico, cada vez más poblado por categorías y cada vez menos por individuos, en especial con relación a los pobres, con quienes se entabla un contacto virtual, mediado, a través de la beneficencia.100

La muralla que rodea el Barrio Cerrado expresa una identidad que se refuerza en el contacto entre iguales. El "adentro" y el "afuera" se entremezclan con el "nosotros" y el "otro”. Dentro del Barrio Cerrado hay un intento de recuperar la transparencia perdida, una necesidad de definir un "nosotros" frente a una realidad cambiante y de desplazamiento social.101

El auto aparece como la representación individual del espacio de tránsito, de enlace entre la ciudad opaca y el barrio transparente, que en el plano colectivo se expresa en la autopista. En las entrevistas el auto fue ubicado en el espacio intermedio entre el grupo de imágenes asociadas con la vida en el country y las no asociadas, como conectándolas.

98 Maristella Svampa, Obra citada, pág. 121. 99 Maristella Svampa, Obra citada, págs. 213 y 214. 100 Maristella Svampa, Obra citada, pág. 227.

101 Ana Wortman y Cecilia Arizaga, Buenos Aires está cambiando: entre los consumos culturales y los barrios

cerrados, disponible gratuitamente en Internet en

Algo característico es la falta de cercos que separen una casa con la del vecino. Este carácter de urbanización es funcional a la construcción de una identidad afianzada en el "nosotros", es una exhibición que refuerza el sentido de pertenencia al tiempo que importa suprimir las fronteras entre lo público y lo privado.102

En este contexto y al menos para estos habitantes, lo privado se encuentra separado de lo público, de tal modo que lo absorbe y reduce su extensión103. Podríamos admitir incluso que el crecimiento vertiginoso de los “barrios con candado” supone una inversión de los términos de lo público y lo privado: en el mismo gesto en que se pretende que lo privado sea visto como público -se lo vende como lo abierto, lo libre, lo natural- lo público es tratado como un residuo, considerado irrelevante104. En efecto, fuera de los “barrios con candado” permanecen aquellos que nunca podrán encontrar la llave para entrar.

Por otro lado el desarrollo del suburbio se relaciona con los medios de comunicación, alterando las categorías más rígidas de lo público y lo privado, y conformando nuevas redes de contacto y socialidad. Las autopistas se elevan por la ciudad, transformando el viaje, con lo que implica de intercambio, registros de lugares que remiten a historias públicas y personales en mero traslado, donde el espacio pierde historicidad y se limita a funcionar como lugar de paso. El uso de la ciudad se limita en estos sectores a un espacio económico que luego será redefinido como lugar por los residentes. Así, la categoría tiempo define los usos del espacio. Esta ciudad en capas hace que distintos sectores utilicen un mismo espacio de diferente manera en diferentes horarios. La palabra autopista se privilegió como asociada al country en tanto significaba el contacto con la ciudad. Sin embargo la ciudad era vivida como "de paso": "hago lo que tengo que hacer y me voy".105

Otra tendencia, que se observa, es la apertura de colegios y universidades privados en lugares muy cercanos a las urbanizaciones cerradas residenciales o en su interior. La mayoría de los chicos, que residen en las urbanizaciones cerradas residenciales, van a colegios bilingües y, en general, en doble turno.

102 Ana Wortman y Cecilia Arizaga, Obra citada.

103 G. Duby y P Ariès, Historia de la Vida Privada, Madrid (Tomo 5). , Taurus, 1991, pág. 16 citado por María Carman, Los Barrios con candado en el Jardín de Epicuro, Seminario de Investigación Urbano El nuevo milenio y lo urbano, 23 y 24 de noviembre de 1998, Instituto de Investigaciones Gino Germani, disponible

gratuitamente en Internet en http://www.argiropolis.com.ar/mundourbano/anteriores/Tres/Carman.htm

104 T. Pires do Rio Caldeira, Enclaves fortificados: a nova segregaçao urbana, Revista Novos Estudos, Nº 47. Centro Brasilero de Análise e Planejamento (CEBRAP),San Pablo, 1997 citado por María Carman, Obra citada.,1997: 168.

Datos oficiales indican que más de 14.300 alumnos del conourbano bonaerense concurren a más de 50 colegios ubicados en las zonas de los countries, de los cuales siete funcionan dentro de las urbanizaciones cerradas residenciales, que cursan desde el jardín de infantes hasta el polimodal.

Los propios colegios admiten los riesgos que entraña una educación aislada de la comunidad, y muchos ponen en marcha distintos programas que los acercan a los vecinos, como actividades solidarias, excursiones, competencias deportivas, entre otras acciones surgidas en las propias instituciones.106

Si bien no se cuestiona la capacitación e infraestructura escolar, que generalmente son de muy buen nivel, muchos advierten sobre la fragmentación que poco a poco va sufriendo la educación, con brechas que se abren entre los que tienen más posibilidades económicas y los más rezagados. A pesar de los esfuerzos que los establecimientos hacen por acentuar sus salidas extracurriculares hacia la ciudad, como visitas a museos, y teatros, no son pocos los especialistas que miran con desconfianza la tendencia a vivir en barrios cerrados y asistir a colegios bilingües, de alta calidad y poca movilidad social. Se pone en duda el papel de sociabilización, que lentamente va perdiendo la escuela. Guillermina Tiramonti, directora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales ha expresado: “ Es una señal de cómo se fragmenta la sociedad. Cada cual vive en su gueto. De este tipo de escuelas saldrán chicos que estarán autoreferidos a su grupo.” “Es un riesgo para la sociedad entera que la escuela deje de ser un espacio de representación de otros y de articulación social. Además, si estos chicos serán la clase dirigente del mañana, ¿qué tipo de representación tendrán de los grupos sociales sobre los cuales ejercerán el poder?.”107 Una de las características de nuestro sistema educativo de antaño era la diversidad. Aquel sistema que fue orgullo de todos los argentinos reunía a niños y jóvenes de los más diversos orígenes: italianos, españoles, alemanes y argentinos; protestantes, judíos y católicos; ricos y pobres: todos podían juntarse en la misma escuela. Así, aprender a respetar al prójimo, a convivir con los otros, desarrollar conductas solidarias y democráticas no era sólo ni principalmente un requerimiento impuesto por los planes y programas de estudio, sino una necesidad real para los actores del sistema. Hoy son pocas las escuelas que logran reunir una población muy diversa. Las escuelas de los countries no son más que el ejemplo

106 Diario “La Nación”10/03/2003, Nota “¿Ventaja o riesgo? Los colegios en barrios cerrados abren una polémica” de Sebastián Stupenengo, disponible en Internet en

http://www.lanacion.com.ar/03/03/10/dq_479657.asp

107 Diario “La Nación”,15/04/2001, Nota “Escuelas en barrios cerrados”, de Agustina Lanusse, disponible en Internet en http://www.lanacion.com.ar/01/04/15/c02.htm

paradigmático y exacerbado de un problema educativo más amplio, que implica serios riesgos para la formación de las generaciones futuras, a la vez que plantea nuevos desafíos. Muchas escuelas optan por pedir a los docentes que hagan referencia a estos temas en el aula. Si bien es condición necesaria para una buena educación que los maestros hablen de lo que significan la diversidad, el respeto del otro, la democracia, la igualdad y la condena a la discriminación, la estrategia es insuficiente. Sostener desde el discurso que se debe "respetar al otro" no logra nada en comparación con lo que ocurre cuando las palabras se trasladan a los hechos. Las palabras tienen que estar acompañadas de prácticas que las alienten y les den sustento. Para ello los colegios tienen múltiples opciones. Pueden contemplar sistemas de becas, la integración de niños con necesidades especiales, la realización de actividades con colegios diferentes, pueden ofrecer espacios de acción solidaria y pueden combinar varias de estas opciones y de muchas otras. 108

El tema de la seguridad se relaciona estrechamente con la idea de libertad, con el sentirse libres de las amenazas del afuera. Frente a un afuera que se presenta violento, a nivel simbólico, pero también desde los índices de violencia más objetiva- del delito-, surge la paradoja del encerrarse para sentirse libre. Los espacios desregulados que rodean la urbanización privada son percibidos como peligrosos y como lo bajo, es decir, la pobreza violenta, cuya cristalización es un efecto real y concreto de la segregación socioespacial. El miedo a estos espacios de los habitantes de los paraísos aparece como una de las consecuencias de la sociabilidad homogénea que reina en el interior del predio fortificado.109 Como afirma Bauman “En una localidad homogénea es sumamente difícil adquirir las cualidades de carácter y las destrezas necesarias par afrontar las diferencias entre seres humanos y las situaciones de incertidumbre, y en ausencia de esas destrezas y cualidades, lo más fácil es temer al otro por la mera razón de que es otro: acaso extraño y distinto, pero antes que todo desconocido, difícil de comprender, imposible de desentrañar totalmente imprevisible.” 110

Ha conmovido el país un homicidio ocurrido en el exclusivo club de campo Carmel, situado en el kilómetro 5,5 de la ruta Panamericana, en Pilar (Buenos Aires).

108 Diario “La Nación” 10/03/03, Nota “El desafío de la diversidad”, de Silvina Gvirtz, publicado en Internet en http://www.lanacion.com.ar/03/03/10/dq_479658.asp

109 Maristella Svampa, Obra citada, pág. 232.

110 Z. Bauman, En busca de la política, Fondo de Cultura Económica, México, 1999 citado por Maristella Svampa, Obra citada, pág. 232.

Se trata del homicidio de María Marta García Belsunce, que luego de un mes de sepultada, y cuya muerte se creyó que fue causada por un accidente, se descubrió que se trataba de un homicidio. Las investigaciones posteriores revelaron que fue asesinada de cinco balazos en la cabeza, y que la herida no era el resultado de un golpe. La noticia provocó el pánico de las 62 familias que habitan en el barrio cerrado, pues se teme que el asesino continúe viviendo en el club de campo. El sistema de seguridad del barrio cerrado está a cargo de una empresa privada. En el camino de acceso, una cámara de video controla la entrada y salida del lugar. Varios guardias monitorean estos movimientos y otros patrullan en un vehículo los alrededores del predio, el cual se encuentra rodeado por ligustrinas, alambre de púas y alambre tejido. También cuenta con un sistema de alarmas. Quienes viven allí cuentan con una tarjeta electrónica para ingresar, la cual, al pasarla por un visor, hace que se eleve automáticamente la barrera de entrada, permitiendo el acceso directo.Sin embargo, aquellos que van de visita deben presentar sus documentos de identidad y mostrar a los guardias el interior del baúl del vehículo con el que ingresan. También se realiza una verificación telefónica, para avisar a quienes reciben la visita en el interior del country y solicitar autorización. Después de esos controles se les permite ingresar. En la urbanización cerrada se registraron reiterados robos, informan los periódicos.111

En la urbanización privada Argentino Farm Club, de Luján, los delincuentes y custodios se tirotean casi a diario. El periódico dice, es el “Lejano Oeste, pero en un contry”. Los guardias repelen a tiros a los delincuentes, que en cuatro meses, han cometido tres robos, ingresado en veinticinco ocasiones, amenazado a sus habitantes, herido de bala a un guardia y disparado en diez oportunidades. Los vecinos de este exclusivo predio viven con temor. El barrio está cercado por un alambrado de dos metros y medio de altura, limita con el río Luján, la ruta 192 y varias canchas de polo, y se distancia unos 600 metros del barrio más próximo, el Santa Marta, un poblado de casa precarias.112

Los predios de los barrios cerrados erigidos para proteger las familias que pueden mudarse allí, están siendo blanco de la inseguridad que los hizo nacer, señala el matutino de Córdoba. A lo largo del año 2002, gran parte de la veintena de barrios privados que coexisten en la Capital y Gran Córdoba fueron atacados por la delincuencia, se trata de

111 Diario “La Nación”, 12/12/2002, Nota “Pareció un accidente pero fue un crimen” de Hernán Capiello publicada en Internet en http://www.lanacion.com.ar/02/12/12/dg_457958.asp, y Nota “Los vecinos temen que el asesino continúe viviendo en el country” publicada en http://www.lanacion.com.ar/02/12/12/dg_457927.asp 112 Diario “La Nación”, 02/02/2003, Nota “La crisis de seguridad: delincuentes y custodios privados se tirotean casi a diario. El lejano Oeste, pero en un country”, publicada en Internet en

una seguidilla de casos. Los robos tienen prácticamente el mismo patrón: delincuentes que sortean el perímetro, acceden durante la noche a viviendas sin ocupantes, aprovechando que las puertas están abiertas, y se llevan principalmente dinero y joyas. Durante los festejos de

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