18 CAPÍTULO II LA TEORÍA DE LA VALORACIÓN 1. INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA
El objetivo de este estudio es analizar las cartas de los emigrantes a Indias ofreciendo una lectura original que pudiese poner la atención sobre uno de sus pocos rasgos que nunca hayan recebido el interés de los lingüístas, es decir, la expresión de los sentimientos. Como hemos subrayado a lo largo del primer capítulo, la investigación del historiador Otte ha puesto por primera vez la luz sobre la vida privada de estos hombres y nosotros, en este estudio, queremos descubrir aún más analizando sus emociones desde un punto de vista lingüístico. El recurso que la lingüística moderna nos ofrece para estudiar las manifestaciones de los sentimientos en los actos de comunicación, sean escritos u orales, es la
Teoría de la Valoración. Este modelo constituye un enfoque relativamente
reciente en el marco de los estudios de la evaluación en el lenguaje, a través del cual se intenta poner en evidencia los elementos semánticos que ofrece el lenguaje para evaluar, adoptar roles, gestir las relaciones y afirmar como naturales determinadas posiciones intersubjetivas e ideológicas. En particular, la teoría analiza los recursos lingüísticos que se utilizan para expresar la actitud y la emoción así como los significados que hacen variar o modificar el compromiso del hablante o escritor con sus proposiciones.
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Al mismo tiempo, el modelo subraya cómo, a través de las evaluaciones, el emisor establezca un punto de unión con los destinatarios que comparten su opinión, y se aleje de los que no acepten su pensamiento.
La teoría encuentra sus orígenes en unos estudios conducidos en la Universidad de Sidney1 y sus principios teóricos se desarollan desde el cuadro de la lingüística sistémico funcional afirmada por Halliday2 y en los conceptos de dialogismo y heteroglosía de Mijail Bajtín3.
Desde los años setenta del siglo pasado, han sido muchos los autores que han mostrado interés por el análisis de la evaluación en el lenguaje, investigando el uso evaluativo del discurso tanto en las manifestaciones orales, donde podemos recordar los estudios de Labov4 por ejemplo, como en las escritas, en las cuales destacamos las obras de Hoey5, Flower6, Hunston y Thompson7 entre los otros. Los investigadores se han acercado al estudio de la evaluación desde diferentes perspectivas tanto de matriz descriptiva y crítica como pragmático -sintáctica subrayando la importancia de la correlación entre la evaluación y las técnicas narrativas, y observando la significativa función de la valoración en la perspectiva de la argumentación. Por lo que se refiere al modelo de la valoración podemos ver como en diferentes estudios ha sido aplicado a el análisis de la conversación, de la narrativa como en los trabajos de Macken-Horarik8, del
1 Este rasgo serà profundizado en detalle en el párrafo 1.3.
2 Halliday, M. A. K. y Kress, G. 1987. “Sistema e funzione nel linguaggio/ Michael A. K. Halliday;
Saggi raccolti da Gunther Kress”, Bologna: Il Mulino.
3 Sisto, V. 2015. “Bajtín y lo social: Del Discurso a la Actividad Dialógica Heteroglósica” en
“Athenea Digital: revista de pensamiento e investigación social”. Vol. 15, pp 3 – 29.
Http: //atheneadigital.net/article/view/v15-nl-sisto.
4 Labor, W. 1992. “Language in the inner city: Studies in the Black English vernacular”. Philadelphia. 5 Hoey, M. 1991.“Patterns of lexis in text”, Oxford: Oxford University Press.
6 Flower, R. 1991. “Language in the news: Discourse and Ideology in the Press”, London. 7 Hunston, S. y Thompson, G. 2000 “Evaluation in text: Authorial stance and the construction of
discourse”, Oxford.
8 Macken – Horarik, M. 2006. “Knowledge through “Know How”: Sistemic Functional Grammatics
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proceso de aprendizaje de la lengua materna y a la lingüística computacional. Los trabajos que hemos enunciado nos permiten observar cómo los estudios sobre la evaluación y, en particular, la teoría de la valoración han sido publicados principalmente en lengua inglesa. Aunque se observe una nueva atención sobre esta teoría en los países hispanohablantes todavía encontramos pocos estudios editados en lengua española. Entre estas publicaciones cabe destacar las investigaciones de la estudiosa venezolana Bolívar, la cual en uno de sus trabajos nos deja una importante definición de la evaluación en el lenguaje:
La manera en que usamos el lenguaje para expresar lo que sentimos sobre las cosas, las personas o los eventos en el mundo físico. La evaluación en este sentido comprende lo que decimos y hacemos con el lenguaje para reportar nuestra experiencia, para expresar los sentimientos, y para controlar la vida de los démas9.
Los estudios de la lingüista venezolana ofrecen un testimonio fundamental de la importancia que ha logrado la evaluación en el análisis del discurso en lo que se refiere a la expresión de los sentimientos, creencias y valores sociales. Junto a la obra de Bolívar, en el ámbito de las investigaciones conducidas en Latinoamérica, son dignos de mención los trabajos en los cuales la teoría ha sido aplicada al lenguaje periodístico; las investigaciones de Gallardo y Ferrari, quienes han focalizado sus atenciones a la evaluación en el ámbito científico10; y otros estudios que
Http://education.waikato.ac.nz/research/files/etpc/2006v5n1art6.pdf. 9 Bolívar, A. 2005 “Discurso e interacción en el texto escrito”, Caracas.
10 Gallardo, S. y Ferrari, D. 2006.“Estudio diacrónico de la evaluación en las introducciones de
artículos científicos de medicina”, en “Revista signos: Estudios de lingüística”, Valparaíso. Vol. 39,
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han observado el fénomeno de la valoración en el lenguaje de los artículos políticos. De considerable importancia ha sido la publicación del Manual
de Lingüística Sistémico Funcional. El Enfoque de M. A. K. Halliday y R. Hasan. Aplicaciones a la lengua española publicado en 2005 por Ghio y
Fernández que representa la referencia más importante para el desarollo de los nuevos estudios sobre la evaluación en los hispanohablantes.
Como hemos visto a lo largo de este primer párrafo, la Teoría de la
Valoración ha llamado la atención de muchos estudiosos de lingüística y
análisis del discurso, los cuales han utilizado este modelo como recurso para investigar una serie de cuestiones relacionadas con el lenguaje evaluativo y la negociación de posiciones intersubjetivas. Los objetivos de los estudiosos al aplicar esta metodología teórica a sus investigaciones son:
Conocer los mecanismos que condicionan el uso de las diferentes técnicas evaluativas según los géneros, los registros o las peculiaridades individuales;
Entender los textos a través de la revelación de las suposiciones ideológicas subyacentes que los motivan;
Descubrir los recursos retóricos utilizados para convertir los supuestos ideológicos en naturales;
Estudiar los procedimientos con los cuales en los textos se construye un lector o interlocutor que pueda ser tanto ideal y complaciente como no-ideal y resistente;
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Explicar de dónde nace la ambivalencia, inconsistencia o ambigüedad del algunos textos por lo que se refiere la evaluación
Entender cómo un texto puede estructurarse como una unidad discursiva a través del uso de diferentes recursos evaluativos.
1.2 LA LINGÜÍSTICA SISTÉMICO – FUNCIONAL
La Teoría de la Valoración fue concebida por los estudiosos de la Universidad de Sidney como una nueva etapa de la lingüística sistémico-funcional y en particular de los estudios sobre la metafunción interpersonal de Halliday, integrada por las teorías sobre el dialogismo de Bajtín. La teoría de Halliday, desarollada en la segunda mitad del siglo veinte, reune la tradición de la lingüística europea y sus raíces proceden de la Escuela de Praga11. Heredando el funcionalismo de esta Escuela, la investigación de Halliday tiene una matriz funcional y semántica en la cual encontramos el influjo de la concepción antropológica de Malinowski12 y de los estudios del lingüísta Firth13.
La lingüística sistémico-funcional dedica su atención al estudio de la
11 La Escuela de Praga indica el amplio grupo de estudiosos, por la mayoría europeos, que para sus investigaciones utilizaron como punto de partida las obras de Mathesius, Trubetskói, Jakobson, Mukařovský, Wellek y otros estudiosos que vivían en Praga durante el período que precedió la Segunda Guerra Mundial. Los miembros de esta escuela prosiguieron el trabajo de Saussure ponendo la atención sobre el rasgo sociocomunicativo del lenguaje.
12 El estudioso polaco es el padre del Funcionalismo, esta corriente antropológica está caracterizada por la concepción que todos los elementos o instituciones sociales se encuentran relacionados entre sí dentro de un sistema en el cual cada uno tiene su función.
13 El lingüísta británico fue el mayor representante de la Escuela de Londres. Influyó en Halliday en su noción de sistema concebido como un conjunto de opciones paradigmáticas. Firth afirma que la grámatica de un idioma es polisistémica o sea un sistema de sistemas. Para él el significado de una lengua depende de las situaciones en que se utiliza, así que el contexto en el cual se realiza la comunicación es de fundamental importancia.
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relación entre el lenguaje y el contexto social en el cual se utiliza, definiendo el primer como un medio sistématico para manifestar un significado en un dado contexto. Halliday distingue en este modelo cuatro categorías en cuyas definiciones encontramos el influjo de Firth:
Unidad: la categoría establecida para dar cuenta de las
extensiones de la “actividad de la lengua” que lleva consigo patrones gramaticales
Estructura: es la categoría establecida para dar cuenta de la semejanza entre los sucesos sucesivos, combinación de elementos ordenados en lugares14
Clase: la agrupación de elementos de una unidad dada que es
definida por la operación en estructura de la unidad siguiente que está por encima15
Sistema: es la representación teórica de las relaciones
paradigmáticas, en contraste con la estructura, relativa a las relaciones sintagmáticas
Este último elemento se considera el fundamento de organización en la descripción lingüística. El lenguaje, a su vez, es definido como un sistema de posibilidades semánticas a las cuales el emisor recurre, eligiendo las que le permiten transmitir correctamente su mensaje al
14 La estructura se considera como una abstracción que describe modelos de relación sintagmática en el nivel gramatical.
15 El lingüísta Butles añade sobre esta categoría que el concepto de clase tiene en cuenta las posibilidades paradigmáticas asociadas con algunos elementos de la estructura.
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interlocutor o lector. Las diferentes opciones que el emisor puede utilizar están relacionadas con el contexto en el cual se realiza el acto comunicativo y se encuentran en los tres niveles del lenguaje: el nivel semántico, el nivel
léxico-gramático y el nivel fonológico. Es importante recordar como la Teoría de la Valoración define al modelo elaborado por Halliday, o sea la
suma de todas las soluciones lingüísticas a las cuales el hablante puede recurrir, y en estas posibles opciones encontramos tanto los significados que pueden ser utilizados en actos comunicativos en determinados contextos como los medios lingüísticos para expresarlos.
Según el padre de la Lingüística sistémico-funcional existen tres planes en el lenguaje que el denomina metafunciones:
Ideacional: se encuentra en el plano del contenido y
representa la relación entre el hablante y la realidad social de la cual forma parte. Nos muestra la experiencia del hablante y determina su manera de ver el mundo.
Interpersonal: estamos en el plano de la interacción y esta
metafunción nos permite establecer, mantener relaciones sociales y expresar los diferentes roles sociales que cada hablante desarolla en el acto comunicativo.
Textual: esta metafunción forma parte del plano del texto
mismo y nos permite conocer la correspondencia que la lengua establece entre ella misma y la situación en la cual se emplea. A través de esta metafunción podemos entender la cohesión entre las partes de un texto y su adecuación al
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contexto en el cual se utiliza.
La importancia de estas tres metafunciones o planos de significado, según la lingüística sistémico-funcional, está en el hecho que el enunciado en su desarollo, que empieza con la correcta elección de los significados y se concluye con la estructuración de los mismos, se realiza al mismo tiempo en estos tres planos. La Teoría de la Valoración pone al centro de sus estudios la metafunción interpersonal siendo el plano en el cual se realiza la interacción social y, en particular, se expresan las opiniones personales sobre hechos y personas.
1.3 ORÍGENES DE LA TEORÍA
A lo largo de los años '80 y '90 del siglo XX un grupo de lingüístas del Departamento de Lingüística de la Universidad de Sidney dirigidos por el profesor James R. Martin empezaron un estudio en educación que represento el primer paso para el desarrollo de la Teoría de la Valoración. Esta investigación formaba parte del proyecto “Write it right”16
que pertenecía a un programa de estudio y desarrollo de las escuelas marginales o con desvantajas llamado “New South Wales Disadvantaged Schools”. Los investigadores interesados en el proyecto, profundizaron el estudio de las exigencias indispensables para que los alumnos de la escuela secundaria lograsen la capacidad de entender los discursos científicos, tecnológicos y mediáticos y, asi, arreglarse sin dificultad en el conocimiento de asignaturas como historia, literatura inglesa, geografía y artes visuales. Los lingüístas
16 “Escríbalo adecuadamente”; he preferido dejar el nombre del proyecto en su lengua original para ofrecer una mayor fidelidad con los documentos utilizados.
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se encontraron pronto frente a la necesidad de una aproximación más atenta a la sémantica interpersonal incluyendo la solidariedad ideológica o valorativa como elemento fundamental a través al cual cambian los rasgos interpersonales del contexto social. En particular fue necesario poner en relieve la importancia de las consecuencias retóricas y de posicionamiento social relacionadas con las distintas posibilidades que ofrece la léxico-gramática, y afirmando como criterio clave el modelo de tenor. Para entender esta última afirmación es necesario volver a la lingüística sistémico-funcional y hablar de un principio de fundamental importancia para la Teoría de la Valoración o sea la noción sociolingüística de registro17.
El registro es el resultado lingüístico de la interacción de las tres variables contextuales de la situación comunicativa, que indican si el uso de un género preciso en una situación específica sea apropiado o menos, definidos por Halliday campo, tenor y modo:
El campo, la acción social: hace referencia a los temas y a la
actividad que se está desarollando. Mucha importancia tiene la naturaleza de la acción social en la cual están empeñados los interlocutores, donde el lenguaje representa un componente esencial.
El tenor, la estructura de los roles: muestra la relación entre los
actores de la situación comunicativa, añadiendo informaciones importantes sobre la relación interpersonal o del tipo de distancia social entre ellos.
El modo, la organización simbólica: indica el papel que el lenguaje
17 Halliday, Michael A. K. 1978. “Language as social semiotic: The social interpretation of language
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actua en la situación en la cual se encuentran los protagonistas del acto comunicativo, lo que los hablantes quieren obtener a través de las palabras. Está variable nos permite poner la atención sobre la organización simbólica del texto, el canal de expresión, que sea hablado u escrito, y el modo retórico es decir el uso persuasivo, expositivo o didáctico del texto.
El estudio de la variable contextual de tenor ha llamado la atención de muchos lingüístas que han obrado en las investigaciones sobre la Teoría
de la Valoración, en particular, han sido profundizados los rasgos de la
constitución de los roles, las relaciones sociales y la negociación. Entre estos estudiosos cabe destacar las posiciones de Martin y Poynton que ampliaron y modificaron el modelo y sus tres rasgos que acabamos de enunciar. El primer subrayó el papel fundamental en la organización de las relaciones sociales de las dimensiones de estatus, contacto y afecto18. El segundo estudioso poniendo como punto de partida el modelo de Brown y Gilman19 sobre la relación entre la elección de los pronombres para las variables de poder y solidariedad, y alineando su concepción con la de Martin, elaboró un modelo de tenor similar. Manteniendo las dimensiones de poder/estatus, contacto y afecto, la erudita reconoce, al mismo tiempo, los principios de reciprocidad, de proliferación y de amplificación. Los lingüistas del proyecto Write it right subrayaron algunas distinciones en la aplicación de la Teoría de la valoración en función de la tipología textual con la cual se establecía el contacto entre los actores de la situación comunicativa, que los llevaron a alejarse de algunos principios del modelo
18 Martin, James R. 1992. English text: System and structure. Amsterdam: John Benjamins.
19 Brown, Roger y Gilman, Albert. 1960. The pronouns of power and solidarity. En Thomas A. Sebeok ,
Style in language, 253-276. Cambridge, Massachusetts: MIT Press.
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de Poynton. Las distinciones encontraban sus explicaciones en la exigencia de aplicar la Teoría a textos pertenecientes a los medios de comunicación monológicos o a textos históricos o científicos en los cuales la relación que se crea con su público o lectores tiene que ser analizada de forma menos concreta e interactiva, ya que en estos escritos, el elemento principal no es el nivel de familiaridad social entre los participantes, sino la modalidad con la cual los textos establecen el contacto valorativo o ideológico con sus lectores ideales. Estas conclusiones condujeron a la afirmación de nuevos subsistemas semánticos en el discurso o sea los subsistemas del juicio y de la apreciación.
La importancia de la Teoría de la Valoración está relacionada con la necesidad de elaborar modelos que no se interesen simplemente a los tipos de situación comunicativa basadas en la grámatica y que se acerquen a las nuevas dimensiones de la comunicación o sea las emociones, los juicios y
los valores. La lingüística sistémico-funcional ha puesto su atención, en
particular, en el diálogo como intercambio de bienes, servicios e informaciones olvidando la importancia de una semántica de la evaluación que pudiese poner en evidencia los sentimientos de los interlocutores, el valor y los juicios que dan a los eventos de sus experiencias, que en un diálogo juegan un papel muy importante. Podemos, así, afirmar que la orientación ofrecida por la Teoría de la Valoración representa una óptica adicional a los trabajos en lingüística sistémico-funcional sobre la semántica discursiva interpersonal.
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2. LA TEORÍA DE LA VALORACIÓN
El término valoración deriva de la palabra inglés appraisal20 cuya
traducción literaria sería evaluación, y es por eso que consideramos el primer vocablo como una expresión de largo significado que hace referencia a todos los fines evaluativos del lenguaje. La Teoría nos muestra un cuadro para estudiar las modalidades y finalidades retóricas que los protagonistas de la situación comunicativa asumen frente al contenido experencial de sus frases, hacia sus interlocutores y el contexto intertextual en el cual actúan sus textos y oraciones. Es decir que la evaluación nos permite fijar la posición actitudinal, la posición dialógica y la posición intertextual que los hablantes o autores adoptan.21
La postura actitudinal: hace referencia a los significados que
utilizan los textos o los hablantes para ofrecer una evaluación positiva o negativa en relación a personas, sitios, objetos, acontecimientos y circustancias, que puedan ser vinculados con respuestas emocionales o con sistemas de valores culturalmente determinados. Los emisores indican sus valoraciones siguiendo dos principios, la aprobación o, en el sentido opuesto, la asignación de culpa o de responsabilidad.
La postura dialógica: todas las proposiciones o los pasajes se
refieren a otros enunciados anteriores o representan una reacción a estos, así que esta posición está relacionada con los conceptos
20 Appraisal Theory es el nombre inglés de la Teoría.
21 White, Peter. 2004. The Appraisal website:The language of attitude, arguability and interpersonal
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susceptibles de negociación entre los emisores y sus receptores. Incluso las situaciones comunicativas que utiliza el canal escrito, tienen elementos que ejercen un rol de “respuesta” o de “anticipación”. Esta “respuesta” o “anticipación” desde un punto de vista dialogíco en un pasaje escrito evidencia como haya una probabilidad de que habrá objeciones y cuestionamientos sobre las proposiciones y que los emisores tienen la voluntad de confrontarse.
La postura intertextual: nos muestra el posicionamiento evaluativo
que adoptan los autores o hablantes hacia pocisiones externas o sea los puntos de vista u opiniones de otros hablantes y autores. Normalmente, en su ejemplo típico que es la expresión de una relevancia implícita, el escritor o emisor cita o se refiere a las palabras o a los pensamientos de otros. Al citarlos, el emisor hace entender que estas aseveraciones son importantes para su fin comunicativo.
2.1 LOS TRES SISTEMAS DE LA VALORACIÓN
En la Teoría de la valoración los procedimientos evaluativos están repartidos en tres grandes áreas semánticas, es decir la actitud, el
compromiso y la gradación. En el enfoque de acción de la actitud
encontramos los significados por los cuales los emisores dan una valoración intersubjetiva a los protagonistas y a los hechos. Como he dicho antes hablando de la posición actitudinal, los significados atribuidos están relacionados con reacciones emocionales y con valores culturales vinculados con el contexto y el período histórico. El compromiso, a su vez,
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nos permite observar los medios lingúísticos que se utilizan para colocar la voz del emisor o escritor en relación con las diferentes sugerencias ofrecidas por el texto. La gradación, por útimo, nos indica como los hablantes o autores aumentan o reducen la fuerza de sus proposiciones y llaman la atención sobre el foco de sus enunciados. Vamos a ver en el detalle cada uno de estos grandes dominios y sus características principales.
2.1.1 LA ACTITUD
Todas aquellas oraciones que comunican una valoración positiva o negativa o que exhorten a los partecipantes a pronunciar sus proprias valoraciones se consideran actitudinales. Muchas veces la expresión de la actitud no es directa sino implícita, es decir que en estos casos es necesario que el lector haga referencia a su sistema de creencia y valores culturalmente determinados para interpretar el texto y sus rasgos actitudinales. Sin duda, en los casos de proposiciones en las cuales encontramos una manifestación clara de una evaluación positiva o negativa que sea, hablamos de ejemplos de actitud explícita. La posibilidad que ese dominio sea expresado de manera implícita nos hace considerar la actitud como una propriedad de enunciados completos aunque las palabras individuales puedan ser actitudinales.
En esta área semántica es posible distinguir tres subsistemas: afecto,
juicio y apreciación. El primer nos muestra una evaluación relacionada con
las emociones; el segundo bajo una valoración moral de la conducta, nos ofrece un juicio del comportamiento humano con respecto a los preceptos sociales institucionalizados; y la apreciación, a su vez, a través de normas de carácter estético y de otros sistemas de valor social, nos presenta una
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evaluación de lugares u objetos. En los próximos párrafos describiré en el detalle estos tres subsistemas22.
2.1.2 EL AFECTO
Este primer subsistema es la valoración que el emisor utiliza para señalar su posición emocional o aquellas de otros individuos sobre personas, hechos y circunstancias. Desde un punto de vista lingüístico el afecto se puede expresar a través de verbos, adjetivos, adverbios, o formas de nominalizaciones que están relacionadas con las emociones, algunos ejemplos son: amar, alegre, felicidad o tristemente.
Es posible distinguir entre tres categorías de afecto que remiten a procesos mentale:
felicidad/infelicidad
seguridad/inseguridad
satisfacción/insatisfacción
Otra importante distinción que podemos hacer cuando hablamos de este subsistema es entre el afecto autoral y no-autoral. En el primer caso, referido a la primera persona, el autor o hablante manifiesta como se enfrenta emocionalmente a la persona, la circunstancia o hecho que se está valorando. El rasgo fundamental del afecto autoral es su función retórica
22 En este capítulo he elegido hablar de la teoría de la valoración y de los rasgos que la componen desde un punto de vista totalmente teórico dejando las explicaciones y los ejemplos de su aplicación el tercer capítulo, en el cual aplicaré la teoría a las cartas que sono el foco de mi estudio.
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dado que gracias a la revelación de su respuesta emocional, el emisor intenta establecer un contacto con sus interlocutores para que se acerquen a su reacción emocional. En los casos del afecto no-autoral se habla de las emociones de otras personas o grupos diferentes del emisor, que en sus evaluaciones actúan en lugar de este último. El autor, desde un punto de vista retórico, subrayando las emociones de terceros coherentes con las sensaciones suyas, desea que este provoque una reacción favorable hacia sus proposiciones.
Cuando hacemos una clasificación del afecto, el estudioso Martin23 nos sugiere una serie de variables que tenemos que considerar:
la influencia de la cultura en la construcción de las emociones
si la expresión de los sentimientos conlleva también manifestaciones
paralingüísticas
si las emociones se manifiesten como un estado mental
si en el origen de los sentimientos encontramos la reacción a un
agente específico externo o es simplemente un estado general no dirigido a nada o nadie en particular
si los sentimientos se dirigen a un estímulo real, presente y existente
o hacia algo de irreal, futuro y todavía no concretado
23 Martin, James R. 2000. Beyond exchange: Appraisal systems in English. En Susan Hunston y Geoff Thompson editions. Evaluation in text: Authorial stance and the construction of discourse. Pag. 142-175. Oxford: Oxford University Press.
34 2.1.3 EL JUICIO
Cuando hablamos de este subsistema es fundamental hacer una premisa, es decir el juicio está estrechamente relacionado con el contexto social y cultural en el cual las personas actúan. La forma de evaluar la moralidad, integridad, las habilidades y en general la conducta de los hombres está claramente influida tanto por la cultura en la que viven como por las creencias y experiencias subjetivas. Asi que tenemos siempre que considerar la posibilidad que el juicio con el cual se valora un mismo evento pueda cambiar en función de las dimensiones sociales y culturales de quien evalúa. Entonces el juicio representa una forma de institucionalización de las emociones que sigue normas sociales sobre el comportamiento de los individuos a través de los cuales distinguimos formas de conductas morales o inmorales, socialmente aceptables o inceptables, honestas o deshonestas y así siguiendo. Como consecuencia de lo que acabamos de decir distinguimos dos tipos de juicios:
Los juicios de estimación social, en los cuales se valoran las
capacidades de una persona que le proporcionarán una estimación de su comunidad sin tener implicaciones morales o legales.
Los juicios de sanción social, que expresan evaluaciones sobre la
conducta y la integridad moral.
Como en el caso del afecto el juicio se puede exprimir tanto en forma explícita, recurriendo a atributos, sustantivos o adverbios, como en forma implícita, expresando la evaluación a través de los indicadores de juicio.
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Estos elementos presentan el juicio de manera aparentemente no evaluada pero tienen la posibilidad de estimular valoraciones en los receptores del mensaje que compartan la misma visión social y pertenecen a una cultura determinada. Así que las posibilidades de evocar juicios de valor en estos oyentes o lectores están relacionados con los enlaces sociales que, en un contexto determinado, se crean entre ciertas acciones y las valoraciones. En consecuencia podemos considerar los indicadores de juicio con las interacciones que se realizan entre significados ideacionales e interpersonales.
2.1.4 LA APRECIACIÓN
Este último subsistema de la actitud representa el medio para evaluaciones positivas o negativas hacia productos, entidades y lugares por ejemplo artefactos, textos, paisajes y objetos naturales o manufacturados. La apreciación comprende una valoración estética, dado que nos permite valuar la composición , las características, el valor y la belleza de algo, y una valoración no estética, casi como una categoría de evaluación social dado que también los hombres pueden ser evaluados pero sólo si percibidos como entidades, y no como participantes que tienen comportamiento. También de este subsistema el lingüista Martin nos plantea una división en tres categorias:
La reacción que describe tanto el impacto emocional causado por la
manufactura o el objeto natural evaluado como su calidad.
La composición muestra la impresión que producen las
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La valoración que subraya la consideración por parte del evaluador
de la importancia social del elemento que se valora.
En conclusión podemos observar como apreciación y juicio nos ofrecen una perspectiva relacionada más con lo que se evalúa que con el evaluador y al mismo tiempo representan datos objetivos a diferencia del afecto que puede considerarse claramente subjetivo.
2.2 EL COMPROMISO
Este subtipo de valoración indica los medios empleados para colocar la voz del autor respecto a las diferentes proposiciones y propuestas desarolladas en un texto, los emisores pueden considerar o prescindir de los otros puntos de vista que sus afirmaciones ponen en juego buscando un espacio interpersonal para afirmar sus proprias opiniones dentro de estas diferentes formas de ver. Mucha importancia adquiere para entender este rasgo de la valoración el concepto de heteroglosia de Bajtín, según el cual todos los textos tienen una naturaleza intertextual, subrayando como todos los discursos se refieren, contestan o incorporan otros textos reales o posibles:
El deseo de hacer comprensible el proprio discurso es sólo un aspecto abstracto del plan discursivo concreto y total del hablante. Además, cualquier hablante en mayor o menor medida es alguien que responde. A fin de cuentas, él no es, el primer hablante, el primeroque perturba el eterno silencio del universo. Y no sólo presupone la existencia del sistema lingüístico que emplea, sino
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también de los enunciados precedentes propios y ajenos – con los que su emisión entra en cierta relación ( se construye a partir de ellos, polemiza con ellos, o simplemente presume que ya son conocidos por el oyente). Cualquier enunciado es un eslabón dentro de una cadena compleja de otros enunciados.24
Los recursos de la léxico-gramática que nos permite, como dicho, situar intersubjetivamente la voz del autor son:
los modalizadores de probabilidad, por ejemplo “quizás, podría
ser que, creo que, seguramente
fase o etapa de realidad, por ejemplo “parece que...”
atribución (rumor / concepción), por ejemplo “fuentes dicen,
alguien cuenta que...
proclamaciones o manifestaciones, por ejemplo “ en realidad, estoy
obligado a concluir que...”
contra-expectativa, por ejemplo “ sorprendentemente...”
anticipación y expectativa, por ejemplo “por supuesto...”
24 Apud. White, P. 2005. “Un recorrido por la teoría de la valoración”, University of Birmingham http://www.grammatics.com/appraisal/SpanishTranslation-AppraisalOutline.pdf.
38 2.3 LA GRADACIÓN
En la gradación centramos nuestro interés sobre los valores que proporcionan escalas de grado relacionadas con la fuerza con la cual los emisores intensifican o disminuyen sus frases y regulan, subrayando o difuminando, el foco de sus enunciados. Estas dos dimensiones claves de la gradación se denominan, de hecho, fuerza y foco.
La fuerza se expresa a través del uso de los adverbios
definidos intesificadores, enfáticos y amplificadores como por ejemplo muy, gran, determinadamente. El nivel de fuerza que el emisor pone en sus proposiciones nos permite distinguir diferentes grados de intensidad en una escala que procede desde el bajo hasta el alto. Es importante subrayar como este principio de gradación de fuerza opera intrínsecamente en los valores de actitud dado que en muchos casos las evaluaciones relacionadas con sus tres subsistemas están precididas por los adverbios de intensificación como por ejemplo en la expresión “muy gran pena”.
El foco nos indica si el elemento subrayado tiene un papel
central o, por el contrario marginal, en el enunciado. Su escala de intensidad varia desde un nivel débil hasta uno agudo. La importancia de esta dimensión de la gradación es que el foco actúa en contextos que no son graduables llegando a obtener un efecto de intensificación. Por ejemplo ,
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en sintagmas como “una ruptura clara”, el estado de “roptura” no se construye como algo gradual pero el término “clara” añade un evidente efecto de intensificación.