y como tenía
ocupaciones
yelcaso no lepareció
degran
urgencia,
conel mismopropio
contestó que comparecería
en lasprimeras
horas del díasiguiente;
cuando así lo
hizo,
se encontrócon que sucompanero
y el
Juez
municipal
le dicenque el cadáver ya estabaenterrado,
rogándole,
como la cosa más natural delmundo,
que firmara ladiligencia
deautopsia,
a pesardeque no la habían
practicado
porque informes posteriores habían
producido
en ambos el convencimientodeque lamuertehabía sido por
enfermedad;
patente
estaba en
aquel
caso que al médico de lavilla
seleexigía
una falsedad al invitarle a firmar unadiligencia
de
autopsia,
pero el negarsecomprometía
seguramente alJuez
y al médico que porignorancia, ligereza
ybuena fe habían desobedecido las órdenes del
Juez
de instrucción y trataban deenganarle;
después
dealgu
nas vacilaciones y movido por el sentimimiento de
compasión,
al fin firmó ycon esto, además de faltar alo que le
inspiraba
el sentimiento'dejusticia,
quedó
a merced de
cualquier
vecino que con una sencilladenuncia
quisiera
vengarse dealgunos
de los comprometidos.
He citado estos dos casos porque elsentimiento de
compasión
que incita a favorecer a unsemejante,
cuando se cree que nohay
perjuicio
detercero, estan
poderoso
que muchas veces se sobrepondría
al sentimiento de estrictajusticia
si éste no se ve reforzadopor el de temor fundado en las consecuencias que
puede
sufrir elperito
que comete unasión,
que la sociedad le confía fiada en suhonradez,
y está
obligado
acorresponder
a esta confianza dicta minandosiempre
conforme leinspiren
su cienciay suconciencia,
sin preocuparse de otra cosa másque de serverídico,
puesaun en el supuestode que pordefec tos de laley
realmente sudictamencontribuya
a co meter unainjusticia,
él no la comete, y, por consiguiente,
no le incumbeninguna
responsabilidad
ni ante Diosni
ante los hombres.Supongamos
ya al médicoresignado
con elperi
taje,
ydispuesto
apracticarle
con lahonradez,
celo yentusiasmo que le
inspiran
el sentimiento dejusticia.
Ha dicho entonces, interiormente:
quiero
servira laJusticia,
mas estonobasta,
pues,además,
en cadacaso concreto debepreguntarse:
?Puedo
resolver la cuestión que se me
propone?
?Tengo
medios y tengo conocimientos suficientespa:a aclarar los
problemas
que me hanplanteado?
Si así lo hiciéramossiempre,
enmuchas ocasiones nos reconoceríamos
incompetentes,
y manifestándolo honradamente al Tribunal
quizá
nosrelevaran del cargo, y si insistieran habríamos salvado
nuestra
responsabilidad.
El
peritaje
debe empezarpor la observaciónatenta y minuciosa de cuantopueda proporcionarnos
datospara la resolución del
problema,
haciendo para elloaplicación
denuestrossentidos,
solos oauxiliados porinstrumentos,
ypracticando
lasoperaciones
que consideremos necesarias. Estos datos irán valorándose por sucesivas
operaciones psíquicas
de reconomiento ycomparación,
en las que intervendrán lasrepresenta
ciones mentales de conocimientos
adquiridos previa
mente. De este modo se irán formando
juicios
cada vez máscomplejos,
que tendrán por término final lasconclusiones.
El observar
bien,
y recoger cuantosdatospuedan
ser deimportancia,
nosiempre
es cosafácil;
con frecuencia esdeficienteesta
primera
parte delperitaje,
y estas deficiencias tienen tal transcendenciaque invali dan todas lasoperaciones posteriores.
Sisupusiéramos
que un
perito
supo observarconexactitud,
y queluego
por
ignorancia
cometió erroresdeinterpretación,
éstospodrán
ser fácilmentecorregidos
porotrosperitos
lla mados enconsulta,
mas si ocurre locontrario,
comola observación no
siempre puede repetirse
sin datossuficientes o con datos
erróneos,
el error es irremediable.
En estoestriban los
principales
defectos delperi
taje
médicolegal
tal cual sepractica
en lamayoría
delas
poblaciones
ruralesdeEspana.
Por faltademedios,
por insuficiente
habilidad,
por escasez detiempo,
sehacen mal las
primeras observaciones,
que debieranser a manera de cimientos del edificio que se trata de
construir.
Todo el mundo conoceque un
peritaje
queexija
exploraciones
especiales
oftalmoscópicas, laringoscó
picas
oradioscópicas,
nopueden
encomendarsea los
médicos que en las
pequenas poblaciones
sededicanr
su.
carecerdel instrumental y de la
pericia
suficiente parapracticarlos. Igualmente,
y por idénticas razones, los querequieran
delicadasinvestigaciones
químicas
omicrográficas,
se encargan alos Directores de laboratorios
especiales.
Encambio,
lapráctica
de las autopsiasy elexamen de los lesionados seconsideran como
operaciones
de lapráctica
diariaque encualquier
sitioy por
cualquier
médicopueden
ser debidamente practicadas,
y seencomiendan a los que residen en ellugar
o en las inmediaciones del suceso.Los
Jueces
cuando reciben parte delhallazgo
deun cadáver odel fallecimiento de un
lesionado,
comoprimera providencia,
ordenan que dos médicospracti
quen laautopsia
sin detenerse a pensar si éstos tienenmedios y
habilidad
paracumplir
el servicioen formatal que
pueda
ilustrara los Tribunales. Una recusaciónfundada en estas razones
seguramente
no será admitida,
y por eso lamayoría
de lasautopsias
que sepractican
en lospueblos
rurales,
muchas de las que severifican en las cabezas departido
yalgunas
delasquetienen
lugar
en lascapitales
deprovincia
adolecende tales defectos que
quizá
ganara la administración dejusticia prescindiendo
de ellas. Si losJueces
tuvieran la curiosidad deasomarse por las salas deautopsias
delas Facultades de Medicina y vieran el instrumental que se necesita y el
tiempo
que seemplea
en unaautopsia
bienhecha,
comprenderían
el valorquepuede
darse a la
generalidad
de las que ordenanpracticar.
tero, los
escalpelos
ylastijeras
que sirvieron para la sala de disección durante lacarrera, y unastijeras
depodar,
comocostótomo,
esel instrumental deautopsia
que poseen los médicos
rurales;
únasea estoquecomolocal les
proporcionan
el cementerio al aire libre olasala deescuelas y que rara vez
emplean
más de mediahora,
y secomprenderá qué autopsias
sepracticarán.
Afortunadamente,
lamayoría
de ellas son pura fórmula,
porque deantemano se.conocen las causas queocasionaron la muerte; si así nofuera poco esclarece
rían,
porque la técnica de lasautopsias judiciales
requiere
instrumental y materialadecuado, largo
tiempo,
habilidad para poner al descubierto todos losórganos
y costumbre paradistinguir
alprimer
golpe
de vista lo normal delo
patológico.
Dotara todos losmédicos del instrumentaly material
necesario,
no seríadifícil.
Exigirles
que antesde concederles elgrado
deLicenciado demostraran poseer la habilidad suficiente
para
practicar
bien unaautopsia, podría
hacerse refor mandoalgo
laensenanza. Lo que no selograría
fácil mente es que lageneralidad
de los médicos tuvieran lacostumbre de ver pronto y bien todo lo que
puede
esclarecer el
peritaje.
Ysi por falta de unaapreciación
correcta delas alteracionespatológicas macroscópicas
no se saca de las
autopsias
todo elpartido
que sedebiera,
claro está quepasarán completamente
inadver tidas todasaquellas
que nopueden
sercomprobadas
más que utilizando el
microscopio,
y, sinembargo,
hay
casos en que sólo estas últimaspueden
esclarecerel
problema médicolegal.
?Qué
hacen pues los médicos que sin instrumental
adecuado,
sin habilidad ysincostumbre se ven
obligados
apracticar autopsias?
Abrir bien o mal las tres cavidades y redactar una
relación en la que se
consigna algo
de lo que sevióy mucho que se inventó para sacar como conclusión
que la causade la muerte fué la que de antemano se
suponía.
Creen estos médicos atenuar suresponsabi
lidad inventando de tal
«modo
queningún
perjuicio
sepueda irrogar
alacusado,
esdecir,
que seresignan,
por
impotencia,
a no servir a lajusticia,
y se confor man a mantenerse fieles alprincipio: primitm
non nocere.?Pueden,
sinembargo, quedar
con la conciencia
tranquila? ?Es
suficiente para elloestarseguros deque hicieron cuantosabían,
y dequeobligados,
yno por libre
aceptación,
se encargaron de una tarea para la cual no estaban suficientementepreparados?
Yocreo que no, porque, en
primer
lugar,
no bastalabuena intención para estar seguros deno causar per
juicio,
y,ensegundo,
elque no sabe hacer una cosadebe honradamente confesarlo. Mas la confesión de su
ignorancia
? bastaría para que alperito
le relevaran delencargo?
No lo sé.Sospecho
que la que aisladamente hiciera unsolo médicono
bastaría;
pero las quecolectiva o sucesivamente hicieran todos los que se encontraran en
igual
caso, razonándoladebidamente,
llegaría
a llamar la atención de los Poderespúblicos
y les incitaría a buscar remedio para esta anómala
han hecho
hoy imposible
que un solo individuo laabarque
en todasuextensión,
yasícomo no setacharáde
ignorante
al médicogeneral
que no sepapracticar
unaoperación
delicada deojos,
tampoco se deberáaplicar igual adjetivo
al que nodomina la técnicadelas
autopsias
médicolegales.
Elperitaje médicolegal,
en el que seincluye
lapráctica
de lasautopsias,
requiere hoy
para suaprendizaje
unlargo
tiempo,
ypara dominarlecon
perfección,
la vida entera de unhombre, reúne,
enfin,
todas las condiciones para que, dentro del campo de laMedicina, constituya
una verdadera
especialidad. ?Puede
y debeexigirse
al médicode un
partido
rural que la domine?No,
porque esto cuestatiempo, trabajo
ydinero,
y nadie loemplea
gustoso sabiendo que en el
lugar
dondeejerce,
estaespecialización
no leproporcionaría
ni honra ni dinero, y
seguiría
ocasionándole humillacionesydisgus
tos. Aun en el supuesto de que en las Escuelas seobligara
a dominar los conocimientosy técnicade estaespecialidad,
el médico rural lo iría poco a poco olvidando por no constituir parte del
ejercicio
ordinariodesu
profesión.
Lasautopsias,
lo mismo en las aldeasque en las
grandes capitales,
debieran sersiempre
practicadas
por.
los médicosforenses,
únicosobligados
a dominar su
técnica,
puesto que voluntariamente solicitaron un cargo que suponecompetencia especial;
cuando
éstos, disponiendo
demedios,
practican
las autopsias mal,
por no dedicarlas eltiempo necesario,
puede
y debeexigírseles responsabilidad.
El examen de los lesionados no se encuentra en
las mismas condiciones que las
autopsias.
Porsufrecuencia sería materialmente
imposible encargársele
entodos los casos al médico
forense,
y,además,
cualquier
médicodispone
del instrumental y material necesario para
practicarle
debidamente,
yen cuanto a lahabilidady
competencia
debesuponérsele,
por entrardentro de lo que
pudiera
llamarsepráctica
diaria de laprofesión.
Téngase,
sinembargo,
en cuentaque no eslo mismo examinar un lesionado ordinario con' elfin
de tratarlo
convenientemente,
que hacer este examen con el fin de recoger datos con los queluego
sehaya
deformar
juicio
sobre eltiempo
en que tuvolugar,
arma o mecanismo que loprodujo,
situación respectiva del agresor yel
agredido
ytantas otrascuestionessobre las que
pedirán
informe los Tribunales. Requiere
todoesto observación minuciosa hecha ex profeso y
golpe
de vista certero, lo cual seadquiere
conalgún aprendizaje
yconpráctica
continuada. Por care cer de esteaprendizaje
y de estapráctica
algunos
peritajes
sobre traumatismos sondeficientísimos,
y enalgunas
ocasioneserróneos,
y aunqueaquí
no ocurralo que con las
autopsias,
en las que enterrado y enputrefacción
el cadáverdesaparece
la materia de observación,
con todo los nuevosperitos,
llamados enconsulta,
aun consuperior
ilustración,
nosiempre
podrán
subsanar las deficiencias delprimer peritaje.
Psicológicamente
considerado,
el acto delperitaje
que adolezca de defectos en la observación de loshechos debe ser mirado con
prevención,
puesto quelas
operaciones
intelectuales sucesivashan de consistiren
juicio
de reconocimiento y decomparación
sobre estos hechos. Por mal camino irásiempre
elperito
queno supo observar
bien,
mas si es honrado y conoce susdeficiencias, procurará arreglarse
de modo quecon sus conclusionesno cause
perjuicio
nibeneficio;
lo verdaderamente grave sería que por
presunción
oignorancia supina
noreconociera su errorinicial,
porque entonces, con
premisas
falsasy discurriendoconlógica,
sacará conclusioneserróneas,
cuyas consecuencias no
siempre
sepueden
calcular,
seencontraría,
en unapalabra,
en condicionessemejantes
aciertos deli rantes razonadores cuyos discursospodrán
convencer a cuantosignoren
que es falso o malinterpretado
elhecho
premisa
desus razonamientos.Sigamos
ahora el estudiopsicológico
delperitaje
examinando los casos en que, a más de libre
acepta
ción y sentimiento de
justicia,
hubo observación co rrecta.Llegó
entonces el momento de valorar los datosrecogidos,
acudiendo para ello arepresentaciones
mentales que deben
surgir,
por asociación deideas,
y queconstituyen
el tesoro individual de ciencia yexperiencia
anteriormenteadquirido. Porque
se supone.a los médicos en
posesión
de este tesoro se lesnombra
peritos,
de lo cual claramente se infiereque es ala cienciamédica,
por ellosrepresentada,
aquien
seconsulta,
no alindividuo,
porrespetable
que sea,y que con
arreglo
alosprincipios
de la cienciaconstituida deben valorary
juzgar
los datos querecogie
ron,
prescindiendo
modestamente de susopiniones
personales,
salvo el caso de que éstas hubieran logrado aquiescencia general.
Maspodría
preguntárse
nos
?dónde
estánhoy
los cánones deesta ciencia parapoderlos
consultar? Cierto es que ya no estamos enlos
tiempos
en que los libros deHipócrates
y Galenorepresentaban
estos cánones y por todos eran aceptados,
más bien estamos en unaépoca
en que todaautoridad es discutida y todo
principio
sometido acomprobación;
pero de esto nopuede
deducirse quenada
hay
estable ycierto en nuestraciencia,
porque casi todo lo fundamentalpuede
considerarse comosólidamente
adquirido,
ysobre esto debe fundamentarse el
peritaje, prescindiendo
de lohipotético
ysometido actualmentea discusión.
Se utilizan para el
peritaje
los mismos conocimientos que nos
guían
en laclínica,
yde éstoshay algu
nos que todos los médicos deben poseer, y otros que sonpatrimonio
de los llamadosespecialistas,
bastandoal médico
general
saber queexisten,
y que élnolosposee, para inhibirse y reclamar elconcurso de
quien
sepa utilizarlos lo mismo en la clínica que en el
peri
taje. Hay, además,
otrosconocimientos que notieneninmediata
aplicación
al tratamiento de losenfermos,
y que sólo se utilizan para el
peritaje médicolegal.
Ensénanse estosúltimos a los alumnos en la
asigna
tura de Medicinalegal,
pero,hay
queconfesarlo,
lageneralidad
de los médicos los vamos poco a pocoolvidando,
porque nolo%
utilizamos confrecuencia. Elque
quiera
unaprueba
deestaafirmación,
que reviselas bibliotecas de los médicos más estudiosos yverá
que poco
lugar
ocupan en ellas las obras yrevistas deMedicina
legal.
Las deficiencias por insuficiencia de conocimientos
previos
son en parte subsanables con elestudio;
poreso, en
general,
debedejarse
a losperitos
eltiempo
suficientepara que mediten sus
conclusiones,
consultando antes las obrasque crean necesarias. Es verdad
que los
Jueces
acostumbran apedirnos
conurgencia
el
dictamen,
pero son lo bastante ilustrados para conceder el
tiempo
queprudencialmente
selespida
paraestudiar el asunto; si en muchos casos sedictamina
sin
preparación
suficiente,
es porque los mismos médicos renuncian al
tiempo
de meditacióny estudioquepudieran
necesitar.Así como hemos
dicho,
al hablar delperíodo
deobservación de los
hechos,
que no todos los médicosestán en condiciones de hacer bien una
exploración
especial
deojos,
oídos ylaringe,
así ahora debemos decir que no todospueden
juzgar
en asuntosreferentes a ramas
especiales
de laMedicina,
ymás concreta mente a laespecialidad
de lapsiquiatria.
El médicoque no posea
previamente
los conocimientosindispen
sables y que notenga costumbre de examinar
psíqui
camente a cuerdos y alocos,
nopodrá suplir
estasde un
peritaje,
y,desgraciadamente,
eso les sucede a lageneralidad,
pues la ensenanza deesta parte delaMedicina es
hoy
muy deficienteen lasUniversidades,
y en la
práctica hay
pocas ocasiones deadquirir
laexperiencia
necesaria;
solamente los médicos que visitan en los
manicomios,
los forenses que tienen aficióna la
psiquiatria
yalgunos
contadosespecialistas
quela cultivan en las
grandes capitales,
se encuentrancapacitados
para encargarse de unperitaje
de estaclase.
En todas las
operaciones
intelectuales se han de tener presentes losprincipios generales
de lalógica,
puesto que se tratade formarjuicios
asociando lo ob servadoen elcaso deautos con lo observado anterior mentepor nosotros mismos o por otros,comparando
unasrepresentaciones
mentales con otras, y elevándose,
enfin,
de los hechos observados alascausasquepudieron
determinarles. Perturbarán toda esta serie deoperaciones
intelectuales losprejuicios,
porqueéstos,
inconscientemente,
inclinan al médicoainterpretar
loshechos en un sentido
determinado,
en vez de hacerlo concompleto desapasionamiento.
De dos clases deprejuicios quiero
ocuparme por ser los que más fre cuentementeinfluyen
alperitaje.
Es el
primero
conocer, osospechar, previamente
la solución del
problema
que se trata deresolver,
conocimiento o
sospechas
quepueden adquirirse
porreferencias de otros, o por
algo
que sabía el mismoperito
referente alsujeto
osujetos
que han de serobjeto
delperitaje.
Es más difícil de lo que parece substraerse a esteprejuicio
por lo mismo que nosiempre
es consciente. Laopinión
pública
manifestada en conversaciones de
calles,
cafés y teatros; laPrensa,
quecreyendo recogerla,
muchasveces la formaparaaumentar el interés de sus
relatos;
elamigo
oficioso que
manifiesta,
al parecerprudentemente,
suopinión
son factores de estosprejuicios
y elperito,
orientado por
ellos,
buscapremeditadamente
datosquelos
confirmen,
y hasta enocasiones,
completamente
ofuscado,
sufre verdaderas ilusiones al observar. Mediten sobre esto los
peritós
y tengan en cuentaquea ellos no seles encarga que valoren confidencias ni
declaraciones,
sino que observen hechos y deduzcan de ellos consecuencias. Piensenque, aun en los casosque parezcan más
sencillos, puede
haberalgo
distintode loque se presumey que, para buscarlose leenco
mienda el
peritaje.
No es paracomprobar
que la muerte seprodujo
porahorcamiento,
por sumersión o por herida delcerebro,
por lo que semandahacer laautopsia
del cadáver que se encontrópendiente
por elcuello deuna
cuerda,
en las aguas de un pozo o conel cráneo
perforado
por unabala,
sino paraaveriguar
si con estosrecursos de aparente suicidio se trató de
ocultar un homicidio por otrosmedios
producidos.
El
segundo prejuicio
de que voy a ocuparme esmás grave,a mi
juicio,
porsercasiimposible
evitarsuacción. La determina unaescuela
filosófica,
que tienesus
adeptos
casi necesariamente han de sentirse influídos por sus
principios
al dictaminar sobre el estadopsíquico
de los acusados paraapreciar
sugrado
deresponsabilidad.
Para lospartidarios
deestaescuela,
llamada
positivista
odeterminista,
la voluntad noexiste como procesopsíquico,
y la noción internade libertadpara
obrar,
quetodos interiormentereconocemos, seríauna ilusión
originada
por el desconocimiento de losmóviles que en un momentodadonos deciden a
ejecu
tarunaacción,
por consistir enrepresentaciones
laten tes queejercen
suinfluencia sin haceraparición
en elcampo de la conciencia.
Según
ellos,
las accioneshumanas serían
siempre
fatalmente determinadas por sensacionesactuales,
porrepresentaciones
nmónicas queoriginaron
otras sensacionespretéritas
y por tendenciasheredadas, elementos
todosque iríanacompanadas
de tonos sentimentalesdiversos,
entre los cuales resaltaría unopredominante,
causa inmediatadela
descarga
motora que exteriorizaría y daría fin alacto. Siendo esto
así,
como el hombre no es responsable dela herencia
psíquica
que suspadres
letransmitieron,
ni de la educación que ledieron,
ni de las sensaciones quepercibió,
ni de lasrepresentaciones
mentales que evocó yasoció,
claro está que tampoco debe serlode las 'acciones quebajo
la influencia deestos móviles
llegó
arealizar. Deducciónlógica
de losprincipios
deesta escuelaes no admitir que las accio nes humanas sean buenas o malasper
se, sino útiles operjudiciales
para lasociedad,
y por ende que losque
ejecutan
las accionesperjudiciales
nodeben sercastigados
sinocorregidos,
y cuandomás,
cohibidos para que nopuedan
seguir
realizándolas. Yo soy partidariode la doctrina
opuesta
que reconoceal hombreadulto y mentalmentesano, libertad moral para
elegir
entrelos distintos móvilesque le incitana
obrar,
siendopor este motivo
responsable
desusobras,
mereciendopremio
cuando éstas sean buenas ycastigo
cuando sean malas. Como no esesta la ocasión de aducir ra zones para combatir la escueladeterminista,
démoslabeligerancia
ydejemos
quesuspartidarios
la defiendan con entusiasmo enlibros,
revistas,
academias y cátedras;
dejémosles
queinfluyan,
sipueden,
cerca delos
legisladores
para que loscódigos
semodifiquen,
inspirándose
en susprincipios;
pero los médicos nopueden,
nideben, aplicarles hoy
ala resolución de los casos concretos que les consulten losTribunales,
so pena de incurriren el defectodeprejuicio
que estamoscombatiendo. Mas seguramente nos
preguntarán,
?esque los médicos deterministas al ser llamados como
peritos
deben hacer traición a suconciencia,
dictami nandoen contra de susopiniones
que honradamente creen ser lasmejores? No;
esto sería hacer violencia a su conciencia. Lo que, a mijuicio,
deben haceres noaceptar
la misión deperitos,
cuandotengan
quedictaminar sobre cuestiones de
responsabilidad,
hastatanto que la
legislación
no sehlya
modificado informándose
en losprincipios
que sustentan. Meexplicaré
con más claridad. Lalegislación
de todos lospaíses
civilizados está
hoy inspirada
en la doctrina de la libertad
humana,
yquien
no reconoceesteprincipio
nopuede
ilustrar a losTribunales,
porque éstos no lepreguntarán
nunca si elhombre,
engeneral,
es responsable
de sus actos, sino que, dando esto por supuesto, le
preguntarán
concretamente si talhombre
gozó
en talmomentodel librealbedrío,
y si tal ocualacción la
ejecutó
conplena
concienciaylibertadobienmovido por ideas osentimientos manifiestamentemor
bosos. El
juzgar
si las acciones son buenasomalas,
útiles o
perjudiciales
para lasociedad,
esde la exclusiva incumbencia de los
legisladores
y de los Tribuna les. Se me dirá todavíaquepuesto
que los médicos deambas escuelas hacen
distinción
entre los hombrescuerdos y
locos,
todos estaránen condiciones de ilus trara los Tribunales sobreestepunto
concreto.Cierto,
pero también lo es que el límiteentre la razón y la
locura es
indeciso,
y quehay
estados,
si nointermedios,
deapreciación
discutible,
por esto el campo de la locuraabarca,
para muchosmédicos,
talextensión,
queacapararía
todo el de la criminalidad. Esto no es unaafirmaciónmía,
esdelpúblico
aquien
oímos decirtodos los días que para los médicos todos los criminales
son
locos,
lo que yo afirmo es que si elpúblico
seengana
es porque en vez de decir losmédicos,
debiódecir solamente los médicos
deterministas,
porque para éstos realmente todos los criminales debieran ser considerados como
irresponsables
de sus actos, ya que,a
realizarles;
si así no se conducen en lapráctica
esporque
comprenden
aqué peligrosos
extremos conducirían a la sociedad
aplicando
estrictamente susideas filosóficas.
Formados los
juicios,
terminará elperitaje
con suexteriorización,
en la cual hemos de procurarqueden
resueltas las cuestionesque nos
plantearon,
y contestadas todas las preguntas que nos formularon.
De
palabra
o por escritopueden exigirnos
quedemos cuenta de nuestras observaciones y de los
jui
cios que
hayamos formado,
ya estaexigencia
hemos de someternos, pero cuando la declaraciónhaya
deser
verbal,
será laudable costumbre llevarla redactadapor escrito ydictarla al que ha de
escribirla,
de estemodo será
expresión
fiel de nuestropensamiento,
nada se nos
olvidará,
y conservaremoscopia
de lo quedijimos
para cuando convengareproducirla.
En estascontestaciones,
claro está que procuraremos resolverconcretamente las cuestiones
formuladas,
pero sin quea estose nos
obligue
más que en cuanto seaposible,
presentando
siempre
lo cierto comocierto,
lo dudoso como dudoso ylo irresoluble como irresoluble. En el actode presentar las conclusionespueden
todavía losJueces pedir
aclaracioneso formularnuevas preguntasque
obligarán
alperito
arepentizar
nuevosjuicios,
cosamuy
peligrosa,
y para la cual debemos estarmuy prevenidos. Desde
luego,
si la contestación aestas nuevaspreguntas
exigieran
otrasobservaciones,
debemos ex cusar la contestación hasta que lashayamos realizado;
del mismo modo nos conduciremos cuando
exijan
meditación
oestudio,
y solamenteseremos inmediata menteexplícitos
cuando lapregunta
sea de fácil yrápida
contestación. Ni aun en elacto deljuicio
oral debeprestarse
elperito
a contestaren elacto alo querequiera
meditación yestudio,
y seguramente su excusa,
respetuosa
y razonablementeformulada,
seráatendida, mereciendo
esta conducta el respeto detodos,
por demostrar seriedad y honradezprofesional.
Réstame,
para terminar estetrabajo,
decir quesiempre
elperito
debe darcuentadelas observacionespracticadas,
de los datosrecogidos
y de las conclu sionesformuladas,
y que solamente enalgunas
ocasiones intercalará los fundamentos científicos y los
principales
razonamientosdesutrabajo.
DISCURS
PRONUNCIAT PEL
SENYOR
PRESIDENT,
DR. EN
D.MARTÍ
JULIA,
EN LA
SESSIÓ PÚBLICA
INAUGURAL
HONORABLES SF,NYORS: SENYORS:
Per la Memoria que ha
llegida
el senyorSecretan,
us haureu enterat de la nostra vida social en elcurs
de
1915,
que hasigut
no pas massaexuberant,
mestampoc
tanmigrada
quedenoti depart
nostra lamancadebona voluntat necessaria per aexercir amb
dignitat
l'especialitat
queconreuem i pera nopararen la laborde cada dia pera enrobustir
psiquiátricame.nt
els nos tresesperits,
dotant-los detots els elements de conei xement i d'acció quecalen,
alsqui
al exercitarunafunció de
categoría
científicanopoden
oblidar que sónla
propia conciencia,
i la conciencia de laSocietat,
tant lunacom
l'altra,
les que s'han de sentir satisfetesdel determini pres,de
l'esforç
esmerçat.La
Psiquiatria
és una ciencia extensíssima i cadadia més
complexa,
mesaquesta
Societat fa molt pocsanys que está
constituída,
li manca encaramaduresa,
i els
psiquiatres
ens trobem mancats de tots els ele mentsquels pobles
moderns i benorganitzats,
tenen abé social.
Açí,
aCatalunya,
ial'Estattambé,
totesfade
l'esforç
individual estant, i per tant, per gros que sia l'interés en ferquelcom
positiu,
tot çoque's
realitza ésmigradíssim,
mancatde trascendencia i sense eficacia didáctica pera la
conciencia,
social. A tot el móncivilitzat hi ha ensenyances oficials
psiquiátriques
que orienten i són nucli d'onparteixen esforços
que irra dien accions intervencionistesala vida social A l'Es tatespanyol,
només com formant part d'unaassigna
turageneral, s'ensenya Psiquiatria,
i,
amb tals deficiencies,
quesería
millor abolir-ho.Per
aqueix esforç
individual es fundá aquesta Societat que, com heu
sentit,
labora amb granmodestia,
peró
no mancada de fortitutespiritual
per a dur a terme elsnostrespropósits
d'intensificar lanostra acciód'estudi,
de clínics i socialque'ns
correspon, quesabem,
i nooblidem,
devem aCatalunya,
ique'ns
devem a nosaltres mateixos per tal que havem conei
xement
complert
de ceom han de comportar-se els homes de les modernes societats.El Dr.
Vallejo
iLobón,
ens hallegit
unaexcellentMemoria,
a laqueparla
ambunagran extensió i acertdel
peritatge médic-legal,
planyent-se
de deficiencies que cada moment esmanifestan,
i estudiant-ne lapsi
cología
que les determina.Haig
de dir queaqueixa
Memoria, prenyada
de fets concrets, i tota ella expressadora d'un enlairat sentit
crític, posseeix
una valorgrossa i
senyala
lafaiçó
com calesmenar unamunióció de la funció médica en elsfets que ha d'intervenir
hi l'acció dela
Justicia.
M'apar
que, mediatament oimmediatament,
totsaqueixos
defectes iaqueixes
deficiencies,
són conseqüencia
d'endarrerimentétic-social;
a mesuraque l'ascenció ética
pugi,
elproblema
étic s'anirá resolent i l'austeritat deis individus faráquels
fets de la naturalesa deis que exposa elDr.Vallejo,
aniránmimbant,
finsa
desaparéixer.
Del puntd'obirvulgar
estant, s'ha dedir que són
deguts
adeficiencia moral i no a deficiencia
científica; calificant-ho,
atenent-se alprocés psico
lógic
que'ls
ocasiona,
s'ha dedir que esdevenen sempre de
perversions, originaries
oadquirides,
de la éticadeis individus.
Per aixó és 'loable tot
l'esforç,
perpetit
quesia,
que fan els homes per l'ascensióde la moral de l'indi vidu i de la societat.
I ara,
rebeu,
honorables senyors representants deCorporacions
públiques
iprivades,
i vosaltrestambé,
senyors, que haveu honrat aquesta sessió
inaugural,
l'agraiment d'aquesta Societat, perque
amb la vostraassistencia ens haveu infiltrat
energíes
confortado res que com alluitadorsen saben grat i ensencoratgen
aseguir
ambtoçuda
insistencia en la nostra vida de conreuadors ivulgaritzadors
de la CienciaPsiquiá
trica.S'ha
inaugurat
elnostre cursacadémic de1916.
JUNTA
DIRECTIVA
PRESIDENT
DR. EN DOMINGO MARTÍ
JULIÁ
VISPRESIDENT
DR. EN MARTÍ VALLEJO LOBóN
SECRETAR!
DR. EN ESTEVE CONILL MATARÓ
VI SSECRETARI
DR. EN SALVADOR VIVES
ARX1VER
DR. EN PERE FARRERAS
TRESORER
DR. EN PERE RIBAS PUJOL
COMPTADOR
DR. EN CONSTAN TÍ MARTÍNEZ