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CAPÍTULO III EL

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CAPÍTULO III

EL CORPUS DEL ESTUDIO

1. PRESENTACIÓN DE LAS CARTAS

El núcleo principal de este estudio se desarolla alrededor de las cartas privadas de los hombres que a lo largo del siglo XVI dejaron las tierras de España con destino el Nuevo Mundo. Las palabras de estos emigrantes nos han ofrecido una clave para estudiar, conocer y profundizar una época de la cual no sería posible encontrar otras formas de testimonios directos. Ejes de muchas investigaciones, tanto desde un punto de vista histórico como lingüístico, estas cartas nos han presentado también un cuadro de la vida privada de estos hombres. A través de sus frases hemos conocido sus pensamientos, sus emociones, sus esperanzas, sus ambiciones y en particular cómo expresaban estos sentimientos, qué recursos lingüísticos, gramaticales o retóricos utilizaban para traducir en palabras lo que vivían en sus almas. Como ya he subrayado en los otros capítulos, desde la primera publicación por el historiador E. Otte y el trabajo de revisión de la profesora Fernández Alcaide, las cartas han captado la atención de muchos historiadores, filólogos y lingüistas pero sin que nadie focalizara sus estudios en uno de los rasgos principales que impulsaba a

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estos hombres a mostrar sus sentimientos por escrito y las formas para expresarlos. En este estudio por primera vez he puesto bajo la luz de la investigación lingüística la vida privada de los emigrantes, y gracias a la aplicación de la Teoría de la valoración ha sido posible analizar los recursos lingüísticos que utilizaban para hacer llegar sus emociones, sus deseos a los destinatarios de las cartas que casi siempre eran familiares. A la luz de esta última afirmación es fundamental precisar que dentro del corpus de 650 cartas que se encuentran el Archivo General de Indias de Sevilla en la sección Indiferente General, han sido objeto de observación sólo las 102 enviadas a las esposas por las razones que explicaré en el siguiente párrafo1 y en particular formarán parte del cuerpo de análisis de este estudio 50 cartas, o sea, las más representativas por nuestra investigación. Por lo tanto desde ahora todas las características que iremos a presentar y los ejemplos estarán relacionados con las epístolas objeto de la investigación.

En general todas las cartas y en particular aquellas para las consortes tenían sobre todo una función principal: la de ser una prueba, un testimonio para los destinatarios para pedir y obtener la licencia de emigración, es por este motivo que se denominaban “cartas de llamada”. Los familiares y sobre todo las esposas, cuando llegaban a la Casa de Contratación de Sevilla para los expedientes de solicitud exhibían las epístolas siguiendo las indicaciones que habían recibido por los escribientes:

“[...] y asimismo haréis una información cómo sois mi mujer y que venís mi mando, de que con la carta se podrá dar fe y hacer una información de todos juntos y venir como mujer [...]”

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Estas son las palabras que el señor Agustino de Forno2 envió a su mujer, Ana de Santiago, para organizar en todos los particulares su viaje a América.

Entre los remitentes de las cartas es posible encontrar hombres de todos los niveles sociales y de hecho con diferentes grados de instrucción sin que esta variedad influyera en la estructura de las mismas que seguían un esquema fijo. El primer paso eran los sobrescritos que indicaban la fecha y el lugar en el cual se escribía la carta y, a continuación se encontraba el encabezamiento:

Puebla, 27. XII. 1558

Muy deseada señora mujer”3

En particular en los encabezamientos para las esposas distinguimos entre tres más formales o sea señora, señora mía y hermana y otros casos que representan un claro ejemplo de la subjetividad que impregnaba las cartas, es decir: muy deseada señora mujer, muy deseada y querida señora,

muy deseada señora, muy deseada señora hermana mía, muy deseada señora mía, muy deseada y querida mujer, señora y mujer, señora mujer y hermana, señora hermana, señora mujer, señora y hermana mía, mi señora, mujer y hermana mía, querida hermana, deseada y querida señora, deseada señora mía, deseada señora, hermana mía, hermana mía de mis ojos, alma mía y todo mi bien, señora mía de mis ojos, mujer mía de mi corazón, señora de ojos, lumbre de mis ojos y señora mía, bien mío, mujer mía de mi vida, alma mía, hija de mi alma, mi señora y mi contento.

2 Carta 10.

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Encontramos, también, 16 casos en los cuales no hay ningún encabezamiento, probablemente por cuestiones legales o como reacción a la falta de respuestas a las cartas precedentes. Esta consideración nos permite volver al esquema de las cartas dado que después de los sobrescritos y de los encabezamientos eran frecuentes las alusiones a otras epístolas enviadas o recibidas. Estas referencias, en muchas ocasiones, dejaban espacio a la manifestación de sentimientos de felicidad o a las quejas por la falta de contestaciones, como podemos ver en las palabras de

Alonso Ruiz de Medina a su mujer María de Espinosa4:

“Por haber mensajero cierto escribí ésta, y de muy bellaca gana, porque después que estoy en esta ciudad os he escrito más de veinte cartas y no he visto una letra vuestra, con haber venido más de veinte navíos a este puerto. No sé qué haya sido la causa, o no haberlas vos recibido o no dárseos nada por amor de mí. Ya no pienso escribir más carta.”

Generalmente después de estas referencias se llegaba al punto más importante de la carta o sea la petición que su a vez estaba precedida por noticias locales, personales y sobre las nuevas tierras:

“ […] De mi vida quiero da cuenta a v. m., como es de razón. Mi

hacienda, y vuestra, valdrá dos mil pesos, y, Bendito Nuestro Señor, yo gano de comer con ella sin estar a mesa de nadie, ni casa. […] Señora, no se le ponga a v. m . la mar por delante, y ni al señor mi hermano Alonso Sánchez, porque es la mejor tierra que calienta el

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sol en cristianos, porque no saben que cosa es hambre ni frío, y tierra muy sana de todo, que no hay más que derramar el trigo y echarle el agua, y hacerse un cañaveral de grano, que de una fanega cogen cincuenta fanegas. […] A v. m. suplico que, vista ésta, v.m. y mi señor hermano Alonso Sánchez y su mujer se vengan a estar en esta ciudad5.”

Este esquema que acabamos de ilustrar en todos sus puntos se concluía con las últimas indicaciones para el viaje y la despedida que muchas veces estaba precedida por saludos y menciones para otros amigos o familiares:

“[...] Y con esto no digo más. Nuestro Señor le traiga a v. m. a mis

ojos que la vean. Y porque v. m. no sabe leer, no digo más. V. m. se venga y traiga mucho matalotaje y regalos para regalar a los hijos, y mucha agua, que es lo principal. Y en todas las cosas adonde hubiere faltas procurarán henchir las de lentejas, para que, si sobrara algo, se venderán acá a dos reales la libra. Y todas las cosas que fueren menester para el servicio sea de todo de cobre, porque siempre se saca el dinero con ganancia. Y con esto no digo más. A mis hijos dará v. m. mis encomiendas. De Nombre de Dios, a

19 de julio de 1589 años6.”

Muy frecuente era, también, encontrar antes de los saludos indicaciones sobre los instrumentos o los materiales que estos hombres pedían en función del trabajo que ejercían en el Nuevo Mundo. Por ejemplo

5 Carta 4. 6 Carta 52.

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es el caso del sastre Alonso Márquez7 que a su mujer Isabel Ortiz escribía

así:

“[...] y las perlas las venderéis a mi prima la Linera a trueque de a hilo casero, y que sea delgado y recio, y a trueque de lino, y el lino que sea el más negro que se hallare, y el más de hilo sea crudo y delgado, que en acabándolo de torcer no lo laven, sino revolverlo en él los papeles bien apretado, y así venga. Y digo que en este hilo y en el lino negro las vendáis, y no toméis hilo casero ninguno, que aquí se ya muchos dineros[...]”

O el caso del zapatero Alonso Ruiz8 de Medina que pedía a su mujer María de Espinosa:

“[...] y tráeme treinta libras de hilo de suela y primo, y doscientos pares de corcho labrados, y cincuenta hierros de alesransacados, y dos mil brocas y una cajeta de sedas.[...]”

7 Carta 51. 8 Carta 45.

Encabezamient os Referencias P et ición Encomendaciones y despedida 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60

Gráfico 1 Frecuencia en las partes de las cartas

Actitud Compromiso Gradación Co rp us c art as

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El gráfico nos muestra la repartición de los elemento de la Teoría en las diferentes partes de las cartas.

Como ya he dicho en el primer capítulo, muchas veces quien escribía en los encabezamientos no ponía el nombre del verdadero destinatario y, en particular, es el caso de los maridos que enviaban cartas a sus esposas. La situación de los hombres casados en el Nuevo Mundo no era fácil porque no podían quedarse sin sus mujeres durante mucho tiempo así que en sus misivas escribían en los encabezamientos el término hermana9. En función

de lo que acabamos de leer es fundamental recordar que muchos de estos emigrantes no sabían escribir así que en algunos casos eran los mismos funcionarios del Consejo de Indias quienes escribían por ellos y, así, para evitar de ser perseguidos con el riesgo de volver a España utilizaban encabezamientos ficticios. Al mismo tiempo estos posibles problemas legales hacían aumentar la importancia de las cartas y su valor de llamada, por eso en las peticiones de que se reunieran con ellos en sus nuevas tierras los escribientes subrayaban este rasgo tanto con un tono tierno casi de súplica como con palabras de amenaza y orden. En una serie de tres cartas de un tal Antonio de Aguilar10 a su mujer Juana Delgado podemos ver

claramente cómo el tono de las palabras de su petición cambia en relación con el peligro de ser perseguido:

“ Querida hermana,

[…] Yo quedo bueno, y con más deseo de veros, señora hermana, que no de escribiros, en que ahora, a esta partida de flota y algunos días de haberse ido, he andado en el monte diciendo que

9 El término hermana se encuentra en las cartas: 21, 33, 38, 41, 42, 47, 48, 49, 51, 52, 54, 55, 56, 57, 58 y 59.

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soy casado, que por el caso me querían echar a Castilla, impacado de esta furia pondré mi tienda aqui en la Veracruz, porque hay aquí muy pocos oficiales [….] ya que entiendo estar algunos días hasta que vengáis, porque mi compadre lo lleva a cargo de traeros […] Porque no tengo más que deciros ni ser más importuno, no digo más, sino que plega a Jesucristo que me os deje ver, como yo deseo. Hermana, si hubiere remedio u orden para venir acá, enbíamelo a decir en el navio de aviso, para que yo tenga la

certidumbre de ello.”

En esta primera carta escrita el 21 de abril de 1568, podemos ver cómo el hombre ponía mucha atención recurriendo al término hermana y con palabras de preocupación que conservan todavía una cierta gentileza subraya su condición de fugitivo y la importancia de su venida. El tono de su petición cambiará en cinco días:

“ Señora,

[…] y de lo demás quedo como quedan algunos casados acá a sombra de tejados, porque andamos huídos al monte, porque no nos llevasen en esta flota, y a esta causa he andado desasosegado, porque aquí envían mucha gente presa y maltratada […] Venid, señora, en todo caso, porque esta es mi voluntad [...]”

En esta segunda carta ya desde el encabezamiento encontramos una variación en el compromiso de Antonio hacia su esposa, él eligía señora para abrir su carta, marcando un sentido de enojo y amargura en su epístola. Es en su solicitud donde sus palabras adquieren un tono de orden

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y amenaza al utilizar el imperativo, venid, y cerrando su frase con “esta es

mi voluntad”, sin dejar espacio a otras soluciones. Dentro de unos meses la

posición de este hombre hacia su mujer tendrá otra variación:

“ Mi señora y mi contento,

Yo quedo cual Dios me remedie, pues quedo preso, y con unos grillos por casado, y esto, señora, bien se pudiera haber remediado con vuestra venida, mas no os pongo culpa, señora porque bien entiendo yo no haber sido más en vuestra mano, ni tengo de quien quejarme, sino de mi mismo […] Mi alma, no os tengo más que decir, sino que plega a Nuestro Señor que me os deje ver, como yo deseo, y quedo por vuestro como siempre.”

El encabezamiento, esta vez, nos hace entender que algo ha pasado, este hombre no tenía más alternativa que esconderse y utilizaba palabras de afecto. Hablando de su condición de preso, aunque subraye que la venida de su esposa habría evitado su encarcelamiento, presenta un tono amable. En su conclusión nos muestra cómo los sentimientos predominan y son el denominador común de todas las cartas.

1.1 CRITERIOS DE ELECCIÓN

La Teoría de la valoración en los estudios en lengua española representa todavía un sector parcialmente explorado, abierto hacia diferentes perspectivas y nuevos escenarios de aplicación, de hecho en este trabajo se aplicará por primera vez en el lenguaje epistolar y en particular en las cartas de emigrantes a Indias del siglo XVI. Considerada la

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orientación de dicha teoría hemos puesto bajo la lente de observación en particular las formas utilizadas por estos hombres en la evaluación, en la expresión de sus sentimientos y de sus emociones. Dada la naturaleza de nuestro análisis de los 650 documentos conservados en el archivo sevillano hemos privilegiado las 102 cartas dirigidas a las esposas aunque las otras fuesen para los familiares. Por tanto, forman parte del cuerpo de investigación las 60 cartas en las cuales hemos encontrado mayores elementos de subjetividad. La esencia de la relación entre las parejas me ha hecho considerar los sentimientos expresados en estas epístolas como más intensos, verdaderos y sinceros que los que se pudiesen encontrar en las otras cartas. Las palabras de los maridos a las esposas ofrecen muchas perspectivas de análisis a través la mirada de investigación de la teoría de

la valoración. Gracias a su aplicación hemos conocido y analizado la

actitud de estos hombres, sus formas de negociar sus posiciones, es decir el compromiso hacia sus consortes y la gradación a la cual recurrían para intensificar o menos sus peticiones. En consecuencia de estos conceptos los criterios para eligir los documentos que pudiesen avalorar esta tesis han sido:

 la búsqueda dentro de las 650 cartas de aquellas que pudiesen presentar una tipología de relación entre los protagonistas del acto comunicativo, que dada su naturaleza dejara espacio a una valoración espontánea, directa y sincera;

 la necesidad de reducir el campo de análisis a aquellos documentos que ofrecieran mayor posibilidad de aplicación de la teoría;

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 la posibilidad de encontrar en las cartas elegidas la presencia de proposiciones y palabras que formasen parte del cuadro de acción de cada sistema de la teoría de la valoración, es decir la actitud, el compromiso y la gradación.

1.2 MÉTODO DE INVESTIGACIÓN

En este estudio el modelo de análisis que ha sido aplicado pretende poner de relieve todos los recursos empleados por los maridos para subrayar y manifestar sus sentimientos, sus sensaciones y sus evaluaciones. Dada la naturaleza de mi investigación que no es de orientación filológica o fonética sino de carácter descriptivo y analítico he usado como punto de partida las cartas de E. Otte en las cuales la transcripción ha sido hecha recurriendo a la ortografía moderna, aunque en el adjunto he puesto las epístolas en la grafía original para ofrecer a los lectores un testimonio más fiel de las formas del lenguaje epistolar del siglo XVI.

Empezando por una lectura general de las cartas, he aislado las diferentes partes del esquema que las componen para buscar indicios, ya desde los encabezamientos, que permitiesen entender y explicar la actitud de los maridos en sus palabras hacia las esposas, como en el caso de las epístolas que empiezan por señora en las cuales los remitentes subrayan las faltas de respuestas y noticias11. Analizando las partes principales, es decir las peticiones, ha sido posible poner en evidencia muchos elementos que explicasen el compromiso de quien escribía.

Las cartas han sido observadas y mostradas en el adjunto siguiendo el orden cronológico para estudiar y entender las posibiles variaciones en la

11 Este encabezamiento subraya una actitud negativa de estos hombres relacionada con la ausencia de cartas recibidas, es un caso muy frecuente que analizaremos en el párrafo dedicado a la actitud.

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actitud y en el compromiso del mismo hombre en las diferentes epístolas. Por último he focalizado mi atención sobre la frecuencia de las palabras empleadas para obtener datos estadísticos que traducidos en percentuales avalorasen mi tesis.

2. APLICACIÓN DE LA TEORÍA DE LA VALORACIÓN

Los recursos de subjetivización empleados por los hombres de nuestras cartas encuentran un lugar importante en cada una de las tres áreas semánticas de la teoría de la valoración. El estudio de la actitud nos ha permitido entender las reacciones emocionales y la importancia de los factores culturales, relacionados con el contexto y el período histórico, que se escondían detrás de sus palabras. Siguiendo los cánones del compromiso ha sido posible explicar las posiciones de los maridos y la gradación nos ha mostrado la importancia que tenían algunos conceptos para ellos. Aunque fuese frecuente notar una influencia entre los tres sistemas de la valoración en la misma carta, en particular entre los recursos de la gradación y la actitud y esta última y el compromiso he dedicado un párrafo por cada una de estas áreas.

2.1 LA ACTITUD EN LOS EMIGRANTES

Los enunciados y las palabras que tienen un valor actitudinal forman parte del grupo de recursos evaluativos que se encuentran con mayor frecuencia en las cartas. Los medios lingüísticos utilizados por los maridos para pronunciar valoraciones encuentran un lugar bien determinado en el cuadro semántico de la actitud, tanto en sus formas implícitas como en las

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explícitas. Cada uno de sus tres subsistemas se realiza en las palabras de estos hombres, los cuales nos ofrecen muchos ejemplos de una valoración relacionada con las emociones, con los juicios de carácter ético y social y con los lugares u objetos del Nuevo Mundo. Considerada la finalidad de las cartas y, en particular, de su parte principal es decir la petición, a través de la manifestación de sus respuestas emocionales, implícitas o explícitas, los emigrantes quieren estimular una reacción emocional en los destinatarios, en nuestro caso las esposas, para que se acerquen a su posición. El gráfico siguiente nos ofrece una perspectiva de la presencia de los tres subsistemas de la actitud en las cartas:

En la expresión de la actitud de los maridos tienen mucha importancia tanto los encabezamientos como las proposiciones que cerraban las cartas, en los cuales podemos observar las emociones que los remitentes quieren manifestar para impulsar los sentimientos de las consortes y captar sus benevolencias, desarollando casi una función pragmática. Analizando las cartas es posible ver el papel fundamental que juega en estas dos partes de la estructura epistolar el verbo desear que

37% 41% 22% Gráfico 2 Actitud Afecto Juicio Apreciación

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aparece casi en el noventa por ciento de las cartas. Claramente este significativo porcentaje pone en evidencia cómo los emigrantes, de todas las clases sociales, seguían un esquema de escritura que preveía el uso de algunas frases hechas pero es aquí donde la subjetividad manifiesta su función. La elección de este verbo representaba ya una clara revelación de sentimientos fuertes y de la voluntad de estimular una reacción emocional que pudiese ser igualmente fuerte. Veamos algunos ejemplos en los encabezamientos:

muy deseada señora mujer12

muy deseada y querida mujer13

muy deseada señora / mujer14

Y en las proposiciones finales:

“[...] Dios, Nuestro Señor, os guarde y os traiga con bien

delante mis ojos, como yo, señora, tenía, ni más deseo.

A mi deseada mujer”15

“[…] Nuestro Señor nos deje ver juntos como yo deseo [...]”16

“[…] él que le desea más veros que escribir [...]”17

12 Cartas 3 y 4. 13 Cartas 6, 26, 35, 37 y 43. 14 Cartas 11, 12, 18, 24, 30, 31, 32, 36 y 39. 15 Carta 1. 16 Carta 2. 17 Carta 4.

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“[...] y deseando su venida, de México, a quince de febrero de

1563 años, quedo con su deseo.

A mi muy deseada señora mujer [...]”18

Es posible encontrar también encabezamientos que no siguen las fórmulas comunes, en los cuales la subjetividad caracteriza la representación de la situación emocional:

“Hermana mía de mis ojos”19

“ Muy magnifica señora”20

“Alma mía y todo mi bien”21

“Mujer mía de mi corazón”22

Como podemos ver estos son casos de manifestación explícita de la actitud pero es posible subrayar también ejemplos donde el encabezamiento

señora esconde una posición emocional negativa debida a la falta de

respuestas.23

La actitud presenta una división en tres subsistemas que son el

afecto, el juicio y la apreciación, a continuación iremos a presentar algunos

ejemplos de las cartas que comprueben la importancia de la análisis de estos documentos mediante la teoría de la valoración. En el afecto, los

18 Carta 6. 19 Carta 17. 20 Carta 28. 21 Carta 34. 22 Carta 46. 23 Cartas 15, 20, 22, 25 y 44.

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remitentes mediante recursos gramaticales relacionados con las emociones subrayan sus posiciones emocionales hacia la persona, la circunstancia o el hecho que se está evaluando. Recordamos la distinción entre el afecto

autoral, o sea cuando la reacción emocional se refiere a la persona que

habla o escribe en nuestro caso, y el afecto no – autoral que hace referencia a las emociones de terceros. El punto en común entre las dos tipologías del afecto es la finalidad retórica que es la de acercar y crear una reacción favorable en el destinatario al estado emocional del remitente.

En los documentos analizados el lugar donde encontramos con mayor frecuencia elementos gramaticales que se pueden reconducir al área del afecto es en las referencias a las cartas recibidas o menos. Recibir noticias y afecto desde los familiares, en particular las esposas, producía en los hombres una respuesta emocional muy fuerte que exponían con palabras impregnadas de felicidad y alegría. El recurso más utilizado para expresar estos sentimientos es sin duda el adjetivo contento que aparece en más de la mitad de las cartas, vamos a ver algunos ejemplos:

“[...] la carta recibí y con ella muy gran contento[...]”24

“[...] Este año en que estamos de sesenta y cinco a veinte

días del mes de agosto recibí una carta y letra de mi hijo y vuestra, en que me haríades saber cómo teniades salud, que

no pequeño contento fue para mí.[...]”25

“[...] En ventiocho del mes de noviembre de mil y quinientos

y sesenta y cinco recibí una carta vuestra[...] El contento y

24 Carta 4. 25 Carta 11.

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consuelo que mi ánimo sintió sólo Nuestro Señor lo puede saber[...]”26

El término reaparece también en una particular realización del afecto

no – autoral, dado que son los mismos maridos que con sus palabras

anticipan las felicidad que las esposas vivirán en el Nuevo Mundo:

“[...] Porque en otra os he escrito más largo, ésta sólo servirá

para avisaros cómo a mí me conviene que os vengáis a esta tierra, lo uno por vuestro contento, y lo otro por mi quietud.

Estaréis acá sana y con más contento que en España [...]”27

“[...] Así que acá nos podremos pasar muy a nuestro placer y

con mucho contento vuestro[...]”28

“[...] Y Nuestro Señor me os deje ver a vos y a mis hijos en

esta tierra para mayor contento mío y vuestro.[...]”

Es posible encontrar la expresión de la respuesta emocional mediante este término como consecuencia de la realización de la petición, es decir la venida de las esposas y claramente hablamos de casos de manifestación del afecto autoral:

“[...] Pues yo envío por vos y os envío remedio conque

vengáis[...] Y mira, señora, que en esto me va mucho, y es

darme en ello gran contento[...]”29

26 Carta 12. 27 Carta 5. 28 Carta 17.

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“[...] Y cierto si acá os tuviera viviera el hombre más contento

que hubiera en mi linaje.[...]”30

“[...] ninguna pena que no quiero más contento que os veros

en mi compañia a vos y a mi hijo y Dios lo proveerá todo[...]”31

Presentamos ahora algunos ejemplos de demostraciones de afecto

no – autoral, implícitas y explícitas:

“[...] Mi madre está buena y os besa las manos, a su nieto, y

cada día os está aguardandolos ojos tan largos.[...]”32

“[...] Querer yo significaros por escrito lo que sois deseada

en esta tierra, no sólo de mí, sino por mi contento y sosiego de todos los vecinos de esta villa, es tanto grado que, si hubiera de ser este negocio de vuestra venida alcanzado por

ruegos, no hubiera vecino que no acudiera con los suyos[...]”33

Una de las características de la Teoría de la Valoración es que la aplicación de sus sistemas y relativos subsistemas, no se produce sólo en las palabras sino en los enunciados. El subsistema del afecto confirma este rasgo en las diferentes partes de las cartas, donde los maridos con sus frases 29 Carta 14. 30 Carta 27. 31 Carta 24. 32 Carta 8 . 33 Carta 40.

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manifestan unas posturas emocionales de amor y de fuerte devoción hacia las esposas:

“[...] Por tanto, señora, no pongáis excusa en vuestra venida,

por los ojos que en la cara tenéis, que recibiré tanta

consolación con vos, con mis hijos, que no tengo lengua para os lo decir del placer que a mi ánima sentirá[...]”34

“[...] Suplícoos me escribáis siempre.[...]”35

“[...] Porque no es otra mi gloria sino estar con v. m. en

servicio de Dios, Nuestro Señor.[...]”36

“[...] y así deseo mucho que ambos hagamos la voluntad de

Dios y que estemos juntos como Dios lo manda, y que

acabemos esta mísera vida en su santo servicio, y así, señora

de mi corazón[...]”37

La posición emocional de los maridos no siempre era positiva, la falta de cartas recibidas, de noticias que llevasen palabras de afecto desde España, la lontananza desde sus familiares, las condiciones difíciles en las cuales vivían las esposas y los hijos sin el padre y el éxito negativo de precedentes peticiones se manifestaban en respuestas emocionales negativas. El término que pone en evidencia esta actitud es pena que se encuentra en un alto porcentaje de cartas:

34 Carta 1. 35 Carta 2. 36 Carta 4. 37 Carta 6.

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“[...] La presente es para hacer saber a v. m. como quedo muy

bueno de salud, bendito Nuestro Señor, aunque con muy gran

pena de estar tan ausente de v.m. como estoy[...]”38

“[...] Recibí su carta, con la cual holgué mucho, aunque tengo

muy gran pena de la soledad y trabajos que ha pasado con

mi ausencia[...]”39

“[...]Veo la pena que v. m. ha tenido y sentido de mis trabajos,

que de ello me pesa a mí mucho, que de lo que v.m. padece

me duelo yo, y de mis hijos.[...]”40

“[...] De ninguna cosa tengo tanta pena ni tanto llegue a mis

entrañas cada vez que se me acuerde que es de no poderos

ver antes que me muera[...]”41

El gráfico 3 nos muestra el porcentaje de estos términos en las cartas:

38 Carta 4. 39 Carta 6. 40 Carta 16. 41 Carta 21. 29% 33% 23% 15% Gráfico 3 Afecto Contento Desear Pena Holgar

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Antes de seguir con el análisis de los otros subsistemas de la actitud es importante hacer una premisa, es decir que al juicio dedicaremos el próximo párrafo porque nos acercará a un tema muy interesante o sea el concepto de honra en los maridos mientras que ahora seguiremos nuestra aplicación de la teoría a las cartas hablando de los ejemplos que pertenecen al subsistema de la apreciación.

Como hemos ya visto en segundo capítulo, la apreciación es el recurso que permite ofrecer evaluaciones de objetos, productos y lugares a través de una valoración estética. En las cartas de nuestro estudio, los maridos, en particular modo antes o después de las peticiones, subrayan los rasgos positivos de las nuevas tierras para convencer las esposas a dejar España por una vida mejor en un lugar que ofrecía más recursos. En este caso no encotramos un término que aparece más que otros sino proposiciones que en formas diferentes expresaban el mismo contenido:

“[...] Esta tierra es muy sana y proveída de todas las cosas

que son menester y para que nuestra tierra.[..] Y si algunos de mis hermanos quisiere venir con vos no perderán nada,

porque esta tierra es muy rica y vivirán acá

descansadamente.[...]”42

“[...] porque la tierra donde estoy es la más abastecida que

hay en el mundo, que no hay hombre en él que tenga voluntad de se ir a España, si no está muy demasiado de rico.[...]”43

42 Carta 2. 43 Carta 4.

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“[...] y quedaréis, si Dios me llevare, en buena tierra, y no en

tierra miserable[...]”44

“[...] Que si v.m. se viese por acá no se acordaría de España,

porque en verdad que no faltan todas las cosas como dentro de Castilla y no hay frío ni calor ni hambre. Finalmente es el mejor temple que tengo visto en mi vida, de tal manera que no llueve todo el año y lo que se coge es de regadío.[...]”45

“[...] para que luego os aderecéis y vengáis vos y mi hermano

Benito Vazquez Serrano a esta tierra, porque cierto os

holgaréis en ella, que es buena y rica[...]”46

“[...] Yo escribo a vuestro padre y mi señora que tenga por

bien de venirse a esta tierra, y si lo hiciese, no se

arrepentirá, porque la fertilidad de esta tierra es tanta que jamás falta el comer[...] Por tanto, por amor de Dios, que se lo roguéis muy de veras, para que venga en vuestra compañía, y traiga a mis hermanas a gozar de buena tierra[...]”47

Gracias a muchos ejemplos podemos ver que estos hombres por medio de la apreciación subrayaban los rasgos positivos de las Indias poniendo en evidencia la sanidad, la fertilidad y la posibilidad de mejorar las proprias condiciones económicas que ofrecían las nuevas tierras,

44 Carta 13. 45 Carta 18. 46 Carta 23. 47 Carta 36.

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claramente todo eso con la finalidad de acercar las mujeres a sus voluntades.

2.2 EL CONCEPTO DE HONRA

El juicio es el subsistema de la actitud que recibe con mayor fuerza la influencia de los valores de la sociedad a la cual los hombres pertenecen, hablamos de una conducta que se valora bajo una lente de observación condicionada por las creencias y la cultura del contexto social en el cual quien expresa su valoración actúa. Las dos tipologías de juicios que integran el subsistema de la actitud, los de estimación y de sanción social, encuentran una evidente aplicación en un concepto fundamental en la sociedad del siglo XVI que hace de fondo a las carta de nuestro estudio, estamos hablando del tema de la honra. La sociedad española del siglo XVI tenía una estructura estamental en la cual los principios de honor y honra habían adquirido una importancia tan elevada que influían en la posibilidad de obtener títulos nobiliarios o mejorar la propia posición en la sociedad. El concepto de honor indicaba un sentimiento personal relacionado con los principios morales que guiaban las acciones de cada individuo en el respecto del prójimo y de los fundamentos éticos que reglaban las sociedades. La honra, por su parte, aunque se ganaba con actos propios éticos, morales y de virtud, dependía de actos ajenos, o sea de la estimación o fama que otorgaban los démas, así que se convirtío en un objeto de la opinión pública, algo que se podía atacar y destruir. Este concepto, en boca de los miembros de la sociedad, generó una grave distorsión: de cara a la opinión de los demás, las personas de la época procuraban guardar públicamente un comportamiento virtuoso, por temor a la muerte social que

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implicaba la deshonra. Los hombres que salieron de España llevaron consigo estos principios y al mismos tiempo sus nuevas vidas ofrecían la posibilidad de mejorar sus posiciones sociales y en consecuencia el honor y la honra suyas y de sus familiares. Por una parte la honra podía aumentar gracias a las riquezas que los hombres podían acumular, hecho que subrayaban en las cartas cuando afirmaban que no volverían a España sin antes enriquecerse o simplemente para estimular a las esposas:

“[...] que no hay hombre en él que tenga voluntad de se

ir a España, si no está muy demasiado de rico[...]”48

“[...] Así que acá nos podremos pasar muy a nuestro

placer y con mucho contento vuestro, y estando vos,

señora, conmigo yo seré rico presto.[...]”49

Pero, sin duda, eran las mujeres que se quedaban en sus casas quienes tenían el deber de proteger y salvaguardar la honra de sus maridos y en general de sus familias, siguiendo los principios de vida que la sociedad de la época les imponían. Tenían que evitar dejarse ver por las calles, frecuentar sólo personas honradas y podían estar con otros hombres sólo si casados y conocidos por los maridos. Todos estos rasgos eran siempre subrayados por los hombres en sus cartas en las cuales pedían que salvaguardaran su honra con comportamientos dignos y de hacer el viaje en compañia de mujeres y hombres honrados. El hecho que nos hace entender la importancia de este concepto en la época es que el término aparace en casi todos los documentos y, claramente, representa una evidente forma de

48 Carta 4. 49 Carta 17.

(25)

64 juicio, vamos a ver algunos ejemplos:

“[...] y mira, señora, que aunque andéis el mundo por la mar

y por la tierra habéis de vivir aquel tiempo que Dios tiene ordenado, y busque compañia con quien venga, y si no

hallare, venga sola, que mujer es para mirar su honra[...]”50

“[...]a esto respondo que para cuando uno ha de hacer su

voluntad y poner por obra, todo se le hace a su voluntad y halla las cosas a su próposito y compañias muy

honradas[...]”51

“[...] y con ella podéis venir, porque Juan García, cuñado de

los Jerges, la ha de despacho en un su navío, y vendréis con la dicha compañia muy honradamente, y a mi contento. No

dejéis de comunicar con ella, por ser persona honrada[...]”52

“[...]el cual se llama Juan Gallego, y concerté con que

trajiese a v. m. y a mi hijo, y así quedó de hacerlo, que traería a v. m. con otra señora muy honrada[...]sino que

venga con el dicho capitán, que le traerá muy honrada[...]”53

Después de esta profundización sobre el tema de la honra y su elevada presencia en las cartas, vamos a ver otros ejemplos de casos

50 Carta 6. 51 Carta 7. 52 Carta 9. 53 Carta 19.

(26)

65

relacionados con el juicio que los maridos hacen sobre otras personas:

“[...]porque me holgaré mucho de tener conmigo un mancebo

tan bien inclinado y hermano vuestro[...]54

“[...]y se encarga de ella el capitán Diego Morgado, un

grande señor[...]y él es hombre muy de bien y muy

virtuoso[...]Y de todo cuanto dijere e hiciere con este mal hombre[...]”55

“[...] y es un hombre malquisto, y que con ningún vecino

estaba bien[...]”56

“[...] ha de venir en esta misma flota, si acaso este que os

aportará por allá es hombre de bien y que hará por amor de

mí cualquier cosa[...]”57

Concluimos este párrafo con un gráfico que nos ofrece unos datos sobre la frecuencia de los términos del juicio:

54 Carta 22. 55 Carta 26. 56 Carta 29. 57 Carta 31. 53% 28% 19% Gráfico 4 Juicio Honra / Honrado/a Hombre de bien/mal Otras formas

(27)

66

2.3 EL COMPROMISO DE LOS REMITENTES

La segunda gran área semántica de la Teoría de la Valoración, el

compromiso, indica las posiciones que asumen los escribientes o hablantes

frente a enunciandos que hacen referencia a otros puntos de vista o consideraciones. Los remitentes pueden prescindir o considerar estas afirmaciones cuando buscan un espacio para expresar la propia opinión y aclarar su posición frente al interlocutor. En las cartas objeto de este estudio, el sistema del compromiso encuentra un espacio importante en las palabras de los maridos, los cuales en diversas circustancias hacen referencia a las frases de vecinos o conocidos expresando sus opiniones. Al mismo tiempo es posible ver como el compromiso de estos hombres variaba de una carta a otra en función de la situación en la cual se encontraban, como el caso de Antonio Aguilar que ya hemos citado en el párrafo inicial de este capítulo. Los recursos de la léxico – gramática que permiten situar la voz de los remitentes en los documentos analizados son el modalizador de probabilidad “creo que” y los casos de atribución o rumor/concepción que hacen una evidente referencia a las palabras de terceros. El primer medio lo encontramos en la carta de Juan Sánchez58 a su mujer Eulalia García, en la cual el hombre justifica su amargura y una

inicial frialdad en sus palabras recordando otras cartas enviadas, junto a dinero, y la falta de noticias desde sus familiares:

“[...] Habrá tres años escribí a v. m. con Juan Díez

Palomo, y envié a v. m. ciento y diez pesos de buena

(28)

67

moneda, bien creo los haya recibido.[...]”

En la carta de Luis de Illescas59 a su mujer Catalina Gutiérrez la

presencia de los dos elementos léxico – gramaticales nos hace entender el compromiso de este hombre hacia las quejas de la esposa, probablemente en epístulas precedentes enviadas por ella, y frente a las palabras de los vecino:

“[...] Dígolo por las quejas de sus cartas y aún no bastaban,

sino las démas de sus vecinos que no declaro, y así doy cuenta por las mías de cómo había comprado casas, y que

me habían puesto en estrechura y dar causa de no enviar dineros, y no eran menester, sino hacer lo que yo digo,

aunque se pierda todo, y vaya la soga tras el caldero, y no tomar otro parecer contrario al mío, y quemar la miseria que allá tendremos. Y hacer lo que yo digo es muy a servicio de Dios, pues no creo que es fingida su venida.[...]De cosas particulares no trato, porque bastan mis congojas y no las ajenas, y como no soy amigo de lisonjas es todo acabado.[...]”

Las palabras de Luis desvelaban una posición de rabia hacia las quejas de la esposa, sentía la exigencia de aclarar su situación frente a las acusaciones de los vecinos, subrayaba, aunque con desamor, la confianza en la venida de su mujer pero la herida de las palabras de los démas quedaban claras en sus frases.

(29)

68

También en la carta de Antonio Mateos60 a su mujer María Pérez, el

hombre refiriendose a las palabras de su esposa revela una posición que se acerca a las quejas de la consorte:

“ […] y para enviaros algún socorrocon que se pasen, y se

remedie alguna parte de la necesidad que por vuestra carta me decís que habéis pasado. Bien creo que será más que en vuestra carta me decís, de lo cual con razón me podéis culpar, por haber tanto tiempo que de mi no se ha recibido socorro ninguno”[...]

Otro ejemplo muy significativo del compromiso de estos hombres hacia las palabras de tercero lo encontramos en la carta del capitán Alonso

Rodríguez de Villaenizar61 a su mujer Catalina Ruíz de Avilés, en la cual el

marido hace referencia a las palabras de terceros expresando una reacción muy fuerte:

“ […] Y a lo que Mateo Ruiz y sus hermanos dicen en sus

cartas, que dicen en el pueblo que no pueden creer que tengo lo que digo, tienen mucha razón, pues en tanto tiempo no haber enviado oro, y de cualquier cosa que dijeren tienen razón de decir. Mas a mí no se me da mucho porque digan lo que quisieren que, como decía mi señora, que esté en gloria, ni me han de dar la comida ni la cena. Y pues así es, poco se me da que digan lo que quisiere cada uno, fuera de mis deudos, a quien bien tienen licencia para

60 Carta 12. 61 Carta 26.

(30)

69

decir lo que quisieren, pues al fin como deudos lo sentirán, y habrán sentido las necesidades que se hayan pasado.[...]”

Concluimos este párrafo sobre el compromiso con otro ejemplo en el cual es el marido quien hace referencia a las noticias que ha recibido desde otras personas sobre su esposa sin que de ella haya recibido nunca una carta. En este documento aparecen muchos recursos del sistema de la valoración, es decir parece que, según vi por, me dijeron y no creo que,

estamos hablando de la epístula de Diego de Arcos62 a su mujer Catalina de

Palma, en la cual el hombre condena las faltas de su mujer:

“[...]También envié a mi hermano por vos con todo recaudo, y

me parece que no quisistes venir, según vi por un testimonio y probanza que de ello me trajo. Espantéme mucho, y pusistes en mí falta de salud, pero después me dijeron que la causa de no haber venido había sido mi hermano por su mala

condición. Pero no embargante ser él la causa, no creo que estáis fuera de culpa[...]

El siguiente gráfico nos presenta una imagen de los datos que pertenecen al sistema que acabamos de analizar:

62 Carta 22. 42% 42% 17% Gráfico 5 Compromiso No/creo que Decir Otras formas

(31)

70

2.4 LA GRADACIÓN EN LAS CARTAS

El último sistema de la Teoría de la Valoración nos permite observar la intensidad y la importancia que los remitentes ponen en sus frases para subrayar o poner en relieve un concepto o una afirmación en particular. Como hemos visto en el segundo capítulo los recursos de la gradación son

la fuerza y el foco que se utilizan por una parte para intensificar y poner

mayor énfasis y por otra para subrayar un elemento de las frases. En las cartas de los emigrantes los recursos de la gradación aparecen con un porcentaje prácticamente del cien por ciento, sobre todo se acompañan muchas veces a las expresiones que pertenecen al área semántica de la actitud.

Una presencia tan elevada de adverbios intensificadores o enfáticos se justifican claramente por la naturaleza de las cartas, en las cuales el elemento sentimental que sea de actitud positiva o negativa encuentra siempre una manifestación acompañada generalmente por una intensificación. Por lo que se refiere a la fuerza, los adverbios que

0 10 20 30 40 50 60 Gráfico 6 Gradación Fuerza Foco Co rp us Ca rt as

(32)

71

observamos con constancia son muy, mucho63, gran y tan que se repiten en

las frases de los maridos sobre sus condiciones de salud, sus reacciones a la llegada o a la falta de cartas y al mismo tiempo se encuentran también cuando estos hombres expresan evaluaciones sobre los lugares u otras personas. En particular estas últimas evaluaciones son las que nos ofrecen los ejemplos más interesantes del foco, dejamos espacio a los ejemplos:

“[...] Estoy tan espantado de vuestra contumancia[...]”64

“[...] porque tengo gran sospecha no haber visto

respuesta[...]”65

“[...] recibí una vuestra y con ella mucho contento[...]”66

“[...] y con ésta venía una del señor Gaspar Rodríguez,

mi verdadero amigo,[...] y en ello recibiré yo muy gran contento[...]” 67

“[...] más os vestiréis muy mejor acá[...] Y diome gran

pena [...]”68

63 Este término aparece tanto en forma de adverbio como de adjetivo. 64 Carta 21.

65 Carta 25. 66 Carta 27. 67 Carta 33. 68 Carta 34.

(33)

72

El gráfico 7 nos presenta un cuadro de los recursos más recurrentes de la fuerza: 38% 32% 13% 17% Gráfico 7 Fuerza Muy Mucho Gran Tan

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