• Non ci sono risultati.

ACTA DE FUNDACIÓN DE LA SOCIEDAD DE S. FRANCISCO DE SALES, 18 DICIEMBRE DE 1859 FONTI

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2022

Condividi "ACTA DE FUNDACIÓN DE LA SOCIEDAD DE S. FRANCISCO DE SALES, 18 DICIEMBRE DE 1859 FONTI"

Copied!
38
0
0

Testo completo

(1)

ACTA DE FUNDACIÓN DE LA SOCIEDAD DE S. FRANCISCO DE SALES, 18 DICIEMBRE DE 1859

Jesús-G raciliano G onzález*

Introducción

E l día 18 de diciem bre de 1859 tuvo lugar la reun ión de fundación de la S ociedad de San F rancisco de Sales. D on B osco reunió en su despacho a 17 de sus ayudantes y con ellos dio origen oficial a la C ongregación q ue desde h a c ía tie m p o v e n ía p ro y e c ta n d o . E n e sta re u n ió n fu e e le g id o el p rim e r C o n sejo d ire c tiv o , y desd e ese m o m ento dio co m ien zo la andadura de la S ociedad. L os asistentes a la reun ió n tuvieron clara v isió n histó rica de la trascen d en cia del hech o y d eterm inaron que se levan tara acta p re cisa con todo lo que allí había sucedido. El acta fue leída en pú blico y todos la apro­

baron. Es m ás, se determ in ó con serv ar el o rig in al y que para asegu rar su autenticidad fuera firm ada p o r don B osco, recién designado R ector M ayor, y por don A lasonatti, nom brado prim er P refecto de la S ociedad. C reem os que es justo hacer la edición de esta acta, que se conserva en el A rchivo C entral Salesiano, en el año en que se cum ple el 150 aniversario de la fundación de la C ongregación.

1. Ambiente fundacional en el Oratorio en los años del 1855 al 1859

D esde el año 1855, año en el que fue aprobada en Turín la ley contra las Ó rdenes religiosas, hasta 1865, en que hicieron su profesión perpetua los p ri­

m eros salesianos, se vivió en el O ratorio un verdadero am biente fundacional de grupos y asociaciones. D on B osco estaba en un m om ento de plenitud vo- cacional y de iniciativa educacional, dedicado a obras de caridad y apostolado

* Salesiano, membro dell’Istituto Storico Salesiano.

(2)

ju v en il y popular. Sus actividades eran num erosas y pronto se dio cuenta de que para garantizar su funcionam iento y su continuidad, así com o la unidad de orientación, de dirección y de m étodos, necesitaba colaboradores. N adie m ejor que los m ism os jóven es que se educaban en su O ratorio, entre los que había bastantes con vocación sacerdotal y m uy adictos a su persona.

D e estos años data la conocida Introducción a un P lan de Reglam ento, en la que don B osco traza el ideal que quería ver plasm ado en los nuevos sacerdotes que se p ro ponía form ar. S egún él, el sacerdote debía ser padre, h erm an o y am igo de los jó v e n e s1. E ra el tipo de sacerd o te que él m ism o p ra cticab a y que nos ha dejado literariam en te d escrito en el colo qu io que sigue al ejem plar episodio del encuentro con B artolom é G arelli2.

Para ello, com enzó a dar vida a una serie de asociaciones o grupos, que debían ayudarle en la tarea de asistencia y educación de los chicos que acudía a sus o ra to rio s: asociaciones de carácter relig io so , de carácter caritativo o grupos com prom etidos en actividades colectivas: com pañías, scola cantorum, banda de m úsica, grupos de teatro etc.

D esde m uy pronto com enzó a funcionar en el O ratorio la C om pañía de San Luis, que sirvió de m odelo para la creación de las otras com pañías, que se fueron creando en estos años. La peste que asoló la ciudad de Turín en 1854 dio a los socios de esta com pañía ocasión de colaborar activam ente en la asistencia de los apestados. P asada la peste, se organizaron en los oratorios de San Francisco de Sales, San Luis y el Santo Á ngel de la G uarda las confe­

rencias juveniles de san V icente de Paul, que realizaban obras de caridad y de asistencia a los jóvenes de los oratorios3.

En 1856 fue fundada la com pañía de la Inm aculada, con la colaboración activa de algunos alum nos del O ratorio aspirantes al sacerdocio, entre otros:

D om ingo S avio, que fue un fervo roso anim ador; el dinám ico clérigo G iu ­ seppe B ongiovanni, que redactó el reglam ento, y G iuseppe R occhietti, que, a pesar de su m altrecha salud, estaba siem pre dispuesto a colaborar el O ratorio.

L a com pañía se o rientaba especialm ente a h o n rar a la V irgen, poniéndose bajo su patrocinio y entregándose enteram ente a su servicio. E staba inspirada en la que m ás tarde será definida «la espiritualidad ju v en il salesiana», que

1 Cf Pietro B ra id o , Don Bosco prete dei giovani nel secolo delle libertà. Vol. I. Roma, LAS 2003, p. 337.

2 Cf Juan B o sco , Memorias del Oratorio. Madrid, CCS 2003, pp. 89-90. Edic. cuidada por José Manuel Prellezo.

3 Cf Francesco M o tto , Le conferenze annesse di S. Vincenzo de’ Paoli negli oratori di don Bosco. Ruolo storico di una esperienza educativa, en José Manuel P r e l le z o [ed.], L’im­

pegno di educare. Roma, LAS 1991, pp. 472-476.

(3)

com porta algunos elem entos distintivos fundam entales: observancia rigurosa a las norm as de la casa; ayuda espiritual a los com pañeros principalm ente con el buen ejem plo, pero tam bién con otras obras de caridad; la frecuencia de sacram entos; la alegría etc. D on B raido, hablando de esta com pañía, señala, com o principio seguro de ascesis práctica, la íntim a unión entre la caridad y el binom io obediencia-castidad: «La caridad nos establece en la perfección, pero sólo con la obediencia y la castidad podem os adquirir este estado que tanto nos acerca a D ios»4. Las prácticas de piedad eran las com unes a todos los alum nos del O ra to rio , sólo que los socios deb ían h ac erlas con m ayo r perfección. Im portante es tam bién el hecho de que la cohesión del grupo se m antenía firm e gracias al som etim iento de todo al juicio de los Superiores.

N o cabe la m enor duda de que se trataba de un em brión de asociación juvenil religiosa, con clara orientación hacia una C ongregación de vida co n ­ sagrada. D e hecho, de entre sus socios surgirían los prim eros salesianos5.

E n 1857 el clérig o G iu sep p e B o n g io v an n i in s titu ía la c o m p añ ía del SS. S acram ento, con un carácter esencialm ente piadoso. D e los m ayores y m ás fervorosos socios de esta com pañía nacerá m ás tarde el «pequeño clero», que se encargará de m antener el decoro y la solem nidad de las celebraciones litúrgicas.

Entre los artesanos del O ratorio nació en 1859 la com pañía de San José, im pulsada por el clérigo G iovanni Bonetti.

Estas com pañías se convirtieron en un instrum ento educativo valiosísim o en las m anos de don B osco, que se sirvió de sus dirigentes y de sus socios para llevar adelante la com pleja obra que se estaba creando entorno a él.

4 Cf p. B ra id o , Don Bosco prete dei giovani..., vol. I. p. 318.

5 Una de las actas más antiguas que se conserva, de junio de 1856, dice así «Noi, Bonetti Giovanni, Vaschetti Francesco, Savio Domenico, Marcellino Luigi, Durando Celestino, Momo Giuseppe, Bongioanni Giuseppe per assicurarci ed in vita ed in morte il Patrocinio di Maria e per dedicarci interamente al suo santo servizio nel giorno del mese di giugno muniti tutti coi S.S. Sacramenti e risoluti di professar verso Maria Vergine SSma. una costante divozione pro­

testiamo davanti al nostro Direttore Spiritual e davanti all’altare di Lei di voler imitare per quanto lo permetteranno le nostre forze Luigi Comollo. Onde ci obblighiamo: 1. Di osservare rigorosamente le regole della casa. 2. Di edificar i compagni ammonendoli caritatevolmente ed eccitandoli al bene colle parole, ma molto più col buon esempio. 3.- Di occupar scrupolosa­

mente il tempo....» ASC E 452. Al final del Reglamento aparcen los nombres de Rua Michele, Bongiovanni Giuseppe, Savio Domenico, Marcellino Luigi, Momo Giuseppe, Rocchietti Giu­

seppe, Bonetti Giovanni, Vaschetti Francesco, Durando Domenico. En las actas de sesiones po­

steriores aparecen otros nombres de socios: Cagliero Giovanni, Francesia Giovanni Battista, Savio Angelo, Reano Giuseppe, Turchi Giovanni. El primer presidente fue el clérigo Michele Rua.

(4)

2. Primeros pasos hacia la fundación de la Sociedad de San Francisco de Sales

En el am biente de caridad activa, de piedad sincera y de obediencia a las norm as establecidas, que vivían estos grupos de sus m ás directos colabora­

dores, don B osco se sentía cada vez m ás anim ado a llevar a cabo la idea, que venía acariciando desde hacía tiem po, de fundar u na S ociedad que asegurara la co n tin u ació n de las obras caritativ as y ed u cacio nales del O rato rio . Las bases las ten ía allí y el elem ento hum ano fund am en talm en te tam bién. E ra cuestión de com enzar a dar los prim eros pasos.

La experiencia había dem ostrado a don B osco que el personal voluntario no garantizaba la estabilidad, la continuidad y la hom ogeneidad de su obra.

Se necesitaba una organización que proporcionara el personal necesario para m antener viva la idea y el espíritu original del O ratorio. L o m ejor era una congregación religiosa. Pero corrían m alos tiem pos para las congregaciones de este tipo. Las leyes prom ovidas en Turín po r C avour y R attazzi habían su p rim id o m u ch as de las ó rd en es re lig io sa s y c o n fisc ad o sus b ie n e s. De fu n d a r alg u n a a s o c ia c ió n , te n ía que ser u n a q ue fu e ra p e rm itid a p o r las nuevas leyes. P arece ser que en una conversación con U rbano R attazzi, el m inistro que m ás había propugnado y defendido las leyes anticlericales, éste h abría sugerido a don B osco fundar u n a sociedad co ntra la cual el E stado no tuviera nada que objetar. Para ello era necesario que sus m iem bros co n­

serv aran sus d erech o s c iv ile s, se so m etiera n a las ley es y p ag a ran com o c iu d ad a n o s lib res sus trib u to s al estad o . N a d ie p o d ría h a c e r n ad a co n tra ella, porque se trataba de una asociación de ciudadanos libres que se unían y vivían ju n to s para una finalidad benéfica, com o otros lo hacían para fin ali­

dades com erciales o de ayuda m utua. Si después estos socios en su fuero interno aceptaban tam bién la autoridad del P apa o de los obispos, o se unían con votos p riv ad o s, eso era cuestión suya, que no im portab a p ara nada al E stado, siem pre que respetaran sus leyes.

C on estas ideas bulléndole en su cabeza, don B osco viajó a R om a en 1858. D e este v ia je , de sus andan zas p o r la ciu d ad tras la h u ellas de los prim eros papas y de los m ártires, de los cuales escribía en su Storia E ccle­

siastica, de las visitas y contactos con personajes im portantes del E stado y de la C uria papal, estam os bastante bien inform ados po r la crónica del Viaggio a R om a, que don R ua, acom pañante de don B osco, nos ha dejado6, y a través de

6Cf ASC A 2230101.

(5)

las reseñas que encontram os en las MB y en otras biografías de don B osco, así com o en los estudios de Stella, D esram aut y Braido.

Sin em bargo, según B raido, «N on è interam ente accertabile tutto ciò che riguarda lo scopo principale che aveva indotto D. B osco ad andare a R om a e cioè l ’inizio del cam m ino che avrebbe portato alla fondazione della Società di S. Francesco di Sales. C ongetture più che certezze si possono avanzare circa gli aspetti essenziali»7. Según estas conjeturas, que tom am os de B raido, Stella y D esram aut, parece bastante claro que don B osco fue a R om a a conocer y a hacerse conocer. E ra m uy im portante que en la C uria rom ana se dieran cuenta de las obras que estaba llevando a cabo: oratorios, escuelas, talleres, in ter­

nado, publicaciones catequísticas y apologéticas, las L ecturas C atólicas. El problem a de la consolidación y continuidad de todas estas obras se solucio­

naría por sí m ism o, si se llegaba a com prender su extraordinaria im portancia.

E ran ya m uchos en Turín, desde M ons. Fransoni al m inistro R attazzi, los q ue, co n o cien d o el b ien que D on B osco estab a h ac ie n d o , se p reg u n tab an sobre el futuro de los oratorios, cuya continuidad veían com o algo necesario.

D on B osco, m uy sensible al problem a, esperaba que, tras dar a conocer sus obras y las dificultades que encontraba, surgiera espontáneam ente tam bién en R om a la pregunta sobre el futuro de las m ism as y hasta que incluso fuera in ­ vitado a fundar una institución que asegurara su continuación.

Para D on B osco era evidente la necesidad de hacer algo para garantizar la consolidación y continuidad de sus obras, pues había vivido las dificultades surgidas en los años precedentes, cuando había intentado conseguir la unidad de criterios, de fines, de acción, de m étodos etc. entre sus colaboradores, que, aunque dotados de buena voluntad y celo apostólico, tenían una m entalidad y un estilo diferente al suyo, y que, por otra parte, ocupados com o estaban en otras actividades y cargos, no disponían ni del tiem po ni de la estabilidad re ­ q u erid o s, cad a vez m ás im p erio sam en te, p o r la crecien te activ id ad de las obras. P or eso, desde hacía tiem po estaba pensando en u n a solución, pero quería oír la opinión de las altas jerarquías de la Iglesia sobre las diversas p o ­ sib ilid ad e s que se le ofrecían : ¿u n a sim p le aso c ia ció n de e c le siá stic o s y laicos? ¿una sociedad de m iem bros ligados al superior con u n a p ro m esa o unos votos sim ples? ¿o una verdadera congregación religiosa de carácter dio ­ cesano o pontificio?. Incluso tenía, si no escrito 8, sí diseñado ya en su m ente, un esbozo de reglam ento sobre una hipotética asociación religiosa.

7 Cf P. B ra id o , Don Bosco prete dei giovani.., vol. I, p. 389.

8 Las fuentes no están de acuerdo en este punto, como se puede ver por la carta de don Bosco y por la historia del Oratorio escrita por don Bonetti, reproducidas en las notas que si­

guen a continuación.

(6)

U n a vez en R om a y a ten d ie n d o a las o b se rv a c io n e s qu e le h izo el cardenal G aude, lo com pletó, lo redactó y lo som etió al exam en del superior general de los rosm inianos, padre G iovanni B attista P agani9.

Es m uy probable que don B osco hablara de todo esto con Pío IX y le expu siera la conversación m anten ida con el m in istro R attazzi. El P apa no descartó la idea, pero le aconsejó que los socios se ligaran entre sí con verda­

deros votos religiosos10. H abía otras asociaciones que iban m ás o m enos por ese cam ino: los H erm anos de las Escuelas C ristianas, los R osm inianos, los O blatos de M aría etc.

9 Así consta en una carta del 4 de marzo de 1858 al «M.to R.do e Veneratissimo P. Gene­

rale, Ho bisogno che mi usi un tratto di bontà: che legga l’unito breve piano di congregazione religiosa, e che dopo mi faccia quelle osservazioni che meglio le sembreranno nel Signore. Io contava solo di parlare di tal divisamento a parole; ma il Cardinale Gaude mi consigliò di porlo per scritto. Perciò in questi giorni l’ho richiamato a memoria nel modo che ho potuto siccome è praticato nella casa dell’Oratorio. La ringrazio di tutta la carità che ci usa in questi giorni e mentre auguro copiose benedizioni dal cielo sopra di Lei e sopra tutta la congregazione alle pa­

terne di Lei cure affidata mi professo con gratitudine e stima Di V. S. M.to R.da e Venerat.ma.

Obbl.mo sevitore. Sac. Bosco Gio»: Giovanni B o sco , Epistolario. Vol. I (1835-1863). Introdu­

zione, testi critici e note a cura di Francesco Motto. Roma, LAS 1991, p. 339.

10 En la Storia dell’Oratorio escrita por don Bonetti, uno de los implicados en todo el pe­

riodo de formación de la Congregación y, por tanto, conocedor directo de muchos aconteci­

mientos y bien informado de otros, publicada por entregas en el Bollettino Salesiano, del cual don Bonetti fue el primer director y lo era a la sazón, en el Cap. XII de julio de 1883 se cuenta el viaje de don Bosco y don Rua a Roma. Las noticias están tomadas de la Memoria inédita, completada con lo que el autor de la historia del Oratorio supo directamente de don Rua. Al ha­

blar de la audiencia con el Santo Padre, se dice: «[...] fatto ricadere il discorso sugli Oratorii, ad un certo punto uscì spontaneamente in questa dimanda a D. Bosco: - Ma se voi veniste a mori­

re che cosa ne sarebbe dell’opera vostra? - D. Bosco, che stava per entrare nel suo argomento principale, colse tosto la propizia occasione, e risposto che era appunto venuto a Roma per prov­

vedere all’avvenire degli Oratorii, gli presentò la lettera commendatizia di Mons. Fransoni. Il Vi­

cario di Gesù Cristo, letta la raccomandazione dell’intrepido esiliato, e conosciuta la intenzione di D. Bosco, se ne mostrò molto contento e disse: - Si vede che andiamo tutti e tre d’accordo. - Pio Nono esortò pertanto D. Bosco a redigere le regole della Pia Società secondo lo scopo, che ne aveva concepito, e gli diede in proposito degli importanti suggerimenti. Tra le altre cose gli disse: - Bisogna che voi stabiliate una Società, la quale non possa essere incagliata dal Governo, ma nel tempo stesso non dovete contentarvi di legarne i membri con semplici promesse, perché altrimenti non sareste mai sicuro dei vostri soggetti, né potreste fare lungo assegnamento sopra la loro volontà». Y más adelante: «- Illuminato dai consigli e confortato dalle parole del Vicario di Gesù Cristo, D. Bosco nei giorni che si fermò ancora in Roma, ritoccò le regole della Pia So­

cietà di s. Francesco di Sales, già scritte l’anno innanzi, e che aveva portate con sé, ne tolse ed aggiunse più altre per renderne la sostanza più conforme ai sentimenti di Pio IX, il quale avute­

le poscia tra mano si degnò di leggerle attentamente, vi appose alcune osservazioni di proprio pugno, e le inviò all’Eminentissimo Cardinale Gaude. Questo insigne porporato, illustre figlio di s. Domenico e gloria del Piemonte, essendo stato l’anno innanzi a rivedere Cambiano sua patria presso Torino, era pure venuto a visitare il nostro Oratorio. Egli perciò conosceva già quest’o­

pera, e D. Bosco era in ottima relazione con lui. Laonde prima di partire da Roma D. Bosco ten­

ne con esso parecchie conferenze in proposito, e si andò d’accordo che le regole fossero prati­

cate per qualche tempo, come si erano modificate, e in fine rimesse a Sua Eminenza, che le

(7)

2.1. L os inm ediatos antecedentes

V uelto a Turín, don B osco com enzó a dar cuerpo a sus ideas, que no sólo eran ideas, sino hechos concretos realizados en los años precedentes. En efecto, desde hacía años venía orientado a algunos de sus m ejores alum nos h ac ia el sacerd o cio . P rim ero fu ero n B ellia y R ev ig lio , que lleg aro n a ser sacerdotes, aunque después se reintegraron en sus diócesis respectivas; más tarde otros fueron vistiendo el h ábito talar en diversos m om en to s: el 2 de n o v iem b re de 1851 lo h izo G io v an n i C ag liero ; el 22 de ju n io de 1852 G iovanni B attista Francesia; el 24 de septiem bre de ese m ism o año, M ichele R ua y G iuseppe R occhietti, y otros siguieron haciéndolo en años sucesivos.

C on esto s clérig o s don B o sco se ase g u rab a la asisten cia en los d iv erso s am bientes de los oratorios.

E l 5 de ju n io de 1852, según h a dejad o escrito don R ua, don B osco reunió a don A ngelo G uanti, G iacom o B ellia, G iuseppe B uzzetti, Francesco B osco, G iovanni C agliero, G iovanni B attista Francesia, G erm ano G iovanni, G ianinati, Luigi M archisio, A ngelo Savio, Stefano Savio, M ichele R ua y G io ­ vanni Turchi, com prom etiéndose todos a recitar por cuenta propia todos los dom ingos los siete gozos de M aría11. La edad iba, si se exceptúa don A ngelo G uanti, que tenía 38 años, de los 20 años de B uzzetti a los 12 de M archisio;

R ua tenía 15, C agliero y Francesia 14 y A ngelo Savio 17. El 23 de m arzo de

avrebbe presentate alla Santa Sede por l’approvazione. Sventuratamente il benemerito Cardina­

le Gaude in quel frattempo cessava di vivere. La morte di questo fido consigliere ed alto protet­

tore di D. Bosco, avvenuta il 14 dicembre del 1860, fu causa che si differisse oltre l’occorrente la detta approvazione, della quale diremo a suo tempo»: BS, luglio 1883, p. 116.

11 Así viene narrado este hecho en las MB: «D. Bosco prendevasi gran cura di preparare per quel giorno sospirato alcuni tra i più buoni e più fervorosi avvezzandoli a qualche pia usanza delle società religiose. Quindi a quando a quando continuava a tenere a questi soli qualche conferenza. Fra essi era il Diacono Guanti Gioachino che faceva scuola di lingua la­

tina. Il 5 giugno 1852 D. Bosco li radunava e li esortava a scegliersi fra i compagni un moni­

tore segreto, il quale caritatevolmente avvertisse colui che lo aveva scelto a questo uffizio dei difetti nei quali fosse caduto per guardarsene. Rua Michele per suo monitore segreto scelse Re­

viglio, e ci assicurava che gli avvisi dati dall’amico gli giovarono immensamente. Di questa conferenza abbiamo memoria in una cartolina scritta da Rua Michele in questi termini: D.

Bosco, D. Guanti, Bellia, Buzzetti, Gianinati, Savio Angelo, Savio Stefano, Marchisio, Turchi, Rocchietti 1°, Francesia, Bosco Francesco, Cagliero, Germano, Rua. Si radunarono questi per la conferenza il sabato sera degli 5 giugno 1852. In questa conferenza si stabilì di dover dire ogni domenica le sette allegrezze di Maria SS. L’anno venturo si osserverà chi di questi avrà perseverato ad eseguire ciò che si è stabilito sino al sabato prefisso, cioè il primo sabato del mese di maggio. O Gesù e Maria, fate tutti santi coloro che sono scritti in questo piccolo fo­

glio. Il motivo non palesato di queste preghiere era di poter dare vita alla Pia Società Salesiana.

E furono perseveranti osservatori di ciò che aveva loro consigliato D. Bosco; persuasi che loro ne sarebbe venuto un gran bene». MB IV 428s. Cf ASC E 452.

(8)

1855 M ich ele R ua h a c ía p riv ad a m en te los v o to s de p o b re z a , ca stid a d y o bed iencia ante don B osco. El 26 de enero de 1854 don B osco pro pu so a A rtiglia G iacom o, C agliero G iov anni, R u a M ichele y R o cchietti G iuseppe hacer un «ejercicio práctico de caridad», que en lenguaje del O ratorio venía a significar el em peño en la anim ación oratoriana. Este com prom iso podía ser posteriorm ente confirm ado con voto. «D esde ese día, escribe don R ua, fue puesto el nom bre de salesianos a los que se propusieron y se propondrán dicho e je rc ic io » 12. D el 14 al 23 de ju lio de 1856 R ua, R o cch ie tti, B o n giov ann i G iuseppe, Pettiva e M om o acom pañaron a don B osco en una tanda de E jerci­

cios Espirituales en Sant Ignazio junto a Lanzo. En 1857 vistieron la sotana otros dos jóvenes m uy allegados a don Bosco: G iovanni B onetti y C elestino Durando.

Estos son algunos de los hechos con los que don B osco fue preparando sabiam ente el am biente, para así poder plasm ar m ás segura y fácilm ente sus ideas de fundar una Sociedad religiosa.

2.2. E l m om ento decisivo: diciem bre 1859

El año 1859 fue un año m uy im portante para don B osco. D urante él se sucedieron una serie de acontecim ientos de diversa índole: publicación de la vida de D om ingo Savio; una nueva edición de la Storia d ’ Italia, acogida con duras críticas por la prensa gobernativa y defendida po r la prensa católica; y, sobre todo, la segunda guerra de la independencia italiana (26 abril 1859 - 12 ju lio 1859) en la que se enfrentaron los ejércitos franco-piam ontés y el ejér­

cito del im perio austriaco, y que term inó con la un ión de la L om bardía al R ein o de C erd e ñ a, p o n ien d o así las bases p ara la c o n stitu ció n del R eino de Italia. D on B osco tenía prisa por estabilizar solidam ente el grupo de sus colaboradores, para que no volvieran a suceder los acontecim ientos de 1848.

D esram aut sospecha que el acto de desobediencia de un grupo de m úsicos del orato rio13 le hizo reflexionar sobre posibles actos de rebeldía ante los aconte-

12 ASC A 4630102.

13 En una carta de don Bosco, fechada el 3 de noviembre de 1859, al Barón Feliciano Ricci des Ferres, que le recomendaba al joven Francesco Rossi, se hace clara alusión a este hecho: «Questo povero ragazzo oltre ad altre cose fu compromesso insieme ad altri di questa casa che contro mia proibizione vollero andare a fare un pranzo fuori di questa in luogo da non tollerarsi. Li mandai a chiamare mentre pranzavano, feci ripetere la chiamata dopo il pranzo, perché dolevami troppo prendere gravi misure contro ad una ventina di giovani fuorviati.

Quattro soltanto in fine si arressero e si umiliarono, gli altri si mostrarono assai più baldi. Dopo il pranzo andarono a girovagare per la città; la sera andarono a cenare nello stesso posto e ven­

nero a casa a notte tarda mezzo ubbriachi, tra questi ultimi eravi il Rossi. Siccome li aveva più

(9)

cim ientos políticos que se avecinaban. Por eso, com enzó a tener una serie de reuniones con sus colaboradores, algunos de lo cuales habían ya hecho voto de perm anecer con don B osco, otros u na sim ple prom esa. En estas reuniones les fue explicando y aclarando sobre lo que era un a sociedad religiosa y la idea que él tenía de fundar una nueva. El día de la Inm aculada po r la tarde anunció públicam ente que al día siguiente, viernes 9 de d iciem bre, tendría un a reunión especial en su habitación, después que los chicos se hubiera ido a descansar. Los que ten ían que acud ir en ten d iero n p erfec ta m e n te a qu é se refería la invitación y presintieron la im portancia de aquella reunión.

E fectivam ente el 9 de diciem bre se reunieron y, después de invocar la luz del Espíritu Santo y la asistencia de M aría Santísim a y de hacer un a breve alusión a lo dicho en las reuniones precedentes, don B osco describió lo que era u na congregación religiosa, su herm osura, el honor inm ortal de quien se co n sa g ra b a en te ra m e n te a D io s, la fa c ilid a d de salv ar la p ro p ia alm a, el cúm ulo inestim able de m éritos que se pueden adquirir con la obediencia, la doble corona que espera al religioso en el paraíso. Y anunció con visible con­

m oción que había llegado el m om ento de dar form a a aquella congregación, en la que llevaba pensando tanto tiem po. Les aclaró que esta congregación ya existía en cierto m odo, pues la m ayor parte de ellos ya pertenecían a ella con el espíritu, o m ediante una prom esa o un voto, y con la observancia de las reglas tradicionales, pero que todavía no se podía declarar obligatoria en co n ­ ciencia. A ñadió que serían inscritos a esta congregación solam ente aquellos, que, tras m adura reflexión, tuvieran intención de em itir, a su debido tiem po, los votos de castidad, pobreza y obediencia14.

H abía llegado, pues, el m om ento de la decisión para todos aquellos que quisieran form ar parte de la P ía S ociedad de S. F rancisco de Sales. Todos tenían una sem ana para reflexionar y tratar el asunto con D ios. D on Bosco ro g a b a a aq u e llo s que no q u isie ra n ad h e rirse a d ich a S o cied ad , que no acudieran m ás a las reuniones. R ecordem os que, según narra don Lem oyne, en este tiem po de reflexión el clérigo C agliero, che ya antes había decidido qued arse siem pre con don B osco, tras u n a in q u ieta y p ro fu n d a reflex ió n ,

volte minacciati, se mostravansi ostinati, di cacciarli dalla casa, così dovetti farlo col massimo mio rincrescimento. Tuttavia in seguito alla sua lettera terrò qui il Rossi in casa per alcuni giorni e vedrò se mi riesce di collocarlo altrove come spero»: G. B o sco , Epistolario. Vol. I..., p. 385. Cf Francis D e sra m a u t, Don Bosco en son temps. Torino, SEI 1996, p. 571s.

14 Las noticias de estas reuniones están recogidas en las MB VI 327ss. Pero Desramaut que habla de ellas, añade «Il ne subsiste, sur cette proposition datée du 9 décembre par don Le­

moyne, qu’une realiton d’origine ancore incertaine, en Documenti, VII, 35. Elle a été reprise en MB VI, 335-336». Cf F. D e s ra m a u t, Don Bosco en son temps..., p. 600.

(10)

respondió a quien decía «don B osco nos quiere hacer a todos frailes»: «Fraile o no fraile, es lo m ism o. Yo estoy decidido, com o lo he estado siem pre, a no separarm e nunca de don B osco». Y escribió a don B osco poniéndose entera­

m ente a su disposición.15 Probablem ente la m ayor parte de los otros hizo la m ism a reflexión. A nteriorm ente ya don B osco se h abía encargado de m os­

trarles las ventajas que tenía la vida religiosa sobre la vida de los que prefe­

rían ejercer su sacerdocio en sus pueblos o cerca de sus fam ilias16.

2.3. P rim era redacción de las C onstituciones de la Sociedad de S. Francisco de Sales

La reflexión de los colaboradores no partía de cero, ni de las solas pala­

b ra s d irig id a s a ello s en los m eses p re c e d e n te s a la re u n ió n d el 9 de diciem bre. D on B osco contaba ya con un claro proyecto de futuras constitu­

ciones plasm ado en un texto. En él tenían todos los elem entos para saber lo que en realidad don B osco pretendía hacer. Según F. M otto, que ha estudiado críticam en te el d esarrollo de las C o nstitucion es S alesian a s17, el tex to m ás antiguo que poseem os data de 1858, es decir, m ás de un año antes de la fecha que nos ocupa. Este texto es el punto de llegada de m ás de un a década de experiencia educativa por parte de don B osco y, a la vez, el texto base de las sucesivas redacciones, con añadiduras y correcciones, que vendrán. Está co n­

tenido en un m anuscrito copiado por don R ua y corregido po r don B osco.

Se trataba todavía de un m ero proyecto, pues no tenía aún ninguna aproba­

ció n e c le siá stic a , p ero re c o g ía , sin lu g ar a d u d as, las in ten cio n es de don B osco y en él estaban trazadas claram ente las líneas de lo que sería la futura congregación por él ideada: el origen, la finalidad y la form a; los votos de obediencia, pobreza y castidad; el gobierno interno; la aceptación de socios.

Los colaboradores conocían el texto y sabían p or tanto hacia donde los quería llevar don B osco.

15 MB VI 335. Si se tiene en cuenta que en ese momento ya estaban hecha la primera re­

dacción de las Constituciones y que don Bosco había explicado en reuniones anteriores lo que significaba ser religioso, parece extraña esta duda de Cagliero narrada por don Lemoyne, pero sin citar ninguna fuente. Los que sí parece normal es que durante esos días los componentes del grupo hablaran sobre la trascendencia del paso que iban a dar.

16 Ibid., 330 ss.

17 Cf Giovanni B o sco , Costituzioni della Società di S. Francesco di Sales. 1858-1875.

Testi critici a cura di Francesco Motto. Roma, LAS 1982. Citado aquí como: F. MOTTO, Costi­

tuzioni...

(11)

2.4. 18 de diciem bre de 1859

Llegó el día señalado para la decisiva reunión del 18 de diciem bre. En el acta de la reunión consta claram ente quiénes asistieron (según las MB fal­

taron solam ente dos, sin que se citen los nom bres18) y lo que en ella se hizo.

Se trataba de prom over y conservar el espíritu de verdadera caridad que se re­

quería en la obra de los oratorios a favor de la ju ven tu d abandonada y en p e­

ligro. Para ello decidieron constituirse en un a Sociedad o C ongregación, que teniendo en cuenta la m utua ayuda para la propia santificación, se propusiera prom over la gloria de Dios y la salvación de las alm as, especialm ente de las m ás necesitadas de instrucción y educación. C onstituida la S ociedad, se pasó a la elección de los m iem bros que la debían dirigir: el Superior M ayor, el P re­

fecto , el D irecto r E sp iritu al, el E cónom o y tres C o n sejero s. T erm inada la elección, leída y aprobada por unanim idad el acta de la reunión, se dio por term inada la histórica sesión de fundación de la nueva Sociedad de San F ran­

cisco de Sales.

Los que no acudieron a la reun ió n quedaron en lib ertad de seguir su propia vocación. Las fuentes conocidas hasta ahora no nos dan a conocer los nom bres de los dos que fa lta ro n a la re u n ió n , p ero es de su pon er que si­

guieran el ejem plo de aquellos que trabajaban en el O ratorio sin inscribirse en la Sociedad de S. Francisco de Sales y que, una vez term inados sus estudios, se reintegraron en sus diócesis de origen. Se conocen m uchos que, salidos del O ratorio, se m antuvieron siem pre am igos de don B osco.

3. Los siguientes pasos (1860-1884)

A unque la sociedad constituida tenia un carácter priv ado y carecía de aprobación eclesiástica, su fundación supuso un paso fundam ental para lo que sería después la C ongregación Salesiana. P or eso inició inm ediatam ente su m archa ascendente. En los años siguientes, com enzando por el día 2 de fe­

brero de 1860 com enzó a reunirse el C apítulo de la S ociedad elegido en la reunión fundacional para adm itir nuevos socios «a la práctica de las reglas de dicha sociedad», es decir a la prueba de la práctica del ejercicio de la caridad en el O ratorio. En las actas del C apítulo que publicam os en el apéndice h a ­ llam os los nom bres de los prim eros adm itidos a esta práctica.

18 MB VI 335.

(12)

El 11 de ju n io de 1860 26 socios de la S ociedad dirigían u n a carta a M ons. Luigi Fransoni, A rzobispo de Turín, que se hallaba desterrado en Lyón, en la que le enviaban las reglas de la nu eva S o ciedad y le ped ían que las leyera, que corrigiera, cam biara, suprim iera o añadiera lo que el Señor le inspi­

ra ra p ara m ay o r g lo ria de D ios. L a carta la firm aban: los sacerdotes: don B osco G iovanni, don A lasonatti Vittorio, don Savio A ngelo; el diácono Rua M ichele; los clérigos: C agliero G iovanni, B onetti G iovanni, G hivarello Carlo, F ran c esia G io. B a ttista , P e ttiv a S eco n d o , B o n g io v an n i G iu sep e , R uffino D om enico, D urando C elestino, A nfossi G io. B attista, V aschetti F rancesco, R ovetto A ntonio, C erruti F rancesco, Lazzero G iuseppe, P rovera Francesco, C h iap ale L u ig i, G arin o G io v an n i, C ap ra P ie tro , D o n ato E d o ard o , M om o Gabriele; el estudiante A lbera Paolo; y los cuadjutores R ossi G iuseppe y Gaia G iuseppe. D e los que asistieron a la reunión de fundación faltaba sólo M arce­

llino Luigi. Se añadieron Vaschetti, G arino, C apra, D onato, M om o, A lbera, R ossi y G aia.19

M ons. Fransoni contestó, tras haber leído las C onstituciones, que se re ­ servaba un tiem po para ponderar m ejor su respuesta.

Las prim eras p rofesiones de votos, p rivad os porqu e to d av ía no había sido aprobada la C ongregación ni las R eglas, tuvo lugar el día 14 de m ayo de 1862. E n ella em itiero n los votos trien ales los sacerdotes: don A lason atti V ittorio, don R ua M ichele, don Savio A ngelo, don R occhietti G iuseppe, don C agliero G iovanni, don Francesia G iovanni B attista, don R uffino D om enico;

y los clérig o s: D u ran d o C elestin o , A n fo ssi G io v an n i, B o g g ero G iov ann i, B onetti G iovanni, G hiv arello C arlo, C erruti F rancesco, L azzero G iuseppe, Provera Francesco, C hiapale Luigi.

E n 1863 la n u ev a S o cied ad c o m en z ó a ex p a n d irse fu e ra de T urín abriendo una casa en M irabello, de la diócesis de C asale M onferrato a unos cien kilóm etros de Turín. Fue nom brado director don M iguel R ua, y com o catequista el clérigo B onetti G iovanni, po r lo que fue necesario nom brar a dos nuevos m iem bros del C apitulo general, que suplieran a los que iban a M ira­

b e llo . P a ra ello se re u n ie ro n el d ía 15 de n o v iem b re de d ich o año todos los socios de la Sociedad que dieron la aprobación al candidato propuesto por don Bosco: el sacerdote don R uffino D om enico, y eligieron po r unanim idad a don F ran cesia G io v an n i B attista com o co n sejero g en eral en su stitu ción de B onetti G iovanni, nom brado catequista de M irabello.

M ientras tanto en estos años fueron llegando cartas de recom endación de obispos que pedían la aprobación de la Pía sociedad Salesiana: la de M ons.

19 El original se halla en el ASC A 1710525; Cf MB VI 631-633.

(13)

M o d esto , O b isp o de A c q u i d el 18 d e d iciem b re de 1863; la de M ons.

C le m e n te , O b isp o de C u n eo d el 23 de n o v iem b re de 1863; la de M ons.

G. A ntonio, O bispo de Susa del 18 de enero de 1864; la de M ons. G io. Tom ­ m aso, O bispo de M ondoví, del 10 de febrero de 1864; la de M ons. Luigi, O bispo de C asale del 11 de febrero de 186420.

El 23 de ju lio de 1864 la Sagrada C ongregación de O bispos y R eligiosos em anaba el D ecretum Laudis, o sea el decreto que acreditaba la existencia y el espíritu de la nueva S ociedad, pero se difería para m ás tarde la aprobación de las C onstitu ciones. Se con stitu ía a don B osco S u perior G eneral de por vida, m ientras se lim itaba la duración de su sucesor a 12 años21. A unque no se trataba todavía de la aprobación form al de la C ongregación, sin em bargo era el p rim er d o cum ento o ficia l q ue reco n o cía su ex isten c ia y daba fundadas esperanzas para el futuro.

R e c o n o c id o o fic ia lm e n te com o S u p erio r G e n eral, d o n B o sco p od ía aceptar p rofesiones perpetuas en la nueva C o ng reg ació n. La p rim era tuvo lugar el día 10 de noviem bre de 1865 y fue la del Sacerdote G ivanni B attista Lem oyne, adm itido directam ente a los votos perpetuos. Le siguieron, cinco días m ás tarde, el 15 de noviem bre, las de don R ua, don C agliero, don F ran­

ce sia , don G h iv a re llo , don B o n e tti G iu se p p e , d on B o n e tti E n ric o , la del clérigo R acca Pietro y las de los coadjutores Gaia G iuseppe y R ossi D om e­

nico, todos ellos ya profesos de votos tem porales.

La aprobación oficial de la Sociedad de S. Francisco de Sales tuvo lugar en 1869. R ecibió prim ero la aprobación «tam quam D ioecesanam C ongrega- tionem » del O bispo de C asale, M ons. Pietro M aria Ferrè, con un decreto del 13 de en e ro d e 186822. L a a p ro b ació n p o n tific ia se tu v o m ed ian te un decreto de la «S ecret. S. C ongr. E piscoporum et R egularium » del día 1 de m arzo de 1869, firm ado por el cardenal Q uaglia, Prefecto. El decreto apla­

za b a la ap ro b ació n de las C o n stitu c io n e s, p ero c o n c e d ía a do n B o sco la facultad de adm itir a las órdenes sagradas a los jóven es que hubieran entrado com o alum nos en una casa salesiana antes de haber cum plido 14 años23.

F inalm ente el 13 de abril de 1874 llegó la esperada y definitiva aproba­

ció n de las C o n stitu c io n e s m ed ian te un d e c re to de la « S e c re ta ría de la Sagrada C ongregación de los O bispos y R eligiosos», firm ado p or el C ardenal B izzarri, a la sazón P refecto de dicha C ongregación. En él se dice que su

20 Cf MB VII 565, 887-890.

21 Ibid, 705-707. Cf M o t to , Costituzioni..., p. 231.

22 Cf MB IX 65-66.

23 El decreto con escritura autentificada por la curia arzobispal de Turín se encuentra en ASC D 4750309; Cf MB IX pp. 358-359; F. M o t to , Costituzioni..., pp. 239-240.

(14)

Santidad el P apa Pío IX en la audiencia concedida al S ecretario de la Sagrada C ongregación de O bispos y R eligosos [....] «approbavit e t confirm avit, p ro u t p r a e se n tis D ecreti tenore, a p p ro b a t atq u e co n firm a t» las C o n stitu cio n es, tal com o están contenidas en el ejem plar que se conserva en el A rchivo de la C ongregación de O bispos y R eligiosos24. En las largas negociaciones con las je ra rq u ía s e c le siá stic a s el p ro y e c to p rim e ro de d on B o sco h a b ía su frid o m uchos recortes y al final salió distinto de lo que él h u biera d eseado «M i intención era hacer una cosa bastante diversa de lo que es, pero m e obligaron a hacer así y así sea»25. Pero se dio por satisfecho «El Señor se h a servido de nosotros para proponer un nuevo m odelo de voto de pobreza, según las necesidades de los tiem pos. Todo sea a gloria de D ios, porque es Él quien lo ha hecho todo»26.

En 1877 tuvo lugar el prim er C apítulo G eneral de la Sociedad de San Francisco de Sales y la C ongregación siguió su andadura norm al. L a aproba­

ción de las C onstituciones fue el gran punto de partida de la extensión de la C ongregación en Italia y fu era de Italia. En Italia los salesianos se e x ten ­ dieron, adem ás de por P iam onte y L iguria, donde ya existían, po r otra varias re g io n e s: L az io , T oscana, S ic ilia , E m ilia R o m ag n a (P arm a); T re n to , que entonces estaba todavía bajo el p o d er de A ustria. F u era de Italia: en 1875 partió hacia A rgentina la p rim era expedición m isionera, a la que siguieron otras m uchas: 12 en tiem po de don B osco y 139 hasta hoy. En A m érica en tiem pos de don B osco los salesianos com enzaron su actividad en A rgentina, U ruguay, B rasil, C hile y Ecuador. En 1875 se abrió tam bién la prim era casa en F ran cia (N iza) a la que sig uieron p ro nto o tras. E n 1881 los salesianos fundaron la casa de U trera, la prim era en España, y todavía en vida de don B osco la de Sarriá en B arcelona. En 1886 los salesianos abrieron una casa en Inglaterra, en Londres27. Y después de la m uerte de don B osco la C ongrega­

ción se fue haciendo cada vez m ás internacional, estando hoy prácticam ente extendida por todo el m undo.

El 9 de m ayo de 1876 con un breve del P apa Pío IX se recon ocía la Unión de los C ooperadores Salesianos, que venían a ser una especie de Sa le­

sianos externos, que, en cierto m odo, sustituirían el prim er proyecto de don

24 El decreto se encuentra en el ASC: D 4750604; Cf MB X 802. F. M o t to , Costitu­

zioni..., p. 253.

25 MB XIV 46.

26 MB IX 502.

27 Según las estadísticas, a finales de 1887, es decir, prácticamente a la muerte de don Bosco, los salesianos profesos eran 715, los novicios 257 y las casas eran 53. Cf Morand W ir th , Da don Bosco ai nostri giorni. Roma, LAS 2000, pp. 529-530.

(15)

B osco de adm itir en la C ongregación m iem bros externos, proyecto que no fue aprobado por la Santa Sede. Las H ijas de M aría A uxiliadora habían sido fun ­ dadas en 187228.

Q uedaba sólo por obtener el privilegio de la exención, com o lo tenían las p rin c ip a le s C o n g reg a cio n es re lig io sa s de en to n ce s. T ardó 10 años en llegar. C on un decreto del 28 de ju n io de 1884, firm ado p or el entonces P re­

fecto de la Sagrada C ongregación de O bispos y R eligiosos, C ardenal Ferrieri.

A don B osco se le concedían «om nia et singula Indulta, P rivilegia, Exem p- tiones et Facultates C ongregationi SS. R edem ptoris concessa»29.

M ientras tanto la C ongregación había com enzado tam bién a organizarse en inspectorías y a reunirse en C apítulos G enerales, prim ero con ritm o de tres años y después cada seis años. El prim ero tuvo lugar en el año 1877, el 26, ú l­

tim o hasta ahora, en el 2008.

4. El acta de Fundación

4.1. E l contenido

E x am in an d o con deten ció n el acta p o dem o s d istin g u ir en ella varias partes:

1.- L a m inuciosa y detallada señalización del m om ento de la reunión:

v ien en in d icad o s co n p re cisió n : el año (1 8 5 9 ), el d ía (1 8 ), el m es (D iciem bre), el lugar genérico (el O ratorio), el lugar específico (cuarto de D on B osco), y la hora (las 9 de la tarde). Si se com para esta precisión con el descuido de algunas de las otras actas del m anuscrito, que vienen transcritas en el ap én d ice, se puede fácilm en te d ed u cir que todos los asisten tes eran conscientes de la trascendencia del acto. A sí lo harán ver tam bién al final de la sesión, cuando piden que se conserve el acta original de la reunión.

2.- La lista de los asistentes con su nom bre y apellido. L a lista se p re ­ senta siguiendo el orden de dignidad eclesial: sacerdotes (2), diácono (1), su b d iáco n o (1), c lérig o s (13), estu d ia n te (1). E n la p re se n ta c ió n de los clérigos no se sigue ni el orden alfabético, ni el de edad.

3.- S igue la d eclaració n de la in ten ció n de los reu nid os: p ro m o v er y conservar el espíritu de caridad que se requiere en la obra de los O ratorios en

28 Cf el Acta de fundación del Ist. de las FMA en Piera C a v a g lià - Anna C o s ta (a cura di), Orme di vita, tracce di futuro. Fonti e testimonianze sulla prima comunità delle Figlie di Maria Ausiliatrice (1870-1881). Roma, LAS 1996, pp. 38-41.

29 El Decretum viene reproducido en MB XVII 721.

(16)

favor de la ju v en tu d abandonada y en p eligro. Todos los com ponentes del grupo habían practicado ya esta obra de caridad ayudando a D on B osco en el O ratorio, ahora se trata de com prom eterse a seguir trabajando unidos para m ejor prom over y conservar lo que ya se estaba haciendo. Se cum plía así lo que don B osco venía pretendiendo y preparando desde hacía tanto tiem po, es decir, contar con colaboradores fijos y fieles a sus persona y a su espíritu.

4.- Viene señalado, aunque m uy gen éricam en te, el fin de la Sociedad que en ese m om ento se está constituyendo: la propia santificación y el pro­

m over la gloria de D ios y la salvación de alm as. Se trata de un breve resum en de lo que se establecía en el esbozo de constituciones sobre el fin de la C on­

gregación «Lo scopo di questa congregazione si è di riunire insiem e i suoi m em bri... a fin e di perfezionare se m edesim i (1) [...] i congregati com ince­

ranno a perfezionare se stessi colla p ra tica delle [... ] virtù [... ] di p o i si ado­

pereranno a beneficio del prossim o (2) [... ] Il p rim o esercizio di carità sarà di raccogliere giovani p o ve ri e abbandonati [... ] siccom e si p ra tica [... ] nel­

l ’oratorio di S. Francesco di Sales, di S. L uigi e in quello d el Santo A ngelo C ustode»(3)30. Es de notar la form ulación del fin de la naciente C ongrega­

ción: la m utua ayuda para la santificación propia, la prom oción de la gloria de D ios, la salvación de las alm as; y el aspecto educativo de su actividad. Esto se concentraría m ás tarde en el lem a «D a m ihi anim as cetera tolle», pero la prim era form ulación tiene un tono un poco diferente: la m ayor gloria de Dio y la salvación de las alm as, com enzando por la p ropia, y el ejercicio de la caridad en la instrucción y educación de los jóv enes m ás necesitados de ella.

5.- Se pasa después a la elección de los m iem bros de la dirección. En este aspecto se dan algunas correcciones al m odo establecido po r el prim er esbozo escrito de co n stitu ció n . E n el cap ítu lo sobre el go b iern o de dicho esbozo se lee: «La C ongregazione sarà governata da un capitolo com posto di un rettore, prefetto, econom o, direttore spirituale o catechista, e due consi­

glieri», pero una de las correcciones hecha po r el m ism o don B osco ya señala el núm ero de tres consejero s31. Según esta corrección fueron elegidos tres c o n se je ro s. E n las su ce siv a s fases de re d a c c ió n de las C o n stitu c io n e s la corrección de don B osco fue aceptada y aparecen ya tres consejeros.

En esa prim era redacción de las C onstituciones no existe una norm a p re­

cisa sobre el m odo de elección del Superior M ayor, sólo se fijaban las condi­

ciones que debería tener el elegido; entre ellas una se refería a la edad fijada

30 Cf F. MOTTO, Costituzioni... , p. 72ss.

31 Ibid, p. 120ss.

(17)

com o m ínim o en 35 años, y esta condición sólo se cum plía en don B osco que tenía 44 años y en don A lasonatti que tenía 47; y que llevara, al m enos, seis años en la congregación, condición que, lógicam ente, no concurría en el m o ­ m ento de la fundación en ninguno de sus m iem bros. Por eso todos pidieron a don B osco que aceptara ese cargo «siccom e del tutto a Lui conveniente».

Las norm as cam biarán en futuras redacciones, sea respecto a la edad, sea respecto a los años de vida en la congregación: 30 y 8 respectivam ente en la redacción de 1864; 35 y 10 en las redacciones siguientes hasta 1875. N ada se decía tam poco en las constituciones de 1858 sobre la m anera de elegir a los otros m iem bros del consejo, por lo que la m anera en que se hizo fue en parte propuesta por don B osco, que puso com o condición para su aceptación com o S u p erio r M ay o r la de re se rv a rse la fa c u lta d de e le g ir d ire c ta m e n te al P refecto32.

L a m anera de eleg ir a los otros m iem bros fue d ecid a allí m ism o «Si pensò quindi al m odo di elezione per gli altri Socii che concorrono alla D ire­

zione, e si convenne di adottare la votazione a suffragi segreti p er più breve via a costituirne il consiglio». H asta la redacción latina de 1873 no se co di­

ficó la form a de elección de los m iem bros del consejo, m uy parecida a la em ­ plead a en la prim era elección: «Praefectus et spiritualis D irector creantur a R ectore. O econom us vero et tres consilarii suffragiis eligentur a socis...». Se añadirá que los socios electores deben ser de votos perpetuos, condición que en esta prim era votación no podía darse33.

6.- Lectura y aprobación de lo hecho y acuerdo unánim e de que se con­

serve el acta original de esta sesión fundacional de la Sociedad de San F ran­

cisco de Sales.

4.2. L os prim eros socios

A teniéndonos al acta de fundación, los prim eros socios fueron en total 18, com prendido don Bosco. R eseñam os sus nom bres com enzam os por don B osco y siguiendo en orden alfabético los dem ás con una breve nota sobre su vida34.

32 D on Desram aut sospecha que la condición de don Bosco pudo ser debida para pre­

venir cualquier eventualidad de que los jóvenes m iem bros no eligieran por unanim idad a don A lasonatti para el cargo de Prefecto. C f F. D e s ra m a u t, Don Bosco en son temps.., p. 573.

33 C f F. M o t to , Costituzioni..., p. 143.

34 Los datos biográficos están tom ados de diversas fuentes: Memorias Biográficas, Di­

zionario biografico dei salesiani. Torino, Ufficio Stam pa Salesiano 1969; Pietro S t e l l a , Don Bosco nella storia economica e sociale (1815-1870). R om a, LAS 1980, p. 528ss.

(18)

1. B osco G io v an n i. 44 años. N ació el 16 de agosto de 1815. Fue ordenado sacerdote el 5 de ju n io de 1841. F undador del O ratorio de San Francisco de Sales. Superior M ayor de la C ongregación desde el 18 de diciem bre de 1859 hasta su m uerte, acaecida en día 31 se enero de1888. Para los datos de su vida y de su obra nos rem itim os a las num erosas biografías escritas sobre él.

2. A laso n a tti V ittorio. 47 años. N ació en Avigliana (Torino)el 15 de noviem bre de 1812. Frecuentó el convictorio eclesiástico de Turín. Fue ordenado sacerdote el 13 de jun io de 1835. M aestro de escuela en su pueblo y de gram ática en Turín. Entro en el O ratorio com o ayudante de don B osco en 1854. En 1855 hizo votos privados anuales ante don Bosco. El 18 de noviem bre de 1859 fue escogido por el recién nom brado R ector M ayor de la Sociedad de S. Francisco de Sales com o Prefecto del C onsejo Superior, cargo que conservó hasta su m uerte. Profesó com o salesiano el 14 de m ayo de 1862. M urió en Lanzo el 7 de octubre de 1865.

3. A nfossi G iovanni Battista. 19 años. H a b ía nacid o en V igone (Torino) en 1840 y entró en el O ratorio el 23 de diciem bre de 1853. Fue uno de los alum ­ nos m as cercanos a don B osco, que lo m andó inscribirse en la U niversidad.

E nseñó en el O ratorio. Fue socio de las C onferencias de San V icente de Paul, adjuntas al O ratorio. Fue uno de los que firm ó la carta de petición de reco no ci­

m iento de la Sociedad de S. Francisco de Sales a M ons. Fransoni. H izo votos trienales el 14 de m ayo de 1862. O rdenado sacerdote abandonó la C ongregación en 1864, pero siguió com o sacerdote diocesano hasta su m uerte en Turín el 15 de febrero de 1913.

4. Bonetti G iovanni. 21 años. N ació en Caram agna (Cuneo) el 5 de noviem bre de 1538. Entró en el Oratorio el 10 de julio de 1855. Fue elegido com o conseje­

ro en el prim er Consejo Superior de la Sociedad. H izo la prim era profesión por tres años el 14 de m ayo de 1862. En 1863 hizo un exam en extraordinario para sa­

car la habilitación com o enseñante del gim nasio. Fue ordenado sacerdote el 21 de m ayo de 1864 y en 1865 hizo la profesión perpetua. Fue el prim er director del Boletín Salesiano. Escribió varias obras, entre ellas la historia del Oratorio, que fue publicando en el B oletín S alesiano, bajo la atenta m irada de don B osco, En 1886 fue elegido D irector Espiritual de la C ongregación, en el puesto dejado por M ons. Cagliero. M urió prem aturam ente a los 53 años el 5 de junio de 1891.

5. Bongiovanni G iuseppe. 23 años. N ació en Turín el 15 de diciem bre de 1836.

E ntró en el O ratorio en 1854 y de distinguió po r su actividad y po r ser uno de los grandes anim adores del O ratorio; am igo de D om ingo Savio fundó ju n to con

(19)

él y G. R occhietti la C om pañía de la Inm aculada. En 1857 fue con don Bosco el fundador de la com pañía del SS. Sacram ento y organizó el Pequeño Clero.

Profesó en 1862 y fue ordenado sacerdote el 21 de diciem bre de 1862. Escribía poesías jocosas en piam ontés para el teatro. Ensayaba las cerem onias litúrgicas en el O ratorio. Preparó con entusiasm o el clero para la solem ne inauguración de la nueva Iglesia de M aría A uxiliadora el 9 de ju n io de 1868 y m urió ocho días después de dicha inauguración, el 17 de ju n io de 1868.

6. Cagliero G iovanni. 21 años. N ació en Castelnuovo d ’Asti el 11 de enero de 1838. Entró en el O ratorio en 1851. Fue un o de los cuatro prim eros «sale- sianos» que se adhirieron a la idea de don Bosco de fundar una Sociedad. Fue elegido com o consejero en el prim er Consejo Superior. Profesó tem poralm ente en 1862 y ese m ism o año fue ordenado sacerdote. B ien dotado para la m úsica, frecuentó la escuela de Arm onía del Prf. C erruti y com puso num erosas piezas musicales. En 1873 obtuvo la láurea en Teología por la Universidad de Turín.

En 1875 fue el jefe de la prim era expedición de m isioneros salesianos. En 1877 fue elegido D irector Espiritual de la C ongregación y en 1884 el Papa León XIII lo nom bró obispo titular de M agida y le confió el Vicariato A postólico de la Pa­

tagonia. En 1907 Pío X lo nom bró arzobispo de Sebaste y m ás tarde D elegado Apostólico de C entro Am érica. En 1915 Benedicto X V le concedió el título de Cardenal. M urió en R om a el 28 de febrero de 1926.

7. Cerruti Francesco. 15 años. N ació en Saluggia (Vercelli) el 28 de abril de 1844. Entró en el Oratorio el 12 de noviem bre de 1856. Profesó tem poralm ente en 1862 e hizo la profesión perpetua el 11 de enero de 1866. Fue ordenado sacerdote el 22 de diciem bre de 1866, ese m ism o año había obtenido la láurea en letras en la U niversid ad de Turín. F ue el p rim er d irec to r de la casa de Alassio, inspector de la Inspectoría Ligure y en 1885 fue nom brado Consejero escolástico general, desde donde contribuyó decisivam ente en la organización de los estudios de la C ongregación. M urió en A lassio el 25 de m arzo de 1917.

Para un m ayor conocim iento de don C erruti rem itim os a la introducción de J. M . Prellezo al volumen: F. C e r r u ti, Lettere circolari e program m i di inseg­

nam ento. Rom a, LAS 2006.

8. C hiapale L uigi. 16 añ os. N ació en C o stig lio le A sti el 13 de fe b rero de 1843. Entró en el O ratorio en 1857. E ra buen cantor y frecuentó la escuela de m ú sica d el clé rig o P e ttiv a (fre c u e n ta d a ta m b ié n p o r do n C ag liero ).

H izo votos trienales en 1862 y en 1867 los renovó, pero no llegó a hacer la profesión perpetua, por lo que don B osco pudo después decir que no había pertenecido nunca a al C ongregación. Volvió a la diócesis de Saluzzo, donde

(20)

ejerció su sacerdocio. En 1889, siendo C apellán M auriziano, dejó escrito un valioso testim onio sobre los sufrim ientos de don B osco ante las acusaciones que le llegaban de R om a35.

9. D u ran d o C elestin o . 19 años. N ació en F arig lian o de M o n d o v í (C uneo) el 29 de abril de 1840. Entró en el O ratorio en 1856 y fue uno de los am igos de D om ingo Savio, hizo la prim era profesión en 1862 y la perpetua en 1865. Fue ord en ad o sacerdote en M o n d o v í el 21 de m ayo de 1864. F ue m aestro del prim er curso de gim nasio en el O ratorio. En 1865 entró a form ar parte del C onsejo Superior, del que fue m iem bro hasta su m uerte el 27 de m arzo de 1907.

D on B osco le encargó que iniciara la Biblioteca della G ioventù italiana. Fue au­

tor de varias obras, entre ellas, los Vocabolari latino-italiano e italiano-latino. De 1886 a 1903 fue el superior de una especie de inspectoría que com prendía las ca­

sas que todavía no habían sido agregadas a inspectorías regulares.

10. Francesia Giovanni Battista. 21 años. N ació en San Giorgio C anavese (To­

rino) el 3 de octubre de 1838. Entró en el O ratorio en 1852 y en 1853 vistió la sotana. Profesó en1862 y fue ordenado sacerdote el 14 de junio de 1863. En 1865 hizo la profesión perpetua y ese m ism o año se laureó en letras en la Universidad de Turín. Fue directo r de varios colegio s salesiano s, m iem bro del C onsejo Superior y D irector Espiritual; del 1878 al 1902 fue inspector de la Inspectoría Piam ontese-Lom barda. Fue el iniciador de la colección Selecta ex latinis scrip- toribus, en la que fueron publicados los m ejores textos clásicos para uso de la juventud con sus oportunas notas. M urió en Turín el 17 de enero de 1930.

11. G hivarello Carlo. 24 años. N ació en Pino Torinese el 17 de septiem bre de 1835. Entró en el O ratorio en 1857 y fue com pañero de D om ingo Savio; hizo la prim era profesión en 1862. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1864 y en 1865 hizo la profesión perpetua. Elegido C onsejero G eneral en desem pate de votos con el clérigo Provera, fue nom brado secretario en dicho C onsejo, cargo que sus­

tentó hasta 1876 en que fue nom brado E cónom o G eneral. En 1880 don Bosco lo m andó com o directo r a S aint-C yr (F rancia) y m ás tarde p asó a ser d irector de M athi en Italia. Tuvo grandes cualidades de constructor: obra suya es el coro de la B asílica de M aría A uxiliadora, la capilla de las habitaciones de don Bosco, así com o la capilla de San Benigno C anavese. Fue tam bién un entusiasta de la agricultura. M urió en San Benigno C anavese el 28 de febrero de 1913.

35 Cf MB VIII 788-791. Véase lo que de su situación como sacerdote se dice en MB X 759 y XI 96.

(21)

12. Lazzero Giuseppe. 22 años. N ació en P ino Torinese el 10 de m ayo de 1837, siguiendo el ejem plo de su com patriota G hivarello, entró en el O ratorio en 1857 con el deseo de ser sacerdote. Vistió la sotana en 1859, hizo la pri­

m era profesión en 1862 y la perpetua en 1870. Fue ordenado sacerdote en Turín el 10 de ju n io de 1865. D on B osco lo nom bró del C onsejo Superior a la m uerte de don Provera en 1874 y duró en el cargo hasta 1898. Fue el prim ero que llevó el título de C onsejero Profesional. D esde 1885 se ocupó de m an­

tener la correspondencia con los m isioneros. En 1897, enferm o de gravedad, se retiró a M athi, donde m urió13 años m ás tarde el 7 de m arzo de 1910.

13. Marcelino Luigi. 22 años. N acido en 1837. Se tienen m uy pocas noticias de él. E staba en el O ratorio en 1856 cuando un grupo de alum nos determ i­

naron turnarse de tal m odo que cada día com ulgara, al m enos, uno de ellos y de este m odo no volviera a suceder que algún día no se acercara nadie a com ulgar. Esos alum nos eran B onetti, D urando, R occhietti, V aschetti, M arce­

llino e R ua, p rácticam en te el grupo, al que m ás tarde se adhirió D om ingo S avio, del que surgió la C om pañía de la In m aculada, a la que perteneció.

A parece en el acta de fundación de la Sociedad de S. Francisco de Sales, pero no vuelve a aparecer ni en la lista de los que firm aron la carta de petición a M ons. F ransoni, ni en ninguna de las listas de profesiones tem porales o p er­

petuas. E l don M arcelino que viene citado en el vol. X IX de la M B y que tuvo graves conflictos con M ons. G astaldi, no consta que tuviera algo que ver con este M arcelino Luigi del O ratorio.

14. Pettiva Secondo. 23 años. N acido en Turín en 1836. A parece en el acta de fundación y tam bién es uno de los que firm a la carta de petición a M ons.

F ransoni, pero no está en ninguna de las listas de profesiones. Se form ó en el O ratorio desde 1856 hasta 1863 y en 1858 era m aestro de la prim era clase del gim nasio. E staba bien dotado para la m úsica y durante varios años fue el director de la escuela de m úsica del O ratorio, en ella se form aron, entre otros, don C agliero, don Lazzero, B uzzetti, D ogliani y m uchos otros que, a su v ez, fueron m aestros de otros m uchos alum nos. En 1863 dejó el O ratorio, pero de vez en cuando v isitaba el sem inario de M irabello, donde prestab a p eq u eñ o s serv icio s. C ayó grav em en te en ferm o y fue h o sp italiz ad o . E n el h o sp ital p id ió con in sisten cia la v isita de don B o sco, que fue a v erlo dos veces. M urió el año 186836.

36 Cf MB IX 87-88.

(22)

15. Provera Francesco. 23 años. N ació en M irabello el 4 de diciem bre de 1836.

E ntró en el O ratorio en 1858, donde se distinguió po r su gran celo apostólico.

Em itió los votos trienales en 1862, fue ordenado sacerdote el 25 de diciem bre de 1864 y en 1866 hizo la profesión perpetua. En 1863 com enzó su carrera de prefecto, cargo para el que tenía m uy buenas cualidades. Fue prefecto en L an­

zo, en M irabello, en C herasco y en el O ratorio. U na úlcera en el pie, que p ad e­

cía desde hacía m uchos años, se reveló m ortal y tras unos m eses de gran sacri­

ficio m urió en Turín el 13 de abril de 1874. D on B osco que estaba en R om a escribió de él «La Societá perde uno dei m igliori dei suoi soci».

16. Rovetto Antonio. 17 años. N acido en C astelnuovo d ’A sti en 1842. Entró en el O ratorio en 1855. Fue com pañero de D om ingo Savio y destacó p or su buena conducta. Se inscribió en la C onferencia de S. Vecente de Paul. P artici­

pó en la reunión de Fundación de la C ongregación y es uno de los firm antes de la carta a M ons. F ransoni, siendo estudiante de segundo de Filosofía. Profesó po r tres años el 18 de enero de 1863 y dejó el O ratorio en septiem bre de 1865.

17. Rua M ichele. 22 años. N ació en Turín el 9 de ju n io de 1837. E ntró en el O ratorio el 24 de septiem bre de 1852 y estuvo siem pre m uy cerca de don B o s­

co, a quien acom pañó en el viaje a R om a de 1858. Participó a la reunión del 26 de enero de 1854 en la que se dio el nom bre de «salesianos» a los seguidores de don B osco. El 25 de m arzo de 1855 hizo votos privados anuales ante don B osco . E n al re u n ió n de F u n d ació n fue eleg id o D ire cto r E sp iritu a l de la naciente C ongregación. Fue ordenado de sacerdote en C aselle el 29 de ju lio de 1860. H izo los votos trienales el 14 de m ayo de 1862 y los perpetuos en 15 de noviem bre de 1865. O btuvo el diplom a de profesor de gim nasio en la U ni­

versidad de Turín. Prim er director de un colegio salesiano fuera de Turín, en M irabello, de 1863 a 1865, en que volvió a Turín con el cargo de Prefecto g en e ral. E n 1884 fue n o m b rad o p o r L eó n X III com o V icario su ceso r de don B osco. Fue R ector M ayor de la C ongregación desde 1888 hasta su m uerte el 6 de abril de 1910. Sobre su vida y personalidad nos rem itim os a las biogra­

fías que has sido escritas sobre él: A m adei, C eria, A uffray, D esram aut etc.

18. Savio Angelo. 24 años. N ació en C astelnuovo d ’A sti el 20 de noviem bre de 1835. Entró en el O ratorio el 4 de noviem bre de 1850. En la reunión de fundación era diácono y fue elegido Ecónom o G eneral de la Sociedad de S.

Francisco de Sales y perm aneció en el cargo hasta 1875. M ientras tanto fue ordenado sacerdote en Turín el 2 de ju n io de 1860. H izo los votos trienales en 1862 y los perpetuos el 16 septiem bre de 1869. Estuvo al cargo de las cons-

Riferimenti

Documenti correlati

Por tanto, en el segundo capítulo, empiezo haciendo una breve panorámica histórica de la Literatura Infantil y Juvenil en Italia y presento unos datos actualizados

Active face-up assembly of SiC/GaN dice on a diamond carrier is more thermally efficient than flip chip assembly on a diamond circuit. But on the other hand, frequency bandwidth

5Although not playing in the game, O is a crucial actor, and I list here its payoffs to outline its political nature, which is important in further modifications of

L’ultima caratteristica della mediazione consiste nell’aspetto ‘costituzionale’ dell’accordo che eventualmente la conclude. L’accordo deve servire di fatto alla creazione di

Further insight into the beneficial effect of graphene on the protective properties of the base epoxy can be obtained by the knowledge of water transport since water permeation

La inversión de los descendientes de los comites Gatón y Hermenegildo con la fun- dación de un monasterio, San Salvador de Celanova, sirvió para atraer el interés de Ra- miro II a

El trabajo que presentamos ha pretendido aportar un poco más de luz al proceso de transición de fueros locales a un fuero territorial o para todo un reino, proceso que en la corona

La basílica de Cangas se asentó también sobre una estructura previa que, proba- blemente, entendieron como un lugar del paganismo. Se erigió o reforzó, además, un montículo como