• Non ci sono risultati.

L’ALDEANO PALMIRENIANO

Palmireno definisce dettagliatamente il profilo dell’estudioso de aldea, che frequenta la scuola pubblica, ma non ha un precettore domestico, né dispone nell’aldea di biblioteche dotate di libri consoni a un’adeguata formazione umanistica. Inoltre, aggiunge l’autore, il padre «es hombre que no sabe letras»19. Nel prologo al volume, il ritratto dell’aldeano assume contorni ancor più precisi, sia nella determinazione dell’età che nell’individuazione delle lacune formative:

Vemos venir a esta escuela moços de 16 y 18 años a oír curso de artes, con tanta inhabilidad que es lástima: no solamente vienen grosseros en criança, pero aún tengo que hazer en emendarles el mal construir y arromançar los autores, en hazerles escupir las duras metáphoras, y bárbaros vocablos que traen. Pues tractando yo aquí como ha de ordenar sus estudios en el aldea, verná mucho más acomodado para la ciudad, hallará mejor assiento, para que según su habilidad le den posada, y alivie sus gastos en los más graves estudios. Y si entra en casa de un ciudadano, podrá con buena consciencia llevar el partido que le dan, por ser ayo de un niño. Y pues en esto estoy, no me paresce será fuera propósito advertir a los padres lo que tanto importa, por ver si podría con la ayuda del Señor quitar un tan mal uso como en esto hay con gran daño de los niños. Todos tienen gran cuidado de tomar maestro en su casa, para que les lleve el niño a la escuela, pero hay algunos que no los tratan como deven, o como a sus hijos conviene. No sé si lo hazen por avaricia, o por descuido, o por ventura que assí lo heredaron de sus padres (pp. 7-8).

Palmireno ribadisce il pericolo di una migrazione incontrollata dall’aldea verso la urbs, ma ritiene che se ne possano ridurre le conseguenze mediante un’adeguata prevenzione, da attuarsi attraverso la diffusione presso le

aldeas del volume che ha elaborato. L’età di questi niños de aldea non supera i

sedici o diciotto anni, e il loro ciclo educativo si colloca dal termine della

pueritia all’inizio dell’età adulta. L’estudioso aldeano si è formato in un

contesto rurale, frequentando le pedanti quanto inefficaci lezioni dei

descuidados maestros che lì operano. Non conosce le buone maniere né ha

assimilato il pulido latín. Tuttavia, se ambizioso e dotato di grandi aspirazioni,

Victoriano Suárez, 1873 (ed. facsímil, Valencia, Librerías París-Valencia, 1998). Del dialogo valdesiano ho presente l’edizione di C. Barbolani, Madrid, Cátedra, 1990 e la versione ridotta di L. Terracini, Modena, Società Tipografica Modenese, 1957.

potrà beneficiare del programma di autoapprendimento fornito dal trattato palmireniano e accedere così agli studi universitari. Trasferitosi in città, e integrato nel tessuto socio-economico urbano, l’aldeano potrà concludere la sua formazione e intraprendere un percorso professionale nell’ambito delle arti liberali.

La scelta del termine estudioso non è casuale. Secondo l’accezione latina dell’etimo è da intendersi nel senso di “amante dello studio”, poiché

studium equivale ad applicazione, zelo, diligenza, ma traduce anche amore,

passione, ardore e desiderio. In Cicerone l’espressione studium rerum

rusticarum corrisponde a «passione per i lavori campestri». Allo stesso modo,

lo studium rei pubblicae indica l’amore verso la patria. L’aggettivo studiosus presenta le stesse connotazioni. È dunque possibile ritenere che in Palmireno si stabilisca una chiara distinzione tra l’estudioso e la figura dell’estudiante, che invece riporta alla mente il personaggio apicarado e incline al raggiro che popola la letteratura de entretenimiento del periodo aureo. La figura dell’ayo verrà invece valorizzata, ma anche ironizzata, da Lope de Vega ne La Dorotea, attraverso il personaggio di Julio, che è ayo di don Fernando20.

Il cursus formativo proposto dal pedagogo alcañizano dovrà essere seguito con costanza e dedizione, nell’osservanza delle leggi civili e morali. Tuttavia quella palmireniana è soprattutto una pedagogia pratica, che nasce dall’esperienza personale di studioso e di docente. Come si è detto, lo stesso Palmireno fu estudioso de aldea, e subì le conseguenze di una formazione lacunosa. Per questo il primo consiglio che dispensa all’aldeano è di abbandonare al più presto il contesto rurale in favore della città, per dedicarsi così a una grande empresa, ovvero la sua evoluzione in cortesano:

20

De La Dorotea di Lope de Vega ho presente l’edizione di E. S. Morby, Clásicos Castalia, Madrid, 1987, e la successiva di J. M. Blecua, Madrid, Cátedra, 1996. Sul capolavoro lopiano

de senectute si veda il saggio di G. GRILLI, Intrecci di vite. Intorno a “La Dorotea” di Lope de

Vega, Napoli, Il Torcoliere, 2008. Anche in Fuente Ovejuna Lope de Vega inserisce una figura

di ambito estudiantil, il Licenciado Leonelo, ma gli conferisce un ruolo del tutto marginale. Dell’opera ho consultato le edizioni di M. G. Profeti, Barcelona, Editorial Planeta, 1981 e di D. Mc. Grady, Barcelona, Crítica, 1993.

Aunque el Rey don Alonso de Nápoles començó a estudiar a los cinquenta años, y salió con razonable doctrina, pero fue causa su bena bolsa, con que liberalmente satisfazía los trabajos e invenciones de su maestro Lorenço de Valla, y tú no tienes modo para aguardar tal remedio. Pues si tú estás atento en lo que te digo, espero en nuestro señor Iesu Christo que hallarás fructo muy grande en mis consejos. Todavía te quiero advertir, que si tienes possibilidad, huygas de la aldea, y te entres en Universidad, donde tratando con muchos doctos, seas uno dellos, pues dizen: Beati qui habitant urbes. Créeme, que tanto como aprovecha la aldea al cortesano viejo, que se va a retraer en ella, otro tanto daña al niño que se encona en aquellas toscas y grosseras costumbres. Vemos niños trasplantados en la ciudad, admirables doctores y cortesanos, pero los que ya barbados vienen a la frequencia y policía, aunque lleguen a la doctrina que dessean, siempre tienen el aire de Cetres, o Pascasios, y aunque van cargados de tafetanes y chamelotes, el rostro representa la leche de asna que mamaron. Sanct Augustín aconseja que a los niños les pongamos el Virgilio en las manos, porque les alce los pensamientos. Yo para el mismo propósito querría sacarlos de la aldea. Pero si salta la hazienda, suffrirte has con los remedios que aquí te doy (pp. 21- 22).

Il riferimento al cortesano viejo allude al Menosprecio de corte y

alabanza de aldea di Guevara, che è espressione di esigenze opposte rispetto a

quelle manifestate da Palmireno. L’espediente dell’exemplum, così frequente nella prosa palmireniana, ha forte presa sul lettore perché più efficace dell’astrazione programmatica. Per questa ragione l’autore fornisce un elenco di personaggi divenuti celebri nonostante le umili origini:

Y porque veas que cada día haze el Señor destos milagros por su omnipotencia, contarte he quán remunerada fue la virtud y buena inclinación de algunos niños de la aldea, para que con ellos te animes y pierdas la rústica y aldeana covardía. Saúl aparescentava las asnas, David las ovejas, y por su gran virtud merescieron y llegaron a ser reyes. Tullio Hostilio de una pobre choça llegó a ser Rey de Roma. Vendidio Basso de guardar mulas llegó a Cónsul, como Gellio dize, libro 15, capítulo 4. Telephanes carretero llegó a ser Rey, Theodosio cavallerizo a Emperador, Agathocles ollero a Rey de Sicilia. Tamorlán guardava puercos y fue Rey de Tartaria. Valentiniano Emperador fue hijo de un soguero, o cordero, Bonoso Emperador hijo de un grammático, el Papa Innocencio octavo fue lacayo del Rey don Alonso de Nápoles, Sixto Papa hijo de un pastor, Iulio segundo hijo de un marinero (pp. 24-25).

E aggiunge ancora, con chiari riferimenti autobiografici:

Yo me quexava quando era mochacho que no podía estudiar con sossiego, hallándome entre el estruendo de los martillos de mi padre y el torno que hilava la moça. Díxome un viejo: ¿Quieres que qualquier casa se te haga muy grande? Acuérdate de la sepultura. Yo veo que en casa pequeña nasció César, que avía de ser señor de todo el

mundo. En pastoril choça fueron criados Rómulo y Remo, fundadores de tan gran ciudad. En pequeño palacio recibió Evandro al gran Hércules. No moravan Catón ni Sócrates en grandes palacios. Diógenes en media cuba vivía, en pequeños huertos grandes philósophos, y al sereno, o tiendas pequeñas, muy grandes capitanes. Si dizes que no te fatiga la casa, sino los estorvos, mira que el que es muy amigo de buñuelos, suele dezir que en cabeça de un tiñoso los comería. Y no te ha de enfriar esso tu ardor. Testigo soy de vista, que un estudioso con una mano servía a su padre meneando los fuelles, y con otra decorava los Colloquios de Vives, y muchas vezes le dezían: Calla en hora mala, que me rompes la cabeça. Pero nunca dexó su empresa (p. 25).

L’estudioso che descrive intento ad aiutare il padre, è certamente lui stesso, in un’immagine retrospettiva.

Se con estrema precisione Palmireno delinea il destinatario del suo trattato, al contempo identifica i responsabili dell’endemico disfacimento culturale che ha compromesso l’educazione negli ambienti rurali. Contro quei

descuidados maestros lancia un’accalorata offensiva, che si nutre

dell’esperienza personale. In una prospettiva più ampia, la contrapposizione tra

bárbaros e humanistas mette in discussione anche quel «canon nefasto y

riverso» di grammatiche medievali di cui Rico offre una sintesi fondamentale21.