• Non ci sono risultati.

Las islas de la mala costumbre en el "Leandro el Bel" (Pedro de Luján, 1563)

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2021

Condividi "Las islas de la mala costumbre en el "Leandro el Bel" (Pedro de Luján, 1563)"

Copied!
32
0
0

Testo completo

(1)
(2)

El espacio en la literatura hispánica

de la Edad Media al siglo XXI

(3)
(4)

Sara Sánchez-Hernández (Eds.)

TOPOGRAFÍAS LITERARIAS

El espacio en la literatura hispánica

de la Edad Media al siglo XXI

(5)

Composición y diseño de cubierta: Moisés Fernández. Edinnova Taller Editorial

© Los autores, 2017

© Editorial Biblioteca Nueva, S. L., Madrid, 2017 Almagro, 38 28010 Madrid www.bibliotecanueva.es editorial@bibliotecanueva.es ISBN: 978-84-16938-59-9 Depósito Legal: M-17137-2017 Impreso en Grafilia

Impreso en España - Printed in Spain

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sigs., Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

616 pp. ; 24 cm

ISBN 978-84-16938-59-9

1. Literatura hispánica 2. Espacio y literatura I. Agraz Ortiz, Alba, ed. lit. II. Sánchez-Hernández, Sara, ed. lit.

(6)

P.—P : INPRINCIPIOERAT VERBUM, por Alba Agraz Ortiz

y Sara Sánchez-Hernández ... 17

P I CARTOGRAFÍAS LITERARIAS C 1.—A         , por Fernando Aínsa ... 23

El espacio de las vivencias interiores ... 25

El vacío y sus signos amenazadores ... 28

La necesidad del límite ... 30

Espacio y creación literaria ... 31

La toma de posesión del espacio americano ... 34

Bibliografía ... 34

P II RECORRIDOS PANORÁMICOS DE LA LITERATURA HISPÁNICA C 2.—E          AMADAINGRATA, por Lorena Castilla Torrecillas ... 39

El posible origen del motivo ... 39

La amada ingrata en la Edad Media y el Renacimiento ... 41

Recreaciones del motivo en el siglo  ... 43

(7)

Conclusiones ... 46

Bibliografía ... 46

C 3.—«D    »:     -     , por Álvaro Piquero Rodríguez ... 49

Bibliografía ... 58

Discografía ... 59

P III SIGLO DE ORO (SIGLO XVI Y XVII) C 4.—P      F D-  P A, por Isidro Luis Jiménez ... 63

Bibliografía ... 71

C 5.—L «    »   LEANDROEL BEL  P  L (1563), por Stefano Bazzaco ... 73

Bibliografía ... 82

C 6.—G  : «C»  «M»,   C, por Marion Vidal ... 85

Bibliografía ... 92

C 7.—L      F  Q: -      , por Alessandra Ceribelli ... 95

Bibliografía ... 102

C 8.—A   N M:      N E, por Teresa Clifton ... 103

Bibliografía ... 109 C 9.—E     :  P   -        L  V, por Cristina Gutiérrez Valencia ... 111 Bibliografía ... 119 C 10.—L  :     -     FUENTE OVEJUNA,  L  V, por Rosa Avilés Castillo ... 121

Introducción ... 121

Fuente Ovejuna ... 122

(8)

C 11.—D T  M:     

-, por Rafael Massanet Rodríguez ... 131

Bibliografía ... 139

C 12.—U      :    LAFANTASMA DE VALENCIA (1634)  A  C S, por Clara Monzó .... 141

Bibliografía ... 148

C 13.—T  L:    EL ÁGUILA DELAGUA, por María Rodríguez Manrique ... 149

Bibliografía ... 157

C 14.—M      EL GOLFO DE LAS SIRENAS,    C   B  B  B, por María Victoria Curto Hernández ... 159

Bibliografía ... 168

C 15.—L    :      ELMÁGICOPRODIGIOSO  LAVIDAESSUEÑO  C   B, por Laura Juan Merino ... 171

El espacio dramático ... 171

El espacio simbólico ... 175

Conclusiones ... 179

Bibliografía ... 179

C 16.—P   BIEN VENGAS, MAL, SI VIENES SOLO,  C, por Ana María Louzán Casais ... 181

Conclusiones ... 190

Bibliografía ... 191

P IV SIGLO XVIII C 17.—A  F:        TEATROCRÍTICOUNIVERSAL, por María Fernández Abril ... 195

Criterios de esta clasificación ... 196

Las referencias cruzadas a América ... 197

Conclusiones ... 200

Bibliografía ... 200

Capítulo 18.—E  E  I    XVIII:  B  J N  A, por Noelia López Souto ... 203

(9)

P V

EDAD DE PLATA ESPAÑOLA, GUERRA CIVIL Y EXILIO Capítulo 19.—C     :   

 LA REGENTA        , por

Laura García Sánchez ... 215

Bibliografía ... 222

C 20.—P G,  « »  J  S   «-  »  M R, por Emilio José Ocampos Palomar ... 225

Vidas paralelas ... 225

Primeros poemas. La huella de Bécquer ... 226

La poesía realista y el parnasianismo ... 228

Conclusión y un poema con misterio ... 233

Bibliografía ... 233

C 21.—«B       »:    BALA -DASDEPRIMAVERA J R J, por Virginie Giuliana ... 235

Introducción ... 235

El jardín cerrado ... 236

Gestación poética de baladas de primavera ... 237

La evolución del jardín juanramoniano ... 239

La escasa aparición del jardín ... 239

Final ... 243

Bibliografía ... 243

C 22.—F       S  O W  V-I, por Violeta Catalina Badea ... 245

Espacio de origen y recreación ... 246

Espacio de la über-marionette ... 249

Espacios exóticos, rurales y orientales ... 250

Espacio para «las damas sin piedad» ... 251

Bibliografía ... 254

C 23.—E    S    -  :    C  V, por Andrés Sánchez Martínez ... 257

Bibliografía ... 265

C 24.—E      NIEBLA, ABEL SÁNCHEZLANOVELADEDON SANDALIO, JUGADORDEAJEDREZ,  M  U, por Lidia Sánchez de las Cuevas ... 267

(10)

El casino para el personaje unamuniano: una determinación positiva ... 270

El casino como cronotopo del relato: encuentros y diálogos ... 271

El casino intrahistórico: espacio de representación y crítica social ... 272

Bibliografía ... 275

C 25.—P  J R:     , por Sara González Ángel ... 277

Bibliografía ... 283

C 26.—E    . L      P  L, por Antonio Rivero Machina ... 285

Un primer acercamiento: entre la tradición cultural y la dimensión política . 286 Una lectura atenta: la búsqueda del reflejo en Pedro de Lorenzo ... 287

Bibliografía ... 292

C 27.—E    C O’N    ROMANZA DELASREJAS, por Fleur Duplantier ... 293

Bibliografía ... 300

P VI NARRATIVA HISPANOAMERICANA DEL SIGLO XX C 28.—P  :    LAVORÁGINE J E R, por Arantxa C. Ferrández Vidal ... 303

Bibliografía ... 309

C 29.—LA VORÁGINE,     ,   , por María José García Rodríguez ... 311

Introducción ... 311

La ruta de Arturo Cova: un viaje simbólico ... 312

Fusión violenta espacio-personaje... 314

Espacios de civilización y barbarie ... 316

La selva como espacio poético ... 318

Conclusión ... 319

Bibliografía ... 320

C 30.—G   AGUAFUERTES CARIOCAS  R A, por Thaís Nascimento do Vale ... 321

Bibliografía ... 328

C 31.—V  N  V M:      ELREINODEESTEMUNDO,  A C, por Isabel Abellán Chuecos ... 329

(11)

C 32.—L    «Y T»:   

-  ADÁN BUENOSAYRES, por Ana Davis González ... 337

Introducción ... 337

El espacio en Adán Buenosayres: un itinerario entre ciudad, campo y los su-burbios ... 340

Conclusiones ... 345

Bibliografía ... 345

C 33.—S M,     ,     J C O, por María Laura González Medina . 347 Bibliografía ... 354

C 34.—D  :   -     C   - , por Nicolas Licata... 357

Marco teórico ... 358

Configuración espacial del relato autoficcional neofantástico ... 360

Cuestiones de identidad y de representación ... 362

Conclusiones ... 363

Bibliografía ... 364

C 35.—V        ACAPULCO ENEL SUEÑO  F T, por Adalberto Mejía ... 365

Exordio ... 365

Artes del espacio: hacia el descubrimiento de un extraño territorio ... 367

Breve cartografía de un sueño primitivo ... 369

Sobre esa toponimia de sangre, vapores y fantasmas propios ... 371

Bibliografía ... 373

C 36.—E       -: AURA  C F, por Jaime Oliveros García ... 375

Marco teórico ... 376

El marco teórico aplicado: Aura, de Carlos Fuentes ... 379

Bibliografía ... 383

C 37.—L         , por Cristian Cuenca Pozo ... 385

Bibliografía ... 392

C 38.—F          LOS ADIOSES  J C O, por Gabriella Zombory ... 393

(12)

P VII

NARRATIVA ESPAÑOLA POSTERIOR A LA GUERRA CIVIL (SIGLOS XX Y XXI)

C 39.—E      I A,

-    , por Ramón García Alamillo ... 405

Bibliografía ... 412

C 40.—E           LOSGOZOSYLASSOMBRAS G T B, por Abderrahmen Guerba ... 413

La inserción de la descripción ... 418

El funcionamiento de la descripción ... 419

La función de la descripción ... 420

Bibliografía ... 422

C 41.—E          -: MORTALY ROSA ELHIJODE GRETA GARBO, por Nieves Marín Cobos ... 423

Por una nueva consideración de la relación entre Mortal y Rosa y El hijo de Greta Garbo: la autonomía de la imagen poética ... 423

La incorporación fantasmática del otro: de la resistencia auto-afirmativa al aban-dono a la pulsión fúnebre ... 426

Hacia unas posibles conclusiones: la auto(re)creación mitologizante ... 430

Bibliografía ... 431

C 42.—L   . L   . H    , por Ana-Maria Păunescu... 433

Bibliografía ... 438

C 43.—L, , :         M R, por Giulia Tosolini ... 439

Bibliografía ... 444

C 44.—VIESIMAGINAIRES:       -     R B, por Kata Varju ... 447

Bibliografía ... 454

P VIII POESÍA HISPÁNICA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX Y EN EL XXI C 45.—I   M:   -, por Diana Checa Vaquero ... 459

(13)

Bibliografía ... 465

C 46.—E     :    J H, por Jorge González Jurado ... 467

Introducción ... 467

El sueño de «Una tarde cualquiera» ... 468

La construcción con el eje espacio-temporal del recuerdo en «Reportaje» ... 469

Simbiosis del «yo» y «lo otro» ... 471

Conclusión ... 471

Bibliografía ... 472

C 47.—LAVIEDECHÂTEAUOULAVUEDELAMER:     G  B  C B, por José Luis Ruiz Ortega ... 473

Bibliografía ... 478

C 48.—V  O: Í     -, por Eva Álvarez Ramos ... 479

Bibliografía ... 487

C 49.—L   J R:    ,    , por Javier Mohedano Ruano ... 489

El paradigma de la ubicuidad a juicio: del entusiasmo (neo) vanguardista a la cautela del pensamiento crítico ... 489

Jorge Riechmann y el poder recontextualizador de la praxis lírica ... 491

Conclusiones ... 494

Bibliografía ... 495

P IX TEATRO ESPAÑOL DEL SIGLO XX C 50.—F  Í,        ¿PORQUÉ CORRES, ULISES?,  A G, por Danfeng Jin ... 499

Bibliografía ... 504

C 51.—M      ,    . E -          50  60: EN LAS ESQUINAS, BANDERAS, por Marta Olivas Fuentes ... 505

Un nuevo huis clos: el prostíbulo como metáfora en En las esquinas, ban-deras ... 507

A modo de conclusión: desde el margen, por el margen, en el margen ... 511

(14)

P X

ÚLTIMA NARRATIVA HISPÁNICA (ACTUALIDAD)

C 52.—C   . E       88 MILL LANE,  J J M R, por Ana

Abello Verano ... 517

Bibliografía ... 524

C 53.—L    : FENÓMENOS DE CIRCO (),  A M S,  NOCHES EN EL CIRCO (),  A C, por Aroa Algaba Granero ... 527

Introducción ... 527

La alegoría del circo como clave de interpretación del mundo ... 528

Lo grotesco como espectáculo de la crueldad ... 530

Galería de freaks ... 532

Conclusiones ... 534

Bibliografía ... 535

C 54.—ELIMPERIODELOSSIGNOS:  « »     E V-M, por Mario Aznar Pérez ... 537

El país de la escritura ... 537

La ciudad-palimpsesto: Kassel no invita a la lógica y doctor pasavento ... 539

El placer del viaje, el placer de la lectura: Dublinesca ... 543

Bibliografía ... 545

C 55.—L     : EL VIAJEVERTICAL  E V-M, por Laura Pache Carballo ... 547

El viaje hacia el abismo ... 548

Narración y desdoblamientos ... 550

Etapas del viaje: verticalidad ... 551

El movimiento de la escritura ... 553

Bibliografía ... 554

C 56.—E     . E -    UNA VENTANA AL NORTE  Á P, por Laetitia Baligant ... 555

Introducción ... 555

La vivienda como reflejo de la sociedad ... 556

La interioridad de la protagonista y la exterioridad del paisaje ... 560

Los marcos espaciales, verdadero mapa cognitivo ... 561

Conclusión ... 562

(15)

C 57.—C    :   INITINERE

 TUROSTROMAÑANA  J M, por Carmen María López López .. 565

Introducción ... 565

Jaime Deza, un flâneur introspectivo... 566

El ojo de la mente: La conciencia panóptica ... 569

Psicoanalogías, citas, discursos imaginarios ... 570

Conclusiones ... 572

Bibliografía ... 572

C 58.—E   TRAMPA FANTÁSTICA     J M M, por Luis Miguel Robledo Vega ... 575

Una nueva concepción de la literatura en lengua española desde los años 80 hasta la actualidad ... 575

El Grupo Leonés y José María Merino ... 577

«El peregrino» y «Más allá del estanque»: dos ejemplos de trampa fantástica . 579 Conclusión ... 582

Bibliografía ... 583

C 59.—E           E F, por Samuel Rodríguez ... 585

Bibliografía ... 592

P XI LA MIRADA INTERARTÍSTICA C 60.—«P  / P  / P »:  -         J E E-, por Andrea Milena Guardia Hernández ... 597

Bibliografía ... 603

C 61.—E   INCEPTION  C N, por Ana-Maria Niculae ... 605

(16)

Palabra habitada:

in principio erat Verbum

Quizá no exista mejor definición de Literatura que la de «lugar»; literatura:

lugar, espacio habitable. La literatura como el gran

no-lugar que, por su

mis-ma indeterminación espacial, se convierte en todos los lugares posibles: todos

los subsume, todos los nace y los re-crea

. La literatura es todos los lugares en

potencia y es, a la vez, el vastísimo espacio en el que nos encontramos: espacio

que habitamos, espacio que nos habita. Es espacio la literatura porque existe:

es.

Extensión ilimitada en la que existimos,

somos.

La espacialidad fue concebida por Kant como esa categoría

a priori que,

jun-to al tiempo, determina jun-toda percepción sensible humana y estructura nuestra

forma de conocer. No es extraño, entonces, que se constituya en eje fundamental

del fenómeno literario: ¿no es la Literatura una especial forma de aprehender

el mundo, una especial forma de percibir y conocer este mundo, aun desde su

reabsorción, reformulación y creación de mundos otros?

Más allá de su condición de categoría cognoscitiva, el espacio se

materia-liza y se hace presente en la literatura de modos muy diversos, permitiendo

una riquísima gama de acercamientos filológicos a los textos: desde la propia

materialidad de la escritura (puesta en página, tipografía, soportes y medios de

trasmisión…) a su función estructural en los diversos géneros (espacios

diegéti-cos, espacios dramáticos y escénidiegéti-cos, espacios líricos), pasando por las infinitas

formas del

decir y tematizar el espacio, los infinitos recursos para convertirlo

en símbolo, para trascender, resignificar y saturar de contenido su condición

referencial primera. Laberinto, prisión, isla; el camino y el viaje; el encierro;

el campo, la ciudad; regiones inventadas, geografías míticas,

fueras y dentros

materiales o simbólicos… todos estos y otros conceptos serán los que vehiculen

los estudios sobre literatura hispánica, desde la Edad Media a nuestros días, que

a continuación presentamos.

(17)

Es esta monografía fruto del  Congreso Internacional ALEPH Geopoética:

el espacio como significante y significado en la literatura hispánica (Universidad

de Salamanca, 13, 14 y 15 de abril de 2016), que congregó a más de un

cente-nar de jóvenes investigadores y de los cuales ofrecemos aquí un total de 60. La

mirada al estudio de la literatura desde el concepto espacio puede ampliarse con

el volumen Dimensiones: el espacio y sus significados en la literatura hispánica, en

esta misma editorial, colección de trabajos también surgidos en dicho congreso,

pero que, frente a los aquí reunidos, proponen un abordaje del espacio con

proyección ideológica, política o identitaria más allá del yo-individuo y de los

aspectos estético-literarios.

La monografía se abre además con la conferencia magistral, en su versión

escrita, con la que Fernando Aínsa, el gran teorizador de los estudios

geopoé-ticos, inauguró el citado XIII Congreso Internacional ALEPH. Bajo el título

«Aproximaciones al espacio literario desde la topofilia y la geopoética», explora

las coordenadas teóricas esenciales desde las que enfrentar el estudio del espacio

en la literatura.

A tan magnífica presentación, siguen los trabajos de los participantes, en

orden cronológico según el período y autor abordado. Se inicia el volumen con

dos textos que proponen un recorrido general de motivos literarios a lo largo

de la literatura hispánica: así, Lorena Castilla Torrecillas analiza la figura de la

amada ingrata en la literatura y pintura desde los orígenes grecolatinos hasta la

actualidad, mientras que Álvaro Piquero

Rodríguez examina el jardín como

es-pacio erótico en la tradición literaria hispánica desde la Edad Media al siglo

.Un nutrido grupo de trabajos está dedicado a la espacialidad en la literatura

áurica, con acercamientos a géneros muy variados: desde el estudio de la

confi-guración simbólica insular en el Leandro el Bel por Stefano Bazzaco, al abordaje

del género pastoril en la América virreinal (Teresa Clifton) y en la obra de Lope

de Vega (Cristina Gutiérrez Valencia), pasando por la visión comparada de los

espacios urbanos en Aretino y Francisco Delicado (Isidro Luis Jiménez), el

sim-bolismo onomástico en Fray Luis (Marion Vidal) o la polivalencia de la

natura-leza en la poesía de Quevedo (Alessandra Ceribelli). Mención aparte merece el

conjunto de artículos centrados en el teatro del siglo : así, se recogen trabajos

sobre Lope de Vega (Rosa Avilés Castillo), Tirso de Molina (Rafael Massanet

Rodríguez), Alonso de Castillo Solórzano (Clara Monzó), Calderón de la Barca

(María Victoria Curto Hernández, Laura Juan Merino y Ana María Louzán

Casais) y Luis Vélez de Guevara (María Rodríguez Manrique).

El siglo  tiene su representación en los trabajos de María Fernández

Abril, quien recorre las referencias americanas en el Teatro crítico universal de

Feijoo, y Noelia López Souto, que aborda las relaciones editoriales entre España

e Italia a través de la figura de Nicolás de Azara.

Los trabajos dedicados a la Edad de Plata española son, asimismo, numerosos

y ofrecen también una amplia panorámica en los diversos géneros: Laura García

Sánchez se ocupa de una novela canónica como es La Regenta, mientras que Lidia

Sánchez de las Cuevas se acerca al casino como espacio literario en la narrativa

(18)

unamuniana. La poesía modernista es estudiada por Virginie Giuliane (Juan

Ramón Jiménez) y Emilio José Ocampos Palomar (José Siles y Manuel Reina),

mientras que Violeta Catalina Badea y Andrés Sánchez Martínez profundizan en

el imaginario de Fin de Siglo a través del mito de Salomé. Sara González Ángel,

por último, establece una comparación de la poética del espacio evocado entre

Juan Ramón Jiménez y Picasso.

La brecha de la Guerra Civil y la experiencia del exilio enmarca los trabajos

de Fleur Duplantier (Romanza de las rejas, de Carlota O’Neill) y de Antonio

Rivero Machina, quien estudia el paisaje portugués fronterizo en la poesía del

extremeño Pedro de Lozano.

Son también abundantes las aproximaciones a la narrativa

hispanoameri-cana a lo largo de todo el siglo , desde los trabajos dedicados a La vorágine

como paradigma de la novela telúrica (Arantxa C. Ferrández Vidal y María José

García Rodríguez) al estudio de los Aguafuertes cariocas de Roberto Arlt (Thaís

Nascimento do Vale), pasando por los grandes narradores del boom como Alejo

Carpentier (Isabel Abellán Chuecos), Leopoldo Marechal (Ana Davis González),

Juan Carlos Onetti (María Laura González Medina y Gabriella Zombory), Julio

Cortázar (Nicolas Licata) y Carlos Fuentes (Jaime Oliveros García). Cristian

Cuenca Pozo propone un acercamiento transversal en torno a la ciudad

distó-pica en varios autores, mientras que a la novela Acapulco en el sueño, del menos

conocido Francisco Tario, dedica su trabajo Adalberto Mejía.

La narrativa española posterior a la Guerra Civil es estudiada en este volumen

por Ramón García Alamillo (Ignacio Aldecoa), Abderrahmen Guerba (Los gozos

y las sombras, de Torrente Ballester), Nieves Marín Cobos (Mortal y Rosa y El hijo

de Greta Garbo, de Francisco Umbral), Ana-Maria Păunescu (La voz dormida, de

Dulce Chacón) y Giulia Tosolini (Mercè Rodoreda). El trabajo de Kata Varju,

por su parte, tiende puentes entre la narrativa de Marcel Schwob y el chileno

afincado en España Roberto Bolaño, a través del recurso de las vies imaginaires.

A la narrativa actual dedican sus trabajos Mario Aznar Pérez y Laura Pache

(Enrique Vila-Matas), Laetitita Baligant (Una ventana al norte, de Álvaro

Pom-bo), Carmen María López López (Tu rostro mañana, de Javier Marías) y Samuel

Rodríguez (Espido Freire). El relato fantástico de los últimos años es estudiado

por Ana Abello Verano (Jacinto Muñoz Rengel), Aroa Algaba Granero (Ana

María Shua y Angela Carter) y Luis Miguel Robledo Vega (José María Merino).

El tratamiento espacial en la poesía de la segunda mitad del siglo  y en

el siglo  es abordado en los trabajos de Eva Álvarez Ramos (quien estudia el

imaginario de Ítaca en poetas como Francisca Aguirre, Amalia Iglesias, Jorge

Urrutia o Cristina Peri Rossi, entre otros), Diana Checa Vaquero (quien nos

propone un itinerario poético por Madrid), Jorge González Jurado (José Hierro),

Javier Mohedano Ruano (Jorge Riechmann) y José Luis Ruiz Ortega (Jaime Gil

de Biedma y Carlos Barral).

Aproximaciones al teatro del siglo  español las llevan a cabo Danfeng Jin,

que centra su investigación en ¿Por qué corres, Ulises?, de Antonio Gala, y Marta

Olivas Fuentes, que estudia el prostíbulo en el realismo social de los 50 y 60.

(19)

En último lugar y con un enfoque interartístico y pluridisciplinar, se incluyen

los trabajos de Andrea Milena Guardia Hernández, que estudia la poesía visual

de Jorge Eduardo Eielson, y Ana-María Niculae, quien propone una lectura

borgesiana de los espacios de Inception, del cineasta Cristopher Nolan.

Una gran variedad de lecturas y acercamientos a los textos, así, vinculados por

su atención al espacio como generador de significante y significado. «¿Viajar?», se

preguntaba Bernardo Soares, «para viajar basta con existir». Añadamos nosotros:

y leer; para viajar basta con leer. He aquí algunos espacios para transitar.

Las editoras, A A O S S-H

(20)
(21)

Las «islas de la mala costumbre» en el

Leandro el Bel de

Pedro de Luján (1563)

S B

Università degli Studi di Verona

Los libros de caballerías circularon en toda Europa y durante el siglo 

fascinaron a una increíble cantidad de lectores que, como Don Quijote, se

de-jaban transportar a un mundo mágico y maravilloso hecho de hazañas, amores,

duelos y batallas. Los protagonistas de estos relatos son los caballeros andantes,

seres invencibles que transitan por un mundo de ficción, reparando entuertos

y ofreciendo amparo a los desventurados, en busca de honor y fama que les

consientan ganar la mano de hermosas princesas. Motivados por un esfuerzo

de autodeterminación, estos héroes se adentran en una geografía muy variada,

guiados por el deseo de enfrentarse con lo desconocido, así que sus hazañas se

desarrollan en un mundo externo a la corte de la que provienen gobernado por el

peligro y la irracionalidad; y justamente este espacio, hecho de lugares encantados

y lejanos, constituye el escenario de sus pruebas y batallas

1

.

1 Lotman define la relación entre espacio interior de signos organizados (IN) y espacio

exte-rior caótico (EX) como paradigmática: en otras palabras, el caballero que sale de la corte necesita una reintegración en el sistema socio-cultural de origen que atribuye a cada acción virtuosa una recompensa para que sea reconocido el valor de su andanza (J. M. Lotman et al., Tipologia della cultura, Milano, Bompiani, 1975). Al respecto P. Zumthor señala la identificación del caballero con el tipo del héroe civilizador que recurre el mundo externo guiado por el deseo de integrarlo al mundo uno del que proviene: esta trayectoria coincide con la activación progresiva de lugares en los territorios precedentemente inertes ubicados alrededor del centro representado por la corte y simultáneamente permite imaginar el espacio de la aventura caballeresca, segmentable y

(22)

Al emprender la tarea de examinar los desplazamientos caballerescos en el

ámbito de la aventura externa a la corte, es llamativo el estudio de los espacios

insulares, remotos y difícilmente alcanzables, dado que a través de la conjunción

de estos microcosmos se constituye la geografía marítima de ficción en la que

los personajes centrales del relato se mueven en el tiempo casi suspendido de lo

maravilloso. Sin embargo, en la cultura occidental, la isla misteriosa viene

fre-cuentemente a coincidir con el trasmundo o la tierra donde viven las almas de

los muertos, mientras que el mar ejemplifica la frontera en la que se difumina el

poderío de los seres humanos y toma fuerza lo sobrenatural. De cualquier

ma-nera, averiguar de dónde proceden los motivos más recurrentes que ejemplifican

el paso al Más Allá permite investigar la conexión entre los libros de caballerías

y el tejido mítico arcaico: en el desarrollo temático, en el entramado narrativo

y en los motivos, se advierte la persistencia de rasgos de un substrato simbólico

arquetípico.

Las literaturas antiguas, esencialmente la clásica, la oriental y los relatos

de viajes que se difundieron en el mundo celta, ofrecieron una caracterización

muy típica de las tierras circundadas por una barrera acuática misteriosa: la

percepción que las tres culturas brindan de los lugares insulares inalcanzables

está casi siempre relacionada con la manifestación de fuerzas sobrenaturales

2

.

En las leyendas orientales y en la tradición grecolatina encontramos varios

ele-mentos como la frontera acuática, el puente, el río subterráneo y la montaña,

que, solos o en diversas combinaciones, pueblan lugares sagrados reservados a

los bienaventurados

3

; mientras que en la tradición celta es aún más persistente el

tema de la búsqueda del otro mundo por parte de hombres elegidos que viajan

a desconocidas islas occidentales (

Immrama). En ocasiones este lugar toma la

forma de Islas Afortunadas, en otras de País Bajo las Olas o Tras la Niebla en que

los mortales buscan un contacto con los dioses y los encumbrados habitantes del

Más Allá; la presencia de dos figuras, la del divino gobernante y la de la dama

hada, a veces benévolas, a veces mortíferas con los incautos navegantes, tiñen

de mágico simbolismo los espacios marítimos. En las descripciones intervienen

ciertos elementos que, por su frecuente empleo, se convierten en motivos

recu-rrentes: el lago encantado, la barca sin remadores, el jardín edénico y la fortaleza

discreto, como una sucesión de lugares iniciáticos progresivos (P. Zumthor, La medida del mundo: representación del espacio en la Edad Media, Madrid, Cátedra, 1994).

2 Patch estudia el traslado de motivos primitivos al contexto medieval (H. R. Patch, El otro

mundo en la literatura medieval, México, FCE, 1950).

3 Alvar relaciona las estructuras recurrentes de la tradición clásica analizadas por Patch con

el cosmos alegórico de signos medievales (C. Alvar, «El viaje al más allá y la literatura artúrica», Literatura y fantasía en la Edad Media, J. Paredes Nuñez (Dir.), Granada, Universidad, 1989, págs. 15-26). P. T. Couceiro al respecto afirma: «Tomando como punto de partida la literatura occidental […], advertimos que el enorme catafalco que [los textos antiguos] construyen alre-dedor del tema del Más Allá y el trayecto de estos motivos en la historia de la literatura no se interrumpe en ningún momento» (P. T. Couceiro, «El paso del Trasmundo en el Siglo de Oro», Cuadernos para Investigación de la Literatura Hispánica, núm. 33, Madrid, Fundación Universitaria Española, 2008, pág. 217).

(23)

inaccesible son tan solo algunas de las manifestaciones que llenaban el imaginario

de los viajeros nórdicos.

Más tarde, en el siglo , los relatos artúricos aprovechan las figuraciones

célticas para relacionar la biografía caballeresca con una constelación de

maravi-llas y seres sobrenaturales que habitan el espacio aislado de misteriosas florestas

e inquietantes ambientes acuáticos

4

. A través de la peculiar caracterización que

ofrece la materia de Bretaña, los componentes relacionados con lo maravilloso

se trasladan así a los libros de caballerías, herederos directos de esa tradición

literaria. En los textos caballerescos las islas son espacios de la alteridad por

excelencia, polos paradisíacos o infernales que constituyen núcleos

imprescin-dibles de la peripecia en que la relación con el Más Allá pasa, bajo el empuje de

la cristianización, a los poderes benéficos o maléficos de sus poseedores: doctas

magas, sabios encantadores y deformes monstruos capaces de favorecer o bien

obstaculizar el ascenso de los héroes

5

. Son mundos cerrados en los que los

per-sonajes centrales del relato pueden ensayar su valor y fuerza, y que después de

ser atravesados se convierten en nuevos núcleos de la aventura; es decir, nuevas

tierras civilizadas en las que el modelo cortés puede reiterarse

6

.

4 Según J. Gómez Montero la materia de Bretaña nutre de elementos fantásticos a la literatura

europea de ficción del Renacimiento a través de la mudanza de esquemas episódicos repetidos (J. Gómez Montero, «Lo fantástico y sus límites en los géneros literarios durante el siglo XVI», Anthropos, 154/155 1994, págs. 51-60). Los aspectos más destacados de estas digresiones en lo maravilloso, relacionados con la aparición de una dama hada en ambientes silvestres y suba-cuáticos, han sido profundizados por Harf Lancner (L. Harf Lancner, Morgana e Melusina. La nascita delle fate nel Medioevo, Torino, Einaudi, 1989); la filtración de estas figuras con respecto al ámbito de los libros de caballerías, en cambio, ha sido examinada por A. Bognolo (La finzione rinnovata. Meraviglioso, corte e aventura nel romanzo cavalleresco del primo Cinquecento spagnolo, Pisa, ETS, 1997, págs. 183-210).

5 A partir del Zifar y Amadís, si bien los espacios marítimos remotos preservan sus caracteres

específicos de otredad, se va difuminando la explicita relación existente entre las islas y el Otro Mundo arcaico. En las dos obras las islas adquieren, bajo el empuje de la cristianización, el esta-tuto de polos en que se manifiestan fuerzas antagónicas ancestrales, así que «su asociación con el Más Allá cristiano se limitará a la caracterización de sus dueños como “enemigos de la verdadera fe” [...]. Por una parte, las hadas se convertirán en doctas magas, poseedoras de sabiduría libresca [...]. Por otra parte, los gigantes, cuya idolatría los presenta como los enemigos de los cristianos, cobrarán mayor protagonismo» (M. L. Cuesta Torre «Las ínsulas del Zifar y el Amadís, y otras islas de hadas y gigantes», Fechos antiguos que los cavalleros en armas passaron. Estudios sobre la ficción caballeresca, Lleida, J. Acebrón Ruiz (ed.), Edicions de la Universitat de Lleida, 2001, págs. 26-27). Según J. M. Cacho Blecua la trasformación de la figura del hada primitiva permite justificar en los libros de caballerías algunas configuraciones narrativas problemáticas por medio de la irrupción de la magia que, si bien alejada del contexto sobrenatural precristiano, conserva un indeleble vínculo con el Más Allá (J. M. Cacho Blecua, «La cueva en los libros de caballerías: la experiencia de los límites», Descensus ad inferos. La aventura de ultratumba de los héroes (de Homero a Goethe), P. M. Piñero Ramírez (ed.), Sevilla, Universidad, 1995, págs. 99-127).

6 Al respecto Campos García Rojas observa que desde la perspectiva del caballero andante

se colocan alternativamente diversos lugares al concepto de centro. A partir de un núcleo origi-nario protegido el caballero tiene que forjar su identidad a través de un aprendizaje provocado por un deseo concreto de autodeterminación: el atravesamiento de varios centros geográficos accesorios y el necesario regreso al núcleo absoluto de su tierra natal coinciden en definitiva

(24)

Siguiendo esta perspectiva, he detectado en el corpus caballeresco la

constan-te aparición de lugares insulares que por su connotación maléfica constituyen un

desafío y ejercen una irresistible atracción en los caballeros. En estos espacios se

verifica la conjunción entre dos tipos literarios: por un lado la presencia de una

barrera acuática, el difícil acceso y la confrontación con fuerzas primordiales e

instintivas remiten al tipo de las islas infernales; por el otro, la persistencia de una

tradición dolorosa, la superación de pruebas sobrehumanas y la identificación de

la aventura con un acto de liberación social nos recuerdan a los «castillos de la

mala costumbre» bretones

7

. A partir de la hibridación de las propiedades

signi-ficativas de cada tipo, llamaré a estos territorios «islas de la mala costumbre»; es

decir, lugares marítimos dominados por fuerzas mágicas y sobrehumanas en los

que se perpetra una usanza malvada que solo al caballero le es concedido eliminar.

Este modelo se repite de manera decisiva en el Leandro el Bel, un libro de

caballerías escrito probablemente por Pedro de Luján a mediados del siglo 

que constituye la segunda parte del ciclo del Caballero de la Cruz

8

. El texto, en

efecto, dibuja una geografía extremadamente interesante de islas subyugadas al

poder de pérfidos encantadores que mantienen una conducta negativa

incom-patible y opuesta a la moral representada por los héroes.

Me propongo aquí analizar tres ejemplos que me permiten demostrar que,

por lo que se refiere a este tipo de aventura, las estructuras narrativas del viaje,

los motivos y en general los elementos del entorno espacial (como la barrera

acuática natural, el puente, la cueva subterránea y la fortaleza encantada) han

sido asimilados y combinados de manera compleja por el autor de la obra.

El primer ejemplo que propongo es representado por la Isla del sabio Torino,

lugar en el que Lepolemo, héroe principal de la primera parte de la saga, llegará

guiado por una tormenta marítima

9

. La isla aparece como verde y lujuriante

al principio, pero el caballero descubre que es tiranizada por el encantador

Torino que, desde su castillo, ejerce la mala costumbre de raptar y castigar a

todos los que se oponen a sus propósitos de conquista. Desde el momento en

con el cumplimiento de un ritual iniciático (A. Campos García Rojas, «Centros geográficos y movimiento del héroe: de la Ínsula Firme a la Peña Pobre en el Amadís de Gaula», Voz y Letra, 11, 2, 2000, págs. 3-20).

7 Los castillos de la mala costumbre en las novelas artúricas y en los libros de caballerías han

sido estudiados por A. Bognolo («Dal mito alla corte. I castelli della malvagia usanza. Studio di un tipo di avventura arturiana e della sua trasformazione nell’Amadís de Gaula», Annali della facoltà di Lettere e Filosofia. Università degli studi della Basilicata, 1992-93, págs. 105-125 y «La desmitificación del espacio en el Amadís de Gaula: los “castillos de la mala costumbre”», en ed. I Arellano et al., Studia aurea: Actas del III Congreso de la AISO (Toulouse, 1993), Pamplona-Toulouse, 1996, págs. 67-72) sobre la base de los estudios de E. Köhler y de A. Varvaro.

8 P. de Luján, Leandro el Bel, Toledo, (impr.) M. Ferrer, 1563. Sobre las circunstancias de

redacción de la obra véanse M. I. Romero Tabares, La mujer casada y la amazona. Un modelo femenino renacentista en la obra de Pedro de Luján, Sevilla, Universidad de Sevilla, 1998; para un análisis temático y un resumen, A. Bognolo, Leandro el Bel. Guía de lectura, Alcalá de Henares, CEC, 2008.

(25)

el que Lepolemo emprende la aventura, que finalizará con la muerte del mago

y la entrega de la isla al sabio Artidoro, la organización del episodio responde

al esquema típico de la expugnación de una arquitectura maravillosa, cuyo

armazón narrativo se ajusta perfectamente a los rasgos que caracterizan las islas

como espacio de lo desconocido. En fin, el ingreso por una oscura cueva, la

aparición del malvado sabidor bajo la forma de un gigantesco autómata y su

apocalíptica aniquilación son todos motivos que remiten a una lucha

simbóli-ca contra las fuerzas oscuras y acrecientan la distancia del mundo insular con

respecto al ambiente cortesano

10

.

En seguida, la Isla maravillosa del sabio Arcaleo, que aparece en dos distintos

momentos en el texto del Leandro, constituye un segundo ejemplo de espacio

insular dominado por caracteres negativos. A este lugar llegan los dos hermanos

protagonistas del relato, Leandro y Floramor, en dos momentos distintos.

Flo-ramor, decepcionado por el rechazo de Cupidea, princesa de Constantinopla,

emprende la aventura pero no consigue acabarla, ya que quedará encantado por

el efecto de una fuente que lo dejará sin sentido en poder del encantador Arcaleo,

el antagonista principal cuyo nombre conserva la memoria del mago

amadisia-no

11

. La salvación de Floramor será llevada a cabo en un segundo momento

por el primogénito Leandro que, arrastrado por una providencial tormenta,

consigue superar la fuente mágica y atravesar el espacio en que queda cristalizado

de manera más extensiva y dilatada el contacto con lo sobrenatural; es decir, la

peligrosa arquitectura del sabio

12

.

Los elementos fantásticos con los que se manifiesta el dominio mágico de

Arcaleo responden a una doble clasificación: por un lado, hay seres encantados

que guardan el acceso al centro del castillo, como sagitarios y leones; por el

otro, hay componentes estructurales de la arquitectura que detienen el paso del

héroe. Superadas todas las pruebas, en un camino ascendente que alterna la más

alta demostración de vigor con la exhibición de una grand fortaleza de ánimo,

Leandro consigue liberar a Floramor y a los otros presos de un tenebroso

subte-rráneo, rompiendo con la mala costumbre de Arcaleo. Al constatar su fracaso,

el encantador huye en un carro tirado por dragones, y su castillo, como si fuese

la proyección de una efímera pesadilla, se deshace mientras los hermanos

aban-donan el misterioso lugar.

El tercer y último caso es representado por la Isla serpentina, un ambiente

mágico inscrito en el espacio acuático que por sus características es quizás el más

interesante de nuestro itinerario. Como sugiere el nombre, este espacio

geográ-fico se inserta en la tradición de las islas semovientes que tienen el semblante

10 La presencia de las arquitecturas maravillosas en los libros de caballerías ha sido estudiada

por A. Bognolo, «Il meraviglioso architettonico nel romanzo cavalleresco spagnolo», Lettere e arti nel Rinascimento, Firenze, Cesati, 2000, págs. 207-219 y S. Neri, L’eroe alla prova. Architetture meravigliose nel romanzo cavalleresco spagnolo del Cinquecento, Pisa, ETS, 2007 y Arquitecturas maravillosas en los libros de caballerías. Antología, Alcalá de Henares, CEC, 2007.

11 P. de Luján, ob. cit., cap. 46. 12 P. de Luján ob. cit., caps. 63-64.

(26)

de inmensos animales

13

. Su aspecto de sierpe acuática dotada de una enorme

cabeza, de una boca que echa llamas capaz de tragar al mismo tiempo hasta seis

caballeros y de un dorso ocultado por un bosque de frondosos árboles recuerda

a la serpiente de Urganda

14

; pero su función es netamente diferente, ya que

su longitud permite la multiplicación de arquitecturas y espacios maravillosos

creados por el mago antagonista.

Por primera vez el descubrimiento de esta isla por parte de Leandro es el

resultado de una búsqueda. El caballero en un batel encantado llega al monstruo

marino para traer a salvación su hermano Floramor, el delfín de Francia Polinarte

y el Emperador de Constantinopla, tres personajes raptados por Arcaleo del que

dependen tres diferentes territorios del cosmos cortesano de que proviene

15

. Al

alcanzar la serpiente se da cuenta de que la única vía de acceso es la boca de la

bestia, un agujero obscuro cuyo traspaso implica la aproximación a una prueba

iniciática suprema. Desde el momento en que el héroe supera las fauces, la

fo-calización interna presenta al lector uno tras otro los espacios que constituyen

la arquitectura de la isla: un oscuro túnel, el profundo estómago del monstruo

donde nada un cocodrilo cornudo, una espesa flora y un camino repleto de

difíciles pruebas, que lo conducirá al castillo donde sus compañeros quedan

encantados

16

. Superadas las más impensables circunstancias (que van del duelo

13 Al respecto, al episodio del Viaje de San Brandán citado por H. R. Patch (ob. cit., pág. 48)

en el que los navegantes celebran la Pascua sobre el lomo de una enorme ballena, hay que añadir por lo menos el famoso antecedente bíblico de Jonás y el peligroso desembarque de Sindbad en una ballena-isla en las páginas de las Mil y una noches. Entre los estudios recientes que examinan detalladamente la tradición de animales confundidos con islas y su transmisión al ámbito caba-lleresco castellano se señalan: A. Suárez Pallasá, «Sobre la nave serpiente de los libros IV y V del AdG», Letras, 17-18, 1986-1988, págs. 97-105, R. Beltrán Llavador,«Urganda, Morgana y Sibila: El espectáculo de la nave profética en la literatura de caballerías», The Medieval Mind: Hispanic Studies in Honour of Alan Deyermond, I. Macpherson y R. Penny (Dir.), Londres, Támesis, 1997, págs. 21-48, y E. J. Sales Dasí, «Algunos aspectos de lo maravilloso en la tradición del Amadís de Gaula: serpientes, naos y otros prodigios», S. Fortuño Llorens y T. Martínez Romero (eds.), Actes del VII Congrés de lAssociació Hispánica de Literatura Medieval (Castellò de la Plana, 22-26 de setembre de 1997), vol. III, Castellón de la Plana, Universidad Jaume I, 1997.

14 La «gran fusta que serpiente parece» se revela por primera vez en AdG, IV, 42. Sus

ca-racterísticas han sido enucleadas desde cuatro diferentes perspectivas (arqueológica, lingüística, literaria y simbólica) por A. Suárez Pallasá, ob. cit.

15 El motivo del barco encantado guarda estrechas relaciones con los relatos de viajes al

Más Allá y la búsqueda de islas fantásticas por parte de peregrinos y héroes predestinados. Para profundizar los aspectos centrales del motivo y su transferencia a los libros de caballerías véase el imprescindible artículo de J. Vidal Navarro que reconstruye el esquema de la peripecia marítima a partir de la deformación paródica cervantina («Este barco... me está llamando. La famosa aventura del barco encantado, un episodio de magia caballeresca en el Quijote», Tus obras los rincones de la tierra descubren. Actas del VI Congreso Internacional de la Asociación de Cervantistas (Alcalá de Henares, 13 al 16 de diciembre de 2006), A. Dotras Bravo et al. (ed.), Madrid, Asociación de Cervantistas-CEC, 2008, 1, págs. 757-773).

16 El recurso de una perspectiva focalizada que sigue la mirada subjetivizada del caballero

protagonista durante el atravesamiento de ambientes subterráneos y cuevas ha sido investigado por A. Bognolo, 2000, ob. cit., en relación con lo maravilloso arquitectónico. En opinión de la estudiosa las imágenes simultáneas del exterior de los palacios responden a una disposición

(27)

con un deforme monstruo híbrido al atravesamiento de un naranjal incendiario),

gracias a su valor en batalla y al auxilio de objetos mágicos, Leandro conseguirá

derrotar a Arcaleo, que escapará en un vehículo encantado después de haberle

revelado la nobleza de su linaje.

Enucleados los elementos que caracterizan las tres recurrencias del

Leandro,

he detectado la presencia de unos componentes comunes que pudieran constituir

un esquema narrativo básico de la aventura marítima peligrosa, que podríamos

denominar de las «islas de la mala costumbre»:

a) El caballero se acerca a la isla guiado por la providencia y el azar, aunque

aparentemente sea motivado por intereses específicos.

b) La entrada a la isla es caracterizada por la presencia de una frontera

que una vez superada impide la salida. En los primeros dos ejemplos

una tormenta que fatalmente timonea el navío de los protagonistas no

permite volver atrás; en el tercero las fauces de la serpiente que se

cie-rran a las espaldas de Leandro indican que la empresa iniciática, en una

constante relación con los itinerarios de navegantes predestinados hacia

el mundo de los muertos, consiste en una progresión determinada, en

un camino simbólico de descenso hacia las entrañas de la tierra y una

sucesiva ascensión

17

.

c) La isla es aparentemente lugar ameno verde y fértil, pero en su interior

está dominada por malvados encantadores.

d) Los magos creadores y señores de las islas perpetran una mala costumbre

que va en contra de las leyes de la cortesanía.

e) El contacto más directo con la alteridad se verifica en presencia de

ar-quitecturas maravillosas (castillos y cuevas) en las que se manifiesta de

manera más vigorosa la potencia mágica de los malos encantadores.

Este esquema, generado por una reducción y aglomeración de los rasgos

comunes a las tres aventuras citadas, se funda en dos tipos antiguos de aventura

peligrosa: por un lado, el de las islas infernales; por otro, el de los «castillos de

la mala costumbre» bretones.

Una comparación con el

Amadís de Gaula nos permitirá comprobar que

esta-mos frente a la combinación y amplificación de unos ingredientes preexistentes.

En primer lugar, me centraré en la caracterización de las islas infernales en el

texto de Montalvo. Muchos estudiosos han subrayado la abundante aparición de

descriptiva más moderna, mientras que la distribución linear es más conforme a la acumulación alegórica medieval.

17 El concepto de barrera, en palabras de C. Segre, responde a un esquema arquetípico

rela-cionado con la irreversibilidad que caracteriza la llegada al mundo de los muertos. No es causal que esta percepción del paso al Más Allá está vinculada con la introducción de un nuevo eje espacial fundado en la verticalidad cristiana y con la persistencia de un esquema epistémico que supone la concentración de las almas de los muertos en un único punto del globo terráqueo, C. Segre, Fuori del mondo. I modelli nella follia e nelle immagini dell’aldilà, Torino, Einaudi, 1990, págs. 3-23.

(28)

espacios marítimos en el

Amadís: algunos han indicado la importancia estructural

de estos lugares en relación con un mundo metamorfoseado por las navegaciones

y los descubrimientos; otros, en la percepción que de las categorías de geografía

ficticia y real tenían los lectores de principios del ; otros, aún en el carácter

maravilloso de estos sitios, que generalmente, si bien perdían el contacto con lo

sobrenatural precristiano, se caracterizaban como polos paradisiacos o infernales

de considerable densidad simbólica. Con respecto al cosmos de signos

organi-zados representado por la corte, las islas infernales se califican así generalmente

como mundos autosuficientes del espacio otro; es decir, rincones de la tierra en

los que lo descomunal y la monstruosidad proliferan, oponiéndose

antitética-mente a la moral caballeresca.

Desde esta perspectiva, el episodio de la Isla del Diablo representa

estructu-ralmente el clímax de la trayectoria heroica del protagonista

18

. Hay una

compli-cada travesía marítima, un espacio insular aparentemente deshabitado violentado

por su dominador y una terrible lucha con una espantosa bestia híbrida —el

Endriago— que pone en riesgo la vida del caballero: todos los aspectos que

volvemos a encontrar en el modelo de las «islas de la mala costumbre»

anterior-mente esbozado.

Sin embargo, desde el enfrentamiento con el monstruo, las estructuras

narrativas de las aventuras del

Leandro se alejan fuertemente de las del Amadís.

El Endriago, fruto de la incestuosa unión entre un gigante y su hija, encarna

una fuerza ciega y primitiva: su mismo nacimiento, en antítesis al amor

cris-tiano, presupone una identificación con el diablo, pero también con el caos

primigenio, con el regresivo retorno a un mundo de los orígenes tiranizado

por los instintos; luego Amadís acepta voluntariamente confrontarse con él, ya

que a nivel simbólico se opone a todo lo que su figura heroica representa

19

. No

hay duda de que el carácter religioso e ideológico del combate, que permite al

caballero proclamar la supremacía de su espiritualidad frente al inconsciente

devastador que el monstruo personifica, no emerge en las aventuras del Leandro

analizadas. Fundamentalmente, me parece que se ha producido una desviación

del tipo, una relectura parcial del paradigma que, pasando por la

humaniza-ción del antagonista, ha de ser interpretada como intento de renovahumaniza-ción de un

modelo establecido.

La comparación con el otro tipo, el de los «castillos de la mala costumbre»,

me permite explicar de dónde procede esta racionalización. Tomaré como

ejem-plo dos episodios del Amadís que apuntan a este mismo paradigma: por un lado,

el Castillo del encantador Arcaláus, arquitectura dominada por un descomunal

18 G. Rodríguez de Montalvo, Amadís de Gaula, J. M. Cacho Blecua (ed.), Madrid, Cátedra,

2005, III, pág. 73.

19 Estudian el entramado simbólico a la base del episodio J. M. Cacho Blecua, Amadís:

heroís-mo mítico-cortesano, Cupsa, Madrid, 1979 y J. J. Martín Romero, «Sobre el Endriago amadisiano y sus descendientes caballerescos», Actas del XIII Congreso Internacional Asociación Hispánica de Literatura Medieval, J. M. Rueda Fradejas et al (ed.), Valladolid, Universidad de Valladolid, 2010.

(29)

caballero conocedor de las artes mágicas

20

; por el otro, la isla del gigante Balán,

espacio subyugado a un ser idólatra y pagano fuera del orden de naturaleza

21

.

Estas dos aventuras, en resumidas cuentas, guardan entre sí estrechas

afinida-des. Ambas son colocadas en fortalezas misteriosas, ambas se fundamentan en la

superación de pruebas sobrehumanas, ambas son motivadas por la eliminación

de una costumbre malvada de filiación casi jurídica. Si bien se ha verificado

una modificación con respecto al paradigma de los castillos artúricos, con un

consiguiente abandono de los orígenes ancestrales de la mala costumbre que

en ellos se ejecuta, los dos episodios parecen ligados de la misma manera a la

biografía caballeresca ya que responden a unas finalidades análogas: la cesación

de una actitud incompatible con la cortesanía, la aceptación de un desafío por

lo desconocido y, sustancialmente, la búsqueda de una identidad por parte del

caballero a través de una progresiva muestra de su firmeza y fortaleza.

A pesar de algunas diferencias superficiales, que se pueden sustancialmente

atribuir a la naturaleza disímil de los poseedores y a un gradual alejamiento del

núcleo caballeresco de origen, las dos aventuras coinciden con un acto de

libe-ración social y con la colonización de unos espacios inexplorados e inquietantes,

y justamente a estos dos aspectos las «islas de la mala costumbre» presentes en

el Leandro parecen significativamente acercarse.

A la luz de estas consideraciones, me parece razonable afirmar que, en los

epi-sodios del Leandro, la reinterpretación de los patrones narrativos originarios es el

resultado de una mezcla entre los dos tipos citados: inicialmente el acercamiento

a la isla se manifiesta en conformidad al modelo de las islas infernales, mientras

que el conflicto contra las fuerzas antagónicas presenta muchas analogías con la

estructura narrativa de los «castillos de la mala costumbre».

Queda claro que las tres islas del Leandro analizadas no se adhieren de la

misma manera a la conjunción de estos modelos. La Isla del sabio Torino y

la Isla Maravillosa por la insistente presencia de una actitud malvada serían

manifiestamente réplicas más contiguas al segundo tipo; por el otro, la Isla

Serpentina por su connotación de prueba suprema y total sería más afín al

paradigma de las islas infernales.

En conclusión, frente a la oscilación entre imitación y variación que

constitu-ye la base de la creación literaria caballeresca, las «islas de la mala costumbre» son

en definitiva espacios que apuntan a la recodificación y reestructuración de unos

tejidos narrativos típicos ya asimilados por los apasionados. Son lugares lejanos

difícilmente alcanzables que por su carácter de mundos aislados representan un

espacio geográfico plasmable capaz de englobar un número infinito de aventuras:

se convierten así en uno de los ingredientes que la ficción caballeresca aprovecha

para concretar nuevos pactos imaginativos que puedan fascinar una vez más sus

ávidos e insaciables lectores.

20 G. Rodríguez de Montalvo, Amadís de Gaula, J. M. Cacho Blecua (ed.), Madrid, Cátedra,

2005, I, 18-19.

Riferimenti

Documenti correlati

Nonostante la struttura dell'MPS consenta allo strumento di lavorare fino a profondità di 3000 m, per focalizzare lo studio sulla porzione della colonna d'acqua

Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, Madrid, Ediciones Cátedra, 2016, pág.. Entonces, ella celebra las bodas por voluntad de un poder superior, esto es, Dios, quien,

A este respecto, Martín Vegas, autor de Manual de Didáctica de la Lengua y la Literatura, hace una clasificación de las características táctiles y visuales que conciernen la

Otros trabajos dejan más en la sombra la violencia colectiva y pública, para re- flexionar sobre cómo la violencia interpersonal y privada se manifiesta en dramaturgos

El objetivo del presente trabajo es el de realizar la edición y el estudio del Leandro el Bel (Toledo, 1563), un libro de caballerías del Renacimiento que constituye la segunda

El año siguiente Alonso de Cáceres, procurador del concejo placentino, pidió que el corregidor investigara qué tierras estaban ocupadas por caballeros y señores comarcanos, pero

Desde el punto de vista de la historia comparada de las ciudades castellanas, el análisis de los bandos de Ávila presenta un indiscutible interés porque en esta ciudad existió