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Análisis diacrónico de rasgos dialectales en las entrevistas del COSER

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Índice

1. Introducción ... 2

1.1 Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (COSER) ... 7

2. “Agora” en lugar de “ahora” ... 14

2.1 Concordancias en el CORDE ... 16

2.2 Concordancias en el CREA ... 17

2.3. Concordancias en el NDHE ... 18

3. Perfectos fuertes ... 20

3.1 Un ejemplo: puson < PONER ... 28

4. Condicional en lugar del imperfecto de subjuntivo ... 31

5. Artículo + posesivo + sustantivo ... 36

5.1 Concordancias en el CORDE ... 40

6. Neutro de materia ... 44

6.1 Neutro de materia y sus irregularidades ... 46

6.2 Evolución del neutro de materia ... 48

6.3 Reflexiones finales ... 49

7. Leísmo, laísmo, loísmo ... 51

7.1 Leísmo: origen y evolución ... 53

7.2 Aportaciones del COSER: los paradigmas... 56

7.3 Reflexiones finales ... 59

8. “Me se” / “te se” / “nos se” en lugar de “se me” / “se te” / “se nos” ... 60

8.1 “Me se”, “te se”, “nos se”: concordancias en los corpora ... 62

8.1.1 Concordancias en el CORDE ... 63

8.1.2 Concordancias en el NDHE ... 66

8.1.3 Concordancias en el CREA ... 68

9. Conclusiones ... 70

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1. Introducción

En el presente trabajo analizaré una serie de elementos que caracterizan la lengua hablada en diferentes provincias rurales de España y que han sido registradas en el Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (en adelante,

COSER).

En particular me detendré en el uso del adverbio ahora en la forma agora, en el neutro de materia, en los llamados “perfectos fuertes”, en el uso del condicional en lugar del imperfecto de subjuntivo, en la estructura “artículo + posesivo + sustantivo”, en las desviaciones en el uso de los pronombres átonos de tercera persona (leísmo, laísmo, loísmo) y en las secuencias invertidas me se, te se, nos se. Se trata, por lo tanto, de una búsqueda que abarca tanto fenómenos léxicos como morfo-sintácticos.

En mi análisis adoptaré una perspectiva diacrónica, intentando de hecho poner el enfoque sobre la evolución de estos rasgos lingüísticos, sus orígenes, las eventuales etimologías, y cómo a través de los siglos se han modificado hasta convertirse en expresiones muy marcadas a nivel socio-cultural y, a veces, incluso geográfico.

La sociolingüística estudia el uso de la lengua en su forma oral, antes que en la escrita: analiza el habla (lo más posible) espontánea en contextos verdaderos, reales, en contraposición a una idea “abstracta” de la lengua (visión característica de la lingüística estructuralista).1 Para lograr este propósito, tanto los atlas lingüísticos (por ejemplo, ALPI, ALEA, etc.) como las encuestas han representado y representan todavía herramientas fundamentales.

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Los aspectos que se tienen a menudo en consideración en los estudios sociolingüísticos son las variables sociales: la variable de edad, de sexo, de nivel de instrucción, de procedencia, de clase social, de raza y etnia.2

Además, la sociolingüística reúne las características del habla de una determinada clase social bajo la etiqueta de sociolectos o de dialectos sociales (que Trudgill opone a dialectos geográficos),3 de manera que en una misma comunidad, que comparte un mismo dialecto, se pueden encontrar un

sociolecto alto (entre los hablantes de nivel socio-cultural alto), un sociolecto

medio y un sociolecto bajo (entre los hablantes de nivel socio-cultural bajo).4 Sin embargo, en el análisis de trabajos como el COSER, hay que tener en cuenta toda una serie de variaciones lingüísticas:

- Variación diastrática: como es obvio, se trata de rasgos lingüísticos que dependen del bajo nivel socio-cultural de los informantes.

- Variación diatópica: los diversos rasgos dependen en muchos casos no sólo del nivel cultural de los informantes, sino también de sus provincias o zonas de procedencia.

- Variación diamésica: ya que se trata de una serie de encuestas, el español registrado en el COSER tiene características que son peculiares del habla oral.

- Variación diafásica: las entrevistas han sido realizadas, como veremos más adelante, intentando lograr que los informantes se sintieran lo más cómodos posible (y este objetivo ha sido conseguido, entre otras maneras, con la elección de los temas de la encuesta).

De hecho se trata en todos los casos de desviaciones de la norma estándar del español, la que se enseña en la escuela y que goza de cierto nivel de prestigio,

2 Cfr. F. Moreno Fernández 2009, pp. 39-74. 3 Ivi, pp. 54-55 y p. 97. 4 Ivi, p. 97.

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un concepto fundamental en los estudios de sociolingüística. Se puede definir el prestigio como “un proceso de concesión de estima y respeto hacia individuos o grupos que reúnen ciertas características y que lleva a la imitación de las conductas y creencias de esos individuos o grupos”.5

En el ámbito de la sociolingüística, hay que tener en cuenta que no siempre los rasgos que los hablantes consideran prestigiosos coinciden con los que, a nivel normativo, se consideran correctos. 6 A esto hay que añadir las diferencias relativas a la reflexión sobre el prestigio en las diferentes clases sociales: normalmente, cuanto más una persona es instruida, mayor es el uso que hace de las variantes consideradas prestigiosas; en las comunidades rurales, en cambio, se puede observar una menor conciencia del concepto de prestigio y, por lo tanto, una mayor atención de los hablantes a los contenidos del discurso, respecto que a la forma.7 Tal vez es por esta razón que en las entrevistas del COSER no parece haber ejemplos de empleo de fenómenos llamados de acomodación o adaptación comunicativa. De hecho, los dos principios en que se divide este fenómeno son el de convergencia y el de

divergencia: en el primer caso, el hablante intenta adaptar su habla a la de sus

interlocutores, con el fin de obtener aprobación social; en el segundo caso, en cambio, el hablante intenta acentuar las diferencias lingüísticas entre él y los interlocutores, para mantener cierta distancia social.8 Sería de esperar, pues, que los informantes de las entrevistas intentaran adoptar estrategias de

convergencia, limitando el uso de rasgos lingüísticos marcados a nivel

dialectal y socio-cultural, pero esto no parece pasar: los informantes parecen más interesados en lo que dicen que en cómo lo dicen.9

5 Ivi, p. 187. 6 Ibidem. 7 Ivi, p. 188. 8 Ivi, p. 155. 9

Cabe señalar también que, como veremos más adelante, los verdaderos fines de las entrevistas (esto es, los fines lingüísticos) han sido ocultados a los informantes, que piensan contribuir a trabajos sobre la vida en el campo de los años pasados.

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Ahora bien, si por un lado hay que recordar que la correlación entre un determinado rasgo lingüístico y un grupo socio-económico cambia en relación al tiempo y a las zonas geográficas (de manera que un rasgo puede ser considerado de prestigio, neutro o ser estigmatizado dependiendo de la época y del lugar),10 por otro es interesante subrayar que los rasgos lingüísticos considerados “incorrectos” o “no prestigiosos” representan en algunos casos símbolos muy fuerte de indentidad grupal: “abandonar los modos de hablar al que se pertenece implica sentimientos de rechazo hacia ese grupo y pérdida de parte de la identidad. Es comprensible que no sea ésta una consecuencia aceptable para muchos”.11

El deseo de identificación con un grupo puede ser tan arraigado entre los hablantes como para favorecer el uso de variantes consideradas no prestigiosas.12

El concepto de identidad, junto con el de “variedades no estándar”, es central en los estudios de sociolingüística, y puede llegar a abarcar también otros ámbitos, como el de la educación. Se vean, por ejemplo, las cuestiones relativas a la enseñanza del español en la escuela: algunos opinan que se tendría que enseñar la lengua estándar, manteniendo al mismo tiempo las variedades no estándares porque son símbolos de identificación muy importantes; otros, en cambio, sostienen la importancia del dialecto estándar y se inclinan hacia la eliminación de las otras variedades.13

En realidad, en el ámbito de los estudios de dialectología es fundamental el análisis incluso de las variedades que se alejan de la considerada “correcta” (como en el caso de las entrevistas del COSER, que presentan rasgos

10

Cfr. C. Silva-Corvalán 2001, p. 107. Además, un rasgo lingüístico estándar puede tener un origen rural o vulgar y adquirir prestigio al ser aceptado por la norma culta castellana: cfr. L. Blanch 1972, pp. 82-83. 11

Cfr. C. Silva-Corvalán 2001, p. 16. 12

Ivi, p. 99. Cfr. también F. Moreno Fernández 2009, p. 44, sobre la diferencia entre el prestigio abierto (que se asocia a lo correcto, lo normativo) y el prestigio encubierto, que no coincide con lo normativo y que se asocia a usos no cultos ni adecuados, pero que representan marcas de “masculinidad” entre los hablantes de las clases sociales más bajas.

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sintácticos y léxicos asociables únicamente al ámbito rural), que constituyen parte de ese gran conjunto en continua evolución que es la lengua.

Cabe señalar, además, que el mismo criterio normativo lingüístico ha cambiado, en el tiempo: si antes los modelos que había que seguir para hablar y escribir bien eran los grandes autores de la literatura como Cervantes o Lope de Vega (criterio de autoridad), tanto que gramáticas y diccionarios seguían estos criterios en dictar sus normas, hoy día este papel parece pertenecer más a los medios de comunicación (entre otros, los periódicos y la televisión).14

Por las razones hasta aquí expuestas, en el presente trabajo intentaré reconstruir la evolución de los rasgos más marcados que han sido registrados en las entrevistas del Corpus Oral y Sonoro del Español Rural, teniendo siempre en cuenta el hecho de que no estamos ante fenómenos que pueden analizarse aislados del contexto, sino que necesitan ser examinados considerando también el ambiente social y cultural en los que se encuentran. De hecho, es de fundamental importancia estudiar y entender los cambios que han ocurrido a nivel morfológico, sintáctico y fonético en una lengua, para que podamos entenderla mejor incluso a nivel sincrónico.

Las herramientas fundamentales en este trabajo han sido las siguientes:

- Corpus diacrónico del español (CORDE) de la Real Academia Española

- Corpus del nuevo diccionario histórico del español (NDHE) de la Real Academia Española

- Corpus de referencia del español actual (CREA) de la Real Academia Española

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En particular, el CORDE es un corpus textual que abarca desde el inicio de la lengua española hasta 1974. Comprende 250 millones de registros correspondientes a textos escritos en prosa y en verso de géneros diferentes (narrativos, históricos, jurídicos, científicos, etc.). Para reducir el número de ejemplos, las consultas en el CORDE han sido efectuadas a veces utilizando el filtro “Documentos”, que filtra los resultados minimizando la pérdida de representatividad de los datos obtenidos.15

El CREA, en cambio, registra textos desde 1975 y cuenta con más de 160 millones de registros. Comprende textos escritos de materias muy distintas y textos orales, registrados en forma de transcripciones de documentos sonoros, obtenidos de la radio y de la televisión.

El NDHE, en cambio, está constituido por tres bloques de consulta: el CDH

nuclear (aquí utilizado en las consultas) más los resultados procedentes del CORDE y el CREA. En total hay más de 400 millones de registros, entre

españoles y americanos. En septiembre 2015, durante la redacción de este trabajo, se publicó una versión actualizada (3.1) de este corpus, cuya característica principal es la nueva interfaz gráfica, que permite efectuar consultas dinámicas sobre coapariciones (combinaciones frecuentes de palabras).

Además, otro instrumento utilizado ha sido el Diccionario de Autoridades (primera edición 1726-1739), primer diccionario de la Real Academia Española, en su versión electrónica disponible en línea.

1.1 Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (COSER)

Las monografías dialectales y los atlas lingüísticos han sido, a lo largo de los años, las herramientas fundamentales en el estudio de las variaciones dialectales; sin embargo, estos estudios ponían la atención prevalentemente

15

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sobre aspectos léxicos y fonéticos más que gramaticales y, además, se valían de cuestionarios para registrar los datos.16

Gracias a los descubrimientos en ámbito tecnológico e informático, el siglo XX ha visto un desarrollo del uso de los corpora lingüísticos de la lengua hablada como importantes herramientas para almacenar y consultar de manera muy rápida una gran cantidad de materiales:17 el COSER es uno de ellos. Se trata de un corpus dialectal oral restringido al habla rural de diferentes provincias de la Península Ibérica.18

Fig. 1: Mapa general de las provincias registradas en el COSER (<http://www.lllf.uam.es/coser/mapa_general.php?es> 16 Cfr. I. Fernández-Ordóñez 2011, p. 1. 17 Cfr. F. Moreno Fernández 2009, p. 320. 18

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Desde el 1990, cuando se empezó a compilar, hasta el 2013 han sido grabados en total 1.739 informantes (955 mujeres y 784 hombres), cuya edad media es de 70,7 años, todos nacidos a inicio del siglo XX y con escasa instrucción. Este enorme trabajo ha sido realizado a través de algunas campañas de ecuesta “con el apoyo de varios proyectos de investigación y como parte de las prácticas de campo de las asignaturas Dialectología hispánica (cursos 1988-1996) y El español hablado. Variantes peninsulares (1996-2004), Curso

monográfico de variedades del español (2005-2012), materias optativas

pertenecientes a la Licenciatura de Filología hispánica de la Universidad

Autónoma de Madrid”19

y se compone de entrevistas realizadas en 871 enclaves rurales, pertenecientes a 34 provincias, con 1050 horas de grabación (cada grabación dura en media 75 minutos por enclave, pero puede durar sólo media hora o hasta dos horas y media, dependiendo de los casos).

Una de las grandes novedades de este corpus es la disponibilidad de muchas grabaciones en formato audio, de acceso libre en el sitio web para cualquier usuario. Un mapa general de la península permite seleccionar de manera muy simple una provincia entre las disponibles y, sucesivamente, el enclave. A cada encuesta corresponde una ficha técnica con el nombre del enclave y de la provincia, el código, los detalles sobre los informantes (sexo, edad), el tema o los temas tratados (ej. matanza del cerdo, alimentación, agricultura…) y la duración de la grabación, junto al archivo sonoro y a un archivo de texto que se pueden descargar libremente. Las entrevistas transcritas, con sus archivos sonoros correspondientes, son 126, procedentes de 120 localidades.

19

Cfr. COSER, Descripción: <http://www.lllf.uam.es/coser/contenido.php?es&presentacion&descripcion> (Consulta: julio 2015).

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Fig. 2: Mapa de las provincias cuyas entrevistas han sido transcritas y tienen archivo de audio <http://www.lllf.uam.es/coser/archivos.php?es>

Todas las entrevistas han sido realizadas de la misma manera: se ha pedido a los informantes, seleccionados al azar20 entre los que tenían los requisitos necesarios, que hablaran de ciertos aspectos relativos a la vida en el campo de los años pasados de forma muy libre, a través de conversaciones semidirigidas,21 para registrar los verdaderos usos lingüísticos de los diversos enclaves.

La razón de la elección de esta temática se debe al hecho de que los informantes se sienten mucho más cómodos hablando de temas que conocen muy bien, como la vida en el campo y sus tradiciones y, por tanto, se sienten

20 Cfr. C. Silva-Corvalán 2001, p. 43, sobre el “muestreo al azar” como metodología para obtener una muestra representativa de los informantes previamente seleccionados.

21

“La conversación semidirigida se conduce básicamente como una conversación libre, pero durante su desarrollo el investigator introduce ciertos temas que de antemano se han identificado como favorables al uso de ciertas formas gramaticales que interesa estudiar. Eso implica un período de preparación previo al inicio de las grabaciones durante el cual el investigator prepara módulos temáticos que sirven de guía para la conversación”, cfr. C. Silva-Corvalán 2001, p. 60. Cfr. además F. Moreno Fernández 2009, p. 106 y p. 314.

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11

más autorizados a hablar que si fueran entrevistados para hablar de cuestiones lingüísticas. Es la conciencia de la condición de unicidad de sus testimonios, que saben que serán confrontados con los de otros enclaves rurales, el elemento decisivo para que los informantes acepten la entrevista. Además, ha sido demostrado que existen temas que favorecen los usos más formales de la lengua (la corrección y la incorrección en el uso de la lengua) y otros que favorecen la pérdida del control emocional y, por tanto, una aproximación a las variedades menos formales (como el peligro de la muerte o los relatos infantiles).22 Es evidente que en el caso de las entrevistas del COSER se ha preferido elegir temas que pertenecen más a este segundo grupo, para dejar que los informantes hablaran con más libertad y que se reproduciera una conversación lo más espontánea posible, aunque siempre debemos considerar la paradoja del observador.23

Hay que tener en cuenta, por supuesto, que en muchos casos los contenidos de las entrevistas pueden abarcar también otros temas, como la familia o algunas situaciones personales, lo que es debido al carácter de espontaneidad de las encuestas y depende sobre todo de la inclinación a hablar de los informantes. Hay que señalar, también, que la gran cantidad de informaciones detalladas sobre la vida en el campo de los años pasados, que se ha obtenido gracias a las entrevistas, puede resultar útil no sólo a quienes quieran ocuparse de cuestiones conectadas con la lingüística o con los dialectos, sino también a los que se ocupen de Antropología social o etnográfica.24

Además, es evidente que no todas las entrevistas han resultado útiles para los fines lingüísticos iniciales y esto se debe sobre todo al carácter de imprevisibilidad de la conversación: pero se trata de un límite solo aparente,

22

Cfr. F. Moreno Fernández 2009, p. 106 y p. 314. 23

“La sociolingüística aspira a estudiar la lengua que se usa en una comunidad cuando los hablantes no se sienten sistemáticamente observados, pero sólo se puede estudiar esa lengua mediante la observación directa”: es lo que Labov llamó la paradoja del observador. Ivi, pp. 33-34.

24

COSER, Utilidad, novedad y limitaciones del COSER:

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12

ya que la gran cantidad de entrevistas (y, consecuentemente, de datos obtenidos) hace posible analizar bien los rasgos en las distintas áreas geográficas.

Para la transcripción de las entrevistas se ha utilizado una serie de marcas: la letra E, seguida por el número relativo, indica a los encuestadores (E1, E2, E3…), la letra I se refiere a los informantes (I1, I2, I3…) y, seguida por E nos informa de que se trata de un informante extra (IE). Las letras NP (nombre propio) sirven para ocultar los nombres reales de los informantes. Además han sido utilizadas marcas para indicar conversaciones cruzadas (HCruz), hablas simultáneas (HS:E1), murmullos (V-Mrm), voces lejanas (V-ljn), risas (RISAS), etc. En la citada página web del COSER se indican estas y otras convenciones, entre ellas señalamos además: (Asent) por todas las marcas de asentimiento (ajá, hum, mm, etc), (ONOM) por las onomatopeyas, (SLNC) por el silencio.

Los temas de las conversaciones han sido marcados también en las fichas técnicas, para dar la posibilidad de ser más fácilmente localizados también por los estudiosos de la sociedad rural (T1: matanza del cerdo, T2: alimentación, T3: animales domésticos, etc.).

Como se lee en la presentación del corpus, el COSER constituye una herramienta útil para medir las diferencias lingüísticas tanto entre las diversas áreas de España, como entre este grupo social de ámbito rural y otros (por ejemplo grupos sociales de mayor nivel socio-cultural o de hablantes más jóvenes) e, incluso, para medir diferencias lingüísticas asociadas al género.25 Además hay que subrayar la importancia, en los estudios de las variantes dialectales, de analizar datos obtenidos de la lengua hablada: de hecho, las variantes no estándar de las que un hablante tiene conciencia de que no son prestigiosas pueden ser evitadas en la lengua escrita.

25

Cfr. COSER, Utilidad, novedad y limitaciones del COSER:

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13

Por estas razones, puede ser considerado como un complemento de los atlas lingüísticos existentes relativos tanto a España como a Hispanoamérica. Como señala I. Fernández-Ordóñez, “el COSER facilita [...] alcanzar interpretaciones más correctas de los principios lingüísticos operantes en las variedades orales [...]. Esa ventaja está indudablemente relacionada con la posibilidad de cuantificar los datos: dada una variable lingüística específica, la entrevista permite cuantificar las variantes tanto en un enclave concreto como por contextos de aparición, mientras que en los atlas esa cuantificación no es habitualmente posible porque se suele proporcionar una respuesta única para cada enclave y porque se suelen incluir muy pocas preguntas relacionadas con una variable determinada. El resultado es que las variantes minoritarias de una variable rara vez aparecen reflejadas en los atlas”.26

Sin embargo, puesto que en las épocas pasadas no se podían, por supuesto, grabar los testimonios orales de los informadores, los atlas han representado y representan una herramienta indispensable para el estudio de cuestiones lingüísticas de diverso tipo: hoy día, gracias a la posibilidad de obtener y almacenar de manera simple y rápida una gran cantidad de datos en formato audio, los corpus como el COSER constituyen un complemento fundamental a los atlas lingüísticos existentes.27

26

Cfr. I. Fernández-Ordóñez 2011, p. 10. 27

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2. “Agora” en lugar de “ahora”

En algunas entrevistas del COSER podemos notar la presencia del adverbio

agora en lugar del más actual ahora.

A continuación se presentan algunas de las ocurrencias extraídas del corpus, cuyos informantes proceden todos de la provincia de Teruel:

E: ¿Cómo se mata un cerdo?

I: Pues co-, se… se cuida todo el año. E: ¿Un año entero?

I: El año entero, de antes el año entero, agora a lo mejor les echan harinas compuestas y los crían antes, per como lo natural no hay nada...28

I: Y, y nada, y agora el verano, pues… de agora a[de]lante. Pero apenas vienen las vacaciones, pues ya viene algo de… personal, pero no, nada, los pueblos estos van a pique… yo, yo, eso les digo a mis hijos, “lo que hemos trabaja[d]o pa[ra], pa[ra] lo poco que teníamos comprar algún manjar, y ¡hala!, dale, y agora si nos ponemos en…29

E: Estábamos, estábamos en Cella, entonces hemos pasado por Albarracín.

I: ¡Ah!, estabais en Cella… ¿Pa[ra] ir Albarracín querís ir agora otra vez?, pues por ahí [a]rriba, ¿que no habís veni[d]o por ahí? ¿Ande tenís el coche?

E: Sí pero, a la entrada del pueblo pero…

I: Agora pa[ra] arriba, pa[ra] arriba, cogís arriba y a cuatro kilométros, ya verís el desvío pa[ra] Albarracín…30

Sobre el origen del adverbio actual ahora han sido formuladas dos teorías:

 (lat.) HĀC HŌRĀ > (esp. med.) agora > (esp. mod.) ahora31

 (lat.) AD HŌRĀ > (esp.) ahora32

28

COSER – 4117, Fuentes Claras (Teruel). 29 COSER – 4137, Villel (Teruel).

30

COSER – 4106, Bezas (Teruel). 31

Cfr. C. E. Sanchez Lancis 1990, p. 252-253. Cfr, también R. Penny 1993, p. 132 y R. C. Aguilar 2005, p. 170 y E. Pato 2010 (b), p. 168.

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15

La opinión prevalente parece ser la que agora y ahora tienen dos etimologías diferentes: para confirmar esta tesis, Alvar y Pottier señalan que si tuvieran la misma etimología “agora precedería en su formación a ahora y, sin embargo,

ad hora aparece en textos del siglo XII anteriores a las primeras

documentaciones de agora”.33

De todos modos, desde el siglo XVII empezó un cambio gradual que llevó a la supresión de la forma agora en el castellano estándar, remplazada por

ahora, excepto que en algunas zonas de España y América, donde permanece

todavía.

Si ya en 1623 encontramos la forma aora, en 1693 Francisco de Ayala Manrique nos informa de que “agora está bien dicho en castellano, assí lo han usado autores muy cultos; pero ya se tiene por palabra anticuada, y dezimos

aora, quitada la g”.34

A nivel semántico, además, existe una diferencia en el uso de agora y ahora: el primer término, de hecho, significaba “hace ahora, ahora ha”; el segundo, en cambio, puede indicar tanto el momento presente, como “poco tiempo ha” y “dentro de poco tiempo”.35

En relación al ámbito literario, muchos ejemplos nos los ofrece Joan Corominas en el Diccionario crítico etimológico de la lengua castellana, donde se afirma que el término agora figuraba en textos como los de Cervantes (el Colóquio de los perros y el Quijote) o de Góngora, aunque

ahora fuera ya mucho más utilizado.36 Además, en el Cuento de cuentos, Quevedo al hablar de “las vulgaridades rústicas, que aún duran en nuestra

32 Cfr. C. E. Sanchez Lancis 1990, p. 252-253 y E. Pato 2010 (b), p. 168. 33

Cfr. M. Alvar y B. Pottier 1983, p. 334-335. 34

Ivi, p. 335. Cfr. también E. Pato 2010 (b), p. 168. Un dato interesante a nivel literario es el relativo a El

ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha que, en 1605, presentaba 164 casos de ahora frente a sólo 48

de agora: cfr. E. Pato 2010 (b), p. 169, nota n. 5. 35

Cfr. E. Pato 2010 (b), p. 167. 36

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16

habla” se burlaba del uso de la forma agora diciendo que “son infinitas las veces que pudiendo escoger usamos lo peor”.37

A todo esto podemos añadir la definición del adverbio ahora en el Diccionario de Autoridades, de 1726:

AHORA adv. de tiempo. Que significa el presente: y aunque muchos escriben aóra y agóra, es mas próprio ahóra, que es como decir à esta hora. Algunas veces expressámos con esta voz el tiempo passado, ò el venidéro; pero debe ser quando es mui cercano: como si dicessemos ahora me han dicho que llegó un corréo, ahóra iré à saber si me trahe cartas. Lat. Nunc. QUEV. Cuent. en la Dedicat. Aqueste, por este, agóra, por ahóra: son infinitas las voces, que pudiendo escoger usamos lo peor. ALCAZ. Chron. tom. 2. pl. 186. Con estas prévias noticias se entenderá mejor ahóra la carta circulár del Padre Julio Facio.38

En conclusión, a pesar de las etimologías, podemos decir que la variación

agora / ahora en castellano tiene orígenes bastante lejanas: como pasa a

menudo, se ha ido modificando la percepción de los hablantes ante el uso de las dos formas, hasta hoy día, en que ahora resulta ser la única forma aceptada por la norma culta castellana, aunque podamos notar la presencia del término agora en el habla rústica de Aragón, como ha sido ampliamente demostrado gracias a las entrevistas del COSER.

2.1 Concordancias en el CORDE

En el CORDE, la búsqueda sin filtros del término agora da como resultado 52325 casos en 5754 documentos, por tanto no nos permite recuperar ejemplos ni filtrar los resultados. Lo mismo pasa si utilizamos sólo el filtro geográfico España. Añadimos a este, pues, el filtro de tema (15112 - Literatura) y obtenemos 247 casos en 30 documentos. Los ejemplos van desde

37

Ibidem. 38

(17)

17

1434, con una traducción de un soneto de Petrarca.

non odra, habete, más Fagio o Ginebro,

podría el fuego amansar que el coraçón triste aquexa,

quanto un fermoso río, que a todas cosas agora comigo se quexa, con los árboles que rimos guarnesçe e çelebro;39

Otros ejemplos pertenecen a obras como la Respuesta a la qüestión fecha por

el marqués de Santillana de Alfonso de Cartagena (1444), y muchos de ellos

son relativos al siglo XVI, hasta llegar al siglo siguiente, con el Antídoto

contra la pestilente poesía de las Soledades, de Juan de Jáuregui (1614) y a

los Preliminares a la Octava parte de comedias de Pedro Calderón (1684).

muchas de las Comedias que contiene avrás visto en los Teatros representadas y en los Libros impressas; pero ninguna en unos y otros tan cabal, como las que agora salen a la luz pública; pues si tu juiziosa capacidad passare al examen de su cotexo, no dudo que te deba repetidos agradecimientos mi cuydado [...].40

2.2 Concordancias en el CREA

Como era de esperar, en el CREA la búsqueda sin filtros del término agora nos da como resultado sólo 90 casos en 55 documentos en total: se trata en la mayoría de los casos de citas en gallego o relativas a países de Hispanoamérica, ya que este adverbio se conserva hoy en asturiano, gallego y portugués como forma estándar. De hecho, el corpus señala las ocurrencias más actuales del adverbio, que hoy día resulta casi desaparecido, excepto que en algunos enclaves rurales. Por tanto, las ocurrencias relativas a España se limitan a casos en los que se citan obras más antiguas o, como en el ejemplo a continuación, en obras teatrales ambientadas en otros siglos.

39

E. De Villena, Exposición del soneto de Petrarca, edición de Pedro M. Cátedra, Madrid 1994, p. 374. 40

J. De Vera Tassis, Preliminares a la Octava parte de comedias de Pedro Calderón, CORDE, Real Academia Española, Madrid 2003.

(18)

18

CURA DON JUAN ¿Y qué decían hoy, que haya de nuevo y tan temprano en Esquivias? Que algo os he oído yo desde mi aposento mientras me vestía.

CATALINA DE PALACIOS Platicaban sobre Juana Gai...

CURA DON JUAN (La interrumpe, sin poder contenerse). Pero, ¿cómo, hermana? ¿Sigues tú aún alimentando esas habladurías de villanos, incluso agora cuando ya has vuelto a tu amistad de antes con Juana Gaitán?41

2.3. Concordancias en el NDHE

La búsqueda de agora en el Nuevo diccionario histórico del español nos proporciona 48 casos en 10 documentos.42 Las ocurrencias más antiguas resalen al siglo XVI y proceden de la Brevísima relación de la destrucción de

las Indias (1552) de Fray Bartolomé de las Casas,

El otro reino se decía del Marién, donde agora es el Puerto Real, al cabo de la vega hacia el Norte, y más grande que el reino de Portugal.43

y del Lazarillo de Tormes (1554), que abunda de ejemplos que contienen el adverbio agora.

Agora quiero yo usar contigo de una liberalidad, y es que ambos comamos este

racimo de uvas y que hayas [...].44

Los ejemplos más recientes, en cambio, remontan al siglo XVIII. Sin embargo, es preciso señalar que el más recién de todos pertenece a la novela

Historia del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas alias Zotes

41

M. L. Melcón, Catalina de Cervantes, en Boda en Esquivias, Palabra e Imagen, Madrid 1995. 42

La búsqueda ha sido efectuada seleccionando la opción “grafía original”, ya que sin este parámetro los resultados tienen en cuenta también de palabras con tilde (en este caso, el sustantivo “ágora”).

43

Fray Bartolomé de las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, edición de José María Reyes Cano, Planeta, Barcelona 1994.

44

(19)

19

(1758) de José Francisco de Islas: el hombre que le da el título es un personaje de ficción que utiliza un lenguaje gongorino expresamente paródico, como forma de ataque al barroquismo.

bribioquitario o sea lo que se juere, lo que yo te digo es que tu tía y yo estábamos

agora en una contraversia. El punto tiene uñas; [...]45

Es evidente, pues, que estamos ya en una época en la que este adverbio ha desaparecido del lenguaje común de la Península, sustituido por el actual

ahora, y en la que sólo puede ser usado para fines cómicos, como parodia de

un lenguaje percibido como arcaico.

45

J. F. De Isla, Historia del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas alias Zotes, José Jurado, Gredos, Madrid 1992.

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20

3. Perfectos fuertes

En diversas entrevistas del COSER podemos notar la presencia de los llamados perfectos fuertes analógicos (ej., vinon en lugar de vinieron).

Estas formas, hoy características de algunos ambientes rurales y no aceptadas por la norma académica, se encuentran exclusivamente en algunas zonas de la Península Ibérica, coincidentes con el antiguo reino de León (Zamora, Salamanca, Cáceres, León) y Castilla la Vieja (Palencia, Burgos, Valladolid, Ávila, Segovia)46. Como se puede leer en Pato 2004, actualmente han sobrevivido las formas analógicas del perfecto de los siguientes verbos:

andar, estar, haber, hacer, poder, poner, querer, saber, tener, traer, decir, venir.47

Se encuentran ejemplos de perfectos fuertes analógicos en documentos medievales oficiales, como el Libro de las Cruces de Alfonso X el Sabio (1259), rey de Castilla y León, donde encontramos por primera vez un ejemplo de este fenómeno: fizon por fizieron.48

Se trata de un fenómeno conocido y estudiado ya desde hace mucho tiempo. En 1916 Vicente García de Diego escribía:

DIJON, TRAJON, VINON, ANDUVON. Son triviales en Valladolid y Palencia; en Ávila, al menos en los partidos de El Barco y Arévalo; de Burgos no tengo más datos que de los partidos de Loa, Lerma (Santa María del Campo); Castrogeriz (Pampliega, Villaquirán); Burgos (Zumiel), y Villarcayo (Junta de Oteo, Valle de Mena); en Segovia, en la misma capital.49

Sin embargo, las entrevistas del COSER nos han mostrado una gran cantidad de ejemplos que han permitido estudiar este fenómeno, estigmatizado por la

46 Cfr. E. Pato 2010 (a), pp. 210-211. 47

Cfr. E. Pato 2004, p. 2, R. Penny 1993, pp. 201-212 y M. J. Torrens Álvarez 2007, p. 105. 48

Cfr. E. Pato 2010 (a), p. 213. 49

(21)

21

norma estándar castellana, desde el punto de vista de su difusión geográfica y de su evolución.

En las entrevistas del COSER encontramos las siguientes formas analógicas:

vinon, repuson, hizon, quison, tuvon, trajon, dijon, que podemos sintetizar así:

1ͣ conjugación 2ͣ conjugación 3ͣ conjugación

REPONER > repuson VENIR > vinon HACER > hizon DECIR > dijon QUERER > quison

TENER > tuvon TRAER > trajon

Tabla 1: Perfectos fuertes en las entrevistas del COSER

Las zonas donde han sido registradas son: Villalba de la Loma (Valladolid)50, Astudillo (Palencia)51, Madrigal de las Altas Torres (Ávila)52, Santibáñez (León)53, Palazuelo de Boñar (León)54, Cembranos (León)55, Berrocal de Huebra (Salamanca)56, Brozas (Cáceres)57, Peralejos (Teruel)58.

¿Cuál ha sido, pues, la evolución del perfecto a lo largo de los siglos?

En latín el pretérito perfecto se podía formar de diferentes maneras, que pueden resumirse como sigue:

 Perfecto en –U (UI o VI): de este se produjo la síncopa del grupo ue ante

-r-, como en AMO > AMA(UE)RUNT, del grupo -ui- ante -s- , como en 50 COSER – 4421. 51 COSER – 3402. 52 COSER – 609. 53 COSER – 2630. 54 COSER – 2618. 55 COSER – 2605. 56 COSER – 3604. 57 COSER – 1006. 58 COSER – 4127.

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22

AMA(UI)STI y de la vocal media alta -u- entre vocales anteriores, como en AUDI(U)IT.

 Perfecto sigmático o en -SI-: se añadía a la raíz una sibilante, como en DICO > DIXI.

 Perfecto alargado: se producía un alargamiento de la vocal radical en el tema del perfecto: LĂVO > LĀVI.

 Perfecto reduplicado: menos productivo, se daba en la III y en la I conjugación y se formaba anteponiendo a la raíz del verbo una sílaba formada por la consonante inicial radical + una vocal, generalmente /e/: PENDEO > PEPENDI; DO > DEDI. No dejó restos en las lengua romances.

 Perfecto simple: consistía en emplear el mismo tema para el presente y para el perfecto, indicando las diferencias a través de las desinencias. BIBO > BIBI.59

Como señala P. Fernández Martín, los perfectos débiles o sufijados “vendrían, mayormente, del perfecto en –U, del perfecto simple y de algunos alargados; y los perfectos fuertes o radicales se formarían siguiendo, en muchas ocasiones, la regla de los sigmáticos, los reduplicados y los demás alargados”.60

La estudiosa ofrece además en su artículo un resumen (acompañado por una tabla explicativa) del proceso evolutivo del perfecto en las diferentes etapas: del latín clásico al tardío, hasta el español antiguo.61

El resultado de esta evolución fue la presencia, en castellano, de dos formas de perfecto:

 Perfectos rizotónicos o fuertes, que llevan acento en la raíz (querer >

quise).

59

Cfr. P. Fernández Martín 2009, pp. 67-69, E. Pato 2004, p. 2, P. M. Lloyd 1993, pp. 165-171 y 275-277. 60

Cfr. P. Fernández Martín 2009, p. 69. 61

(23)

23

 Perfectos arrizotónicos o débiles, que llevan acento en las desinencias (amar > amé).62

Por analogía de la tercera persona de singular nacieron, según Pato, los perfectos fuertes analógicos (dijo > dijon; trajo > trajon), con acento en el radical en vez que en la flexión.63 Como estas formas vernáculas de tercera persona plural se encuentran hoy prevalentemente en la zona de León, debieron de ser características del habla del reino de León: de allí se difundieron hasta casi desaparecer, sustituidas por la variedad estándar castellana, (ej., dijeron en lugar de dijon) debido al llamado “dialect levelling”, que consiste en la reducción de las variantes lingüísticas minoritarias (o marcadas), reemplazadas por las dominantes (o las que están más extendidas geográficamente).64

Estas formas fuertes de perfecto se hallan en las zonas en que el reino de León dominó hasta el siglo XII (en el norte) y hasta su unión con Castilla en 1230 (en el sur): esta unión favoreció la presencia de pobladores de orígenes diferentes (gallegos, asturianos, leoneses, castellanos y gente de Zamora y Salamanca), así que los hablantes se vieron obligados a reducir las formas marcadas (ej., dijon) para comunicar entre ellos, hasta que estas formas desaparecieron, sustituidas por las variantes estándar (ej., dijeron), que gozaban de mayor prestigio social.65

En la difusión de los perfectos fuertes, según Pato, hubo además un papel fundamental la llamada Vía de la Plata, antiguo eje de comunicación entre el norte y el sur de la parte occidental de la Península ya desde la época romana, que representaba (y representa todavía) un camino de peregrinación hacia

62

Ibidem. Cfr. además R. Penny 1993, pp. 205-212 y J. Torrens Álvarez 2007, p. 105.

63 Cfr. E. Pato 2004, p. 2 y E. Pato 2010 (a), p. 210. Cfr. además A. Zamora Vicente 1967, pp. 271-275. 64

Cfr. E. Pato 2010 (a), pp. 214-219 y Trudgill 1986, p. 98. Cfr. también M. Alvar y B. Pottier 1983, pp. 273-274.

65

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24

Santiago de Compostela.66 De todos modos, es evidente que estas formas fueron más frecuentes en español medieval, ya que se documentan desde antiguo: luego empezaron lentamente a desaparecer (aunque no del todo), pues la mayoría de los verbos rehicieron un perfecto débil.67

De todos modos, como demuestran los testimonios, estas formas han sobrevivido hoy en algunas zonas rurales a pesar de la nivelación, probablemente gracias también a su grande uso: de hecho, como se lee en nota en Fernández Martín, las formas fuertes afectan exclusivamente a la primera y tercera persona del singular, que son las mismas que según Bybee muestran más frecuencia de uso.68

A esto podría quizás añadirse el hecho de que, como vimos en el COSER, se trata de verbos (estar, poner, poder, saber, decir, etc.) entre los más utilizados tanto en la lengua hablada como en la escrita.

Si un hablante se enfrenta a un verbo poco oído, las dudas sobre su formación morfológica serán mayores cuanto más desconocido sea dicho verbo, y por tanto, más probabilidad habrá de que tienda a formar sus tiempos verbales siguiendo el modelo común, según el principio de la analogía (Elvira 1998; Bybee 1999). Esa necesidad habría desaparecido en aquellos casos en que los verbos con perfecto rizotónico eran lo suficientemente constantes y frecuentes en el habla como para poder permitir, en la mente del hablante, el acceso a su forma irregular, sin necesidad de formarla o reflexionar sobre ella.69

Sin embargo, ha sido notada la presencia de algunos ejemplos de perfecto fuerte en la Península a lo largo de los siglos, aunque se trata siempre de casos muy raros si comparados con las ocurrencias de las formas estándar: en el

66 Ivi, p. 216. 67

Cfr. R. Menéndez Pidal 1968, p. 314. 68

Cfr. P. Fernández Martín 2009, p. 73, nota 5. 69

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25

siglo XVI encontramos un ejemplo (quison) en el Primaleón (1512?), cuya primera edición es de Salamanca, frente a 29 casos de la forma estándar.70

y embióla a demandar a su madre y a dos hermanos suyos en casamiento y ellos, que eran muy buenos cavalleros, no gela quison dar, porque era muy desemejado y de malas maneras. Y él dio tanto aver a un hombre que mucho sabía de las artes, que obró sus encantamientos.

A finales del siglo XVI pertenece este documento notarial, conservado en el archivo de la iglesia de Casar de Palomero (Cáceres) que muestra un amplio uso de las formas analógicas de perfecto:

Y es acor / dada ansi mesmo que Ysavel Peñasca / muger de Hernan Sanchez tenia un niño / que se deçia Lorenço que es el dicho Lorenço / Sanchez mayordomo de la Vendita Cruz / que oy dicho dia la a presentado por testigo / y se paro muy malo de rrepentite e / tan malo que se estava finando / y bisto esto esta testigo y otras mugeres lo encomendaron a la Vendita / Cruz que esta en esta Villa que los judios segun a oydo en tiempos pasados / abra çien años o mas que la apedrearon segun a oydo y aquella noche lo / llevaron a la Vendita Cruz e lo puson al (f.21v) dicho Lorenço Sanchez que entonçes hera niño / pequeñito que no hablava entonçes lo / puson sobre el altar y estubon con el en la / Vendita Cruz hasta las tres despues de / medianoche y lo juzgaron por muerto / aquella noche que esta testigo e / su madre de el niño lo querian amortajar porque juzgaron que naturalmente estava muerto por que estava frio e dende a un Rato...71

Del siglo siguiente es el Romancero espiritual del Santísimo Sacramento (1612) de José de Valdivielso, que presenta ejemplos de la forma dixon.

70

Cfr. E. Pato 2004 (a), p. 17.

71

Ivi, p. 19. El ejemplo, como se lee en la nota n. 41, es extraído de C. Palomo Iglesia, Datos para la Historia

de la Villa de Casar de Palomero, Archivo Parroquial, Villa del Casar 1998. Otro ejemplo de documento

notorial contenente formas analógicas del perfecto fuerte ha sido señaladas por Pato: es conservado en el archivo de la iglesia de Santibáñez de Béjar (Salamanca) y se remonta al 1826. Cfr. E. Pato 2004 (a), p. 19.

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26

a. Romance de Natividad ¡Voto a ños!, bella zagala, que al momento que nos dixon el su buen allumbramiento, se allegró todo el exido. Hezimos huertes hogueras, huvo terribles relinchos...

b. Ninno es et non sopo lo que fizo. e la mengua dell entender dela Ninnez e dela hedad en queDél en muessa aldea dixon más de dos que tien de ser Dios quien mayor que él sea, y es bien que se crea.72

En el siglo XVIII encontramos el fenómeno en la obra del padre Isla, de Vidanes (oriente de León), como podemos ver en este fragmento de la

Historia del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes

(1758), donde ha sido señalado sólo un caso de presencia de la forma estándar (anduvieron) frente a los muchos fuertes:73

a. Perdicador mayor –replicó el familiar–, déjese de cercunloquios. Lo primero, del mesmo seso fueron todas las santas y grandes señoras que sabemos anduvon en el siglo vestidas de los hábitos de varias religiones; y de nenguna se dice c'anduviese vestida en esa conformidá, sino lisa, llana.

b. Craro está que lo querría, y que lo quiero -respondió el familiar-; porque lo endemás no es vestir el hábito que trujon los Santos, ni es divoción, ni es pinitencia, ni es muertificación, ni es molestia verginal, sino ventolera, vanidad, estintación...

Sin embargo, como vimos antes (cap. 2.3), se trata de una obra de carácter paródico, así que se podría pensar que se trate de un uso irónico.

Entre los autores modernos, Gabriel y Galán (de Frades de la Sierra, Salamanca) destaca por haber utilizado a menudo las formas de perfecto fuerte en sus obras, como muestran estos ejemplos, extraídos de Extremeñas (1902):

a. ¿Ondi jueron de aquellos sentires/ las delicaezas/ que me jizun lloral como un neni,/ de gustu y de pena? [El Cristu benditu].

72

Ivi, p. 17. Es interesante señalar en este pasaje la presencia de la forma artículo + adjetivo posesivo + sustantivo (el su buen allumbramiento), aquí analizada en el capítulo 5.

73

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27

b. Yo no pueo explicati el sentío/ de tanta palabras,/ pero vinon a dal a que el mundo/ no lo ha jecho el de arriba y que n’ámas/ que él solu se ha jecho [Cara al cielo]. c. pero he comprendío/ que la Reina le ha dao a Plasencia/ una cosa asina/ como una Cenéfica/ que es aspecie de un premio mu fino,/ porque jué mu güena/ cuando los soldaus/ vinon de la guerra [La cenéfica].

d. que pol jacel cosas malas,/ jasta el alcaldi y el cura/ quisun del pueblo aventala [La gedihonda].

e. Yo no pueo explical lo que dijon,/ pero dijon tamién cosas güenas [La fabla del

lugar].

f. Cuando los yanquisis / mos robaron las tierras aquellas,/ p’allá estuvon éstos/ pasando las penas [La Cenéfica].74

Sin embargo, hay que señalar que ha sido notada una clara disminución en el uso de los perfectos fuertes a partir del siglo XX:

Comparing distribution across time, we can see that, from the time of the ALPI surveys, when the distribution of the variants seems to confirm the marginal character of the standard form (dijeron) in the region, to the COSER interviews, when the documentation of the vernacular form (dijon) is reduced, the ASP forms have diminished in almost all the provinces. ASP forms have decreased in some provinces (Palencia, Valladolid, Segovia, and Avila) and disappeared entirely in others (Burgos and Badajoz). The ASP phenomenon has been reduced because of replacement by the standard form. Among the social differences between the time of ALPI and the time of COSER are migration patterns from the country to the town, high educational levels, and greater knowledge of the linguistic norm (Real Academia Española). 75

En efecto, pocos ejemplos han sido señalados en el el lenguaje escrito de los últimos años. De estos, algunos proceden de romances populares:

a. Estando segando el trigo / vieron cuatro de a caballo, / por una mujer y un niño / y un viejo van preguntando. / -Si ustedes lo han visto. / -Cierto es que les vi, / sembrando este trigo / vinon por aquí. [J. Díaz, El milagro del trigo].

74

Ivi, p. 18. 75

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b. A pocos pasos que anduvon / con un labrador se vieron; / la Virgen le preguntó: / - Labrador, ¿qué estás haciendo? / El labrador dice: / Señora, sembrando / un poco de piedra / para aquí a otro año. [Ibidem].76

Otros, en cambio, han sido extraídos de la prensa regional leonesa y extremeña:

a. El Xerez, pese a las diversas ausencias en su formación titular, confía en repetir hoy (21.00, en el estadio Príncipe Felipe), la eliminación del Cacereño, al igual que

hizon en la pasada edición de la Copa del Rey [Europa Sur digital, 08/10/2003].

b. En el juego del tute, refiriéndose a los rivales: "¡Lo tuvon todo, ya pudon ganar!" [El Páramo leonés, 14/11/2003].77

No se puede decir, pues, que se trate de un fenómeno uniformemente difundido en todas la épocas y las zonas geográficas de la Península, pero es evidente que no estamos ante un fenómeno nuevo, sino que su presencia ha representado un continuum a lo largo de los siglos, manifestándose en textos escritos tanto de carácter literario como oficial. Además, es preciso señalar que las áreas rurales en las que los perfectos fuertes han sido registrados gracias a las entrevistas del COSER coinciden con las señaladas por Pato en los ejemplos que pertenecen a los siglos pasados, como el mismo estudioso había notado.78

3.1 Un ejemplo: puson < PONER

La búsqueda sin filtros en el CORDE de la RAE no ha producido resultados con repuson, pero sí con puson (37 resultados en 4 documentos, cuyo ejemplo más antiguo está representado por la Composición del arte de la aritmética y

geometría de Juan de Ortega, de 1512).

76

J. Díaz, Villancicos, Romances y Aguinaldos, Tecnosaga, Madrid 1989. Cfr. E. Pato 2004 (a), p. 18. 77

Cfr. E. Pato 2004 (a), p. 18 78

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Sin embargo, los resultados más interesantes nos los ofrecen sin duda el

Diálogo de la lengua de Juan de Valdés (1535-1536) y el Arte de la lengua española castellana, del catedrático de Salamanca Gonzalo Correas, escrito

en 1625, donde encontramos también otros ejemplos de perfectos fuertes. En el primer texto leemos:

M. Quando de en medio de algún vocablo se quita alguna letra o sílaba dezimos que el tal vocablo sta sincopado; como si digo puson por pusieron, diré que aquel puson sta sincopado. ¿Entendéislo agora?

T. Largamente.

V. Respondiendo a lo que vos me preguntastes, digo que en dos maneras principalmente usamos de vocablos sincopados. La una no la tengo por buena; ésta es la que en cierta parte de Spaña usa el vulgo, diziendo traxon, dixon, hizon por traxeron, dixeron, hizieron; y digo que no la tengo por buena, porque los que se precian de scrivir bien tienen esta manera de hablar por mala y reprovada, porque quieren que los vocablos se pronuncien y escrivan enteros quando el ayuntamiento de vocales no causa fealdad.79

En el segundo, en cambio:

Notamos en estos preteritos irregulares, que todos los que tienen el azento en la anteultima, están dispuestos á la formazion que algunos hazen i usan vulgarmente, que de la terzera singular añidiendo n forman la terzera plural, con analogia de los otros tienpos; ansi estuvo estuvon, anduvo anduvon, hizo hizon, quiso quison,ó quixo quixon, traxo traxon,ó truxo truxon, pudo pudon, puso puson, tuvo tuvon, cupo cupon, supo supon, plugo plugon, uvo uvon, vino vinon, dixo dixon, vido vidon. Los demas que tienen el azento en la ultima no son capazes de ansi formar. I aunque esta formazion en los dichos sighe rrazon i buena proporzion, no se admite, antes se rreprueva, i, tienen por

79

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toscos á los que usan tales personas terzeras plurales dixon, hizon, hasta que el uso las acredite. 80

Como se puede notar, se trata de una variante que ya en los siglos XVI-XVII era considerada “vulgar”, irregular, no estándar. No obstante, algunas formas de perfecto fuerte han permanecido en la parte norte-occidental de la Península, como muestran bien los ejemplos obtenidos del COSER, aunque en los últimos años su presencia ha disminuido mucho. De hecho, no se puede negar que se trata de un fenómeno lingüístico que, pese a su carácter hoy relativamente marginal, ha tenido una gran difusión a lo largo de los siglos por las razones históricas que hemos visto, y cuyos restos son visibles todavía en el habla rural de diversos enclaves.

80

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4. Condicional en lugar del imperfecto de subjuntivo

Otro fenómeno lingüístico que ha sido notado en las encuestas del COSER consiste en la sustitución del imperfecto de subjuntivo con el condicional: otra vez estamos ante un rasgo muy marcado a nivel socio-cultural. No se trata de un fenómeno nuevo: de hecho, había sido ya analizado por algunos estudiosos,81 pero el COSER nos da muestra de numerosos nuevos ejemplos en diversos enclaves y, por tanto, ha representado y representa todavía un importante punto de partida para el estudio de esta singular sustitución.

Antes de intentar analizar históricamente este fenómeno, considero necesario esbozar un resumen de la evolución de estas formas verbales (imperfecto de subjuntivo y condicional) en el tiempo.

La forma latina del imperfecto de subjuntivo (ej. CANTĀREM) no sobrevivió en español, donde fue reemplazado por el pluscuamperfecto de subjuntivo (CANTĀVISSEM), cuya evolución llevó a la forma actual del imperfecto de subjuntivo en –se:

(lat. clásico) CANTĀVISSEM > (lat. hispano) CANTĀSSEM > (esp. medieval)

cantas(se) > (esp. moderno) cantase.82

En cambio, del pluscuamperfecto de indicativo (ej. CANTĀVERAM) derivó la forma del imperfecto de subjuntivo en –ra:

(lat. Clásico) CANTĀVERAM > (lat. hispano) CANTĀRAM > (esp. medieval)

cantara > (esp. moderno) cantara.83

81

Cfr. por ejemplo V. García de Diego 1952 y M. Martínez Martín 1983, que analiza pormenorizadamente el fenómeno en el habla de la ciudad de Burgos.

82 Cfr. R. Penny 1993, pp. 190-192, M. J. Torrens Álvarez 2007, pp. 111-112, R. C. Aguilar 2005, pp. 161-165 (sobre todo por el uso del subjuntivo en diferentes tipos de oraciones) y M. Ariza 2008, pp. 56-59. Cfr. además E. Ridruejo 1990, p. 366.

83

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Pese a que en algunas zonas de España esta forma había adquirido, ya en latín, también el valor condicional, desde el Siglo de Oro este uso empieza a perderse y hoy sólo es posible en algunos verbos y con valor de cortesía (hubiera, debiera, quisiera).84 A partir del siglo XVI, las dos formas (–se y –

ra) llegan a ser utilizadas indiferentemente, aunque hoy a diferencia que en el

Siglo de Oro la segunda parece haberse difundido mucho más.85

El condicional, en cambio, no existía en el latín literario, por tanto las formas de condicional actuales vienen de la unión del infinitivo del verbo latino con el imperfecto del auxiliar habēre (perífrasis de obligación), que siguieron esta evolución:

(lat. hablado) CANTĀRE HABEBAM > (esp. medieval) cantaría/ie > (esp. moderno) cantaría.86

Algunas entrevistas del Corpus Sonoro del Español Rural nos dan muestra de un uso no normativo del condicional simple (o, aunque sea una variante minoritaria, del imperfecto de indicativo87) en lugar del imperfecto de subjuntivo, por ejemplo en las prótasis de las oraciones condicionales, pero no sólo.

Como ya se ha mencionado antes, se trata de un fenómeno lingüístico que depende en gran parte del bajo nivel socio-cultural de los informantes: en el

Esbozo de una Nueva Gramática de la Lengua Española, se señala este uso

(en las prótasis, pero también en otras oraciones subordinadas) en el habla vulgar del País Vasco y en comarcas limítrofes de Burgos y Santander y se le

84

Cfr. R. Penny 1993, pp. 192-193 y M. J. Torrens Álvarez 2007, p. 112, que sólo señala este uso con los verbos querer y deber.

85 Cfr. R. Penny 1993, pp. 192-193 y E. Ridruejo 1990, p. 373 y nota n. 8. 86

Ivi, pp. 162-163 y pp. 198-199. Cfr. también M. J. Torrens Álvarez 2007, p. 106 , R. C. Aguilar 2005, p. 161 y E. Ridruejo 1990, p. 361.

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indica como un “vulgarismo que no cabe en la conversación culta ni en la lengua literaria”.88

Sin embargo, dicho fenómeno nos ofrece la posibilidad de realizar algunas reflexiones interesantes en lo que concierne a su evolución histórica y a su extensión.

J. A. Frago Gracia nos habla de esta peculiaridad como característica “de una extensa zona del norte de la Península (Rioja, Navarra, etc.), pero también registrada en distintas partes del dominio lingüístico hispánico y de otras lenguas románicas”89

y que debería analizarse desde un punto de vista diacrónico.90 E. Ridruejo explica así la superposición del uso de las formas

cantaría y cantara: el subjuntivo español indica la no actualización de la idea

verbal, mientras que el condicional y el indicativo indican su actualización. Sin embargo, el condicional indica la no realidad de esa misma idea verbal, al contrario que el indicativo: “y puesto que la no actualización conlleva la no realidad, es muy breve la distancia entre amaría y amara”.91

Además, Ridruejo habla de una posible correlación entre los primeros, antiguos, ejemplos de este fenómeno en ámbito dialectal aragonés y el hecho de que en esta zona no hay ninguna restricción que impide al futuro aparecer en las subordinadas eventuales: de hecho, si es posible la construcción eventual con el futuro, debe de serlo también con la forma en –ría, puesto que “el potencial puede corresponder estrictamente a un futuro medido desde el pasado”.92

88 Cfr. RAE 1989, p. 473. 89

Cfr. J. A. Frago Gracia 1978, p. 188. Cfr. también E. Ridruejo 1990, pp. 373-374: “ En España este fenómeno está descrito como vigente en una amplia zona que abarca desde el occidente de la provincia de Huesca hasta el este de la de Palencia, incluyendo las Provincias Vascongadas, Cantabria, La Rioja, Burgos, e incluso el norte de Soria […]. En América, ha sido registrado en Argentina […], Santo Domingo, Guatemala, Colombia, Ecuador y Chile”.

90 Cfr. E. Ridruejo 1975, para profundizar en el análisis sincrónico del uso del condicional en lugar del imperfecto de subjuntivo en La Rioja. Cfr. además S. Alcoba Rueda 1995.

91

Cfr. E. Ridruejo 1990, pp. 375-376. 92

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Un documento aragonés de 1342 (localizado a pocos kilómetros de la frontera Navarra) nos ofrece un perfecto ejemplo de periodo condicional con potencial en la prótasis:

Si façer si podria por qual quiera manera o razon, uos siades tenido de fazer lo de nueuo.93

En este caso también debió haber un período en el que las tres formas (–ra, –

se y –ría) convivían en las mismas situaciones, hasta que la menos utilizada

cedió el paso a otra: quedaron así en castellano estándar la primera y en castellano septentrional la última,94 que permanece hoy día en el habla de algunas zonas de España, como podemos ver de los resultados del COSER. En particular, este uso ha sido registrado en los siguientes enclaves:

Ventosa de la Sierra (Soria), Villamoronta (Palencia), Villaverde-Mogina (Burgos), Luzuriaga (Álava), Olleros de Pisuerga (Palencia), Matute (La Rioja), Azcona (Navarra), Pedruzo (Condado de Treviño, Burgos), Nestares (La Rioja), Santervás de la Vega (Palencia), Errea (Navarra), Hornillos de Cerrato (Palencia), Jaramillo de la Fuente (Burgos), Guriezo (Cantabria). Sin embargo, como señala Enrique Pato, hay una diferencia bastante evidente entre esta sustitución hoy y en el pasado: de hecho, si antiguamente se presentaba sobre todo en oraciones condicionales, hoy día se registra prevalentemente en otras circunstancias.

El contexto que más favorece la sustitución, como quedó señalado anteriormente, es el de las oraciones completivas. Tanto las completivas volitivas (cfr. 3), con predicados de influencia/ voluntad:

93 Cfr. J. A. Frago Gracia 1978, p. 188. Otros ejemplos señalados son: "et si por aventura conteigneria amas morir senes fulos de lial conjuge, que torne la dita capellania" (1268); "si ningun homne ofempna auos daquia denant delas ditas casas querrian gitar nj rren dali minguar, nos conlla auandicta ffiança auos aquellas saluemos" (1273) y proceden de T. NAVARRO TOMÁS, Documentos Lingüísticos del Alto Aragón, docs. 12, 26, pp. 15, 34. Para otros ejemplos véase E. Pato 2006, p. 2. Cfr. finalmente E. Ridruejo 1990, p. 376-377 y nota n. 9.

94

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(3) a. Estando yo de alcalde se hizo la escuela, y entonces ya vino una maestra... conseguimos que vendría una maestra [Barrio, Cantabria].

b. Aquí había un médico que me mandaba a mí que miraría los enfermos [Bernales, Vizcaya].

c. [Los novios] se querían casar, y la familia de él, pues no quería que se

casaría [Villalba de Losa, Burgos].

Como las valorativas (cfr. 4), con predicados de juicio de valor/ sentimiento:

(4) a. A mí no me extraña que él [el cura] se iría a disgusto [Astudillo, Palencia]. b. Había una de las hijas que no pesaba... yo creo que dos kilos no los pesaba, y yo tenía miedo de que moriría [Santiurde de Toranzo, Cantabria]

c. En otra ocasión tuvo probalidad [sic] de quitarse, y el secretario no se lo... no se lo dijo lo que era, la verdad... porque temían que seguiría [en el partido] [Villaverde-Mogina, Burgos].95

Pero también sigue usándose en oraciones condicionales como la siguiente:

Si vendríais de aquí a ocho días, llevaríais morcillas.96

Como hemos visto, la sustitución del imperfecto de subjuntivo con el condicional no es un fenómeno reciente (de hecho, encontramos diversos ejemplos en textos muy antiguos) y, aunque hoy es considerado un vulgarismo y socialmente estigmatizado, representa un cambio que tiene motivaciones en la normal evolución de la lengua.

95

Cfr. E. Pato 2006, p.3. 96

(36)

36

5. Artículo + posesivo + sustantivo

Otro fenómeno que ha sido notado en las entrevistas del COSER es el uso del artículo delante de los adjetivos posesivos, como en los ejemplos siguientes:

Yo he tenido que ir a segar… hierba con la segadera , con la, para las vacas y las mis

hijas, hemos tenido vacas, y nunca han ido a dar ni una partida, ni han ido a dar,

echarlas de comer ni nada.97

I1: Sí, hombre, había padres, porque el mi cuña[d]o Olegario, pues fíjate, eran siete en casa… [HABLAN A LA VEZ]98

Se trata de una desviación de la norma actual castellana, pero hay que recordar que, como suele pasar a menudo, hubo un período en la Edad Media en que estas formas eran comunes, consideradas gramaticalmente correctas y, por tanto, no socialmente estigmatizadas. Luego, la lengua evolucionó de tal manera que este rasgo desapareció, dejando solamente algunos rastros en el habla rural de ciertas zonas de la Península y convirtiendo la construcción artículo + posesivo en un vulgarismo.

En latín había una serie de posesivos (MEUS, TUUS, SUUS, NOSTER, VESTER, SUUS) que concordaban en caso, número y género con los sustantivos correspondientes. En español medieval estos se reducen a tan sólo cuatro: masculino singular, masculino plural, femenino singular, femenino plural.99 Sucesivamente se pierde también la distinción de los géneros en todas las formas (mi(s), tu(s), su(s)) menos que en nuestro(s), -a(s),

vuestro(s), -a(s).100

El origen del uso del artículo antepuesto a los posesivos en castellano (la mi

muger) se remonta al siglo XIII: este rasgo coexistió junto a la forma sin

97

COSER – 3429, Villamoronta (Palencia). 98 COSER – 2630, Santibáñez (León). 99

Cfr. R. Penny 1993, pp. 140-144 para una descripción pormenorizada de las fases de evolución de los posesivos del latín al español moderno.

100

(37)

37

artículo hasta que, ya en el siglo XV, volvió a ser rara y en el siglo XVI desapareció.101

La razón por la cual surgió este rasgo lingüístico parece ser principalmente la de dar más énfasis, de subrayar mayormente el vínculo de posesión, de acentuar el valor poético de algunas expresiones:102 “el carácter enfático de la estructura explica que ambas se apliquen de preferencia con posesivos de primera y segunda personas, relativos al hablante y al oyente, y con entidades de posesión inherente en los que se quiere realzar la relación entre el poseedor y lo poseído [...]”.103

De hecho, la construcción artículo + posesivo está documentada en todas las lenguas romances, por lo cual, como ha sido señalado, podría tratarse de una creación protorromance o prerromance.104

Sin embargo, debido a su carácter antieconómico a nivel lingüístico, esta forma empezó con el tiempo a desaparecer, hasta dejar sólo rastros de ella en el español de algunas zonas de América, en zonas peninsulares de influencia del catalán y aragonés y en el habla rural de Asturias, León y Santander (limitadamente a posesivos de primera y segunda persona y a términos de parentesco), donde influye el gallego.105 Se trata, como ya dicho antes, de un

rasgo hoy muy estigmatizado, para cuyo enfoque necesitamos

obligatoriamente tener en cuenta el filtro diastrático.

Por otra parte, el habla rural no es el único ámbito donde permanece hoy día la forma artículo + posesivo: de hecho, esta se encuentra hoy también en el estilo eclesiástico, tal vez el que más está ligado a la tradición, por ejemplo en algunos rezos antiguos (como la versión no modernizada del padrenuestro) y

101

Cfr. R. Penny 1993, p. 143 y M. J. Torrenz Álvarez 2007, p. 95. Cfr. también R. Cano Aguilar 2005, pp. 142-143, A. Serradilla Castaño 2003, S. Gómez Seibane 2010 y L. Terracini 1951 p. 7.

102 Cfr. R. Cano Aguilar 2005, pp. 142-143: este efecto se podía dar también a través de los demostrativos (aquesta nuestra conpaña). Cfr. además M. Ariza 2008, pp, 45-46, donde se señalan algunos ejemplos de este uso para aumentar la expresividad, y C. Company 2009, pp. 788-789. Cfr., finalmente, C. Picallo y G. Rigau 1999, p. 977 y nota n. 8. 103 Cfr. I. Fernández-Ordóñez 2011, p. 5. 104 Cfr. C. Company 2009, p. 785. 105

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