Globalizar el sur.
La emergencia de ciudades globales y
la economía política de los imperios
portugués y español: Rio de Janeiro y
La Habana durante la Era de las
Revoluciones
J. Bohorquez
Thesis submitted for assessment with a view to obtaining the degree of Doctor of History and Civilization of the European University Institute Florence, 13 January 2016European University Institute
Department of History and Civilization
Globalizar el Sur.
La emergencia de ciudades globales y la economía política de los imperios
portugués y español: Rio de Janeiro y La Habana durante la Era de las
Revoluciones
J. Bohorquez
Thesis submitted for assessment with a view to obtaining the degree of Doctor of History and Civilization of the European University Institute Examining Board Prof. Jorge Flores, EUI Prof. Regina Grafe, EUI Prof. Leonor Freire Costa, ISEG Prof. Joseph Fradera, Universitat Pompeu Fabra © J. Bohorquez, 2016 No part of this thesis may be copied, reproduced or transmitted without prior permission of the author
Abstract
Globalizing the South. The Rise of Global Cities and the Political Economy of the Portuguese and Spanish Empires: Rio de Janeiro and Havana during the Age of Revolutions
The dissertation focuses on the political economy of the Portuguese and Spanish empires during the Age of Revolutions, tracing the rise of Rio de Janeiro and Havana as global cities. It examines the political economy of the emergence of two global ports in the LusoHispanic Atlantic and appraises institutional dynamics instead of merely exploring the nature of institutions. This work contributes to the field of global history by offering an Atlantic history in global perspective. It proposes a Hemispherical Atlantic and simultaneously discloses its connections with the Indian Ocean. As a substitute of a local/global dichotomy, the dissertation resorts to the use of three different dimensions (markets, institutions and agents), which do not necessarily follow a path from global to local.
The first part analyses the cities’ integration into imperial and global markets as well as their participation into much larger global commodity chains. It considers not only markets’ trends but also the emergence of translocal markets. The financing of Slave trade in the South Atlantic and flour trades in the North Atlantic are thoroughly researched. The second section emphasises on institutions and their impact on agent’s behaviour. It mainly refers to formal institutions as well as their dynamics. It fundamentally focuses on institutions governing exchange: customs houses, taxes and corporations, and carefully integrates emulation in the design, creation and evolution of formal institutions. Finally, the third section explores networks, agency relations and privateorder institutions. Besides trust and reputation, merchants’ status was crucial in the configuration and evolution of networks. Credit, multidirectional capital flows, and the consignment system are studied through the meticulous examination of merchants businesses in Africa, New England and the Peninsula, offering new insights on Asian textiles in the Caribbean markets and the slave traffic in Brazil.
This thesis investigates the complexities of governance that took place in the Iberian empires, and revises images of absolutist power, centralization or negotiation. It argues that the empire’s organization was highly hierarchical (which differs from centralization) and claims that such a rigid hierarchical organization prevented to some extend institutional change and innovation. In so doing, it underlines the need for an intermediate approach between “black legend” absolutist versions and revisionist “pink histories” of the Iberian empires.
Agradecimientos
“Más que [de] un lugar en el mundo” se es “un estado de ánimo”. En este caso, uno que reenvía a un sur imaginado. Esta investigación tuvo su origen en diciembre de 2007, cuando caminando por la playa de Ipanema decidí investigar sobre Brasil. Debido a mi total desconocimiento de la producción historiográfica brasileña en ese entonces, pensé en un primer acercamiento a través de un estudio comparado con la historiografía de los demás países de Latinoamérica. Espero que la próxima generación de historiadores latinoamericanos consiga crear un diálogo mucho más fluido entre las diferentes corrientes nacionales, lo que requiere sin duda la apropiación común del pasado de los otros.
Esta tesis no hubiese sido posible sin la ayuda financiera de varias instituciones que confiaron en el potencial de la investigación, aún cuando esta no se hallaba muy bien delineada. Varias travesías a través del Atlántico así como largas y cortas estancias en varias ciudades para trabajar en archivos o participar en conferencias fueron posibles gracias al apoyo del Harvard and Cambridge Joint Center for History and EconomicsHistory Project e
Institute for New Economic Thinking; de la Slicher Van Bath the Jong FoundationSlicher
Funds (Center for Latin American DocumentationAmsterdam); de la Fundação Caluste
Gulbenkian, en Lisboa, que financió casi íntegramente el último año de investigación y
escritura en esa ciudad, permitiéndome así conocer con calma los archivos portugueses; de la
John Carter Brown Library, en Providence, que me permitió permanecer cuatro meses
investigando en los archivos de Nueva Inglaterra, los cuales resultaron fundamentales. Igualmente, agradezco a las becas Salvador Madarriaga del Ministerio español de Educación, del Ministerio Español de Asuntos Extranjeros, de la European Society for the History of
Economic Thought y del Arts and Humanities Research Council Global Cities research
network. El Instituto, además de financiar buena parte de esta investigación, se convirtió en un excelente espacio de intercambio académico y de experiencia transnacional donde encontré la libertad necesaria para desarrollar esta tesis, pero sobre todo, un espacio de variedad de historiografías que ayudó a darle una perspectiva menos localista y nacionalista al trabajo.
En Florencia, quiero agradecer a los profesores Jorge Flores y Regina Grafe. En el profesor Flores encontré una amabilidad para ser imitada y una alta disposición para con las necesidades de esta investigación. La profesora Grafe, además de sorprenderme con su inesperada presencia en Chicago, lo hizo con su lectura y comentarios agudos para con mis ideas. A los dos mis sinceros agradecimientos. También agradezco en el Instituto a los profesores Antonella Romano y Luca Molà.
Independientemente de los resultados de la tesis y de las múltiples dificultades, la decisión de estudiar el mundo brasileño me ha brindado inmensas satisfacciones. Durante una primera larga estancia de investigación en Rio de Janeiro, fui invitado a descubrir la “noche paulistana”, sin hubérseme advertido, no obstante, que la vida nocturna de São Paulo es sin duda la mejor del mundo. Fue por esta razón que decidí pasar una larga temporada en la ciudad. En la Universidade de São Paulo, en la postgraduação de historia económica, agradezco a los profesores Vera Ferlini y Rodrigo Ricupero. La estancia en la USP me permitió asistir al seminario del profesor Daniel Strum, donde encontré una oportunidad para rehacer lecturas, y sobretodo, discutir ideas que resultaron fundamentales para la escritura de la última parte de la tesis. El profesor Maximiliano Menz aceptó un intercambio de ideas critico y amigable.
En Rio de Janeiro, agradezco al profesor Carlos Gabriel Guimarães, quien me invitó a discutir este trabajo en el laboratorio de investigación en la Universidade Federal Fluminense, aportando sus comentarios. La profesora Ana Raquel Portugal, de la Universidad Estadual de São Paulo, me ayudó amablemente a resolver algunos asuntos legales para facilitar mi permanencia en Brasil, cuando decidí seguir los consejos de Cassia Roth, estudiante de la UCLA y colega de trabajo en el Archivo Nacional de Rio de Janeiro, sobre como sobrellevar la burocracia brasileña. En Brasil debo agradecer también a las profesoras Helen Osorio, Carmen Alveal, y en el Archivo Nacional de Rio de Janeiro a Suelem Demuner, y a los amigos cariocas.
La profesora Alejandra Irigoin, de la LSE, hizo críticas bastante severas a una versión incompleta de los capítulos 6 y 7 durante un seminario en Barcelona, y discutió conmigo las ideas de la tesis durante largo tiempo, seminario en el que participaron los profesores Rui Esteves de Oxford y Álvaro Herranz de la Universidad de Barcelona. En México, agradezco a los profesores Antonio Ibarrra, de la UNAM, y Guillermina del Valle Pavón, del Instituto Mora, las diferentes oportunidades para presentar mis ideas y los comentarios; así como en Medellín hicieron los profesores Yobenj Chicangana y Diana Ceballos de la Universidad Nacional.
La primavera de 2014, además de ser una oportunidad para trabajar en los archivos de Nueva Inglaterra, fue una ocasión para conocer e convivir cotidianamente con un selecto grupo de historiadores. En Providence, agradezco al director de la John Carter Brown Library, Niel Safier, así como a los investigadores de convivencia en la Fiering House. Cuando comencé a trabajar con los papeles de comerciantes norteamericanos, recibí recomendaciones fundamentales de la profesora Sherellynne Haggerty. Horas de diálogo e invitaciones de Anoush Fraser Terjanian y de Elvira Vilches resultaron bastante agradables. Agradezco también a los profesores Nuala Zahedieh, Matthew Restall, Amara Solari y Miguel Martínez, así como a Kimberly y Ken. En Providence, fue bastante afortunado conocer a Javier Galeano. En la ciudad agradezco muy especialmente al profesor Roquinaldo Ferreira, quien me recibió cordialmente en su seminario en la Brown University, y discutió conmigo sobre la tesis haciendo recomendaciones importantes. La parte correspondiente al tráfico no hubiese sido posible sin una lectura de sus investigaciones, así como la de una nueva generación de africanistas brasileños, como la profesora Mariana Candido.
También en los Estados Unidos agradezco inmensamente al profesor Kris Lane, en Tulane, a quien conozco desde hace varios años y quien no solo discutió conmigo sobre la investigación sino que además ha respaldo este trabajo en diversas formas. Agradezco también a la profesora Elena Schneider, en Berkeley University, por el tiempo en Sevilla, por compartir su tesis sobre Cuba, y por toda la ayuda brindada. Varios profesores en Estados Unidos y en otros países escribieron una y otra vez cartas de recomendación necesarias para postular a becas de investigación, por lo que les estoy muy agradecido.
El recorrido SevillaLisboa se volvió habitual durante varios veranos. Aprender simultáneamente sobre la historia de los dos países, sus diferentes nacionalismos y la manera en que estos afectaron la visión del pasado, resultó fundamental para afinar mi visión sobre los imperios, y ayudarme a realizar una lectura cuidadosa de las dos historiografías. Siempre fue bastante singular escuchar sobre la democracia como un asunto reciente, o encontrar una presencia aun fuerte de las dictaduras en las lecturas del pasado, inclusive el más remoto. En
Sevilla, Manuel González Mariscal, Nelsón Fernando González y Belem Fernandez compartieron tiempo de verano. Es difícil no estar de acuerdo en que Lisboa es una ciudad mágica. Durante el último año allí, varios estudiantes de la USP se convirtieron en compañeros de trabajo en el archivo. La larga convivencia nos obligó a todos a soportar mutuamente las diferencias de ideas, y a comenzar un dialogo abierto, el que sin duda benefició enormemente esta tesis. Agradezco especialmente a Bruno Vilagra y a Thiago Dias que soportaron el ultimo año de escritura en Lisboa. Es difícil imaginar la experiencia en Lisboa sin Thiago, Bruno, Valter, así como otros amigos portugueses, como Tomás de Albuquerque, que compartieron muchas horas de cafés, comidas, y de “bairro alto”. En 2010, João Pedro Gomes, estudiante de la EHESS, me invitó a conocer Lisboa por primera vez durante las fiestas de Santo António. Agradezco a João y a su familia la amabilidad, la invitación a conocer el norte de Portugal, y sobre todo, a su madre, quien me inició en el bacalao. En Lisboa, agradezco al profesor Pedro Cardim, del CHAM, donde fui investigador visitante, y particularmente, al profesor Diogo Ramada Curto, quien no solo discutió sobre la tesis sino que además me invitó a presentar mi trabajo en un seminario en la Biblioteca Nacional.
Detrás de esta investigación hay varias mujeres que ayudaron a resolver mi caos, y quienes hicieron mucho más fácil mis desplazamientos entre diferentes ciudades, resolviendo problemas a distancia. En Florencia, quiero agradecer especialmente a Alba Ruibal, Emmanuelle Mathieu (y a su familia en Francia por la acogida una y otra vez) y Antonella Fazio (y a Luciana). Mi hermana en Rio de Janeiro, no solo empleo tiempo de su doctorado en matemáticas (lo que es más difícil que querer sacar un historiador del archivo) para buscarme alojamiento en varias ocasiones, sino que además me recibió una y otra vez, invitándome a conocer las mejores churrasquerías de la ciudad.
Abstract iv Agradecimientos v Introducción: el Atlántico lusohispánico en perspectiva global 2 Cien años de soledad de una Jangada de pedra 7 Economía política de las dinámicas institucionales 11 Ciudades globales 20 Estructura 26 Fuentes 29 PARTE I: MERCADOS 31 Capítulo 1. De las balanzas de comercio a la microeconomía de los intercambios: mercancías y flujos de capital 33 1.1 Un oxímoron hispánico: integrar engrosando viejos muros 36 1.2 Portugal y el comercio internacional 46 1.3 Viviendo por encima de los propios medios. La Habana y el consumo de lujo 52 1.3.1 ¿Metales o crédito? 57 1.3.2 ¿Déficits o importación de capitales negros? 63 1.4 Una corte en el trópico para un viejo corredor: Rio de Janeiro y la vuelta al pasado eterno 70 1.4.1 Pagar los esclavos 73 1.5 Conclusiones 79 Capítulo 2. Negocios translocales y cadenas de oportunidades. El poder de los privilegios, el privilegio del poder 83 2.1 Entre los gentíos del Indico y los del Atlántico Sur: ni modelo triangular ni bipolar 86 2.1.1 El dominador dominado 91 2.1.2 Capitales virtuales 95 2.1.3 Invertir los sentidos: el maestro chocolatero, la nao de China y los capitales flotantes 106 2.2 Hacedores de mercados y privilegios reales: evadir reconfigurar las jurisdicciones 117 2.2.1 Economía del mérito 117 2.2.2 Aguardientes 122 2.2.3 “Un Bonaparte harinero”: apostando con bienes de primera necesidad 129 2.3 Conclusiones 141 PARTE II: INSTITUCIONES 143 Capítulo 3. El comercio como razón de Estado: Mercados fragmentados/integrados y políticas fiscales 145 3.1. Tasas ad valorem I: procederes recursivos, retóricas extractivas 152 5.1.1 Rentas de mar: devolver con creces los subsidios 157 5.1.2 Engavetar: evasión fiscal y juegos oportunistas 169 5.2 Tasas ad valorem II: la aritmética de las aduanas 172 5.2.1 Cuando ‘dos más dos puede ser menos que dos’ 177 5.3 Conclusiones 188 Capítulo 4. Políticas de libre comercio, sistemas de depósito y drawback: cambio institucional dependiente 191 4.1 Del puerto franco de Lisboa al puerto libre de Rio de Janeiro 193 4.1.1 Escena I. Entre el Mediterráneo y el Atlántico norte… El Indico 195 4.1.2 Escena II. El libertador del comercio cantado por un nuevo Camões 207 4.2 Muy viejas instituciones…. 216
4.2.1 Escena I: fuera del imperio… entre el Atlántico noroccidental y nororiental 218 4.2.2 Escena II. Eliminar las jurisdicciones desde la periferia 224 4.3 Conclusiones 235 Capítulo 5. Instituciones para gobernar los intercambios: diseño, impacto y efectividad institucional de las corporaciones mercantiles 239 5.1 Urgente y de pura necesidad o el Lobby del no poder: el consulado de comercio 243 5.1.1 Innovaciones difíciles y jerarquizadas, pero más bien poco centralizadas 246 5.1.2 Un modelo para medir el poder 255 5.1.3 Capital social disperso: el debate sobre el comercio con los norteamericanos 260 5.2 Verticalidad y jerarquización: la junta de comercio 268 5.2.1 Mejor ser movido que mover. Emergencia accidental e inercia institucional 269 5.2.2 “Um negocio da China”: la carrera de Macao 286 5.3 Conclusiones 291 Parte III: AGENTES 297 Capítulo 6. Outsiders, identidades borrosas y (des)confianza: configuraciones grupales en puertos globales 299 6.1 La confianza como retórica 304 6.1.1 Tierras imaginadas e imaginarias: los orígenes y el futuro prometido 309 6.2 Cadenas de Favores y tiempos de reposición : estatus como capital simbólico 320 6.3 Identificarse: outsiders e intersticios 335 6.4 Conclusiones 341 Capítulo 7. Deudas y deudores: multidireccionalidad del capital y cuántica de los contactos 345 7.1 Un Portuense y las fortunas del imperio: pobre en el norte, cortesano en el trópico 349 7.1.1 Correspondencia mercantil: temporalidad de los contactos y duración de los vínculos 350 7.1.2 Textiles de Asia y otras compras a crédito 361 7.2 Un catalán (des)afortunado: bancarrota y multidireccionalidad de los capitales 371 7.2.1 Lazos capitales 372 7.2.2 Dinero y azúcar 381 7.3 Conclusiones 386 Capítulo 8. La consignación y otras operaciones comerciales a corta y larga distancia: roles confusos y cuentas enredadas 389 8.1 Entre Cantón y Nueva Inglaterra: las casas comerciales de Boston y Providence 393 8.1.1 Escoger los agentes: reputación y estatus 395 8.2 Estado del mercado: no solo precios y calidad de la información 404 8.2.1. Baftas, gurrats, mamoodies, nankeens y otros textiles asiáticos en el Caribe 407 8.3 Negociar con los gentis: espacios donde impera la mala fe mercantil 411 8.3.1 Mantenerse o sumirse en el riesgo: en las cadenas del riesgo 416 8.3.2 Armar e invertir: letras sobre letras….y más letras 424 8.3.3 Capital en perspectiva cuatridimensional 431 8.3 Conclusiones 436 Conclusiones 439 Bibliografía 455 1. Documentos archivo 455 2. Documentos editados, libros siglos XVIIIXIX 457 3. Bibliografía 459
Buscas en Roma a Roma, ¡oh peregrino!, y en Roma misma a Roma no la hallas: cadáver son las que ostentó murallas, y tumba de sí propio el Aventino. Yace, donde reinaba el Palatino; y limadas del tiempo las medallas, más se muestran destrozo a las batallas de las edades, que blasón latino. Sólo el Tíber quedó, cuya corriente, si ciudad la regó, ya sepoltura la llora con funesto son doliente. ¡Oh Roma!, en tu grandeza, en tu hermosura huyó lo que era firme, y solamente lo fugitivo permanece y dura. Francisco de Quevedo
Introducción: el Atlántico lusohispánico en perspectiva global
Esta tesis analiza la economía política de los imperios portugués y español a través de los procesos de globalización por los que transitaron los puertos de Rio de Janeiro y La Habana a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. En otras palabras, se examina la economía política de la emergencia de dos puertos globales en el Atlántico LusoHispánico. El objetivo principal de la investigación es analizar la evolución de las dinámicas institucionales de los dos imperios ibéricos a través del seguimiento de lo que aquí se denomina como historias paralelas.
La tesis tiene tres objetivos principales. Primero, determinar las tendencias y patrones de funcionamiento de los mercados carioca y cubano en sus procesos de integración imperial y global. Segundo, definir el rol, evolución y flexibilidad de las instituciones formales y su impacto en las posibilidades de accionar de los agentes. Tercero, identificar las estrategias organizativas empleadas por los agentes para ejecutar las operaciones relacionadas con el tráfico comercial. Al abordar la emergencia de dos puertos globales en el Atlántico norte y sur, la investigación no solo busca dar una imagen hemisférica del océano, además busca conectarlo con el océano Indico, escribiendo así una historia Atlántica en perspectiva global1. Para ello, la tesis recurre
1 Sobre historias oceánicas ver: Fernand Braudel, La méditerranée et le monde méditerranéen à l’époque de
Philipe II. Paris : Armand Colin, 1976 ; Bernard Baylyn, Atlantic history: Concept and Contours. Cambridge/Mass: Harvard University Press, 2005; Jorge CañizaresEsguerra and Erick Seeman (ed.), The Atlantic in Global History, 15002000. New Jersey: Pearson Prentice, 2005; Jack Greene and Philip Morgan (ed.), Atlantic History: a Critical Appraisal. Oxford: OUP, 2005; Peter Coclanis (org.), The Atlantic Economy during the Seventeenth and Eighteenth Centuries: Organization, Operation, Practice and Personnel. Columbia: University of South Caroline Press, 2005; David Armitage and Michael Braddick (ed.), The British Atlantic World 15001800. Basingstock: Palgrave Mcmillam, 2002; Kenneth Maxwell, “The Atlantic in the Eighteenth Century: A Southern Perspective on the Need to Return to the “Big Picture”, Transactions of the Royal Historical Society, Sixth Series, V. 3, 1993, p. 209236; Horst Pietschmann, “Introduction: Atlantic History – History between European and Global History”, Horst Pietschmann, Atlantic History: History of the Atlantic System 15801830. Gottingen: Vandenhoeck and Ruprecht, 2002, p. 1147; Michael Pearson, The Indian Ocean. London/New York: Routledge, 2003; K. N. Chauduri, Trade and Civilisation in the Indian Ocean. An economic history from the rise of the Islam to 1750. Cambridge: 1985; Pedro Machado, Oceans of Trade. South Asian Merchants, Africa and the Indian Ocean, c. 17501850. Cambridge: CUP, 2014; David Abulafia, “Mediterraneans”, W. V. Harris (ed.), Rethinking the Mediterranean. Oxford: OUP, 2005, p. 6493. Sobre historia global ver: Robert C. Allen, Global Economic History. A Short Introduction. Oxford: OUP, 2011; Patrick O’Brien, “Historiographical Traditions and Modern Imperatives for the Restoration of Global History”,
a algunos de los debates actuales en economía (primordialmente de la nueva historia institucional), y de la sociología económica y teoría de redes. A cada paso, sin embargo, se ha intentado hacer una crítica rigurosa de los documentos empleados que permita hacer un uso adecuado de tales conceptos y herramientas. La tesis, como se explicará más adelante, se halla divida en tres secciones: mercados, instituciones y agentes. Estas no se corresponden con
escalas sino más bien con dimensiones de análisis. *** Durante los últimos años ha aparecido entre los historiadores un fuerte interés por lo que se ha venido a denominar como historia global. Este tipo de historia parte del presupuesto, sin lugar a dudas correcto, de que las historias enmarcadas en perspectivas nacionales no consiguen dar cuenta de la complejidad de los procesos que tuvieron lugar durante la edad moderna temprana. A decir verdad, la circulación de hombres, ideas, y cosas no parece haber estado sometida o restringida a los límites impuestos por los estados nacionales, lo que sin embargo, no niega la existencia de fronteras. Este giro global ha estado a su vez acompañado de una intensa reutilización de la perspectiva imperial. Es difícil poner en duda de que antes de que apareciesen los Estadosnacionales, buena parte de la población en los diferentes continentes se movía al interior de fronteras imperiales, siendo estos, más que los Estadosnacionales propiamente dichos las entidades políticas generadoras de identidades y categorizaciones2. Una serie de extensos imperios se dilataban por las cuatro partes del mundo: el inglés, el portugués, el español, el chino, el mogol, el safávida, el otomano, el ruso, entre otros.
Otro de los presupuestos de la historia global es que resulta importante llevar a cabo una agenda de descentralización, colocando al continente europeo en interacción continua con los diferentes espacios del globo, sin que la historia hecha por este tenga que estar en el centro; o dicho con otras palabras, se ha buscado la manera de “provincializar” la propia Europa3.
Challenges for the Twentyfirst Century. Oxford: OUP, 2013; Pamela Crossley, What is Global History? Cambridge: Polity, 2008; Diego Olstein, Thinking History Globally. Basingstocke: Palgrave Mcmillan, 2015
2 Sobre historia imperial Jane Burbank and Frederick Cooper, Empires in World History: Power and Politics of
Difference. New Jersey: Princeton University Press, 2010
3 Dipesh Chakrabarty, Provincializing Europe: Postcolonial Though and Historical Difference. Princeton: PUP,
El mapa del mundo durante la época moderna temprana se presenta como un rompecabezas de imperios con un encaje de piezas bastante complicado de descifrar4. Al contrario de lo que se pudiera pensar, estos imperios no poseían una dinámica intrínseca propia e independiente que en nada estaba relacionada con la historia de los demás. Todo lo contrario, entre estas entidades existía una enorme competencia que tenía como una de sus consecuencias la emulación de políticas y de prácticas y que por lo tanto repercutía directa o indirectamente en su estructuración5. Los historiadores han comenzado ha llamar la atención sobre la necesidad de estudiar estas interacciones, las cuales no parecen adecuarse a una escala propiamente local de análisis o a una simplemente global, sino más exactamente a una interacción entre las dos6. Esta perspectiva obliga a su vez a plantearse la pregunta por la propia división del trabajo del historiador, el cual, no solo tiende a especializarse en la historia nacional de su país de origen (o más comúnmente a espacios regionales bastante restringidos), sino que además lo hace sobre áreas culturales que son estudiadas de manera absolutamente independiente7.
Al tratar de desafiar la perspectiva comparativa, la cual toma a priori unidades autónomas e independientes que se contraponen unas a otras (en algunos casos miradas como áreas culturales) 8, nuevas propuestas metodológicas han comenzado a establecer posibles parámetros de investigación. Un giro en contra de la perspectiva bidimensional, propia de la estrategia comparativa, ha llevado los historiadores hacia una historia relacional que se presenta en una multiplicidad de formas: entangled histories o histoire croisée, crosscultural
history, connected history, entre otras. En un intento por no centrar el análisis en unidades
preconstituidas (tales como los estados nacionales o regiones políticamente delimitadas, como usualmente se hace en cierta vertiente de la historia comparada) esta nueva especie de historia relacional va más allá y asume el análisis de las diferentes maneras en las cuales fueron establecidas relaciones entre espacios locales y contextos globales. Sería precisamente
4 Sanjay Subrahmanyam, “Holding the World in Balance: The Connected Histories of the Iberian Overseas
Empires, 15001640”, American Historical Review, V. 112, N. 5, 2007, p. 13591385
5 Richard Drayton, Nature's Government: Science, Imperial Britain, and the 'Improvement' of the World. New
Haven: Yale University Press, 2000; Reinert Sophus, Translating Empire: Emulation and the Origins of Political Economy. Cambridge: Harvard University Press, 2011; Jeremy Adelman. “Mimesis and Rivalry: European Empires and Global Regimes”, Journal of Global History, V. 10, N. 1, 2015, p. 7798
6 Sanjay Subrahmanyam, “Pardelà l’incommensurabilité: pour une histoire connectée des empires aux temps
modernes”, Revue d’histoire moderne et contemporaine, V. 54, N. 4 (bis), 2007, pp. 3453
7 Mattias Middell and Katja Naumann, “Global History and the Spatial Turn: From the impact of Area Studies to
the Study of Critical Junctures of Globalization”, Journal of Global History, v. 5, 2010, p. 149170
8 Michel Werner et Bénédicte Zimmermann, « Penser l’histoire croisée : entre empire et réflexivité » Annales,
esa doble complementariedad/oposición o interración entre lo global y lo local aquello que constituiría el soporte de esta nueva historia relacional.
Para Subrahmanyam, la dinámica de los tiempos modernos estuva cimentada sobre todo por las relaciones que tomaban lugar entre lo local/regional (nivel micro) y otro nivel supra regional (incluso global o macro nivel). Es en este contexto que cabe plantear la pregunta acerca de la naturaleza de las interacciones entre lo local y escalas supralocales9. El alcance de algunos eventos globalizadores y las maneras en que repercuten y dan forma a ciertos fenómenos locales en diferentes partes del globo se consolida como el principal objetivo de las conexiones como perspectiva de análisis histórica. Estos conceptos eléctricos o nuevas herramientas propulsan los historiadores hacia un nivel diferente o transicional, el de la historia transnacional o global, o al menos, lo obligan a considerar el engranaje entre los procesos locales que tenían lugar al mismo tiempo que se conectaban con un mundo cada vez mas globalizado10. Debería ser notado aquí que esta dimensión dialéctica y espacial es importante para la presente investigación. Se trata de la configuración de las denominadas realidades translocales.
Es importante recordar que estas investigaciones de carácter trasnacional no tienen como su único objetivo explicar pasos originarios o tempranos de nuestro proprio proceso de globalización. Lo que verdaderamente emerge con estas nuevas investigaciones es un nivel de investigación particular proyectado en espacios limítrofes, transnacionales, panterritoriales o cruzados. Dado el hecho de que resulta arduo encontrar una unidad especifica de análisis que permitir a los historiadores comprender las particularidades de estos procesos, las historias cruzadas o entangled histories han comenzado a mostrar recientemente la manera como ciertos impedimentos podrían ser sobrepasados. Se debe subrayar que la perspectiva global no debe ser entendida puramente como un nivel adicional de análisis que vendría a ser añadido en una cadena sucesiva y en orden lógico a lo local/regional/nacional constituyendo así un engranaje de niveles superpuestos. Por el contrario, debería ser entendida en tanto un nivel constituido por un conjunto de interacciones que generarían sus lógicas propias, pero que
9 Sanjay Subrahmanyam, “Connected histories: Notes Towards a Reconfiguration of Early Modern Euroasia”,
Modern Asian Studies, V. 31, N. 3, 1997, pp. 735762
10 Serge Gruzinski, « Le mondes mêlés de la monarchie catholique et autres “connected histories” », Annales,
Histoires Sciences sociales, V. 56, N. 1, 2001, pp. 85117 ; Les quatre parties du monde : histoire d’une mondialisation. Paris : La Martinière, 2004 ; L’aigle et le dragon : démesure européenne et mondialisation au XVIe siècle. Paris : Fayard, 2012 ; C. A. Bayly, The Birth of the Modern World, 17801914. Connections and Comparisons. Blakwell publishing: 2001
estaría al mismo tiempo conectado con otros espacios que poseían su funcionamiento propio. Esta manera de concebir las interacciones podría ser más útil que una simple oposición entre lo macro y lo micro, tal como se desarrolló durante los años ochenta con el surgimiento y consolidación de la microhistoria11.
Los imperios y los océanos se han convertido en interesantes laboratorios donde desenredar estas historias complejas12. Precisamente, uno de esos océanos que ha llamado fuertemente la atención de los historiadores es el Atlántico. La utilidad de la comparación como una posible opción metodológica para sobrepasar las fronteras nacionales es demostrada en el libro de Elliott acerca de los imperios español y británico13. El argumento central que guía el texto es la existencia, a lo largo de los tiempos modernos tempranos, de una intensa interacción mutua entre las dos unidades políticas. Un reciproco conocimiento previamente adquirido del otro que permitía constituir un significativo marco usado para configurar las mejores estrategias que serían desplegadas por y en cada unidad política. Los historiadores han comenzado a discutir sobre la necesidad de estudiar el Atlántico en una perspectiva hemisférica así como los beneficios que esto traería. Recientemente, CañizaresEsguerra ha llamado la atención sobre las reales posibilidades que ofrecen los estudios atlánticos como campo de análisis, haciendo un llamado para atravesar ciertas limitaciones y para no terminar haciendo del Atlántico un espejo de historias imperiales comparadas14. Además, propone el autor que cualquier estudio que busque cruzar el imperio británico y el español debería buscar quebrantar la posición normativa desde la cual el mundo ibérico tiende a ser presentado.
A pesar de los diferentes esfuerzos y los múltiples llamados para salir de las historias nacionales o para evitar terminar fragmentando los océanos en simples limites imperiales que reflejen áreas culturales de especialización, parece que los avances han sido bastante
11 Como ya se ha mencionado, esta oposición entre lo micro y lo macro parece a todas luces bastante restricta.
El contraste entre dos esferas opuestas de análisis, tal cual lo propusieron los promotores de la microhistoria italiana llevó a una propuesta de jeux d’echelles, es decir, a la posibilidad de usar varias escalas de análisis como en Jacques Revel, Jeux d'échelles: la microanalyse à l'expérience. Paris: Gallimard, 1996. Sobre microhistoria Carlo Ginzburg, Il formaggio e i vermi : il cosmo di un mugnaio del '500. Torino: Einaudi, 1976; Giovanni Levi, L'eredità immateriale : carriera di un esorcista nel Piemonte del Seicento. Torino: Einaudi, 1985. 12 Sobre complejidad e historia ver el trabajo de David Hancock, Oceans of Wine: Madeira and the Emergence of American Trade and Taste. New Haven: Yale University Press, 2009
13John Elliott, Empires of the Atlantic World: Britain and Spain in America, 14921830. New Haven: Yale,
2006. Ver otros ejercicios comparativos en Jeremy Adelman, Sovereignty and Revolution in the Iberian Atlantic. New Jersey: Princeton University Press, 2006; James Lockhart and Stuart Schwartz, Early Latin America: A History of Colonial Spanish America and Brazil. Cambridge: CUP, 1983
14 Jorge CañizaresEsguerra, “Entangled Histories: Borderland Historiographies in New Clothes”, American
limitados, pues la mayor producción historiográfica continua atada a los limites nacionales. Por ello, resulta importante cruzar los diferentes Atlánticos imperiales en una misma narrativa. Sin embargo, en aras de realizar esta tarea, los historiadores deberían comenzar a dejar de especializarse exclusivamente en una única área cultural intentando conectar al
menos dos de ellas. Generalmente, y por las razones que serán explicadas más adelante, el
Atlántico español ha sido reiteradamente visto desde un ángulo normativo15. Esto se debe principalmente a dos razones. La primera, como ya ha sido expuesto, las historias Atlánticas en su mayoría son historias sobre el Atlántico norte, esto es, sobre el imperio inglés. Segundo, en un intento por incorporar el mundo hispánico en tales narrativas se ha terminado por establecer comparaciones entre entidades políticas donde el mundo inglés es descrito como el marco en el que deben ser analizadas las demás entidades políticas. No se trata únicamente de un problema actual ya que, desde el siglo XVIII o aun mucho antes con la leyenda negra, se hacia evidente una tal teleología del atraso16. Cien años de soledad de una Jangada de pedra Precisamente para evitar esa visión teleológica, esta tesis centra su atención no en el mundo hispánico o Luso como opuestos / integrados / semejantes al mundo inglés. Para ponerlo en otros términos, se ha escogido dos “perdedores” en el jugo de la competencia imperial, precisamente aquellos que le dieron mundos nuevos al viejo mundo, los imperios español y portugués. Se debe comenzar por decir que al buscar colocar los imperios ibéricos en una perspectiva Atlántica, los historiadores han olvidado hacer una tarea que los historiadores norteamericanos e ingleses hicieron, esto es, preguntarse por la genealogía de una tal historia Atlántica17.
Sin duda, con muy poca frecuencia los historiadores de la época moderna temprana se preguntan por las situaciones que llevaron a los historiadores del siglo XX a plantearse ciertas
15Jorge CañizaresEsguerra, Puritan Conquistadors. Iberiazing the Atlantic, 15501700. Stanford: Stanford
University Press, 2006; Eliga Gould, “Entangled Histories, Entangled Worlds : The Englishspeaking Atlantic as a Spanish Periphery”, The American Historical Review, V. 112, N. 3, 2007, p. 764786; Harald Braun (ed.), Theorising the IberoAmerican Atlantic. Leiden: Brill, 2013
16 Para una perspectiva diferente sobre la decadencia de los imperios ver Reinart Sophus, “ Lesson on the Rise
and Fall of Great Powers: Conquest, Commerce, and Decline in Enlightenment Italy”, American Historical Review, V. 115, N. 4, 2010, p. 13551425
17 Baylyn, Atlantic History; William O’really, “Genealogies of the Atlantic History”, Atlantic Studies, V. 1, N. 1,
2004, p. 6684; Alison Games, “Atlantic History: Definitions, Challenges, and Opportunities” American Historical Review, V. 111, N. 3, 2006, p. 741757
preguntas y a privilegiar el estudio de unos fenómenos sobre los otros. En el caso español y portugués tal genealogía resulta de particular relevancia por varias razones. Em ambos casos se trata de Estados que recorrieron por un mismo proceso: de la dictadura a la integración europea. Esto es, de los tiempos en que se publicitaba el “Portugal não é um pais pequeno” colocando en el mapa de Europa las dimensiones de los territorios coloniales, o de aquellos en que se repetía “España es diferente”. Los dos países siguieron en la década de 1980 un proceso de democratización y de integración europea que llevaba a evaluar su desempeño en parámetros de convergencia y ya no de divergencia con los países de Europa del norte. Ese proceso que lleva de la dictadura a la democratización, me parece, repercutió enormemente en la manera como una generación de historiadores hicieron un replanteamiento de la historia del Estado a través del ejercicio de renovación de la historia del derecho o sobre la percepción del rol del Estado. Este fenómeno es importante y será analizado más adelante.
Existe una diferencia notoria entre la manera como se ha abordado el pasado imperial en España y Portugal. Tal vez por haber perdido los últimos territorios en guerra contra los Estados Unidos a finales del siglo XIX, la reflexión sobre el valor del imperio no parece ser una constante y se trata más bien de un pasado nostálgico bien representado por la generación del 98. No es fácil encontrar libros de historiadores españoles que se ocupen de historiar el “imperio”, y cuando se hace recientemente, se sigue más bien una vertiente inglesa18. Esto no quiere decir que la dictadura no se hubiese ocupado de enaltecer el pasado imperial de España. Todo lo contrario acontece en el mundo portugués, donde el imperio fue colocado en el centro de visión del Estado Novo siendo fuertemente apropiado por la dictadura salazarista. Fue precisamente esa misma generación de historiadores la que se encontró con la obligación de reflexionar sobre los procesos de descolonización y las guerras de independencia19. 18 Tal vez el libro de Charles Boxer sobre el imperio ultramarino portugués tuvo un mayor impacto que el libro
de Clarence Haring, y aunque John Elliott escribió también un texto sobre la dimensión imperial hispánica, a todas luces en España su idea de monarquías compuestas ha tenido una mayor acogida. Me parece que una de las causas que explica la poca recepción del concepto de imperio y la preferencia de la idea de monarquía es que desde las regiones españolas puede percibirse como un exceso de nacionalismo castellano que raya los limites de un imperialismo interno. Ver John Elliott, “A Europe of Composite Monarchies”, Past and present, N. 137, Nov. 1992, p. 4871; Imperial Spain. Harmondsworth: Penguin Books, 1970; Clarence Haring, The Spanish Empire in America. New York: OUP, 1947; Charles Boxer, The Portuguese Seaborne Empire 14151825. Manchester: Carcanet, 1991
19 Valentim Alexandre, Origens do colonialismo português moderno (18221891). Lisboa: Sa da Costa, 1979; Os
sentidos do Império: questão nacional e questão colonial na crise do Antigo Regime português. Porto: Edições afrontamento, 1993
Del otro lado del océano, en las universidades de los Estados Unidos (donde ha tenido particular fuerza la historia Atlántica), una nueva generación de hijos de inmigrantes latinos comenzaban a ocupar puestos en las universidades y a preguntarse precisamente por la manera de cómo integrar la historia de América Latina (su pasado) en la perspectiva de la historia de los Estados Unidos. Me parece que en la orilla este u oeste de ese vasto océano, la historia Atlántica del mundo Ibérico surge con un preocupación de fondo análoga, esto es, como derribar las barreras entre el norte y el sur, como integrar estos pasados “atrasados” ubicados al sur de los Pirineos o del Rio Grande en las historias excepcionales del norte.
No hay tal vez dos historias tan opuestas como la de los Estados Unidos y la de las Américas que yacen al sur del Rio Grande. Se trata en los dos casos de antiguas colonias que tomaron caminos opuestos. Mientras aquellas colonias de herencia inglesa establecieron una federación para devenir un siglo después en la competidora directa de la Inglaterra imperial, las colonias españolas terminaron por explotar en diferentes repúblicas quedando totalmente rezagadas en instabilidad política y violencia. La situación de Brasil resultaba tan excepcional como la lengua que hablaba entre sus vecinos. Si bien permaneció unido como entidad política, aunque no sin riesgo de desintegración al nordeste, permaneció bajo la forma del imperio gobernada por la casa de Braganza durante todo el siglo XIX. La situación en las antiguas metrópolis no fue diferente. Al igual que en las antiguas colonias, estas sucumbieron una y otra vez en guerras civiles o conflictos políticos. Una “establidad institucional” solo parece haberse configurado con la búsqueda del ingreso a la Comunidad Europea.
La historia del atraso en el mundo ibérico es una discusión de muy vieja data. No hay duda de que reenvía a la campaña de la leyenda negra, surgida como preocupación de las monarquías del norte de Europa por el avance incesante de una monarquía ibérica universal. También reenvía a los funcionarios del siglo XVII que adelantaron discursos arbitristas sobre lo que ellos percibían como el declino del imperio reforzando con ello una imagen configurada en el exterior. Lo es un poco más reciente, porque en el siglo de las luces los filósofos se valieron precisamente de España para demostrar los ejemplos de aquello que no se debía seguir, a la vez que Inglaterra robaba la atención de los pensadores económicos20. No se ha resaltado el
20 Richard Herr, España y la revolución del siglo XVIII. Madrid : Aguilar, 1964 ; Jean Sarraihl, La España
ilustrada de la segunda mitad del siglo XVIII. México : FCE, 1981; Jorge CañizaresEsguerra,“Eighteenth Century Spanish Political Economy : Epistemologies of Declin”. Eighteenth Century thought. V. 1. 2003 p. 295 314 ; Gabriel Paquette, Enlightenment, Governance, and Reform in Spain and its Empire, 17591808. New York: Palgrave Macmillan 2008; J. Bohorquez, Luces para la economía. Libros y discursos de economía política
hecho de que siempre fue el mundo hispánico y no el luso el que aparecía en estos debates. A decir verdad, incluso en Portugal, España se presentaba como el patrón de gobierno inadecuado.
En Portugal, por su parte, se desarrolla un tipo de discurso que una vez y otra recurre a un reforzamiento de una extraordinaria nacionalidad como motor de futura prosperidad. Lo es durante el siglo XVII, en el momento de la campaña de independencia en contra de los Habsburgo21. Lo es, una vez más a mediados del siglo XVIII, cuando Pombal inicia la campaña de recuperación de la economía en contra de los ingleses22. Parecen contraponerse por un lado un discurso de nacionalismo como defensa de la nación y otro de la decadencia como ataque a la nación, aunque en el segundo caso, el español, incluso el propio concepto de nación resultaba bastante enmarañado.
El rol del nacionalismo debe ser considerado cuidadosamente pues los dos países siguen patrones totalmente diferentes. Fue precisamente en los tiempos de la transición hacia la democracia que se configuró una nueva corriente, fundamentalmente representada por historiadores del derecho, la cual buscó repensar el papel del Estado en el mundo del “sur”. Existe una cierta convergencia entre la literatura generada en tres países, Portugal, España e Italia (los tres padecieron dictaduras de alguna manera afiliadas al fascismo), que vino a crear la imagen de una Europa católica del sur, donde se reevaluaba totalmente el rol del Estado diluyéndolo entre poderes locales, conceptos afiliados a una ética moral religiosa y parámetros de negociación23. Esa restauración de lo local se dio precisamente en un momento en que, como única vía para transitar hacia la democracia, España aceptaba un modelo comunitario de entrega de poderes hacia las regiones, pero al mismo tiempo (y esto no es menos importante) en que la integración europea requería el traspaso de poderes de un centro a otro centro, que ahora, desde el sur tal vez parecía lejano.
El impacto del postmodernismo en la historia del Estado tuvo repercusiones diferentes en Portugal, donde a mi modo de ver se ha configurado una discusión de mayor envergadura
en el Atlántico español durante la era de las revoluciones (Nueva Granada, 17801811). Bogotá: ICANH, 2014
21 JeanFredéric Schaub, Le Portugal au temps du ComteDuc d'Olivares, 16211640 : le conflit de juridictions
comme exercice de la politique. Madrid: Casa de Velazquez, 2001
22 Kenneth Maxwell, Pombal, Paradox of the Enlightenment. Cambridge: CUP, 1995
23 Entre la inmensa bibliografía se puede citar António Manuel Hespanha, As vésperas do leviathan : instituições
e poder político: Portugal, séc. XVII. Coimbra: Livraria almedina, 1994 y Bartolomé Clavero, Antidora: antropológia católica de la economía moderna. Milano: Giuffrè, 1991
sobre la estructura y rol del Estado aunque bajo una tendencia a privilegiar el estudio de pequeñas entidades concejiles, que en España, donde la prevalencia de las comunidades terminó por obligar a pensar el rol del Estado privilegiando las perspectivas regionales o a pensarlo fundamentalmente en términos de monarquía, existiendo una tendencia a no separar las dos cosas. Esa reevaluación del rol del Estado ha transformado radicalmente la percepción sobre las monarquías ibéricas: de Estados absolutistas y centralizados se ha pasado al imperio negociado de los poderes locales24. Y a pesar de esta reevaluación (con la que se puede estar o no de acuerdo), los economistas, que han desarrollado su propia agenda de investigación, no parecen tomar muy en serio todo aquello que se ha estado discutiendo durante los últimos treinta años. En estas narrativas dos fenómenos sobresalen: el atraso del sur junto con una imagen absolutista del Estado que los habría generado. Economía política de las dinámicas institucionales
En su octava carta sobre los ingleses, Voltaire exponía satíricamente pero no sin cierta envidia, que los miembros del parlamento de Inglaterra gustaban compararse tanto como les fuese posible con los antiguos romanos. De acuerdo con el filosofo francés, los ingleses habían sido el único pueblo sobre la tierra capaz de establecer un gobierno donde el Príncipe era todo poderoso para hacer el bien pero se hallaba de manos atadas para hacer el mal. En la isla, las cámaras tenían el rol de árbitros de la nación. La comparación con los romanos no era menos significativa pues en el senado de la antigüedad los orgullosos potentados no admitían compartir el poder con los plebeyos, no conociendo otro secreto para apartarlos del gobierno que el de enviarlos continuamente a guerras extranjeras. Fue, de hecho, ese gran defecto del 24 Asumir que a principios de la edad moderna las monarquías ibéricas podían gozar de instituciones absolutistas es un punto de partida en el que muchos historiadores no estarían de acuerdo. Existe una tendencia reciente a reemplazar la idea de absolutismo por la de monarquías pluricontinentales o policéntricas, de soberanía compartida donde la base reposa en un poder negociado. Ver al respecto: Elliott, “A Europe of Composite Monarchies” ; Hespanha, As vésperas do leviathan; Pedro Cardim et al, Polycentric Monarchies: How Did Early Modern Spain and Portugal Achieve and Maintain a Global Hegemony?. Eastbourne: Sussex Academy Press, 2012; Regina Grafe, Dystant Tyranny. Markets, Power and Backwardness in Spain, 16501800. Princeton: Princeton University Press, 2012; JeanFredéric Schaub, “La peninsola iberica nei secoli XVI e XVIII: la questine dello stato”, Studi Storici, N. 36, 1995, p. 949; João Fragoso e Maria de Fátima Silva Gouvêa, “Monarquia pluricontinental e repúblicas: algumas reflexões sobre a América lusa nos séculos XVIXVIII”, Tempo Revista de Historia UFF, V. 14, N. 27, 2009, p. 4963; João Fragoso; Maria de Fátima Silva Gouvêa e Maria Fernanda Bicalho, “Uma leitura do Brasil colonial. Bases da materialidade e da governabilidade no Império” Revista Penélope, N. 23, 2000, p. 6788; Laura de Mello e Souza, O sol e a sombra. Política e administração na América portuguesa do século XVIII. São Paulo: Companhia das letras, 2006
gobierno de los romanos el que los había llevado a convertirse en conquistadores del mundo; era precisamente porque los plebeyos eran infelices en su patria que Roma se había convertido en la dominadora del mundo. Y eso, hasta que sus divisiones internas los hicieron convertirse en esclavos25.
Aquella vieja discusión del siglo XVIII ha sido reintroducida recientemente. Uno de los fenómenos que han sido reiterados frecuentemente para explicar el desempeño económico de los imperios ibéricos cuando se les compara con el de su contraparte del norte es el sistema parlamentario del que el último disfrutaba. Se trata a su vez de un debate de mayor envergadura que contrapone la emergencia de occidente y oriente en términos de convergencia y divergencia26. Según el trabajo de North y otros autores, un verdadero cambio habría tenido lugar en Inglaterra tras la revolución de 1688. Allí no sólo se habría otorgado participación a los ganadores a través del parlamento, sino que además se habría asegurado la protección de los derechos de propiedad que habían sido tan violentados durante el siglo anterior27. La participación de los interesados en la creación e implementación de ciertas políticas económicas así como su derecho a decidir a través de determinadas instituciones habría brindado a su vez a la monarquía una estabilidad en las tasas de interés y en los préstamos que esta debía realizar, para solo nombrar un ejemplo. En resumen, la institución parlamentar junto con la primacía de la defensa de la propiedad eran las claves que habían conducido hacia el éxito de Inglaterra.
La participación de los “ganadores” en las instituciones, y por tanto, en la toma de decisiones económicas también es subrayada por otros autores. Según Acemoglou y sus coautores, existió una diferencia notable entre lo que sucedió en las monarquías que tuvieron acceso al Atlántico una vez la ruta fue abierta en el siglo XV. El crecimiento en el comercio habría impactado de manera diferente las regiones del norte de Europa y las del Mediterráneo. La
25 Voltaire, Lettres ecrites de Londres sur les anglais et autres sujets. Basle: 1734
26 Robert Allen, The British Industrial Revolution in Global Perspective. Cambrigde: CUP, 2009; Kenneth
Pomeranz, The Great Divergence. China, Europe, and the Making of the Modern World. Princeton: Princeton University Press, 2009; JeanLaurent Rosenthal and R. Bing Wong, Before and Beyond Divergence. The Politics of Economic Change in China and Europe. Cambridge: Harvard University Press, 2011; Douglass North, The Rise of the West World: A new Economic History. London: CUP, 1973; Institutions, Institutional Change, and Economic Performance. Cambridge: CUP, 1990 27 Douglas North and Barry Weingast, “Constitutions and Commitment: the Evolution of Institutional Governing Public Choice in SeventeenthCentury England”, The Journal of Economic History, V. 49, N. 4, 1989, p. 803 832. Para un debate sobre si las reformas postrevolución no serían más que la puesta al día en Inglaterra de las reformas adelantadas previamente en el continente ver Stephan Epstein, Freedom and Growth : the Rise of States and Markets in Europe, 13001750. London : Routledge, 2000
diferencia radicaba en la interacción entre el crecimiento comercial y las instituciones heredadas de la época medieval. La evidencia apunta hacia el hecho de que el mayor crecimiento se habría consolidado en países que no tenían instituciones “absolutistas” al inicio de la carrera de expansión ultramarina. El comercio de larga distancia habría afectado indirectamente la acumulación de capital en Europa al impactar principalmente en el desarrollo de sus instituciones. El crecimiento en el comercio atlántico habría permitido a ciertos agentes lejanos al círculo real participar en las instituciones y a través de ellas presionar por un cambio institucional que a su vez había repercutido en el crecimiento a largo plazo. Mientras esto habría tenido lugar en el norte de Europa, en España, por ejemplo, el crecimiento comercial le habría permitido al círculo de aliados del monarca reforzar su poder. La situación es evidente en Portugal, donde el rey rápidamente tomó control del comercio de las especies.
La expansión de las monarquías europeas en ultramar no solo generó impactos en el centro sino también en las colonias. Acemoglou y sus coautores, han señalado que las diferentes herencias dejadas por el colonialismo tendrían su impacto en la estructuración de las instituciones. Siguiendo una teoría que explica la configuración de las instituciones al asociarlas con determinantes geográficos, Acemoglou y sus coautores, proponen que en ciertos casos el colonialismo propulsó instituciones que reforzaban el poder de la ley promocionando investimento, mientras en otros las instituciones tenían como su principal objetivo transformar rápidamente los recursos para enviarlos hacia la metrópoli28. Los autores establecen así una diferencia entre instituciones extractivas e inclusivas. Las instituciones políticas proveen el marco en el cual son proyectadas instituciones futuras y donde se generan las condiciones de su posible evolución. Instituciones políticas inclusivas se oponen a instituciones políticas extractivas que generan instituciones extractivas cuya finalidad es enriquecer una misma elite al tiempo que su poder económico e influencia le ayudan a consolidar su dominación política, engendrando, por tanto, la necesidad de pocos incentivos para introducir cambios institucionales29.
28 Daron Acemoglou et al, “The Colonial Origins of Comparative Development: An Empirical Investigation”,
American Economic Review, V. 9, N. 5, 2001, p. 1639140; Kenneth Sokoloff and Stanley Engerman, “Factor Endowment, Inequality and Paths of Development among New World Economies”, Journal of Economic Perspectives, V. 14, N. 3, 2000, p. 217232
29 Daron Acemoglou and James Robinson, Why Nations fail. The Origins of Power, Prosperity, and Poverty.
Como los economistas afiliados a la nueva historia institucional generalmente prestan gran atención a las condiciones de Latinoamérica en contraste con las de Estados Unidos, y como ello ha llevado a preguntarse sobre las condiciones legadas por España, la pregunta por lo que pasaba en el centro se ha hecho obligatoria. Uno de los problemas radica en que los economistas, para bien o para mal, “caricaturizan” (de acuerdo con algunos historiadores) la monarquía hispánica como absolutista en profundo contraste con lo que sería la monarquía parlamentaria inglesa. Como ya se dijo, tal presupuesto de partida ha sido reevaluado por la corriente de historiadores del derecho. A decir verdad, no existe una retroalimentación entre las dos corrientes, a pesar de que ambas discuten sobre lo mismo. Adicionalmente, existe actualmente una tendencia a reevaluar positivamente el papel de las instituciones producidas por el colonialismo español y negativamente aquellas generadas por las transformaciones introducidas por el orden republicano. A decir verdad, ha aparecido recientemente una tendencia a resaltar las deficiencias del segundo y a presentar una imagen altamente positiva del primero. De acuerdo con Coastworth, por ejemplo, las instituciones ibéricas, como en la mayor parte de Estados, promocionaban la circulación de capital, el cambio tecnológico, al tiempo que distorsionaban el funcionamiento de los mercados, impedían el desarrollo de nuevas empresas, e imponían riesgos y costos de transacción. Para el autor, una de las diferencias en el caso español era la confusa y contradictoria proliferación de leyes y un sistema judicial altamente fragmentado. A pesar de reconocer esto, Coastworth, encuentra cierta bondad en el sistema español donde el sistema tributario antes que un problema por ser una carga altamente extractiva lo habría sido por haber legado un sistema de bajas tasas de recolección. Para el autor, entonces, ni el sistema tributario del sistema colonial español ni el monopolio comercial tuvieron mayores efectos distorsionadores30. En una línea parecida, Irigoin y Grafe no solo han criticado el uso de la figura del absolutismo como una característica del Estado español sino que han reevaluado la idea según la cual las instituciones creadas por el colonialismo español tendrían a ser extractivas no generando las condiciones para enviar recursos al centro. El objetivo de la corona, más bien, fue hacer auto suficientes las colonias creando un sistema de transferencias de dinero entre ellas. Las autoras
30 John Coatsworth,”Political Economy and Economic Organization”, Thomas Bulmer et al, The Cambridge
Economic History of Latin America. The Colonial Era and the short Nineteenth Century. Cambridge: CUP, 2006, p. 267, 271