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1. Evoluzione storica delle stazioni sciistiche e di montagna

1.3. La terza generazione di stazioni

questione. Nuove tendenze di stazioni sciistiche e di montagna; 1.6. Tipologia di stazioni sciistiche e di montagna: le stazioni di permanenza o soggiorno, lo stadio della neve e il parco della neve; 1.7. Breve riferimento alle stazioni sciistiche e di montagna spagnole; 1.7.1. Stazioni di sci alpino; 1.7.1.1. Stazioni create tra il 1940 e il 1960; 1.7.1.2. Stazioni create tra il 1960 e il 1980; 1.7.1.3. Stazioni create dal 1980 ai giorni nostri; 1.7.2. Stazioni di sci nordico; 2. Ripercussione economica delle stazioni sciistiche. La

loro importanza come industrie turistiche; 2.1. Le stazioni sciistiche e di montagna nell’economia

spagnola. Alcuni dati quantitativi; 2.1.1. Bilancio delle stazioni sciistiche e di montagna spagnole per le stagioni 2004-2005 e 2005-2006; 3. L’ordinamento e la pianificazione integrati delle zone di

montagna da una prospettiva turistica. Le stazioni sciistiche e di montagna come elementi stimolanti del settore turistico in montagna 3.1. Le stazioni sciistiche e di montagna come parte integrante di uno spazio geografico superiore, specifico e fragile: la montagna; 3.1.1. Le montagne

nel mondo e in Europa; 3.1.2. La regolamentazione delle aree di montagna in Spagna; 3.2. L’importanza del turismo nell’ordinamento territoriale e nella politica globale delle zone di montagna: le stazioni sciistiche e di montagna come elementi turistici di prim’ordine all’interno di una politica territoriale integrata; 3.2.1. Il vincolo tra le stazioni sciistiche e di montagna e il turismo; 3.2.2. Le stazioni sciistiche e di montagna, l’ordinamento territoriale e la pianificazione turistica delle zone di montagna.

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1. Evoluzione storica delle stazioni sciistiche e di montagna

Hablar de la evolución histórica de las estaciones de esquí y montaña supondría analizar las características y condiciones particulares, tanto económicas, como sociales, políticas y jurídicas que han intervenido en la creación y formación de cada concreto centro de esquí, lo cual, por un lado, escapa a nuestro objeto directo y específico de estudio y, por otro, no sería posible desarrollarlo en la presente investigación por las lógicas limitaciones materiales de espacio y tiempo que nos condicionan irremediablemente el mismo331.

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Con relación a las estaciones de esquí españolas se puede consultar un completísimo estudio realizado por MARTOS FERNÁNDEZ acerca del sistema turístico-deportivo de las Estaciones de Esquí y Montaña españolas. En el mismo se analiza la interrelación entre el turismo y el deporte en el ámbito de las estaciones de esquí españolas, la situación geográfica, el entorno natural, la extensión, datos de la población, tipología de las pistas y altitud de la zona en que se encuentran enclavadas; la evolución sufrida desde su creación hasta nuestros días a través de una serie de indicadores como: remontes mecánicos, número de personas que utilizaron las instalaciones, precio del forfait, etc.; infraestructuras y equipamientos en base a unos indicadores como: número y tipología de remontes, maquinaria, capacidad de viajeros/hora en remontes mecánicos, nieve producida, escuelas de esquí, establecimientos hoteleros, servicios en pistas, capacidad del aparcamiento, medios de transportes de la estación, etc.; explotación económica, origen de la aportación del capital, facturación por utilización de remontes, precio del forfait, empleos directos e indirectos, inversiones realizadas; y por último, descripción de las actividades turístico-deportivas que en ellas se realizan, en MARTOS FERNÁNDEZ, El sistema turístico- deportivo de las estaciones de esquí y montaña españolas, cit.

Un interesantísimo estudio, aunque este más concreto y circunscrito a la estación de esquí y montaña de Sierra Nevada lo tenemos en VALENZUELA BARRANCO, I., Las estaciones de esquí: los usuarios de la estación de Sierra Nevada (un estudio longitudinal), Universidad de Granada, Granada, 2005. En cuanto a las estaciones del Pirineo catalán, se puede consultar, entre otros, a LÓPEZ PALOMEQUE, “Turismo de invierno y estaciones de esquí en el Pirineo catalán”, cit. Con relación a las estaciones de Formigal y Panticosa, véase a LARDIES BOSQUE, R., “Estaciones invernales y ordenación turística de la montaña: el ejemplo de Formigal y Panticosa en el Pirineo central aragonés”, en Paisaje y Desarrollo Integral en Áreas de Montaña, VII Jornadas sobre el Paisaje, en LÓPEZ PASTOR, A. T. (Coord.), Centro de Publicaciones de la Secretaría General Técnica del Ministerio de Medio Ambiente, Madrid, 1997.

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Sin embargo, sí podemos y debemos analizar lo que se ha venido denominando “las generaciones de estaciones de invierno” en cuanto que nos proporcionará las claves de su nacimiento, su desarrollo, sus actividades, sus pretensiones económicas y turísticas y su tendencia expansiva actual y futura. Evolución de la que hablaremos, que ha ido estrechamente ligada a la transformación de las corrientes turísticas en la naturaleza, y en gran medida, estrechamente ligada a la metamorfosis del turismo de montaña332.

1.1. La prima generazione di stazioni

En las primeras décadas del Siglo XX, en determinadas localidades de montaña, su situación geográfica, la belleza y riqueza de su entorno o la calidad de sus aguas, a las que se les otorgaba cualidades medicinales, supusieron factores desencadenantes de una lenta pero progresiva evolución de las economías tradicionales, en las que se pasó de una economía tradicional agraria, forestal y ganadera hacia una economía turística. Las primeras generaciones de estaciones se caracterizaron por la lenta evolución de su economía agropastoral y forestal a una economía turística. De esta manera, en localidades con tradición turística veraniega, balnearia o termal, y en detrimento de sus explotaciones rurales, se fue superponiendo, por iniciativa y a beneficio de los montañeses, una industria turística, al comienzo complementaria pero cada vez más importante333.

Nos puede resultar curiosa la afirmación de que, en sus comienzos, el turismo de montaña tuvo más entidad que el turismo de playa. La hace SANZ PAREJA334 que nos recuerda que entonces el turismo masivo no existía y el baño de mar era practicado por una escasa minoría. De esta manera, era el turismo termal el que despertaba mayor afición entre una clientela muy seleccionada. Debido a estas nuevas atracciones turísticas, estas

332

Siguiendo a FERNANDO VERA et al., Análisis territorial del turismo. Una nueva geografía del turismo, cit., p. 144, en las montañas se desarrollan diversas actividades turísticas o productos turísticos, a saber: el turismo de nieve, el turismo verde, el turismo de fuentes termales, lagos, ríos y embalses, el turismo fundamentado en los recursos históricos-artísticos y el turismo de aventura. Siendo el turismo de nieve el único que es exclusivo de las zonas de montaña -pues los otros se pueden localizar en otros espacios-, al referirnos al turismo de montaña en el presente estudio lo hacemos con referencia a todas las modalidades turísticas-deportivas que se pueden practicar en una estación de esquí y montaña, es decir, que son comercializados por una estación de esquí y montaña. Se trata ésta de una aclaración íntimamente ligada con el problema de la estacionalización del turismo de nieve, pues, como argumentamos más adelante, las estaciones de esquí y montaña son en la actualidad centros turísticos invernales y estivales, es decir, que funcionan todo el año y que no se limitan, como lo han hecho históricamente, a la oferta de productos relacionados con el turismo de nieve. Por tanto, utilizamos el concepto turismo de montaña en un sentido amplio, comprensible de cualquier modalidad turística-deportiva que se pueda practicar en la montaña o, como hemos apuntado, sea comercializado por una estación de esquí y montaña.

333

GANYET i SOLÉ, R., “Las infraestructuras de las estaciones de invierno y su relación con los entes locales”, Conferencia pronunciada con ocasión de la X Semana de Estudios Superiores de Urbanismo (áreas de montaña) celebrada en Granada del 6 al 10 de mayo de 1985 y que podemos encontrar en Estudios sobre áreas de montaña, Centro de Estudios Municipales y Cooperación Interprovincial, Temas de Administración Local, Granada, 1985, p.121.

334

SANZ PAREJA, E., “El turismo integrado de montaña”, Conferencia pronunciada con ocasión de la X Semana de Estudios Superiores de Urbanismo (áreas de montaña) celebrada en Granada del 6 al 10 de mayo de 1985 y que podemos encontrar en Estudios sobre áreas de montaña, Centro de Estudios Municipales y Cooperación Interprovincial, Temas de Administración Local, Granada, 1985, p.81.

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localidades, en continuo decrecimiento poblacional y económico, fueron abandonando gradualmente sus explotaciones rurales por la actividad turística, que se fue superponiendo cada vez más a las actividades tradicionales en beneficio de sus habitantes, hasta llegar incluso a desplazarlas.

En cuanto a los deportes de nieve, la estructura urbanística desarrollada para su desarrollo y práctica fue típicamente rural, en la que predominaba albergues localizados a una altitud tal que permitía su explotación tanto en verano como en invierno.

Estas primeras generaciones de estaciones recibieron también la denominación de “estación-pueblo”, en cuanto que eran resultado del descubrimiento de los campesinos de la explotación turística de los campos de nieve. Para estos montañeses, la respuesta a las demandas turísticas supuso la elevación de sus rentas y la solución a la estacionalidad de sus quehaceres que los mantenían prácticamente 6 meses del año inactivos. En palabras de MATA, el acercamiento a la montaña de turistas provenientes de las ciudades supuso “el descubrimiento del sol en altitud de la montaña, la fascinación de una naturaleza desconocida hasta la fecha y la nueva práctica de un deporte. Cada uno descubrió y encontró en esto un interés, tanto el ciudadano como el montañés”335.

Entre las ventajas que presentaban este tipo de estaciones encontramos la conservación del patrimonio económico, cultural y arquitectónico de las zonas afectadas; la participación de los montañeses en el desarrollo de su zona; el interés de las relaciones sociológicas y humanas de los contactos de la clientela turística con los autóctonos; el beneficio económico directo para éstos; la existencia de una estructura urbanística relajada, tranquila, típicamente rural en la que predominaba el albergue localizado a una altitud que permitía la doble vocación estival e invernal como hemos señalado anteriormente. Entre los inconvenientes se destacan los derivados de la insuficiencia de nieve de las laderas que dan a estos núcleos, o de los campos de nieve accesibles desde ellos, causados por la insuficiente altitud a la que están localizados. Por otro lado, también se manifestó cierta ausencia de coordinación urbanística y arquitectónica336.

En cuanto a la clientela de estas estaciones de esquí, cuyo desarrollo fue más bien lento y racional, en el que destacaba como característica principal la armonía, era más bien de carácter contemplativo, movidos por el contacto con la gente autóctona y por el descubrimiento de nuevas zonas naturales no saturadas y prácticamente vírgenes, en donde la motivación deportiva era poco importante en el contexto general337.

335

MATA HERBERG, J. M., “Gestión y comercialización de las Estaciones de Invierno”, I Jornadas de Turismo de nieve y montaña, Dirección General de Empresas y Actividades Turísticas, Madrid, 1984, p. 133.

336

GANYET i SOLÉ, “Las infraestructuras de las estaciones de invierno y su relación con los entes locales”, cit., pp. 121-122.

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Esta evolución de las estaciones de esquí es predicable de los centros invernales de nuestro entorno europeo. Así, en Francia, ejemplo de ajuste entre aldea tradicional y estación turística de invierno lo tenemos en Mègeve, desarrollada antes del brote de la Segunda Guerra Mundial por la familia Rothschild338.

1.2. La seconda generazione di stazioni

Al ir aumentando la afición por el turismo de nieve fueron surgiendo y diseñándose otro tipo de estaciones denominadas de segunda generación. La característica principal que atribuye MATA339 a éstas es la de la racionalidad.

En palabras de este autor, estas nuevas estaciones de esquí dieron respuesta a la necesidad de una serie de características peculiares que requería la práctica de los deportes de invierno y en concreto la práctica del esquí. Así, y una vez constatada la ineficacia de los campos de nieve para esquiar durante todo el invierno, se fue conformando la idea de diseñar centros que respondieran a unas características de pendientes, desniveles, etc., condiciones que raramente se concentraban en los centros de nieve existentes.

Estas estaciones de segunda generación presentan tres características principales340:

- La búsqueda de un lugar más idóneo para una explotación invernal, de donde surge la nueva noción de “dominio esquiable”341.

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Cuentan que a principios de siglo, - a punto de declararse la primera “Gran Guerra” y totalmente ajena a los acontecimientos que convulsionaban al mundo -, la baronesa Noemi, esposa del banquero Maurice de Rothschild,- descendiente de James, hijo del fundador Mayer Amschel Rothschild y encargado de expandir la actividad financiera de la casa desde París -, se lanza a la búsqueda de un lugar en Francia donde crear una selectiva estación de esquí que superara a las suizas o austriacas. Aconsejada por su monitor y después de recorrer los Alpes buscando su sueño, la baronesa visita Megève en 1915; donde se rinde ante los encantos del Mont d´Arbois (1.833 metros), a cuya ladera era casi imposible acceder en esa época. En 1934, en colaboración con el municipio de Megève, la aristócrata inaugura el teleférico de Rochebrune que acercaba a los esquiadores a los más bellos parajes; y desde aquel momento la tranquila vida de los habitantes de Megève, basada sobretodo en la agricultura y ganadería, comenzó a sufrir una profunda transformación. Las granjas, donde vivían las modestas familias en armonía con caballos, vacas, cerdos y gallinas, se convirtieron poco a poco en hoteles y centros turísticos. A principios del siglo XX, se produjo un éxodo humano hacia la ciudad, perdiéndose hasta el 12% de su población, sin embargo, cuando llegan los deportes de invierno en 1913 y a pesar de verse truncado su desarrollo por la Primera Guerra Mundial, el municipio ya había iniciado una profunda transformación.

339

MATA HERBERG, “Gestión y comercialización de las Estaciones de Invierno”, cit.. 340

GANYET i SOLÉ, “Las infraestructuras de las estaciones de invierno y su relación con los entes locales”, cit., p. 122.

341

Por “dominio esquiable” hemos de entender, fundamentalmente, el conjunto integrado de pistas de esquí (preparadas, balizadas y señalizadas) y remontes mecánicos, que permiten la práctica de los deportes de invierno. Desde un punto de vista jurídico, la delimitación de ésta zona es importante para la determinación de la responsabilidad de los gestores de las estaciones de esquí y montaña, como más adelante veremos con ocasión del análisis de la responsabilidad de éstos.

Por su parte, el Reglamento de Funcionamiento de las Estaciones de Esquí españolas integradas en ATUDEM (Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña), en su versión de 2003 aprobado en Asamblea General celebrada el 11 de julio del mismo año en Santander, lo denomina área esquiable (artículo 4),

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- Diseño y construcción de la urbanización en el borde de ese dominio esquiable, a una altitud entre 1.700 y los 2.000 metros, disociándose así el hábitat turístico del hábitat tradicional, y de donde nace el concepto de urbanización en “frente de nieve”.

- Construcción inmobiliaria de los distintos solares del área urbana a cargo de diferentes promotores, bien públicos o privados, pero siempre con reducida o ninguna participación local en las inversiones.

Para este autor (refiriéndonos a GANYET i SOLÉ), las ventajas de esta segunda generación eran la mejor calidad de los dominios esquiables y la facilidad de adquisición de suelo urbanizable en altura. En cuanto a los inconvenientes, destaca el mismo autor342, se dieron situaciones de urbanizaciones mal planeadas, con poca calidad y con un fuerte impacto paisajístico. Igualmente, en algunos casos, se apreciaron dificultades de adaptación de los turistas a la fuerte altitud y en el plano sociológico, una segregación de la clientela, según su estrato social creándose a su vez una disociación entre la población local y la turística. Otros inconvenientes añadidos fueron la invasión de los automóviles particulares que contribuían a la contaminación acústica y medioambiental de las áreas montañosas próximas a las estaciones; los costes producidos por el mantenimiento de las carreteras de acceso con una utilización reducida; sobrecostes en las construcciones por los sistemas de calefacción y aislamiento necesarios para resistir los rigores de la altitud. Por último, se ha cuestionado su rentabilidad, en cuanto que la excesiva altitud en la que se localizan todas estas nuevas construcciones ha hecho muy difícil su explotación turística en verano343.

La clientela de esta segunda generación de estaciones es mucho más deportista. Surgen nuevos métodos de aprendizaje que permiten esquiar más rápido en diferentes tipos de pistas. En palabras de MATA HERBERG “para buscar la satisfacción del cliente se equipan unas pistas cada vez más abruptas, se remodela el terreno para facilitar la evolución de los

la cual se encuentra dividida en dos zonas: 1. Zona de pistas: que comprende los recorridos preparados, balizados, señalizados y controlados por la Estación para la práctica del esquí; 2: Zona fuera de pistas: que no está preparada, balizada, señalizada, controlada ni protegida por la Estación contra los peligros inherentes de la montaña. Teniendo, en todo caso, la consideración de zona fuera de pistas: a) Las áreas sin preparar ni balizar situadas entre las pistas o en los bordes de éstas. Se considera “fuera de pistas” el propio balizamiento y los paravientos situados en los bordes de las pistas; b) Los itinerarios de esquí, entendiendo por tales aquellos recorridos no controlados ni preparados por la Estación, aptos sólo para usuarios expertos.

En cualquier caso, el artículo 8 del mismo Reglamento establece expresamente la responsabilidad de los usuarios en la zona fuera de pistas, en las que esquiarán asumiendo su propio riesgo y ventura. Estos aspectos son analizados con más detenimiento en el Capítulo III de esta Segunda Parte del estudio.

342

También SANZ PAREJA, “El turismo integrado de montaña”,cit., p. 82. 343

“Históricamente en Suiza y Austria las estaciones de montaña habían sido de invierno y de verano, pero con la creación de las estaciones francesas de altura prácticamente éstas han reducido su funcionamiento al invierno, a poco más de 100 días al año”, en GAVIRIA, A., “Contradicciones teóricas y técnicas de la ordenación espacial de las estaciones de invierno”, en Revista Ciudad y Territorio, n. 4, 1976, p. 11.

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esquiadores y al mismo tiempo obtener una capa de nieve lo antes posible […] La armonía va desapareciendo poco a poco y la rentabilidad se impone”344.

Como ejemplos de esta segunda generación tenemos la creada en el valle de Aosta por Giovanni Agnelli, el cual eligió un sitio virgen inaccesible en la temporada de invierno para la construcción de una estación de esquí; así como las francesas l’Alpe d’huez, Val d’Isere o Courchevel. Esta última se considera paradigma de las estaciones de la segunda generación y a ella nos referimos más adelante.

En España, la mayoría de las estaciones de esquí han surgido como “estaciones de estancia” de segunda generación, en las que el aspecto urbanístico inmobiliario es la fuente principal de impactos medioambientales345.

1.3. La terza generazione di stazioni

Esta tercera generación es calificada por MATA HERBERG como “de los promotores”, cuya principal característica no es ni la armonía ni la racionalidad sino más bien su rentabilidad. Para este autor, esta tercera generación de estaciones surge cuando “los financieros descubren que la montaña en invierno podía ser fuente de provecho rápido si se sabía explotar correctamente”346. En estas “se produce una fuerte densificación de las residencias para reducir al máximo todo lo que es coste de infraestructura urbanística, los inmuebles son colectivos y de gran altura para rebajar el coste de las estructuras”347.

Como señala GARCÍA ÁLVAREZ348, las estaciones evolucionan desde construcciones aisladas a construcciones de unidades integradas, en las que se reúnen en una

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